Fuera de la casa, estábamos Xavier y yo como siempre, conversando sobre cómo solucionar nuestro problema del bebé, cuando de repente nos descubren.

―¿No estás embarazada?

José, su padre, se encuentra en frente de nosotros y oyó decir a Xavier, lo que uno ya se imagina, lo peor. Pero ya no podemos negarlo, nos ha oído.

―No... no estoy embarazada ―respondo nerviosa.

Veo como frunce el ceño y su furia se acumula en su rostro, se nota ¡Va a matarnos!

―¿Xavier? ―Mira a su hijo enojado y esperando que desmienta lo que dije.

―¡Ups! ―exclama afirmando nuestra equivocación.

José camina hasta nosotros muy enojado y agarra la chaqueta de Xavier.

―¡Xavier! ―insiste.

―Déjelo ¡No es su culpa! ―grito asustada.

―Lo... lo siento ―pide disculpas mi novio respondiendo nervioso.

―¡Me tomaste por estúpido! ―grita su padre y lo golpea.

Xavier se tropieza fuera de la acera. La cara enojada de José cambia a pálida. Y la mía a horror.

Un auto, un auto lo pasó por encima.

―¡¡Xavier!! ―grito llorando y es lo último que digo este día.