Me acerco con la intención de hablarle y él se gira a verme. Camina unos pasos hacia mí y mi corazón se acelera. Alza su mano quitando un cabello de mi rostro y siento un leve cosquilleo, una sensación extraña pero linda.

Este Xavier, es el Xavier de aquella noche.

¿Qué oculta? Necesito saber, pero no me atrevo a preguntar. La vez que lo hice, me miro feo, muy feo. Con molestia, con odio en sus ojos.

Me usó porque... ¿Quería olvidarse de algo? ¿De qué?

Inclina su rostro al mío y la sensación aumenta. No puedo caer otra vez, no debo, yo...

―Xavier... ―Entra su mamá a la habitación―. ¡Oh! Lo siento, ¿interrumpo algo?

―No ―exclama él en seco―. ¿Qué pasa?

¿No? ¿No interrumpió nada? ¿Entonces porque me siento como si se me fuera a salir el corazón de la boca?

Necesito aire, pensar.

¡Uf! Qué calor.

Las sensaciones no se pueden calmar así de fácil.