¡Me ha dejado sin opciones! Si me suelto, me besa y si no, de igual forma tengo su rostro pegado al mío ¡No es justo!

―No vale, es trampa ―digo nerviosa―. Retira lo que dijiste.

Siento el rubor que se acumula en mis mejillas, logrando que tenga mucho calor ¡Nervios a full!

―No ―exclama dominante―. De una manera u otra te voy a besar. ―Sonríe de lado.

Qué linda sonrisa, me corta la respiración con solo verla.

Debo dejar de recitar poemas en medio de situaciones así.

―¿Po... ¿Por qué? ―Mis labios tiemblan.

―Porque tenías razón...

―¿Razón? ¿Razón en qué? ―Lo miro confusa y a la vez me pierdo en sus ojos ¡Basta Corina, basta!

―En que estaba celoso ―¡Pum! Mi corazón explotó, millones de sensaciones entrar en mi mente en un suspiro.

Maldición, acabo de suspirar y sonó a suspiro de enamorada.

―Ce... Celo... ¿Celoso? ―¡Genial! Y ahora tartamudeo ¿Algo peor me puede pasar?

―Sí, lo pensé mucho. ―Siento su nariz al tocar la mía, acorta más la distancia entre nosotros.

―¿Qué... ¿Qué quieres decir? ―Escucho mis latidos a mucha velocidad.

―Me gustas, Corina.

Me besa, sin yo poder coordinar mis pensamientos sobre lo que acaba de decir, ha sido tan rápido que no me ha dado tiempo de reaccionar. Sus labios juegan con los míos y yo le correspondo. No sé ni lo que estoy haciendo, las emociones se intensifican. No puedo respirar, hace calor ¡Uf! Esto no está bien, en serio, no está bien. Esto es demasiado pasional para mi estilo, no sé si pueda seguirle el ritmo.