Llego el momento, es hora de aclarar todo y...

―No me importan tus excusas, Corina, a mí lo que me interesa es no terminar en una paliza ―explica Xavier que al parecer habla de su padre.

¡Cielos! Lo olvidé por completo, José va a matarme.

―¿Eh? Es que yo no te mentí. El día que te lo dije, en verdad creía que estaba embarazada y luego... cuando me enteré que no, vi a tu padre golpearte y me acobarde. ―No quiere escucharme, pero yo lo digo igual.

―No me importa, mentiste y ahora nos metiste en este lío.

―Pues sí, pero, ¿qué debo hacer? ―lo admito nerviosa―. Perdóname, no me odies.

Él bufa.

―¿No entiendes? No es como si se pueda retroceder, y no es tiempo de pensar en una disculpa. Corina, mi padre nos matará a ambos ¿Sabes cuánto dinero invirtió en nosotros y su maldita idea de boda? Cuando se entere, yo terminaré en un internado y tú limpiando pisos para devolverle todo el dinero que se ha gastado en nosotros.

―¿Hablas en serio? ―Lo miro horrorizada.

―Hablo muy en serio.