48. Carina desvergonzada
Observo el lugar en el que se está quedando, ya veo porque nunca viene aquí.
―¡Qué desorden! ―Me enojo―. ¿No piensas limpiar este lío? ―Esto es un asco, ropa en el suelo, suciedad en la mesa ¿Y eso qué es?―. ¡Carina! ¡¿Cómo puedes vivir así?!
―¡Puf! Deja los sermones para mamá, tú limítate a ser mi hermana. ―Rueda los ojos―. Además, Lex vendrá pronto y lo limpiará.
―¿Quién es Lex? ―Levanto una ceja.
―Uno de los chicos con los que tengo relación libre. ―Camina en la habitación y se sienta―. ¿Y de qué querías hablar? ―Sonríe.
―Mamá está preocupada por ti.
―Déjala, no tiene por qué ¡Estoy perfecta! ―exclama y luego me mira pícaramente―. ¿Y tú? ¿Qué tal con Xavi?
―Bien ―digo sonrojada.
Abre la boca con sorpresa.
―¡Ah! ―Me apunta―. Te lo comiste. Adivino, son novios ¿A qué sí?
¡No es justo! ¿Por qué ella puede saber lo que pienso y yo no puedo conocer lo de ella? ¡Me voy a quejar!
―Pues sí pero...
―Pero aún no le has dicho ―me interrumpe―. ¿Y qué vas a hacer? ¿Te vas a acostar con él y le vas a dar un niño o simplemente te vas y listo? Mira que se te está yendo el tiempo y ya deberías estar gordita.
―Deja de meterme ideas extrañas en la cabeza. ―Frunzo el ceño.
Ella agarra su cartera y me tira unos sobrecitos a la cara.
―Pues entonces usa esos.
Me sonrojo al levantar uno y lo suelto.
―Pre... ¡¿Preservativos?!
Ella sonríe.
―Obvio, el mejor amigo de una mujer ―Mueve las cejas―. ¿O crees que Xavi, no va a buscar algún momento libre para eso?
―Eh... sí, pero... ¿Por qué tienes tantos?
―Creo que no hace falta preguntar eso. ―Suena su teléfono y atiende―. ¡Hey, hola, Camilo! ¿Fiesta? Mm, no, no puedo. Mejor ven a casa y jugamos. ―Sonríe.
No, no hace falta preguntar. Qué vergüenza.
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