Se me parte el corazón, siento que se me parte en mil pedazos y abrazo al chico que sufre mientras llora en mi cuello.

Xavier piensa, ¿en la muerte? ¿Quién murió? Un recuerdo pasa por mi mente y lo pronuncio sin pensarlo.

―Tu hermano.

Su mano se aprieta muy fuerte confirmando mi teoría.

―¿Qué pasó con tu hermano? ¿Quieres contarme? Quizás te haga bien sacar todo afuera. Dejar tus pensamientos mucho tiempo en tu mente, duele.

Xavier sale de encima de mí y se sienta en el borde de la cama, tapando su rostro.

―Sí, duele. ―Al fin escucho su voz pero me destroza oírla tan triste.

Me acomodo la ropa y me siento al lado.

―¿Quieres contarme?

―Ese día... ―Parece que sí―. Llovía mucho, Julián y yo volvíamos del colegio, el maldito paraguas no abría... ―Se detiene y vuelve a llorar.

―Eh... si no puedes...

―Mi hermano me llamó para cruzar ―continúa―. Yo seguía peleando con el estúpido paraguas. Ese objeto del infierno... ―Su mandíbula se tensa―. Julián siguió llamándome, mi... mientras cruzaba la calle, yo solo quería abrir ese paraguas... ―Más lágrimas caen del rostro de Xavier y puedo ver la realidad que siente en su mente, todo es oscuridad―. E... entonces...

―No, no lo digas. ―Presiento lo que va a contar.

―Un auto lo atropelló frente a mis ojos. ―Siento una fuerte presión en el pecho y mi mente no puede creer lo que está oyendo―. Murió en el acto. ―termina de explicar y una sensación triste se apodera de mí.

Me acerco a Xavier y lo abrazo, él continúa llorando.

Esta es su realidad.