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SUEÑO INTERRUMPIDO
i n t e r ru p t e d s l e e p
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Y. Jinsol
Verdaderamente no puedo creer que me hayan obligado a venir después de anoche, ¡Siento que se me cierran los ojos y eso que apenas la primera clase está comenzando! No puedo más con este sufrimiento.
Aunque tal vez sí cierro mis ojos pueda descansar un rato. Así hice, aprovecho que tengo a un chico sentado frente a mí y me sirve como escudo para cubrirme de que el profesor observe en mi dirección.
Solo serán cinco minutos, los necesito, es muy importante dormir las horas necesarias. No lo digo yo, lo dice la internet, ¿y quién soy yo para ir en contra de ella?
Creo que no fueron solo cinco minutos los que pasaron desde que cerré los ojos, porque comencé a sentir algo moviendo mi hombro una y otra vez y aún así sentía mis ojos demasiado pesados como para abrirlos.
─No molesten ─salió por si solo, lo juro, en ese momento solo podía pensar que eran mis hermanas tratando de levantarme.
─Señorita Jinsol
─Solo cinco minutos más
Fruncí el ceño al escuchar risas alrededor.
─Señorita Yang Jinsol ─la persona que me hablaba alzó más el tono y finalmente desperté. Encontrándome de frente con mi profesor de cálculo mirándome de una forma no muy amistosa. Un momento, pero si hace un segundo estaba en mi clase de historia, tengo cálculo hasta... la tercera hora─. ¿Durmió bien estas dos clases?
─Eh, y-yo no dormía, profesor ─tragué saliva notando como sus cejas se fruncieron.
─¿Y entonces qué hacía?
─B-bueno... eso, es que ─mierda, no tengo una excusa, acabo de levantarme y mi cerebro apenas procesa que me perdí las primeras dos clases─. Algo me cayó en los ojos, si, eso. Entonces me duele mucho como para abrirlos ─volví a cerrarlos fingiendo dolor─. Agh, me molesta mucho
─Ajá, le molesta mucho ─asentí varias veces─. Pues entonces según lo que me dijeron sus compañeros le lleva molestando el dolor desde la primera hora, ¿no?
Detuve mi actuación y abrí los ojos, no para ver al profesor, sino a mis compañeros, quienes se giraron antes de encontrarse con mi mirada.
No puede ser, estos malditos me delataron. Ya no hay amigos, ni conocidos, solo enemigos.
─...¿Sí?
─Salga de la clase ─creo que mi respuesta no fue lo suficientemente segura.
─P-pero
─Que salga
Hice una mueca y me levanté tomando mi mochila y colgando esta sobre mi hombros. Antes de cruzar la puerta regresé la vista hacia mis "compañeros" esta vez no les di tiempo de apartarla cuando quedó claro el mensaje de que los haría pagar de alguna forma.
Pasé mi dedo pulgar frente a mí cuello fingiendo decapitarlo.
─Después hablaremos ─murmuro antes de salir.
Ah, no puedo creerlo. Por alguna extraña razón ya presentía que este día iba ser una mierda, pero no pensé que tan pronto. Ahora debo buscar un lugar donde quedarme, por suerte el profesor no recordó mencionar detención o la dirección.
Saco mi teléfono para ver la hora dándome cuenta que esta clase apenas daba inicio, ¿qué se supone yo haga durante una hora entera esperando la próxima clase?
...
Oh, ya se me ocurrió algo.
Camino por los pasillos teniendo una dirección en mente, a esta hora seguro no había nadie allí.
Unos minutos más y ya me encontraba sobre las gradas del gimnasio usando mi mochila como almohada, bueno, empiezo a agradecerle al profesor por haberme sacado de su clase, ahora puedo dormir un poco más y nadie me molestará.
Pero hablé demasiado rápido, porque apenas estuve empezando a caer en los brazos de Morfeo, el sonido de un balón siendo rebotado varias veces me despertó.
─¿Quién demonios viene a esta hora al gimnasio? ─además de mí. Me incorporo quedando sentado buscando a la persona que está haciendo ese ruido. Alzo una ceja mirando incrédula al chico en medio de la cancha, este ni siquiera rebota el balón frente a la canasta, está frente a las gradas, más específicamente en mi dirección─. No puedes estar hablando en serio, Jeon. Lo haces a propósito
─Tal vez sí, tal vez no
Ah, quiero golpearlo, pero eso significa que debo levantarme para llegar hasta él.
Prefiero evitar la fatiga de ese largoooo recorrido.
─Fuera ─eso y una mirada asesino es lo único que le mando decidiendo acomodarme otra vez en mi lugar. El balón deja de escucharse y me sorprendo al notar que me hizo caso.
Woah, por primera vez en su vida Jeon hace algo que le ordeno.
Hoy lloverá, no, caerá un diluvio.
Sonrío preparada para dormir, eso hasta que siento algo presionando mi naríz. Abro mis ojos al instante, pero no me levanto.
El culpable está justo frente a mí, con una sonrisa traviesa en su rostro.
─Jeon, ¿quieres morir hoy?
─Solo quería asegurarme que no estuvieras muerta ─responde, sin borrar esa maldita sonrisa.
─Literalmente acabo de cerrar los ojos ─ruedo los ojos─. No molestes y déjame dormir ─cierro los ojos de nuevo, esperando se rinda esta vez. Pero es Jeon, obviamente no se iba a rendir.
─Eres una aburrida, Yang Jinsol. ¿Eso es todo lo que dirás?
Respiro hondo y me esfuerzo por ignorarlo. Aunque Jeon siempre sabe cómo sacar lo peor de mí. No pasan ni dos segundos antes de que sienta algo presionando mi frente ahora. Abro los ojos, molesta.
Lo voy a matar, estoy a nada.
─Debí dejar que te encierren en la cárcel ─solo se ríe como si hubiese dicho la cosa más gracioso del universo. No puedo creerlo.
─Ay, Jinsol. Hoy estás muy a la defensiva ─dice lanzando el balón hacia arriba y atrapándolo con facilidad─. Ayer no parecías molesta por pasar tiempo conmigo
─Ayer fue ayer, hoy es hoy
Me mira divertido.
Diría que su sonrisa es linda si no fuera tan molesto.
¿Qué estás pensando, Jinsol?
─Eres demasiado para mí ─niega con la cabeza ahora alejándose de donde me encuentro para regresar a rebotar el balón en medio de la cacha.
Agradezco eso porque la manera en que ha dicho eso me afectó más de lo debido. Cuando siento que el calor en mis mejillas bajo, me levanto quedando sentada otra vez. Esta vez solo me dedico a observar como hace un par de canasta, hasta que voltea.
─Vamos, levántate. Te reto a una partida ─dice, señalando el balón.
─¿En serio crees que me voy a levantar para jugar contigo?
─Vamos, Jinsol. ¿Tienes miedo de perder? ─su tono es burlón, y sé que lo hace solo para provocarme.
─¿Miedo? ─me río─. No tienes ni idea de con quién estás hablando, Jeon
─Cobarde ─murmura.
Eso fue suficiente para hacerme reaccionar. Me incorporo de un salto, dispuesta a demostrarle que nadie me llama cobarde y se sale con la suya.
─De acuerdo, Jeon. Prepárate para perder ─bajo a la cancha.
─Eso es lo que quería escuchar ─dice, sonriendo aún más ampliamente.
Tomamos posiciones y el juego comienza. Al principio, siento mis movimientos torpes, todavía algo adormilada. Pero pronto, la adrenalina comienza a fluir y me encuentro disfrutando del desafío.
Jeon es bueno, pero yo también tengo mis trucos. El juego se vuelve una competencia feroz, con ambos dando lo mejor de nosotros.
Al final, respiro pesadamente, con el balón en mis manos y la puntuación a mi favor. Miro a Jeon, sudoroso pero sonriendo.
─¿Ves? Te dije que perderías ─le digo, jadeando.
─Sí, sí. Lo admito. Pero fue divertido, ¿no? ─responde, extendiendo la mano para un choque de manos.
Lo miro por un segundo, todavía enojada por haber interrumpido mi sueño, pero no puedo evitar sonreír ligeramente.
─Supongo que sí ─digo, chocando su mano.
Seguimos jugando un rato más.
Tal vez este día no sería tan malo después de todo.
maratón 3/3.
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