Camino hasta Anabel y la miro desafiante.

―¿Y tú que quieres? ―habla primero ella.

―¿Se puede saber que estás haciendo? ―Entrecierro los ojos.

―Pues hasta hace un rato, hablando con alguien interesante. ―Señala a Xavier que sonríe sin decir nada―. Ahora, hablando con una aburrida y tonta. ―Me apunta.

―¿Y tú que eres? ―Levanto una ceja y sonrío―. Una zorra, seguro.

―¡¿Qué?! ―Se enfurece.

―Eso ―afirmo―. Hace poco estabas con Nico y ahora coqueteas con Xavier, eso en este mundo es ser una zorra.

No debería provocarla de esta manera, ya que respeto la sexualidad de las personas, sobre todo porque mi hermana Carina tiene una vida así de libertinaje y jamás la criticaría por eso, pero Anabel me saca de mis casillas y no me deja pensar.

El amigo de Xavier comienza a reír, no sé su nombre aún.

―Dios, esto es divertido.

―Cállate, Edrián. ―Xavier rueda los ojos.

Me pregunto, ¿en qué piensa?

―¿No vas a hacer nada, Xavier? ―Anabel lo mira pidiendo protección.

―¿Yo? ―Él se señala―. ¿Yo qué tengo que ver? Eso es problema de chicas. ―Levanta su celular y nos ignora.

―¡Bien! ―dice enojada, pero me mira a mí furiosa. Levanta su mano para golpearme, pero no recibo el cachetazo. Ella se sorprende―. Lo... lo siento.

―¿Nico? ―Ha recibido el golpe por mí.

―Ana... ―La mira a ella―. ¿No sabes que no se golpea a las embarazadas? ―La observa enojado.

―¿Qué pasa? ¿Eres el príncipe azul ahora? ―Xavier vuelve a hablar.

¡¿Pero qué rayos?! ¡¿Y ahora se mete?! ¡¿Qué le pasa?!