Sin importar que quisiera hacer las cosas bien, o hiciera el intento de poner orden el caos que llamaba vida, no significaba que sus esfuerzos fueran recompensados. Félix lo comprendió perfectamente en aquel momento, en ocasiones, aferrarse y luchar de corazón por algo no quería decir que alcanzaría lo que anhelaba.

— Por todos los... ¡Reparador! ¿Por qué tú juego está desconectado? ¿Se atoró una moneda? ¿Día de mantenimiento? El pánico se está haciendo masivo ¡Responde!

Con la autoritaria voz de Jean, exigiéndole respuestas que él no tenía y acorralándolo de esa forma, el protagonista de Fix it Félix Jr se quedó mudo. La militar tuvo que sacudirlo bruscamente un par de veces para que espabilara.

— No lo sé... ¡No lo sé, Tamora! ¡Todo estaba normal hasta esta mañana!

Miedo, desconcierto y duda, eran las tres emociones que en aquel momento lo dominaban y le causaban la terrible sensación de ansiedad. Cuestionarse qué habría hecho para merecer todo eso no valía la pena, sería contraproducente, Félix sabía de primera mano todos los errores que había cometido.

— ¡Hay que impedir que la Sargento...! ¡Por la dulce abuela de todas las caries! ¿¡Qué demonios ocurrió!?

Inicialmente, Vanellope y Ralph sólo planeaban evitar que Calhoun torturara dolorosa y lentamente al idiota reparador. No obstante se encontraron con una desagradable sorpresa. Un mar de NPC preocupados y sacados de quicio se hallaba rodeando el que antes se vanagloriaba de ser el portal de acceso al  juego más famoso de antaño.

Los minutos pasaron, y por la clara falta de una señal que indicara lo contrario, pronto supieron lo grabe que era la situación. Aparentemente, "Repara Félix Jr" estaba fuera de servicio de manera indefinida. El Héroe del juego se mantuvo petrificado unos cuantos instantes y, con mucha dificultad y preocupación, buscó a los Nicelanders.

Podría decirse que los habitantes del juego eran los que peor la pasaban. Alterados, aterrados de su incierto futuro, no podían hacer otra cosa que no fuera murmurar entre sí y estallar en histeria o llanto. El único que permanecía callado, tragándose la billis y el inmenso odio que se instalaba dentro de sí, era Gene.

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Originalmente esto era parte del capítulo 15 — Capítulo 15 y Capítulo 16, los que faltaban y no publiqué por diversos motivos — y, quizás, aparezca en la reescritura.

Me gusta el caos c:

Me gusta ver el mundo arder, pero efectivamente no me quedo para arder en él xD