Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

La Misión

Ni bien pudo recobrar su respiración, se arrastró como pudo hasta su cuaderno que estaba al borde de su cama, abrió en la pagina marcada revelando una lista y tachó “bailar, bailar, bailar” la idea era hacerlo diario, pero ya puede ir tachando.

— ¿que escándalo llevas aquí arriba? — La puerta de su habitación fue abierta dejando ver a sí mejor amiga del otro lado, venía con su típica sonrisa burlona — te dije que tenías prohibido divertirse sin mi.

— tu me abandonas — le saco la lengua dirigiéndose a su mochila de la escuela. — ¿trajiste tus apuntes, al menos? — Karina medio sonrió.

—eres única, Mila. Es la última semana de escuela ¿por que harias un trabajo que es para la próxima semana?

— por qué hice equipo contigo, boba. Tu nota depende de mí — no se dejó afectar por la situación, Pero Dinah se lanzó a ella abrazándola. — Dinah…

— si, si. Perdón, terminemos rápido, quiero caminar por ahí y comer mayonesa. — ambas rieron

Las campanas de la iglesia comenzaron a sonar anunciando que en breve iniciaría la misa.

Desde las sombras se materializaron dos figuras humanas que antes no estaban ahí, caminaron hasta que la luz les dió revelando su apariencia, habían pocas personas, nadie notaría que aparecieron sin más.

Lauren miró de arriba a abajo a Micah, sabía que era él, porque es su jefe y lo lleva viendo toda su vida. Pero nunca imaginó verlo de tal forma.

—¿qué pasa? — cuestiona al sentirse vigilado.

— ¿Por qué hay tantas marcas en tu cuerpo, y que son estos aros de metal en tu cara?

— mi disfraz humano— sonrió — es bien divertido.

— no veo nada gracioso en qué tengas formas negras en tu cuerpo.

— te dije que amo el arte humano ¿no? Aparte que es divertido con lo que hace esto a los humanos que vienen aquí. — Lauren quiso volver a preguntar, pero el chico alto pasó por su lado hasta las bancas de madera que estaban frente a él se arrodilló detrás de una y alzó la mirada.

Lauren frunció el ceño, hasta que vio lo que su jefe estaba admirando. Y le dió toda la razón.

Sintió sus rodillas temblar al ver lo más alto de la estructura. Había una estatua de representación.

Estaba con los brazos extendidos, la cabeza gacha, una cruz detrás de esta figura  que se suponía relataba un pasado muy conocido, la cruz simulaba tener astillas, la sangre se notaba irreal, y las manos y pie simulaban estar clavados en la cruz, pero lo que más le impactó a Lauren, fue la expresión de esa figura, parecía tan real su sufrimiento, su dolor, su agonía, su vista iba hacia el frente reflejando cansancio y una profunda tristeza con un ligero brillo… que la hacía sentir amada, si no supiera que era imposible, podría creer que petrificaron a un humano de verdad para solo guindarlo ahí.

Se acercó a Micah imitando su pose.

—¿qué es esto?

— Es hermoso ¿verdad? Quién hubiese pensado que seres inmorales y llenos de tantos defectos podrían crear tal maravilla — sus ojos se aguaron — y sólo usando las manos. Hasta podría jurar que de verdad se siente su amor y agonía.

— ¿quién es?

— ¿quién más de los nuestros fue crucificado, Lauren? — la chica casi responde una lista de nombres, pero Micah se adelantó — que marcó un antes y un después en la historia humana. — ella se callo un momento y frunció el ceño.

— estoy segura que ese no es su color de piel.

— cosas raras de humanos — se encogió de hombros. Volviendo a admirar a su alrededor, Lauren también comenzando a pasear su vista por las pinturas que se notaban hechas a manos o incluso algunas creadas con metales ¿como hacen para que un metal llore?

Estaba absorta viendo maravillada toda la estructura, pero aún así logró captar una conversación.

— guarda tu teléfono, podría robarnos.

— ¿no le da vergüenza? Se nota que no cree de verdad, debe venir solo a pedir comida, ve como esta vestido. Seguro no tiene casa.

— que asco, sentémonos lejos de él. — Lauren giro la mirada para notar como ese par de mujeres no le quitaban la vista a Micah mientras cuchicheaban entre ellas.

— le dicen hipocresía — Micah volvió a llamar su atención. — esto es una iglesia, se supone que es un templo exclusivo para adorarlo, pero muchos prefieren seguir pecando aquí dentro antes que seguir su palabra.  Se dejan llevar por prejuicios y aún así tienen la suficiente avaricia como para creer que Él, les debe algo por venir. Ignoran las palabras del líder del templo, hablan durante la ceremonia, se creen superior a los demás y alejan a potenciales seguidores con su aptitud.

— eso suena horrible ¿por que te ries?

— que estas personas piensan que yo no creo en Él … y tienen razón. Yo no creo, yo sé que existe y ellas tendrán esa seguridad cuando ya sea muy tarde. — cierra los ojos — me trae tanta paz imaginar su futuro, siendo quemadas por la llamas eternas — sonrió conforme con la imagen — quisiera verlo así tenga que aguantar el calor, sus gritos podrían arrullar mis descansos

Lauren no se asustó, ni se alarmó. Ya había oído comentarios iguales o peores de otros ángeles antes, pero pensaba que exageraban. ¿Como pueden juzgar a alguien por su apariencia? Era ridículo eso.

— vas a ver muchas cosas horribles aquí, Lauren. El caso que te tocó es sencillo y no verás lo peor del ser humano, pero aún estás expuesta a caer en la tentación de hacer justicia por tu cuenta, recuerda siempre, que solo existe un ser con la autoridad de juzgar y no eres tú. No los toques o no tendrás siquiera derecho a ‘caer’.

— aún no me has dicho lo que tengo que hacer.

— ni lo haré, sería trampa — se levanta con la gracia de un ser divino — la humana pasará delante de aquí en 2 minutos, vuelve al cielo cuando el firmamento esté oscuro, los humanos necesitan dormir y sería raro que estés cerca de ella sin que se hayan puesto de acuerdo. Los humanos tienen muchas cosas raras y no pienso volver a pasar por el proceso de sacar un ángel de la cárcel. — negó con la cabeza sacando ese mal recuerdo. Muchos papales para soltar a alguien inocente. Malditos humanos, siempre queriendo jugar a ser Dios. — nos vemos… — volvió al rincón oscuro y se hizo uno con las sombras, descendiendo al suelo. De nuevo, ningún humano lo vió.

Había enviados de Dios entre ellos y ni se percataron, hasta lo juzgaron y se alejaron de uno criticando su apariencia, volvió su vista por última vez al arte humano y aguanto una sonrisa

por razón estaba tan seguro que lo iban a matar

— por cierto — volvió a aparecer de repente detrás de la más bajita — tu también tendrás tatuajes — dió un chasquido de dedos y aparecieron las figuras en la piel inmaculada de Lauren. — te veias muy santa — volvió a desaparecer dejando a Lauren rodando los ojos, finalmente se levantó también, para dirigirse a la salida. Ya era hora de empezar con la misión.

.

Camila y karina atraían las miradas de todos a su alrededor. No era para menos, estaban haciendo algo tan infantil que no creen que sea la típica broma de Internet.

Luego de terminar con su trabajo lavaron dos potes de mayonesa, lo llenaron de yogurt y ahora se lo están comiendo mientras caminan por el parque. A duras penas se aguantan la risa solo para evitar que el yogurt salga por su nariz.

— esto es estupido — susurró — pero debí haberlo hecho antes. — Camila comienza a caminar delante de ella, de espaldas.

—¿verdad? Nomas Checa sus caras — por estarse riendo e ir de espaldas no se dió cuenta que había alguien de pie y chocó contra su cuerpo.

— ay, disculpa.

Era un chico, muy alto, con una gorra cuadrada y puesta casi a la altura de sus ojos, tenía una camisa con grandes aberturas en los brazos, llegando casi hacia sus piernas, debido a que era algunas tallas más grandes, sus pantalones eran anchos, negros, sucios y sus zapatos deportivos estaban llenos de barro.

— que te pasa, niña — se volteó hacia ella y su amigo con facha similar también las observó. — ¿Tu mamá no te enseño que tienes que mirar a donde caminas? — se acercó varios pasos intimidado a las dos chicas que retrocedía, el sujeto observó  que el bolsillo de una de ellas tenía el conocido bulto de un celular.

— ya te pedí disculpas.

— dame el celular. — ordena firme.

— ¿que? No.

— mila…  dáselo — susurra karina con miedo.

— ¿que vas a hacer si no te lo doy? — el se llevo una mano al borde de su franela

— te tragaras esto— alza la prenda un segundo para revelar que iba armado.

— Mila..

Camila estaba a punto de ceder, pero una mano de la nada se posó en el hombro del chico, lo volteo y le dió un golpe en la mandíbula provocando su caída, era una chica de tez blanca, cabello y ropa oscura. El amigo del sujeto reaccionó rápido y quiso hacer algo, pero la chica lo pateó en una rodilla y con la otra pierna le voló la cara, luego tomó del cabello al chico que perdió su gorra al caer estaba dispuesta a golpearla contra el pavimento.

— ¡no le hagas nada! — grito una vieja salida de quien sabe donde. — no seas salvaje, deja al pobre muchacho en paz, loca agresiva.

— señora que habla, es una mala persona. Debe ser castigado.

Camila tuvo el presentimiento sin razón, de que alguien se hizo un facepalm ni bien la desconocida dijo eso. Aún estaba de espaldas y no le podía ver la cara, pero estaba totalmente maravillada con ella, la apreciaba como una obra de arte o un frein de su serie favorita.

— ¡no te me acerques! — comenzó a gritar la vieja de la nada, la desconocida no entendía. — ¡policía! ¡Ayuda, policía!

— cayese señora y váyase a la —comenzó a decir la desconocida.

— ¿que esta pasando aquí? — un uniformado llegó rápido.

— nada que esta señora está gritando a lo

— ¡esta loca atacó salvajemente a estos chicos que no estaban haciendo nada malo!

— ¿que? Claro que no

Camila estaba muy entretenida viendo todo, hasta que sintió a Karina tomar su brazo.

— vamonos Mila, no quiero problemas.

— pero la chica-

— ¿eso es verdad? — escucho la voz del policía preguntarles directamente. — ¿les quiso robar?

— no… — se adelantó Karina — estábamos hablando y ella los atacó de repente.

— no, SI —Camila se soltó del agarre de Karina y la vio incrédula. Negó con la cabeza antes de darle una mirada firme al oficial.

— pónganse de acuerdo, lo único seguro que hay aquí son dos jóvenes en el suelo.

— ¡ya le dije que son malos! — el oficial volvió a ignorar a la chica y está le dió una mirada significativa a Camila. Una mirada verdosa que le trasmitió muchos sentimientos entre ellos “hacer lo correcto”

— él nos amenazó — señaló al chico con el que chocó — y trató de robarnos, si ella no hubiera llegado yo ahora estaría llorando por mi celular o algo peor.

— ¿Y usted qué dice? — ahora se dirigió a Karina. Camila la conocía bien, huía del conflicto siempre, normalmente la apoyaría y ya estarían en casa. Pero por alguna razón se siente más llena de vida y con más ganas de hacer lo correcto, que nunca.

— es verdad lo que digo — se interpuso Camila. — revíselo, tiene una pistola en la cintura.

— no me puede revisar. — refuta el chico cuando. El policía le pide alzar los brazos, la vieja lo apoya pero el policía se ríe.

—¿quien  dice que no? ¿La ley? Alza los brazos o te arrestare por ir contra un oficial de policía.

Los chicos corrieron como pudieron y el oficial fue tras ellos, la desconocida quiso perseguirlos, pero Camila la tomó de la mano.

— espera. — increíblemente la desconocida se detuvo y vio directamente a los ojos de quien la sostenía.

Camila no pudo ni tragar saliva, el verde intenso de esos ojos la absorbió por completo y por un momento pareció que el tiempo se detuvo para ella, no escuchaba nada a su alrededor y lo demás dejó de existir sólo para dejarla a ella delante la desconocida que acababa de salvarla.

— ¿estan bien? — la escucho preguntar y dirigir su mirada a Karina, así Camila pudo reaccionar.

— si, SÍ — la desconocida volvió a mirarla, ahora con extrañes  por su repentino grito. — gracias a tí.

— no es nada, cualquiera lo hubiera hecho. — se encogió de hombros y miró el agarre que tenía Camila sobre su brazo, esta al percatarse de eso la soltó de repente. — igual tu me ayudaste con ese oficial.

— era lo mínimo, ¿verdad? — Camila miró a Karina y está asintió.

— muchas gracias, pero lamentablemente si no eras tú, nadie nos hubiera ayudado. — miró al resto del parque, las demás personas estaban en sus cosas. ¿De dónde saliste?

— de la iglesia — señaló con su cabeza, las dos chicas fruncieron el ceño y la desconocida miró un segundo al cielo, como si la hubieran llamado. — me tengo que ir ¿están seguras que ya están bien?

— si, gracias de nu-

— ¿como te llamas? — Camila interrumpió a su amiga. La desconocida volvió a mirar un momento al cielo, esta vez con una sonrisa presuntuosa.

— soy Lauren — estiró su mano— un placer…

— Camila — sin dudarlo estrecho sus manos — y ella es Karina, mi mejor amiga. ¿Te podemos invitar a comer? En agradecimiento por ayudarnos con ese idiota.

— Camila, la chica dijo que se tenía que ir.

— me encantaría, pero no como mayonesa — miro con asco lo que ambas chicas sostenían.

— aah — Camila ríe — es una broma, en realidad es yogurt. te invito una pizza.

Por alguna razón la sonrisa ladeada de Lauren no le dió buena espina a Karina, como si todo hubiera ido de acuerdo a un plan.

— Con una condición.

.

— esto es divino — Lauren cerró los ojos dejándose llevar por el sabor de la pizza.

— ¿Cómo es que nunca en tu vida comiste pizza? — casi reclamó Camila. Karina tuvo que regresar a su casa tras una llamada de su madre.

Lauren abrió los ojos de par en par.

— eeh — tartamudeo — por… por mi… ¿religión? — frunció el ceño, como si no estuviera conforme con esa respuesta. — si, por que una religión no me lo permitía.

— ¿y no tendrás problemas con tu Dios por esto? — Lauren no pasó por alto el tono que usó.

— A Dios no le importa lo que coma, te aseguro eso.

— si, claro. Cambiando de tema — bebió un poco de gaseosa antes de continuar.

—¿esto es una cita?

Camila comenzó a toser de repente ante la inesperada pregunta, sus mejillas se tiñeron al rojo vivo, Lauren dejó su pedazo de pizza para darle leves palmadas en la espalda.

— ¿que pasa? ¿Esto es lo que llaman “por el camino equivocado?

— ¿por qué —agarró aire —dices que es una cita? —la idea no le des agradaba mucho a Camila, pero recién la conocía, no podía darse el lujo tener tales pensamientos.

Lauren se encogió de hombros y regresó a su asiento.

— estamos solas, en un restaurante y teniendo una conversación agradable. Me caes bien y creo que te caigo bien. ¿Que más necesitan ustedes para considerarlo cita?

Sin duda alguna, Camila nunca había tenido tantas dudas en su cabeza, menos hacia  una persona.

— somos dos chicas — Lauren alzó una de sus cejas pobladas y perfectamente recortada.

— ¿y?

— cómo qué “¿y?” ¿Tu religión no está en contra de las relaciones de las personas con el mismo género? — por primera vez Camila vio confusión en el rostro de Lauren.

— ¿qué estupidez humana es esa? ¿Por qué una religión debería estar en contra del amor? — negó con la cabeza — no hablemos de eso ahora. Ya esta claro que no quieres una cita conmigo.

Por alguna razón Camila supo que esa chica no tenía muy claro el concepto de “cita”  de alguna manera le pareció tierno y finalmente se rió.

— que lindo te ries. Deberías hacerlo más seguido.

— ¿Quien dice que no rio seguido?

— No sé, pero según he escuchado, cada vez los humanos ríen menos, creí que podrías estar entre ellos, me alegra que no. La risa es el lenguaje del alma.

— Pablo Neruda.

— ¿quién? — Camila se tomó más libertad de ver a Lauren, otra vez incrédula.

— es quien escribió ese poema…

— ok, esto va a ser complicado. — Lauren se limpió la boca con una servilleta. Sus movimientos fueron tan concisos, exactos y elegantes que Camila no pudo hacer más que volver a impresionarse de lo hermosa que es la chica que está sentada frente a ella. — digamos que mi religión era muy estricta, todo lo que te parezco raro de mi, es por “la religión”, es todo lo que conozco desde que tengo memoria.

— no te entiendo nada, Lauren. — expresó Camila.

Y era totalmente cierto, dice venir de una religión muy estricta, pero tiene un tatuaje en su antebrazo, un pircing en su nariz y ropa casual. Aparte de la paliza que le dio a quien quiso agredirla y lo más importante de todo, cae bien. Hasta ahora todas las personas con las que se a topado Camila y son “de iglesia” son personas narcisistas, hipócritas e imbeciles, que hablan de los demás sin saber y emiten juicio sobre los demás, sería poco decir que a Camila le dan asco los fanáticos de ese ser imaginario.

Pero Lauren… parece una excepción.

— no hace falta que lo hagas, es complicado de explicar. —  estiró su mano hasta el rostro de Camila y con su pulgar tomó un poco de salsa. — y quiero seguir viéndote, me caes bien, Camila. Aunque te rías poquito. — lamió su pulgar y el corazón de Camila dió un salto más fuerte que el anterior.

— si me río bastante — la ojiverde le dirigió una mirada de desdén y recostó su rostro en su mano.

— ¿así? No te creo, después de todo solo tengo esta hora conociéndote, te ves muy seria aburrida. — eso toco un nervio de Camila.

¿Yo? ¿Seria y aburrida?

— salgamos mañana y verás que no soy nada aburrida. — Lauren volvió a sonreír de lado.

— Es una cita.

La lista

El viento era muy refrescante pese a la altura en la que nos encontrábamos, la verdad esperaba algo más frío. Me pego un poco más al barandal y giro mi rostro para verla. Ver hacía abajo me daba vértigo, pero era otra cosa que tachar de mi lista, tenía que hacerlo, si o si.

Enserio que tenía una piel tal pulcra que parecía la de un ángel, sus ojos verdes  se veían más claros, casi transparentes mientras miraba al cielo, tal vez rezando por su vida.

Cerró los ojos por un momento, luego miró el precipicio delante de nosotras, su rostro no mostraba rastro de vértigo o temor, pero se que debe sentirlo, no hay humano que ante tal altura tenga tanta paz como su rostro lo aparenta.

Ella al parecer siente mi mirada y voltea para enfrentarme, sonríe y yo muerdo mi labio al sentir un vértigo aún más fuerte que el que estaba provocando nada más saber a cuántos metros del suelo nos encontrábamos.

¿Qué estaba haciendo? Mi consciencia llevaba recriminando esto hace rato. No por estar a punto de saltar en bonji, si no por arrastrar a una desconocida a esto. Ni siquiera Karina quiso acompañarme, pero esta desconocida incluso pagó mi entrada a pesar de mis reclamos.

Admito que quería impresionarla, tenía ganas de hacer esto hace años y ahora tengo la oportunidad, si. Pero eso es solo el 10% de las razones de por qué estamos aquí, lo tenía programado para casi al final, sin embargo aquí estoy, con la mujer más hermosa que haya visto antes, alguien que casi no conozco, pero no a puesto trabas para apoyarme en esto.

— ¿Esto es suficiente aburrido para tí? — grité al ver que volvía su vista al vacío debajo de nosotras.

— no me retes, Camz. — se alejó un poco más del borde. — ¿Estás segura de que esto es seguro?

— no, ¿por qué, estás asustada? — uso un tono burlón, pero luego lo cambió a uno más comprensivo — no tienes que hacerlo Lauren. Esto lo hago por mí, es mi capricho. No tienes por qué venir si no quieres.

— dije que te acompañaría a lo que quisieras y así haré… además, creo que es lo único loco que harás — volvió a mirar abajo, tal vez calculando que la cuerda amarrada a su cintura no esté más larga que la altura. Yo me río. — se que yo no moriré, pero me preocupo por tí.

—  a caray, ¿por qué tanta seguridad? — abrió la boca para responder pero el instructor llegó de vuelta.

— ¿listas?

— sí — gritó Lauren entusiasmada… esconde muy bien su miedo, lo sé.

— bien, a la de 3 tienen que saltar. — su teléfono se escuchó y lo sacó para responder un mensaje — a la una… — comienza a contar sin mirarnos, yo me preparo, la adrenalina comenzó a fluir por mi cuerpo, comencé a sentir la mirada fija de Lauren sobre mí. — a las dos… y a las

— ¡espera! — grito Lauren de repente. Pero ya había sentido un empujón de parte del instructor, me vi cayendo por un segundo, la voz de Lauren me distrajo y de repente ya no estaba lista, cerré los ojos aterrada al sentir una presión en el pecho.

— ¡no puedes hacer eso de repente! — grito el instructor y yo hago un recuento de mi cuerpo. Vuelvo a abrir mis ojos, la presión de mi pecho era el brazo de Lauren sobre mi cuerpo, manteniéndome con fuerza contra el barandal, un más inclinada de lo que debería hacia el acantilado.

— haz bien tú maldito trabajo — gritó Lauren de vuelta muy enojada — casi ocurre una tragedia. — volvió su vista a mi que aún no entendía nada y sin pensarlo se puso delante de mí, dándole la espalda al vacío y rodeándome con ambos brazos, se sostenía fuertemente del barandal con las manos. — su cinturón está flojo.

— mierda — miró al instructor, su rostro estaba blanco, posiblemente pensando que podría perder su trabajo.

— eres un inútil —volvió a atacar Lauren inclinándose hacia mí y soltándose del barandal.

— señorita, lo siento mucho. Solo que

— solo que nada, maldito inservible — con suma habilidad se deshizo de mi cinturón y volvió a colocarlo, esta vez sí sentí una fuerte presión en mi cintura, levanto la vista para ver a Lauren pero esta tenía la mirada fija en el chico que al parecer estaba sudando.

Sostengo mi respiración cuando Lauren bajo su vista a mi ojos, los suyos estaban de color gris, un gris brillante nunca crei conocer a alguien con tal tono ocular, pero Lauren… sus ojos eran verdes.

— Lauren…

— ¿Aún quieres hacer esto?

— señorita…

— callate, imbécil. — exclamó Lauren y volvió a mirarme, yo cierro los ojos, su mirada era muy fuerte en ese momento para mí, a mi mente vinieron imágenes de mi lista aún con muchas cosas que tachar y respire profundo, tenía que hacerlo.

— sí — susurro y siento que Lauren vuelve a mi lado tomando mi mano.

— ¿no sientes miedo? — yo me río aún con los ojos cerrados.

— “¿qué harías si no tuvieras miedo?” — Cito el libro que me llevó a escribir esa lista.

— no se de tal sentimiento, pero supongo que es humanos tenerlo.

Lauren dijo que cada cosa rara que pensara de ella o me preguntara su respuesta sería “la religión” tengo curiosidad sobre esta, parece una donde los amantes de amigos imaginarios no son tan molestos, pero siento que de alguna manera le faltaría al respeto. Igual me parece curioso cómo al parecer en esa religión no se consideran humanos así mismos o tienen un sentimiento de individualismo muy marcado.

— Vamos a la de tres. — digo, la verdad me dejó mal cuerpo saber que no iba a poder contar esta experiencia, si no hubiera estado ella conmigo, ya no estaría en este mundo, pero si no lo hago ahora, no lo haré nunca.

— estoy a tu disposición, linda. — no la vi, pero sentí su sonrisa.

Y lo hicimos, fue una experiencia inigualable, increíble, dramática, extrema. El viento golpeando con fuerza contra tu rostro, el vacío del estómago, la diferencia de presión atmosférica provocando ligereza en mi cuerpo y finalmente un fuerte jalón de mi cintura, para volver a subir y bajar hasta que la presión disminuyera.

No lo volveré a hacer más nunca. Pero definitivamente esto va para mi diario de mejores experiencias.

Tal fue la experiencia que compartí con esa desconocida que casi me sentí como si la hubiera visto toda mi vida. Sus palabras “estoy a tu disposición” se han quedado al fondo de mi cerebro y hacían desastre a su paso.

“vamos a repasar las tablas de multiplicar”

“estoy a tu disposición, linda”

“tengo que comprar leche, huevos, y”

“estoy a tu disposición, linda”

Lauren no sabe el efecto que logra su voz.

Esa misma tarde iba con Lauren en autobús de regreso a casa, teníamos una charla muy alegre..

Bueno, yo hablaba y ella solo escuchaba y pensaba de vez en cuando.

Siempre tuve problemas de autoestima por esto, sentía que hablaba mucho de muchas cosas y al final aburría a quien me escuchaba, no podía hablar sobre algo más de dos minutos sin obligarme a callarme para que la otra persona también participe, sentía su hastío penetrando en mi conciencia y esta era quien se encargaba de decir “hablas mucho y ni le gusta eso, no sirves, solo aburres”

Solo con Karina no llegue a sentir este peso nunca y ahora con Lauren, la diferencia es que de alguna manera sus ojos verdes me transmiten una enorme paz y comodidad, estaba re confrontada, me sentía en mi zona de confort, lo cual debería ser absurdo, no hay ser humano que está simplemente bien al escuchar y escuchar a otra persona.

Estaba consciente, estaba despierta, pero el sentimiento incómodo y mi conciencia molesta no se manifestaron en todo el trayecto que llevábamos.

— luego me subí al carrito de compras y esa loca me empujó colina abajo, choque contra un muro — reímos.

— ¿por qué estas haciendo estas cosas?  No me malinterpretes, linda. Se que es “por que quieres “ pero una tras otra es extraño y totalmente a propósito. — yo suspiró

— esta bien, supongo que tienes que saber a que abstenerte conmigo, Lauren se acomodó mejor de lado, para poder verme.

— espero.

— es que tengo una lista… de cosas que quiero hacer y las estoy cumpliendo.

— pero Camz…  tienes toda una vida para ello ¿por que en este momento? — yo sonrió.

— Me tomaré un descanso de los estudios antes de terminar la carrera, si no es ahora, no será nunca — miento.

---

Lauren quedó conforme con esa respuesta, pero comenzó a insistir a acompañarme a cumplir todo lo que estaba en la lista, no entiendo a esta desconocida y mucho menos me entiendo yo. Nunca hubiera invitado una pizza a alguien que no conozco en primer lugar, incluso si me salvo como lo hizo ella. La pizza es sagrada, pero Lauren me llena de confianza, una especie de tranquilidad me invade cada vez que me mira directo a los ojos es casi inhumano, no debería ser posible que otra persona sea tan “limpia “ así.

No sólo la lleve a comer pizza el día de ayer, si no que hoy acepte su compañía para tachar todas las cosas de la lista quedan 84 de 100 y si bien su presencia me provoca incertidumbre, estoy feliz de compartir esto con alguien.

Increíblemente no me siento culpable, Karina también quería acompañarme a la mayoría de cosas, pero ella si está estudiando y… no quería que fuera más difícil para ella.

— quiero verla — dijo Lauren de repente, estamos frente a mi casa, deje que alguien que conocí ayer me acompañará a pie a mi casa ¿por que no se siente incorrecto?

— ¿que?

— la lista, tengo que saber a que abstenerme ¿no? Y estoy en mi derecho a saber qué haremos mañana — sonríe y me fue imposible negarle algo a aquellos adorables dientes blancos.

Entramos a mi casa, se escuchaba ruido en la cocina, ya era hora de cenar, al cerrar la puerta mi madre se asomó por el umbral, y al verme vino caminando para fundirme en un fuerte abrazo.

mija, ¿cómo estás? ¿Te sientes bien? ¿Estás mareada? — tomo mi rostro examinando cada parte de él mientras hablaba en español — ¿y quien es esta linda muchacha, Camila Cabello, tenías novia y no me dijiste que venía? Mira las fachas que tengo.

La risa de Lauren hizo que me soltara y ambas la viéramos.

no se preocupe señora, esta muy linda, en todo caso su hija está sana y salva, me alegra que tenga a alguien que se preocupe tanto por su bienestar — responde en un español muy fluido sorprendiendonos a ambas y haciendo que me sonroje porque entendió a la perfección lo que dijo mi madre.

o Dios, sabes hablar español, estás más que aceptada en esta familia ¿de donde vienes, linda? ¡Alejandro, baja a conocer a la novia de Kaki!

— ¡mamá!

— ¡y trae el álbum de fotos!

— ¡No es mi novia! — explico rápido.

Desde que le conté de mi orientación a mi madre esta chingue y chingue con eso, apenas lo dije estaba aterrada de su rechazo pero solo dijo “quiero conocer a tu novia” y cuando le expliqué que no tenía se levantó de la mesa exclamando con drama “Dios, por que me mandaste una hija tan virginal. Con lo aventurera que era yo, ni como lesbiana jala nada ¿por queeeeee?”

Decir que me ofendí con eso es poco.

— ¿como que no es tu novia? ¿Y por qué no lo negó ella?

tengo insistiendole a su hija constantemente que tengamos citas, señora. Pero ha sido muy cruel todas las veces que me ha rechazado — se llevó una mano al pecho para ponerle dramatismo a todo — hiere mis sentimientos de la manera más cruda, burda y no le importa.

—¡Kaki!  — grita mi madre — ¿por qué eres así con tan linda muchachita? — la ignoro con mis mejillas más rojas que la sangre.

— ¿desde cuando sabes español? — me dirijo a Lauren, se que tengo muy poco de conocerla, pero nunca se le salió una frase en ese idioma, como a mi o a todos los hispano que estamos aquí de vez en cuando.

— ¿español? — su cara de confusión me confundió más. — ¿Estamos hablando otro idioma?

— si Lauren — mi madre y yo fruncimos el ceño. Ella pareció pensarlo un momento, luego fingió que entendió algo (pésima actuación) y exclamó un “aaaah eso” — ¿la religión? — inquiero cruzandome de brazos.

— si, eso mismo iba a decir — sonríe para desviar nuestra atención, conmigo lo logró. Pero me anoté mentalmente averiguar poco a poco que clase de religión te enseña otros idiomas de manera tan fluida y por qué el español, cada vez entendía menos. — es que teníamos que leer la biblia en diferentes idiomas para comprobar por nosotros mismos que el mensaje varía según la traducción — se río incomoda — ya sabes, para no caer en fanatismo, tomar todo literal y esas cosas.

— y crees en Dios — mi madre abrió la boca con sorpresa y luego me miró con fiereza — Kaki, te exijo que te cases con ella. — Lauren amplió su sonrisa.

— ¡mi hija no se va a casar con nadie! — exclamó mi padre bajando las escaleras con el álbum bajo el brazo. — ¿quién eres tú y por qué nunca nos hablaron de ti?

— ¡no es mi novia! — reclamo porque ya sabía por donde iban sus palabras. — la conocí ayer.

— y fue el mejor día de mi vida

— awwww — expresó mi madre, mi padre también fue casi ablandado, miró a Lauren entrecerrado los ojos, la desgraciada sabía lo que hacía, era vulgarmente profesional en el arte de meterse a la gente en el bolsillo.

— y no la quiero incomodar mucho señora, pero huele a quemado.

— ¡coño, los frijoles! — salió corriendo a la cocina mientras mi padre fulminaba a Lauren con la mirada, esta no se mostró temerosa, ni prepotente, sólo le sostuvo la vista con total naturalidad, como si conociera a un nuevo amigo.

— Esto no se queda así. — amenazó con un dedo a Lauren antes de retirarse a la cocina a ayudar a mi madre.

— le caigo bien — metió sus manos a los bolsillo acercándose a mi.

--

— Entonces crees en Dios, mija. — La rapidez con la que mi madre comenzó a tratar a Lauren como de la familia me perturbaba.

¿Será que quiere que me independice?

—bueno, Sinú. De creer así como quien dice creer de qué creo… no— yo bajo el tenedor esperanzada, si hay una mínima posibilidad de que sea atea — pero si sé que existe.

La decepción no tuvo espacio en mi cuerpo, la seguridad con la que pronunció esas palabras era escalofriante y sentí como si me hubiera ahogado por un segundo, en más de una ocasión he discutido con fanáticos locos que también usaron esa expresión… pero nunca se sintió con tanta sinceridad, mierda ¿que religión es esa?

Lo único que se pasó por mí cabeza para que haga tal afirmación de algo inexistente es que la hayan llevado al borde de la muerte y por tener una imaginación potente crea que haya visto al tal ser este todo poderoso.

De los religiosos creo todo y ella lo único que me dijo de lo que seguía es que si eran un poco estrictos, trage saliva al imaginarme a Lauren siendo golpeada por varias personas hasta que se le apareció “Dios”

— me gusta ese pensamiento — mi madre retomó la conversación luego del silencio. — ¿y no te juzgan mucho en misa? Con eso de que en la biblia dice que Dios no acepta a los homosexuales.

— ¿que? — De vuelta esa cara confundida. ¿Qué carajo? Su ceño se frunció de repente, algo la enojó — ¿la biblia dice eso? — está vez la desconcertada fue mi madre.

— si… mija, en Levítico lo dice muy claro.

— ooh, “Levítico” claro — rodó los ojos — en mi religión ignoramos ese episodio, está lleno de estupideces. — me remuevo incómoda y mi padre me mira. — libro, capitulo como sea — escuché que se susurró a sí misma, como si otra persona la hubiera corregido.

— que religión es-

—¿cómo te ganas la vida, Lauren? — mi padre intervino y le agradecí en silencio, lo último que quería era comer hablando sobre un ser tan injusto e inventado.

— estoy en…  en una empresa — comenzó — una empresa grande — asintió.

— ok, ¿cómo se llam

— trabajaba como asistente de los… de los que hacían el trabajo importante, pero ahora. Estoy cerca de conseguir un rango más alto.

— oh cariño, eso es bueno— mi madre apretó su mano en señal de apoyo, yo evite abrir la boca ¡tiene menos de 3 horas conociéndola!

— si, por eso es que estoy aquí, me están poniendo aprueba.

— ah, ya veo — dice mi padre — eres de otra ciudad. — yo parpadeo al procesar eso.

— ¿te irás cuando termine de probarte? — ella me sonrió de lado.

— Espero que no.

No debí sentir un vacío en mi mano en ese momento.

---

— lindo lugar — volvió a hablar inglés al entrar a mi cuarto, no me molestaba, hablo bien los dos.

— siéntate — ordeno y ella muy feliz obedeció, levantó una ceja —y…  cierra los ojos. — lo hizo, me podría acostumbrar a esto.

— pero cómo voy a leer la lista así.

— no la vas a leer — ella quiso reclamar — ¡no abras los ojos! — Lauren hizo un adorable puchero. — Hay cosas vergonzosas y no quiero que las leas.

— ¿Y como te voy a cumplir todos tus objetivos si no los sé?

Mi cara se calienta ¿Ésta chica tiene siquiera una idea del poder de sus palabras?

— tu-tu no tienes que cumplirme nada, es mi lista, solo dejare que me acompañes a algunas cosa y te las voy a decir.

— no es justo, nos conocimos por algo, Camila — quiso sonar enojada, pero sin la constante intimidación de sus ojos verdes, se veía adorable. — lo creas o no, fuí enviada para mejorar tu vida.

— sí sí, piropos en creyente, como sea. — ella solo frunció el ceño, aún no sé cómo contarle que no creo en ese ser, sin ofenderla. En más de una ocasión lo he hecho sin importarme nada, pero maldita sea, Lauren es diferente. — escucha con atención. — abro mi gaveta sacando la lista.

— pintar una pared con aerosol — ella hizo muy mal su trabajo de ocultar la risa — ¡no te burles!

— ¡no lo hago! Respeto mucho tu deseo y anhelo de… de pintar una pared — no aguantó y empezó a reír sin abrir los ojos, yo tampoco lo resistí, su risa era muy contagiosa. — ok, ok. Yo te pago el aerosol.

— no, Lauren — niego con la cabeza aunque no me vea—tu también vas a pintar.

—¿Y yo que tengo que ver en ese negocio?

— Querías ayudarme a cumplirlas ¿no? Ahora por reírte una pared será doblemente pintada. — esperé sus quejas.

— bueno.

Entre cierro los ojos, es una imbécil. Me las va a pagar.

Al final de la noche terminé contándole la gran mayoría, incluido los viajes a otro continente que los veo imposibles, discutimos detalles sobre las más locales, bueno, lo admito, le conté todas menos una.

Objetivo 73- besar a una chica.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro