Xavier se levanta de la mesa enojado y yo lo sigo ¿Esto se está volviendo costumbre o me parece a mí?

Abro la puerta de su habitación.

―Huyes ¿Eres cobarde? ―pregunto.

―Mira quién habla. ―Sonríe de forma cínica.

―¿Eh? ―Lo miro confusa.

―Intento besarte y escapas, luego vas y coqueteas con ese rubio, eres una desvergonzada. ―Frunce el ceño.

―¡Puf! ¿Con Nico? Nico es mi amigo, además no tienes por qué recriminarme, tú te vas con varias y yo no te digo nada. ―Me cruzo de brazos.

Rueda los ojos.

―Da igual.

―¡Ag! No te soporto. ―Intento golpearlo pero me detiene―. ¡Te odio, suéltame! ―Vuelvo a intentar pegarle, pero con la mano que está libre, fallando de nuevo―. ¡Suéltame ahora, idiota! ―Ambas manos están en su poder.

―¿O qué? ―dice cerca de mi rostro y me paralizo―. ¿Qué pasa si te suelto? ―pregunta y mi corazón corre rápido.

―Nada ¿Qué va a pasar? ―Lo observo fijo a sus ojos claros y me ruborizo.

―Te voy a besar.

Mi mente se queda en blanco ¿Cómo llegamos a esto?