4. El día que terminó todo (P.3)
Llego a la escuela y diviso a Nicolás, mi mejor amigo, mi amigo desde la infancia. Alto y rubio, si él quisiera podría ser el típico popular, ya que es lindo y muchas personas intentan acercársele, porque tiene una buena personalidad, pero no, Nico prefiere la tranquilidad.
―¡Hey! ―lo llamo.
―¿Qué pasa, Cori? ―Sonríe.
―Vas muy rápido. ―Lo alcanzo corriendo.
―No es mi culpa si llegas tarde. ―Se ríe―. ¿Qué hiciste ayer? Tu hermana me llamó, no sabía que decirle.
―Pues... ―Me detengo al ver a Xavier entrar al instituto con su molesto aire relajado ¡Maldito! Frunzo el ceño y me agarro fuerte del brazo de Nico―. Sígueme la corriente ―le susurro a mi amigo.
―¿Eh? ¿Qué? Bueno ―cede y comienzo mi acting.
Hago que coqueteo con Nico y Xavier voltea a ver con su mirada de idiota ¡Ag! Cómo me molesta, continúo alegre como si él no fuera nadie y luego de perderlo de vista nos detenemos.
―¡Dios! ¿Qué fue toda esa risa forzada? ―Mi querido rubio se burla de mí.
―¿Tanto se me noto? ―exclamo preocupada cayendo en su trampa.
―No, tonta. ―Él se ríe y yo frunzo el ceño―. Ja, ja, ja ¿Eres boba, no?
―Tú lo eres más. ―Saco la lengua.
―Gracias, madame. ―Hace una reverencia jugando y ahora soy yo la que ríe.
―Eres más tonto que yo.
―Tengo el título, ¿no lo sabias? ―Sonríe.
―Claro, claro. ―Muestro mis dientes.
Las risas se acaban cuando Anabel pasa cerca de nosotros. Dicho de otra forma, su ex. La vista de Nico solo la siguió a ella y sé que cuando eso pasa, se encuentra triste.
―¡Puf! Ya olvídala. ―Ruedo los ojos―. Es una tonta.
―¡Claro! Porque tus novios han sido muy inteligentes ―exclamo con sarcasmo―. Tú tienes un historial muy malo y no puedo creer que te rebajarás a Xavier. ―Me mira expectante.
―¡Yo no me rebaje a...! ―Me detengo y bajo la cabeza―. Bueno, sí, me lo tiré.
―¡Espera! ¡¿Qué?! ¡¿Te acostaste con Xavier?! ―Me mira sorprendido, diciendo en alto.
―¡Shh! Cállate, nadie tiene que enterarse. ―Movilizo la mano en forma de advertencia.
Él suspira.
―Solo dime que usaste protección ¿Quién sabe qué cosas puedas contraer de ese tipo? ―Mueve la cabeza decepcionado.
―Eh, yo... ―Agito mis dedos nerviosa.
―Dios, ni eso has hecho bien.
―¡Cállate! Pareces una madre. ―Frunzo el ceño.
―¿Y qué quieres que te felicite? ―Levanta una ceja―. Es de Xavier Cooper de quien estamos hablando, chico el cual se tiro a muchas mujeres, incluso seguro a la vez.
―¡Ag! ¿Podemos olvidar el tema? ―exclamo cansada y al fin mi amigo cede.
Está bien que me cuide como un hermano mayor, pero esto es pasarse. Ya entendí que me equivoqué, pero no necesito que me lo digan todo el rato.
De alguna forma tengo un mal presentimiento, que me va a recordar que esto es un problema, que durará por mucho, pero mucho tiempo. Ya no podría ser olvidado. Tan fácilmente, pero como sé, estoy media loca imaginando cosas, quizás solo me duele la panza ¿Tendré hambre?
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