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Capítulo seis: El primer paso

¿Cuál es el primer paso para sanar un corazón herido? Bueno, la venganza siempre era una opción demasiado tentadora, pero no, en este caso no se trataba de la venganza. Tal vez solamente un poquito...

— ¡Dulce abuela de todas las caries! ¡Shadow! ¿Qué demonios te sucede? ¡Ya haz chocado el auto 3 veces! 

Ante aquella queja, el erizo obscuro solamente pudo encogerse, más de la vergüenza de verse reprendido que por otra cosa. ¡Él no tenía la culpa! ¡Era por su maldito código! En Sonic's Aventure era normal acelerar y destruir cuantos obstáculos estén permitidos ¡No pisar el freno y esquivar cuanta cosa se le pusiera en frente!

— Muévete, hazte un lado ¡Que te hagas un lado te dije!— chilló el joven soberano de Sugar Rush al ver la negligencia del chico— Ahora, fíjate en lo que hago.

— No pierdas detalle— secundó Ralph, desde el asiento trasero del auto.

Vanellope pisó el acelerador y el vehículo comenzó a avanzar. Veían como, durante el viaje, Shadow se mantenía de brazos cruzados y no apartaba la vista del camino. Si no se arriesgaron a enseñarle con anterioridad fue por no querer arriesgarse a que el joven tuviese un Game Over, pasaron casi cuatro semanas antes de poder registrarlo a Sugar Rush. El rostro imperturbable de Shadow se volvía muestra clara de la concentración que ponía. Tras unos minutos se detuvieron.

— Si pusiste atención, ahora te resultará pan comido— garantizó Vanellope.

— Sólo recuerda no pisar el acelerador a fondo si te pones nervioso— murmuró el castaño del grupo.

Eso provocó que Shadow frunciera el ceño. 

— Y trata de no chocar— añadieron ambos a la par.

El de ojos carmín fue atacado por un ligero tic en la ceja derecha, ¿Eso era un reto? Le sonaba a un reto, peor aún ¡Sonaba como los malditos retos de Sonic! Sujetó con fuerza el volante y pisó a fondo el acelerador. Sus acompañantes tuvieron que aferrarse a los cinturones de seguridad del coche.

Tanto Ralph como Vanellope le gritaban histéricos que se detuviera, sobre todo cuando algún obstáculo de la pista se veía peligrosamente cerca, pero se hizo de oídos sordos ante sus pedidos. Por no decir exigencias. Ante todo pronóstico, su orgullo herido hacía maravillas, querer sacarse aquella sensación de impotencia provocó aquel desahogo sorpresivo.

Ignorando los gritos de su antiguo código por bajarse del vehículo y recorrer la pista por cuenta propia, sus manos se cerraron firmemente en el volante y lo hacían girar cuando hacía falta. Inclusive, siguiendo sus nuevos instintos ¡Lograba hacer el vehículo derrapar! Sentir el viento en el rostro, alborotándole el cabello, era inigualable pese a estar sentado en aquel artefacto.

— ¿Quién está conduciendo?— cuestionó Rancis al ver las estelas de polvo de los derrapes.

— Ay, Rancis ¿Cómo quieres que sepa todo?— se quejó Candlehead.

Taffyta simplemente miró a verlos de reojo.

— Creo que quien corre es Shadow— soltó, llamando la atención de los otros corredores— Chicos, creo que deberíamos estudiar a la competencia* — añadió en tono amistoso.

Pisar el acelerador a fondo, virar el volante y derrapar, saltar rampas tan altas como un cerro ¡Sentir la adrenalina recorriendo su código! ¿Eso se le hacía tan difícil minutos atrás? Parecía un corredor nato. Bueno, en cierto modo, lo era. ¡El segundo más rápido en Sonic's Aventure! Finalmente ese título le servía de algo.

— ¡Reduce un poco tu velocidad, loco suicida!— le reclamó el azabache con dulces en el cabello.

— ¿Qué pasa, presidenta? Es decir, presidente— la voz de Taffyta no tardó en oírse— Pensé que le gustaba la sensación de estar en un vehículo en movimiento.

— ¡Sí, pero sólo cuando yo voy manejando y no un principiante sacado de quicio!

Con ese comentario y hubo un derrapón, el cual debido al terreno, los demás corredores imitaron para no abrir una brecha de distancia y quedarse atrás del resto.

— ¿Debo recordarte cómo aprendiste a manejar?— cuestionó burlón Ralph.

— ¡Cállate seso podrido!

¡Bien! ¡Lo admitía! Él tampoco lo hizo mejor que Shadow cuando aprendió a manejar, poco antes de su primera carrera, en su antigua residencia. Incluso se atrevería a decir que Shadow, a pesar de haber pasado toda su existencia con aquella frenética y alocada forma de correr, aprendió más rápido que él a sortear los obstáculos ¡Y eso que Vanellope le sacaba provecho a su pixlexia!

Sin planearlo, aquel recorrido práctico se tornó en una pequeña competencia, una en la cual los demás ponían a prueba lo poco o mucho que Shadow ya hubiese aprendido. Cabe decir que, por el entusiasmo creado, Vanellope se moría por competir también. Pero el ir por su automóvil y estar a tiempo sería improbable, quedaba muy poco tramo que recorrer.

— ¡Hey! No lo haces nada mal— rió Jubileena.

— Con un poco más de práctica pronto podrías quedar como un corredor principal— añadió Francis, asentido por los demás.

— ¡Ay, Taffyta! ¡Ya quiero saber que tipo de sorpresas tiene preparado Shadow para sus carreras!— lloriqueó la de cabello aguamarina.

— ¿Sorpresas?— finalmente el azabache de puntas carmín articuló palabra.

Se venía una larga explicación de la cual ponerle al tanto.

.

.

— Félix, ¡Por toda la artillería anti-cybugs! ¿Quieres decirme qué te ocurre?

— No me ocurre nada.

— ¿Estás seguro?

— No...

— ¡Félix el reparador!

— ¡Qué no me pasa nada, Tamora!

Ese repentino arrebato no fue lo que sorprendió a la blonda, no. Lo que la dejó estupefacta fue el modo por el cual fue llamada por el castaño de ojos azules. Había oído mal, o ¿Acaso acababan de llamarla Tamora y no "Tammy"? Su postura se tornó severa y firme.

— Félix, no soy tonta. Dime de una vez que te pasa y no aceptaré una excusa tan mediocre, habla.

El oji-azul le miró de mala gana. Dio un suspiro, conteniéndose de decir algo y empeorar la situación.

— No es nada de que preocuparse, Tammy. Simplemente estoy estresado, ya sabes, los Nicelanders están asustados todo el tiempo de que nos puedan desconectar.

— ¿A falta de Ralph?— no creía esa excusa del todo— Ya debería plantearse regresar en lugar de seguir haciendo el tonto por ahí.

Félix la miró a ver incrédulo. Ese tono... ¿Podría ser...?

— Tammy, ¿De casualidad has sabido dónde ha estado Ralph todo este tiempo?

— Afirmativo.

— ¿Todos estos cinco años? 

— Ya te dije que sí, Félix. ¿Qué clase de amiga sería si fuese lo contrario?

Ver al reparador palidecer fue causa de que la rubia se pusiera en modo de alerta. Algo le decía que las reacciones de su ahora esposo y la renuencia de volver a Repara Félix jr de Raph estaban más enlazadas de lo que creía.

— ¿¡Y por qué no me lo dijiste antes!?

— ¿Será porque jamás me preguntaste?

En definitiva, más relacionados de lo que pudo haber imaginado.

.

.

— ¿Sonic?

— ¿Qué sucede, Rose?

— ¿Te encuentras bien?

El erizo azul no respondió, simplemente regresó la mirada a la ventana, viendo la lluvia caer en todo sitio posible. Las nubes grises, la humedad del ambiente y lo deprimente de este.

— ¿Por qué no estaría bien?

Aquella pregunta fue casi un susurro vago.

— Vamos a casarnos, yo soy plenamente feliz por ello ¡Incluso ahora estoy escogiendo mi vestido de novia!— chilló soñadora, pues ambos se encontraban en el recibidor del establecimiento— Pero aún así...

— ¿Aún así...?— la invitó a proseguir.

La erizo de cabellos rosados miró a ver al piso, en busca de una forma de explicar lo que rondaba su cabeza, aunque no lograba encontrar las palabras exactas.

— Rose— insistió el de ojos esmeralda.

— ¡No me presiones, tonto!— la tentación de ir por su mazo y golpearle eran enormes— Bueno, tú sabes...

— Rose, ya dilo.

— ¡Te dije que no me presiones!— soltó ceñuda— Bueno....eso, ya sabes ¿No te sientes raro?

Que Sonic no respondiera y desviara nuevamente la mirada a la ventana la hizo enojar. Cuando se enojaba hablaba sin pensar, de más.

— ¡Que insensible eres!— soltó la muchacha que lo golpeaba aún en las situaciones más delicadas— ¿No extrañas a Shadow? Sé que es alguien desquiciante, pero... ¡Tiene un mes sin regresar al juego! Tú crees... ¿Crees que ya haya sufrido un Game Over?

— ¡Cállate Rose!

La chica simplemente retrocedió con miedo, jamás en su vida, vio a Sonic tan molesto.

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Estudiar a la competencia — ¿Quién tanto se acuerda de ello?

¡He aquí la actualización! Me he tardado milenios, lo sé. Pero lo que cuenta es que he traído la actualización ¿No? ¡Piedad! No me maten T-T

Antes que nada, quería agradecerles su apoyo. Tanto a lectores que me vienen acompañando desde el primer capítulo como a los que recientemente han encontrado esta historia ¡Muchísimas gracias por tenerme tanta paciencia!

Un tema delicado a tratar en los próximos capítulos, por mi parte, será el lemon. ¿Qué les gustaría? Algo ligero para ambientar la historia ¿O algo más explícito? En cualquiera de las dos opciones, ¡Haré mi mejor esfuerzo! Bueno, hasta la siguiente actualización ¡Mis queridos ruiseñores! :3

 

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