El tiempo sigue pasando y me empiezo a preocupar más.

―¡Hola, hola! ―Entra mi animada hermana mayor a la casa.

―Hola, Carina ―respondo cabizbaja.

―Pues vuelvo de estar unos días con papá y... no sabía que me extrañabas tanto. ―Me observa detenidamente―. A ti ocurre algo.

Sí, me acosté con un idiota, no nos cuidamos y no me vino mi periodo, pero todo está perfecto. Sarcasmo 10 puntos.

―No, solo tengo sueño. ―Sonrío.

―A mí no me engañas. ―Se cruza de brazos―. Habla ―exige y mira para ambos lados―. Mamá parece no estar, habla ―vuelve a ordenar.

―No me vino el periodo y yo... estuve con un chico. ―Listo, ya tiré la bomba, que sea lo que dios quiera.

Ella entrecierra los ojos mirándome fijo.

―¿Estás embarazada?

Mi corazón se acelera por los nervios, no quería escuchar la palabra pero...

―No sé ―respondo moviendo la cabeza angustiada.

―Ay dios, hermanita. ―Posa la mano en su cabeza―. Déjamelo a mí. ―Me guiña―. Quizás no es nada y te estás preocupando por nada, eres tonta ―exclama lo último en alto.

Es cierto, quizás no.

Mi hermana se va a comprar un test de embarazo y vuelve enseguida.

―Toma, solo hay que hacer una prueba y listo ―exclama con confianza y yo voy directo al baño luego de agarrarlo.

Que sea lo que dios quiera, pero que quiera que sea que no.