Al volver a casa veo como mi padre agarra un bolso y mete toda mi ropa allí.

―¿Qué haces? ―pregunto confusa.

―Decidimos con tu padre, que sería mejor que te vayas a su casa ―mi madre me explica.

Mis padres están separados hace tres años por "el problemita" que tiene mamá con el alcohol. Pero esto es el colmo ¡No me voy a mudar!

―Deja eso ―le exijo a mi papá―. No me voy a ir.

―Esa no es tu decisión ―me responde―. A partir de ahora, vas a hacer lo que te digamos.

―¡Pero papá! ―me niego rotundamente pero no hay forma de convencerlos.

Al día siguiente llego a la escuela y me encuentro con Nico.

―¿Es cierto lo que oí? ―pregunta mi amigo.

―No quieres saber ―exclamo cansada pero de pronto escucho un grito.

―¡Ah! ―Alza la voz una chica ¡¿Pero qué le pasa para gritar así?! La sigo con la vista―. ¡¿Pero qué te ocurrió?! ―pregunta chillando como loca.

Observo más y lo visualizo.

―Nada, me caí. ―Sonríe.

¿Xavier? ¿Por qué tiene un moretón en el rostro? Eso no parece de una caída, parece de un golpe.