
El Secreto 3
Viernes
a un dia de la boda.
- y ahí simplemente no me aguante más, saque el condon de mi bolsillo y se lo tire a la cara. - Camila se rió muy fuerte.
- es la mejor forma de pedirle a un chico que sea tu novio que e escuchado en mi vida. - ambas rieron.
- lo extraño mucho, que bueno que mañana viene. - Margarita se quitó una lágrima al borde de su ojo.
- no quiero sonidos asquerosos en el pasillo, prima. - amenazó Camila en broma y su prima solo se encogió de hombros.
- no prometo nada, siento que apenas lo vea saltare hacia el - sonrió - tenemos tanta quimica sexual que se me enichina la piel de solo recordarlo. - sin darse cuenta, Camila bajó su sonrisa.
- ya, te entiendo - quiso decir en broma. Pero Margarita, la conocía muy bien. No por nada era su prima favorita.
- ajaaa - le picó las costillas con un dedo - ¿como se llama el afortunado? - Camila fruncio el ceño.
- ¿afortunado de que, Mari? Sabes que en ese campo no tengo suerte.
Lo cual era totalmente cierto, Camila no era específicamente una santa en cuanto a su sexualidad, pero ningún chico con el que haya estado le dejó un muy buen recuerdo, incluso teniendo buenas referencias de ellos de otras chicas. Habia deducido que el problema era ella y el sorpresivo interes por Lauren no hizo si no confirmar esa teoria.
- esa carita dice que esa suerte cambió. - dejo uno de los centros de mesa que estaba acomodando y se acercó más a Camila.
- no cambió nada, sigo sin disfrutar en exceso el sexo, creo que lo sobrevaloran mucho.
- no querida. - nego con la cabeza como si tuviera las respuestas del mundo - el sexo no esta sobrevalorado, es que no te has topado con alguien que te despierte esas ganas primitivas, peroo - le sonrio - parece que ahora si.
- Margarita... - miró a todos lados.
- niegamelo, niegame Camila que no hay alguien que con una mirada te haga cruzar las piernas. - Camila trago saliva al recordar la reacción de su cuerpo cuando vio a Lauren por primera vez.
- ¿cómo es eso de... Química sexual?
Su prima celebró en silencio ante el chisme que se le estaba presentando.
- bueno, esa química viene en forma de chispa desde el primer momento que cruzan miradas, yo creo en la "atracción sexual" a primera vista y capaz todos los poetas y novelistas de antes lo confundieron con el amor - rueda los ojos, ella se enamoró de su actual novio después, mucho después del primer "revolcón" que se dieron.
- eso suena más estupido aun, Mari. - la ignoro.
- pero puede ser unilateral, tienes que estar atenta a las señales, a ver ¿cuando estas en el mismo lugar con el no se quitan la mirada de encima? - el silencio de su prima le dio la razón y se emocionó -¿buscan tocarse en todo momento, así sea un mísero roce y ese roce transmite una fuerte energía entre los dos? - se llevo las manos a la boca al ver que Camila se sonrrojaba, al parecer: recordando algo. - Camila - llamó muy seria - esto es importante ¿alguna vez que lo hayas tocado... ¿se apartó de ti? - La castaña volvió a fijarse que no había nadie cerca y negó rápido.
- ¿has visto si alguna vez tuvo una erección con ese toque?
- mmm... - complicado - no tengo manera de saber eso.
- ay por favor, Mila. Si no le apartas la mirada de encima, claro que si te vas a dar cuenta si se le paró o no. - explica ordinariamente. Camila se lame el labio ¿podria decirle...? No, definitivamente no, ama a su prima. Pero es super malpensada y se dará cuenta en dos segundos de quien se trataba y ya no es solo su secreto como para andarlo regando por ahí, su palma hormigueo recordando como termino todo hace dos noches.
- no me fije en esa zona, Mari.
- vamos a decir que te creo. Sigamos contigo. Cuéntame, ¿cuando tienen un poco más de un roce... Sientes que una corriente fuerte recorre tu cuerpo, o un escalofrío? ¿La boca seca, se te enchina la piel y te pones nerviosa?
- sí... - ni bien terminó de pronunciar eso Margarita chillo abrazando a Camila.
- ya tienes tu revolcon perfecto, Mila. Tienes que atrapar a ese chico y atarlo a una cama ya.
- no puedo hacer eso Mari. - Margarita frunció el ceño, pero antes de preguntar, una tercera persona que escuchó lo último, se acercó.
- Camila - la nombrada sintió los cabellos de su nuca erizarce ante ese tono tan mandatario de voz. Las voz ronca no debería sonar tan bien en una mujer.
Ambas primas se giraron para enfrentar a la invitada de honor.
- necesito que me ayudes con algo - se escuchaba muy seria.
- no. - habían acordado no hablarse de ser estrictamente necesario y lo habían logrado todo el día anterior, casi ni se vieron, bueno, tenían razones de peso para ignorarse debido a su último encuentro. ¿Para que demonios le habla? - busca otra persona.
- te lo estoy pidiendo a ti - se acerca a ella, ignorando a alguien que frunció el ceño ante la interacción.
- y yo te e dicho que no te ayudare. - las cuñadas evitan a toda costa sentir algo más que rabia al verse directamente a los ojos, si ignoran las otras cosas que se hacen sentir mutuamente a cada mirada es como si no existieran.
- bueno, bueno - interviene Margarita ante el mal ambiente, a su parecer esa una sana rivalidad entre una novia poseciva y una hermana celosa. - si quieres yo te ayudo, reina. No te preocupes - se ofreció Margarita para evitar que esas dos se agarraran de los moños, Lauren aun tenia que aprender la hipocresia Cabello si queria ser parte de la famila. Al menos la mayoria se llevaban mal los unos con los otros, pero no era algo que se tenia que andar demostrando, son familia.
- gracias Margarita - le sonrio. super bipolar, penso la prima. Le dedicó una última mirada de rabia a Camila y se fue con Margarita a explicarle en que necesitaba la ayuda.
Camila soltó un fuerte suspiro al verse sola en el lugar. Aun era de mañana y ya Lauren le habia dejado un leve temblor en las piernas.
Negó con la cabeza antes de sentirse triste por su mirada de odio, ella se lo había ganado.
Si se hubiera grabado ese momento solo se veria una amorfa forma en la oscuridad, sus cuerpos estaban tan unidos que a nadie le sorprenderia que se unieran de un momento a otro. El beso no fue para nada tranquilo, desde el primer toque de sus labios fue un ataque voraz hacia la otra, pareciera que tuvieran años anhelando y no solo unos días de conocerse.
Camila llevó sus manos a la cintura de Lauren y la empujó a la pared con delicadeza que nada tenía que ver con las mordidas que le estaba haciendo a los labios de la ojiverde, sentía que si no hacía algo con todo lo que le estaba palpitando en ese momento, iba a morir.
"tal vez si sacio ganas, deje de tenerlas" - recordó su propio pensamiento.
Comenzó a acariciar la cintura de la mujer entre sus manos hasta meter los dedos debajo de su camisa y tocar su tibia piel.
Lauren llevó las manos a aquel glorioso trasero que le sonreía cada vez que lo veia, tenia tantas ganas de morderlo, golpearlo y apretarlo que no se daba abasto con sus dos manos, comenzo a sentir un ligero aire en su vientre y sin peros levantó sus brazos dejando que Camila le quitara su polo. Esta al verla sin camisa, con la respiración agitada y sus mejillas sonrojadas bajo la luz de la luna no pudo hacer más que expresar su pensamiento en voz alta.
- eres tan hermosa... - aprecio con un suspiro, provocando un doloroso y real recuerdo en la mente de Lauren, haciendo que esta desvíe el rostro para evitar otro beso de la castaña.
- Camila, no. - la empujo de los hombros, su temor se estaba haciendo realidad desde ese momento.
El recuerdo no era doloroso por su contenido, era doloroso por lo que estuvieron apunto de hacer, esa mirada oscura y sedienta de deseo que le dió Camila, más aquellas palabras la transportaron a la primera vez que ella y su prometido hicieron el amor, no podía permitir que una calentura de momento arruinara eso.
- mierda - la castaña se llevó las manos a la cabeza y se alejó de ella volviendo a observar. Se plantó en el suelo para evitar volver a besarla - mierda. No no no, esto no puede ser.
- ya está hecho - se coloca la camisa que estaba en el suelo - lo importante es que ya no pase esto.
- tienes que dejar de buscarme.
-¿que? - volvieron a la discucion principal. - yo no te busco a ti.
- si lo haces. - se aleja más - te paras ahí. Tan perfecta en todos lados. Es imposible Lauren, te gusto y tu - se dió cuenta de algo y su tono se volvio enojado - tú no te apartas. Tu no quieres a Carlo.
- ni se te ocurra volver a decir eso - se acerca amenazante, esperando que Camila de más pasos hacia atrás, pero no lo hizo - que el que tu no estés ahora mismo gimiendo contra mi boca es precisamente por que yo amo a Carlo.
- ves como me tienes ganas. - reto por decir algo, lo dicho le provocó una contracción en el sur de su cuerpo.
- las mismas que me tienes tú a mí. - una cachetada evitó que añadiera algo más.
- deja de jugar con los sentimientos de mi hermano, si no te es suficiente. Dejalo antes de que cometa el peor error de su vida casándose con quien no lo quiere. - volvió a huir, pero esta vez sintiéndose la peor basura del mundo, tenía que ser así, de lo contrario no resistiria para un tercer encuentro.
- ¿necesitas ayuda, mija? - apareció Sinu con la aptitud insoportable que últimamente cargaba y Camila solo suspiro con fastidio.
Horas después.
- ¡mija! - grito Sinu abrazando a su hija - ¿quieres venir con nosotras?
- ¡hijo mio! - también exclama Alejandro con una mano en el hombro de su hijo - ¿quieres una cerveza?
Los hermanos bufaron al mismo tiempo antes de mirarse formulando cientos de preguntas. Sus padres estaban insoportables y no sabían por qué. Nunca fueron explícitamente cariñosos con ellos, eran más una familia que tenía de lema "sin bulling no hay amor" y ahora tenían día y medio de ellos dos siendo extremadamente atentos de sus hijos. Al principio les provoco un escalofrío, ahora solo estaban altamente hastiados y no encontraban la manera de hacerlos parar.
- no mamá, sabes que no me gusta escuchar a todas mis tías hablar al mismo tiempo. - respondió con fastidio.
- no papá, aún queda mucho por hacer. - y no tenía la costumbre de beber de día. Temia horriblemente de la "barriga cervecera"
- estoy lista - entró una muy nerviosa Lauren a la sala donde la familia más directa de su prometido eran los encargados de envolver los cubiertos en servilletas.
Carlo quiso sonreírle a su prometida para tranquilizarla y evitar un ataque de nervios. En la mañana le hizo un llamado a su familia para preguntar a qué horas estarían llegando, la boda será al día siguiente en la tarde y para evitar que Carlo viera el vestido antes de tiempo, su mamá se dio la responsabilidad de llevar el vestido un día antes junto con toda su familia que también iba a la boda y llegarian el viernes en la noche,
Pero solo le respondió su atareado hermano porque estaban llegando tarde al aeropuerto, para que después de dejar todo en embargue Lauren recibiera una llamada de su madre diciendo "se nos quedó el vestido" estando esta a dos personas de entregar el pasaporte.
Margarita que había estado presente cuando recibió esa llamada le comento de una tienda que vendía vestidos en el centro de la ciudad. Después podía vender el original y recuperar parte de la inversión.
Eran las doce del medio día y por más que había un exquisito aroma en el aire no tenía problemas con ignorar los gritos de su estómago, era su boda ¡y no tenía vestido! Quiso gritarle a su prometido por la tranquilidad que tenía.
Claro que fijar la vista en Camila no la tranquilizó. Su mirada estaba casi taladrando su cuerpo mientras lo recorría, lo que logró la menor fue provocar más rabia dentro del cuerpo de Lauren.
¡Ay por favor! Le deja una marca enorme en el cuello que aún tiene que cubrir, le saca la camisa y le dice que es ella quien la persigue y le pide que se aleje. Después la acusa de no amar a su hermano por caer al igual que ella cuando es ella quien se la pasa mirandola descaradamente con quien sabe cuantos pensamientos en su mente.
¿Que se creía esa chiquilla?
Lauren saca la vista de Camila evitando enojarse más para fijarla en su suegra.
La culpa es de las dos. No de una sola como lo quiere creer Camila. Pero no podía esperar menos de una chiquilla.
Camila por provocarla y después victimizarse y Lauren por caer y luego enojarse. - o así lo veía la futura esposa.
Lo que ambas tenían era frustración.
Una muy fuerte y pasional frustración por no saciar las ganas que se tenían la una a la otra y esto les llevó a culpar a la otra por "provocarla" cuando efectivamente, ambas estaban jugando con fuego, estaban totalmente conscientes de que se iban a quemar, sin embargo no se terminaban de alejar de aquella llama.
- Camila, hija - insistió Sinu levantándose.
- no mamá. - tías y Lauren, definitivamente no iba a acompañar a la ojiverde a probarse un vestido de bodas cuando solo siente una enorme necesidad de tocar esa piel blanquecina cada vez que esta aparece. No pasó un día entero ignorándola como para pasar por eso.
- no te estoy preguntando. - esta vez fue firme, su madre estaba más fastidiosa que nunca - tus tías se van a quedar a terminar con los detalles, solo seremos nosotras tres.
- ¿acaso no importa mi opinión? Sabes que odio las compras
- vas a ir con nosotras por que yo te lo estoy pidiendo y a ver si de paso ves de que tipo te guste para cuando tu te cases con algún apuesto chico.
Ni bien esas palabras salieron de su boca tuvo tres miradas serias hacia ella, de Alejandro que pese a "no poder moler a golpes a quien le haga daño a su princesita" no tuvo problema en aceptar a su hija. De su hijo totalmente extrañado de que ahora le quiera obligar a algo a Kaki cuando siempre fueron libres de expresar sus gustos. Y de Lauren que sintió perfectamente la homofobia de ese comentario, Carlo le había contado que su hermana le confesó que le gustaba una chica y entre muchas curiosidades que soltó de su "Kaki" Lauren dedujo que el sueño Camila no es precisamente casarse ni de tener hijos y por eso su pelea constante con sus tías.
Finalmente Camila frunció el ceño.
- sabes que no planeo casarme. ¿De que habla señora? - Sinu le resto importancia a su reclamo con un movimiento de mano..
- vas a venir - tomó su cartera - o te olvidas del club de natación.
- Sinu/mamá - exclamaron su esposo e hijo, mientras que Camila solo perdió la respiración. Todos sabían del amor que le tenía Camila a ese deporte, aparte de su carrera.
- ustedes no se metan - avanzó hacia la salida y Camila recuperándose del shock fue tras ella. - venimos en la noche.
- ¿sabes qué es lo que le pasa? - fue lo último que escuchó Lauren antes de seguir a su suegra y cuñada.- ¡Lauren! - regresó en sus pasos. - el centro es un poco peligroso y temo que te pase algo, ¿y si me dejas tu anillo de compromiso? - Lauren sonrió, muchas veces la desesperaba, pero detalles como ese siempre le recordaban porque se enamoró de él.
- te lo encargo - deslizó su anillo y se lo entrego en la mano.
En el auto Camila manejaba en un preocupante silencio mientras que Sinu no paraba de hablar de detalles de vestidos a los cuales Lauren solo asentía por educación, ya sabía cómo quería su vestido y nadie la iba a hacer cambiar de opinión.
- muero de hambre, mija, estacionate un momento en McDonald. - Camila no respondió, pero tomó el desvío. Sinu recibió una notificación en su teléfono. - ¿que hamburguesa te gusta, Lauren? - se metió entre el hueco de los asientos para preguntarle después de leer el mensaje.
Sinu se había sentado atrás para no hacer sentir a su hija como un taxi y para no dejar a Lauren atrás como si fuera una niña.
- cualquiera esta bien, Sinu - le sonrió.
- Lauren... dime con confianza.
- bueno, dos mc pollo y una cocacola grande. - Camila se estacionó en el estacionamiento de McDonalds, Lauren frunció el ceño.
- esperenme un momento, hijas. - sin más instrucciones Sinu salió del auto. Lauren quiso hacer lo mismo.
- no, no. Dejala. - abrió la ventana de su lado.
-¿por qué no fuimos por el mc auto?
- mamá se hace pasar por tercera edad y hace la cola corta, según ella, es mas rápido así. - se encoge de hombros apretando una sonrisa.
- hey... - sin poder evitarlo puso su mano sobre la de Camila, que seguía en el volante. Era estupido decirlo por el poco tiempo que le conocía, pero sabía que al menos en cualquier espacio con el que estuviera su familia siempre tenía algo que decir. Camila no era alguien que se guardara lo que piensa en ningún momento y pasar tanto tiempo sin oir su voz, estando cerca de ella la hacia preocuparse un poco.
-¿que ocurre?
Camila iba a responder con su tipico "¿que te importa?" pero al levantar la vista volvió a caer en esos ojos verdes, que hoy tenían un tono un poco más azulado y con el sol del medio día podía apreciar más los ligeros toques café que tenía haciendo armonía con sus pupilas negras. Todo un universo en sus ojos.
Camila no sabe cómo, pero en ese momento, estaba totalmente segura que ese par de ojitos fueron los causantes de alguna guerra en el pasado o tal vez la inspiración de La Iliada.
Al no tener respuesta, Lauren volvió a intentar.
- ¿te gusta mucho ese club? - ya sabía la respuesta, la verdad Carlo se entusiasmo mucho contándole de su hermana por la felicidad que le provocó que ella confiara en él. - no creo que te vaya a sacar de ahí si le amas tanto.
- no es eso, ella no puede sacarme sino que - apretó sus labios y Lauren puso la mano en la pierna de Camila para apretarla un poco en apoyo - por un momento sentí que mi madre me podría rechazar si le digo que soy... - dirigió su mirada a la mano de Lauren.
- naah, no creo - quiso retirar su mano, estaban solas en un espacio pequeño. Era terreno peligroso, su cuerpo ya le estaba mandando alertas, pero Camila sostuvo su mano en su lugar. - si hay algo que cualquier recién llegado note apenas entre a su familia, es el amor que se tienen. Si es que tiene algún prejuicio se le va a pasar. - Camila le sonrió
- gracias.
- además... - el recuerdo de horas atrás no le permitió frenar sus palabras y dejó de toquetear su pierna, ambas sintieron la pérdida- tal vez solo estas confundida.
- tu lo dijiste Lauren, dejarte un chupon en el cuello no fue muy hetero de mi parte, sin contar lo que vino después - el rojo en sus mejillas le pareció simplemente hermoso a Lauren, paso la lengua por su labio inferior, movimiento totalmente analizado por la morena, la temperatura en el auto comenzó a subir.
- pero si ya encontraste a tu chico del revolcon perfecto. - Camila sonrió con soberbia.
- estaba hablando de ti. - Lauren la volvió a ver directo a sus ojos - ¿estas celosa? - con su poca cordura evito a toda costa colocar una mano sobre el cuerpo de ella, si lo hacía temía volver a caer.
- no tengo razones para estarlo - aún recordaba perfectamente el cachetadon por que si pareciera que estuviera jugando con Carlo, todo totalmente alejado de la realidad.
Esas palabras regresaron a Camila a la tierra, quitando su sonrisa.
- si, no es lo correcto. - volvió su vista al frente - igual, gracias. - vio a su madre en la puerta principal del Mc donald agitando su brazo y volvió a encender el auto para dirigirse a ella.
- no hay de que - trago saliva. - Cuñada.
Por un momento pensó que la besaría, ella siempre era la que iniciaba todo, sacudió esos pensamientos, tenían que recordar quienes son.
Apesar de eso, la temperatura en el auto no descendió.
Llegaron a un estacionamiento cerca de esa tienda, Camila seguía comiendo su última cajita feliz.
Lauren no pudo controlar su sonrisa cuando vio que dentro de ellas había tres juguetes y Camila aguantó su felicidad. Podía adivinar que en su cabeza decía algo como "tienes 23 años, cálmate, tienes 23 años, cálmate" por razón Carlo le decía que le encantaba mimarla.
Sinu desde atras no ocultaba lo feliz que le hacia ver a su hijita feliz, ella misma se habia sentido culpable del silencio de su hija y por eso le pidió tres juguetes diferentes en la caja. (y por que no encontraba forma de explicar que era para la misma chica de 23 años)
Bajaron del auto y Camila recibió el ticket del estacionamiento aún masticando y con ambas manos ocupadas por lo que restaba de la hamburguesa y gaseosa.
- gracias, guapo - le guiño el ojo, estaba notablemente feliz. - Lauren - llamó a su cuñada que también tenía la mirada fija en el parquero. - porfa metes esto en mi bolsillo. - le extendió el ticket, por un momento vio a Sinu, que no notó nada raro con eso.
Claro que no lo notó, era un favor normal, que se le pedía a cualquier amiga. Pero apenas Camila sintió la mano de Lauren deslizarse por su trasero, el escalofrío le hizo saber de su error y Lauren lo reafirmo dejando una sutil apretada.
Mierda- pensó la morena a la vez que se mordía el labio.
Caminaron un par de cuadras hasta llegar al lugar, Lauren iba caminando con su suegra mientras esta le seguía hablando de tipos de vestidos diferentes, de vez en cuando trataba de meter a su hija a la conversación, pero esta enserio le aburría el tema boda. Ella tenía un lindo vestido turquesa y con eso era feliz.
Entre las tres y una dependiente acostumbrada a ese tipo de estrés buscaron un vestido que le luciera bien a Lauren, esto no era complicado, el problema era que a esta le gustara.
Sinu tenía al menos 10 vestidos escogidos, Lauren unos 5, la dependiente un par y Camila seguía buscando algo que llamara su atención, aunque esto era difícil, enserio no le interesaba, lo que importaba es que fuera blanco ¿verdad?
Siguió abriendo con aburrimiento los diferentes vestidos que había a su alrededor, solo para que no le retaron por no estar buscando cuando Lauren se coloca a su lado.
-¿no hay nada que me quede bien? - pregunto al ver que sus manos estaban vacías. Camila miró con disimulo que su madre estaba del otro lado de la tienda.
- a ti toda esta tienda te quedaría bien. - Lauren se sonrojó, pero también le sonrió. - la apretada de trasero estuvo demás.
- no me puedes culpar - Camila la miro - tú hubieses hecho lo mismo.
Pese al mal chiste, ambas rieron. En esa situación lo único que les quedaba era el humor negro, después de todo.
- la verdad si. Enserio disculpa por - señalo su mejilla.
- no importa, creo que todos estamos de los nervios - también comenzó a hacer como si buscara vestidos a lado de Camila - y bueno, nuestra situación es muy... Peculiar.
- yo pensaba que quitándonos las ganas se resolvería todo, pero tú sabes más de esto y dijiste que algún día pasará.
- estoy segura de eso, amo a Carlo como no tienes una idea.
- gracias - dice de repente y Lauren frunció el ceño - por subirme el animo, por lo de mi mama.
- de nada, bueno. Sé que prometimos algo, pero a pesar de todo... - la mira directo a los ojos - me gustaría que fuéramos amigas.
Camila recorrió el rostro completo de Lauren con los ojos y acarició todo su cuerpo con la mirada. Podía sentir perfectamente la suavidad de su piel en la punta de los dedos.
-No hagas eso - sin poder evitarlo (otra vez) Lauren llevó una de sus manos al rostro de Camila y con su pulgar liberó el labio que estaba mordiendo - no me lo hagas más difícil.
- es difícil, Lauren. Nunca me había pasado con nadie.
- pero no puede pasar, Camila.
- lo sé, lo sé - cerró los ojos. - ¿amigas? - Lauren sonrió triste. Eso es lo que quería ¿por qué le decepcionó que no siguiera insistiendo?
Un carraspeo de garganta hizo que ambas giraran con el Jesús en la boca, pero solo era la dependiente.
- señorita, encontré varios vestidos con el corte que estaba buscando, se lo dejé en el sillon.
- ah, muchas gracias. Voy a comenzar a probarmelos. - volvió la vista a Camila y se inclinó hacia su oído. - amigas - susurró provocando un escalofrío comenzando desde el dedo más pequeño de su pie, subiendo por su columna vertebral, dejando evidencia en sus brazos y finalizando con el último de sus cabellos. Estaba comenzando a pensar que sabía el poder de su voz y lo hacía a propósito. Solo llegó a asentir con los ojos cerrados y disimuladamente apretó las piernas.
Lauren fue con la dependiente hasta el lugar donde estaba Sinu muy al pendiente de su teléfono con el ceño fruncido.
La dependiente le encargó uno y le explico que tenia otro que también le podía gustar, mientras que fuera probando ese, apenas Lauren entró al vestidor la dependiente miro a la suegra que seguía con la vista fija en la pantalla de su teléfono mandando WhatsApps, luego otra mirada a la chica más joven que aún estaba fingiendo ver los vestidos y se apresuró a ir al mostrador, donde su compañera la veía con complicidad.
-¿Lo notaste? - susurró encendiendo la luz. De repente el cielo se oscureció, parecía que iba a llover.
- wey si, esas dos se tienen más ganas la una a la otra que yo a una hamburguesa después de 7 días sin comer- respondió con otro susurro, provocando una risa en su compañera.
- las mismas ganas de morderse si que tienen.
- o tal vez un poco más.
- pero que situación más fea, la neta. ¿Quien invita a la que te quieres comer a que le ayude a escoger su vestido de bodas?
- ha es que eso no lo sabes - le hizo señas para que se acercara y la otra lo hizo - es la hermana del novio.
Se rieron un poco fuerte y alarmadas volvieron a ver a las únicas tres mujeres que estaban en la tienda. La señora sin prestar atención aun atenta a escuchar un audio en el celular, le pasaba cualquier vestido del montón a la novia que seguía encerrada en el vestidor, mientras que la más joven pareció encontrar algo de su interés entre los vestidos.
- Dinah, esto es fuerte. ¿Cómo es que la señora o cualquier otra persona no se ha dado cuenta? Sus ojos gritan "cojeme" con un megáfono.
- enserio no tengo la más vaga idea, pero si tengo ganas de colarme a esa boda nada más para saber si esa chica grita "yo me opongo"
- ¿que hablas, boba? es su hermana.
- no sé, Normani. Pero desde ya te digo que soy fan de esas dos. Esa tensión no es de amigas como la novia se quiere hacer creer.
- le dijo que.
- si, le dijo que quería ser su amiga.
- a no, ya es todo. Ambas saben lo que esta pasando, es más. Estoy segura que ya se besaron. - ¿que se besaron? Esas dos estan que se hacen el kamasutra lésbico en cualquier momento
, ya paso a mucho más hace tiempo, esa tensión que se tienen es demaciado fuerte.
- ¿cuando es la boda?
- según la señora, mañana.
- ¿! Mañ
- shhhh - volvieron a ver a su alrededor. La joven le estaba explicando algo a su alterada madre mientras ambas veían el teléfono de la señora. Tenia un vestido en el brazo. - parece que tuvo un problema con el vestido que ya habia comprado y por eso están aquí.
- wey, esto es demasiado fuerte - anuncia muy bajo, siempre en esa tienda se enteraban de todo tipo de chismes, pero nunca uno de esa magnitud.
- mmm - se escuchó la queja dentro del vestidor.
- ¿que pasa, mija? - le gritó a Lauren, al no tener respuesta del WhatsApp. levantó la mirada y la puerta del vestidor se abrió.
- no me termina de convencer.
- pero si te ves hermosa.
- mamá - le cuestionó Camila.
- ¿no te gusta? - le preguntó a su cuñada.
- si te ves bien, pero creo que puede mejorar.
- ¿que dices, Sinu? - ella estaba respondiendo un mensaje en su teléfono - ¿Sinu?
- me permiten un momento. - comenzó a marcar un número mientras iba a la salida de la tienda.
- ¿enserio me queda mal? - quería su aprobación.
- ya te dije que toda esta tienda te quedaría bien. - le sonrió de lado - pero ese es uno de los que escogió mi madre y se que no te gusta. - Lauren imito su sonrisa y sus ojos brillaron un momento.
- que observadora.
- si me permites...cuñis - se levanto y tomo el vestido que había escogido - te doy esta sugerencia, Lauren lo tomo analizándolo.
- que buen gusto.
- ¿acaso lo dudabas?
- no, para nada. ¿Cómo supiste mi talla? - los profundos ojos de Camila también brillaron, esto era muy difícil.
- digamos que te la escuché decir.
- pero no - Camila llevo su dedo a sus labios.
- digamos y así será más fácil de explicar- Lauren se sonrojó - entra ahí y pruebatelo. - ordenó y la mayor ni lenta ni perezosa le obedeció. Enseguida volvió Sinu bajandola de la nube.
- mija, tengo que volver al rancho. Usa tu targeta, Carlo dice que el se hará cargo del precio.
- ¿por qué tienes que volver? - le entregó el ticket del estacionamiento.
- tu tía quiere hacer un desastre, ya sabes como es, tengo que ir a ver. - no sabe de que tía estaba hablando, pero le dio la razón. - me llevaré el carro - de su cartera sacó efectivo - tomen un taxi de vuelta - hablo rápido y le dio un fuerte abrazo - te quiero, me despides de Lauren. Chao
- chao - susurro al espacio vacío ¿que tan malo tenía que ser lo que estaba haciendo su tía? (sea cual sea) nunca la vio irse así de rápido.
- Sinu - llama Lauren
- se fue, ¿que ocurre? - guarda el efectivo en el bolsillo de su chaqueta.
- aamm... - se escucho dudosa- se me atasco el cierre. ¿Me puedes ayudar? - sintió sudor en sus palmas.
Mierda, Camila no la toques demás, Camila no la toques demás.
- esta bien, abre. - al escuchar que se movia el seguro empujó la puerta y volvió a echar el seguro.
Dinah y Normani abrieron la boca hasta el piso.
- wey, no van a hacer nada raro... ¿verdad?
- están escogiendo el vestido de la boda, no serían tan cara duras.
- no sé Mani, pero si se escuchan gemidos tu eres quien les va a tocar la puerta.
- a webo ¿y yo por que?
- por que yo lo dije primero - le saco la lengua.
- no. Piedra, papel y tijeras - esconde la mano detrás de su espalda y Dinah también rodando los ojos.
- como las dos saquemos tijeras...
- calla y juega, pendeja.
- vaya... - se había quedado sin palabras, Lauren le regresa la mirada a través del espejo.
- sí. ya no tengo que buscar más. Has escogido el perfecto para mí. tanto en diseño,- sus ojos verdes brillaron más aún a través del reflejo - como en talla.
Camila dió un paso atrás, lo que le permitía el espacio y se acomodo la garganta.
- bien, permiso - puso la mano en su hombro desnudo, el frío de sus dedos le provocó un escalofrío a Lauren muy bien captado por Camila que no le quitaba la mirada de encima. - si está muy pegado - dice luego de jalar varias veces el cierre. - coloca la mano en su espalda, donde termina el vestido para sostenerlo y jalar mejor del cierre, también se acerca más al cuerpo de Lauren, dejando caer su respiración en su cuello.
- con cuidado - dice muy suave llamando la atención de la morena que sacó los ojos de su trabajo para fijarlos en el reflejo de Lauren, dándose cuenta de su cercanía y perdiendo el poco aliento que tenía sobre el cuello de Lauren ante la falta de aire respiro y captó el perfume que salía de la piel de su cuñada. Cerró los ojos y dejó caer sus brazos a los lados para repetirse que no tenía que tocarla de más, claro que era consciente que las veces que cayeron fue ella quien empezó.
Pero esta vez no fue así.
"yo creía que se me quitarían las ganas saciandose" - fueron las palabras que atormentaron a la mayor en ese momento y la influenciaron hasta el punto de pegar su espalda con el pecho de Camila, tomar sus manos y colocarla sobre su vientre e inclinar la cabeza para que la castaña tenga el acceso que quiera y pueda inhalar a gusto.
- Camila... -susurró y con una de sus manos tocó la cara de la menor y giro su cara, ya había vuelto a abrir los ojos y la profunda mirada de deseo que le dedicó a Lauren fue tal que ella también perdió el aliento. Sus hermosos ojos chocolate se pusieron tan oscuros que era imposible no caer en ellos.
- Lauren no-
- shhhh - tomó bien su rostro para aproximarlo a sus labios.
- ¿esta bien, señorita? - se escuchó con un toque de puerta.
Ambas saltaron en su lugar y fruncieron el ceño por ser interrumpidas mientras escuchaban a su corazón en sus oídos.
- sí sí, ya tengo el vestido que quiero, ahora salgo. - respondió seria.
- esta bien, les espero en caja. - tan silenciosa como llegó, supusieron que se fue.
- Lauren - se escuchó dura.
- callate y bájame esto.
- "esto" es el vestido con el que te casarás - esta vez sin esfuerzo alguno bajo el cierre y recibió una mirada enojada aunque ella también se viera sorprendida.
- parece que a ti te importa tanto como a mí - sacó el brazo de la única tira que se había puesto y el vestido cayó al piso dejándola en ropa interior delante de Camila.
Esto no le importó a Lauren que giró completamente para retarla cara a cara con su dedo acusador, Camila temió por su vida y se apoyo contra la pared.
- no puedo más, así que sal de aquí antes de terminar sin bragas más rápido que yo. - abrió el seguro de la puerta.
Pese a que eso no sonó mal en la cabeza caliente de la morena su conciencia volvió a hacer acto de presencia y colocó una mano en la puerta, pero antes de salir su orgullo no la dejó dar un paso si no hacia la ojiverde.
- me gustaría verte intentarlo - ahora si salió huyendo del vestidor camino pocos pasos y se llevó las manos a la cara presionando levemente sus ojos. - por queeeeeee.
- amh - una chica morena, mucho más alta que ella apareció en su rango de visión. - ¿necesita algo, señorita?
- un vaso de agua - casi rogó - y que esté bien fría, por favor.
Lauren frunció el ceño al escuchar eso
Si es UN vaso de agua ¿por que debería estar FRIA si "un" es masculino? Ah claro, la agua es femenino.
- tenga señorita - la chica rubia que les había recibido antes le tendió lo pedido - disfrute su agua. - le dio la espalda antes de que la cliente viera que estaba a punto de reírse escandalosamente. La mirada de advertencia de Normani le hizo taparse la boca.
Luego de una ligera discusión sobre quién pagaría el vestido, donde ganó Camila le entregaron una caja de cartón con el vestido.
- ¿llamaste al taxi? - preguntó Lauren cuando estaban saliendo del local.
- no traje mi teléfono - Lauren la acusa con la mirada - no quería venir y no estaba preparada para ser obligada.
- bueno, lo pido yo. - sostuvo fuerte la caja con una mano e hizo el ademán de sacar su celular.
- no no NO - la frena - no saques ese teléfono aquí. - le susurra fuerte, algo exagerado para Lauren, nadie les estaba prestando atención.
- ¿por que?
- ¿en serio Lauren? Es un iphone.
- ¿y? - Camila rueda los ojos
gringos.
- no podemos pedir un taxi, vamos a esperar uno.
Una hora después...
- el cielo está feo - observa Lauren.
- lo sé, pero no entiendo como no pasa ningún taxi vacío por aquí. - habían visto varios, pero estaban ocupados.
Se escucha la puerta del local ser abierta.
- oh, señoritas ¿se les quedó algo? - pregunta la amable dependiente morena.
- no linda, estamos esperando un taxi.
- ah claro, es que es la hora pico, por aquí solo van a encontrar taxis llenos. Tendrían que ir a la avenida, justamente frente al hotel "la carne es débil" pasan todo el tiempo. - Camila hizo una mueca disconforme, ahora ella estaba cargando la caja y no quería caminar.
- que nombre mas raro para un hotel.
- bienvenida a México. - le sonríe - gracias linda. Muy amable. - se despidieron de la chica y comenzaron a caminar. Lauren muy feliz detrás de Camila.
Luego de un par de cuadras estaban a dos locales de llegar al hotel, pero fue lo único a lo que llegaron, de repente toda la lluvia que al parecer no habia caido jamas se desató, obligandolas a correr hasta estar debajo del techo del hotel.
- ¿¡se mojó!? - grito Lauren sobre la fuerte lluvia que estaba cayendo, casi no se escuchaba nada y de repente la avenida principal estaba vacía de autos.
- ¡no, creo que no!
- ¡llamaré un taxi! - aprovechando que no había nadie cerca sacó su teléfono. - ¡coño, no tengo señal! - de por si su tethering era débil en algunas zonas, pero con la tormenta se volvió inexistente.
- ¡tenemos que esperar que escampe! ¡Nadie va a querer venir con esta lluvia y menos ir al rancho!
Dos horas después
- ¡verga, pero es que te has inspirado hoy! - grito al cielo, estaban bajo el techo del hotel, pero la salpicaduras de los gotones que estaban cayendo les empapó hasta las rodillas y hacía frío como nunca en México.
- ¡Tenemos que llamar a alguien y avisar! Deben estar preocupados. - Camila sabía perfectamente que a nadie le importaba la ausencia de ella, pero le dio la razón como excusa para no pasar tanto frío.
- ¡tal vez el hotel nos preste el teléfono!
Nada más falso. Tuvieron que pedir una habitación doble para usar el teléfono de ahí y de paso aguantar el frío mas fuerte por que tenian aire acondicionado dentro.
- ¿como? - escucho Camila mientras se sacaba sus zapatos empapados. - ¿y ninguno de los que están ahí nos puede recoger en un auto?... Como quieres que me tranquilice Carlo Rafael si es mi boda.... No digo que no confíe en tu familia, solo que queria ver como iba todo y- hola mamá... Claro que estaba preocupada por ustedes... Mamá no me hables así... Si Mamá, me alegra que hayan llegado bien...- soltó un fuerte suspiro - esta bien, nos vemos mañana. - eso sí llamó la atención de la menor.
-¿como que mañana? - pregunto apenas vio que Lauren colgaba el teléfono.
- parece que lloverá toda la noche y en caso de que no sea así la carretera estará muy humeda como para manejar de noche hasta el rancho y que es mejor que nos quedemos aquí. Hay que ir y pagar toda la noche - señaló la puerta y vio los delicados pies de Camila. - voy yo, aún no me quito los zapatos. - tomó su cartera y salió del cuarto.
Camila aguantó la respiración ante la situación pero soltó todo el aire al recordar que la habitación tenía dos camas, luego frunció el ceño al recordar que no les quisieron alquilar una habitación sencilla. La idea era solo rentar por una hora y estaba segura que vio los llaveros de habitaciones sencillas, pero al ver que eran dos mujeres le dijeron que solo quedaban dobles.
Aún hay mucha discriminación en su país y recién se esta dando cuenta.
Vio la puerta un momento, aprovecharía que Lauren no estaba para quitarse el pantalón y darse un baño, no le gustaba estar toda húmeda.
Se puso de pié, desabrocho y sacó su pantalón. Para después ponerlo al derecho, luego vio sus bragas.
Estaban hechas una mierda y todo por culpa de Lauren Jáuregui, por existir.
Sacudió su cabeza y buscó con la mirada donde apoyar su pantalón, en ese momento entro Lauren y fue recibida por el trasero Cabello
- Así dan ganas de volver todos los días. - Camila se asustó y se envolvió en el cubre cama, provocando la risa de Lauren.
- eres tú - rodó los ojos.
- ¿esperabas a alguien más?
- no seas boba. - como ya era la religión de sus ojos, recorrieron a su cuñada de arriba a abajo sin estar consciente de lo que esta obscura mirada causaba en la mayor.
- pedí cena.
- que Dios te bendiga. - Lauren volvió a reír y se sentó en la cama disponible.
- es ironico por que esto se llama "la carne es débil"
Se quedaron observándose otro largo rato más en silencio. De nuevo se estaba formando ese ambiente entre ellas. Camila trago saliva.
- mejor vemos la televisión mientras esperamos. - apenas le dio encender se escucharon los gemidos exagerados típicos del porno y lo volvió a apagar antes de que terminara de mostrar la imagen.
Las cuñadas volvieron a reir.
Justo llegó la comida y Camila la recibió con una toalla en su cintura mientras Lauren también se despojó de sus encharcadas zapatillas y se lavaba las manos. No se atrevió a quitarse el pantalón.
- ooh si. - gimió Camila al morder la pizza, Lauren se acercó a la mesa que trajo el trabajador del hotel para tomar su pedazo. - eres la mejor.
- lo sé - iba a tomar su trozo, juro que lo iba a hacer, pero una provocativa mancha de tomate estaba en la comisura de aquel labio que moría por volver a probar, por inercia miró su mano y no encontró el ancla que la hacía abstenerse de aquellas fogosas ganas. Le había dado su anillo al Carlo antes de salir.
Camila se había dado cuenta en el momento exacto que los ojos que tanto le encantaba ver se oscurecieron de aquella forma que tenía el placer culposo de saber que era por ella y encantarle, Lauren parecía como si en cualquier momento le saltaría encima y... Ella no podía recibirla.
- dijiste que iba a pasar.
- y tu dijiste que es mejor complacer las ganas.
- pero... - tomó una servilleta para limpiarse - Carl
- ¿tú de verdad piensas que se va a pasar Camila? - la interrumpió, no hizo falta invadir su espacio esta vez. - mirame y dime que no quieres envolver tus piernas en mi ahora mismo. - Camila negó con la cabeza.
- quiero que seas tu la que las envuelva en mi. - apretó las suyas. - pero Lau
- shhhh - estiró su mano para limpiar la mancha de salsa y llevarse el dedo a su boca. - será nuestro secreto. - tomó la cabeza de Camila con ambas manos y la halo hacia su cuerpo para por fin unir sus labios.
Camila no la rechazo, y como fue en su primer beso, este también era dominado por la pasión ardiente de las dos, aquel incendio forestal que se despertaban la una a la otra y daba la sensación de que no existia forma de apagarlo.
La menor totalmente presa de ese sentimiento le saco la camisa lo más rápido que pudo y Lauren abrió la toalla que sostiene en su cintura y apretó aquel glorioso trasero contra ella, Camila como pudo tambien se saco su propia camisa.
El toque de piel con piel era simplemente inexplicable, era como si todas y cada una de sus terminaciones nerviosas viajaran y cubrieran la zona donde yacía el contacto, pero mucho más intenso.
Lauren apretó más fuerte el trasero de Camila al sentir como la lengua de ella se abrió paso sin permiso a su boca, pero la menor se negó a saltar a su cintura, intentó pasar las manos por sus muslos y solo obtuvo una hábil mano colándose en su pantalón y acariciando un punto débil se dejó empujar a la cama con la menor sobre ella, quien sin demora alguna comenzó a bajar el pantalón mientras también bajaba sus besos.
Pero se detuvo al toparse con un par de pechos aún presos bajo el sostén, no tenía paciencia en ese momento, por lo que solo lo levantó y se tomó un momento para apreciarlos, increíblemente se le estaba haciendo agua la boca.
Lauren aprovechó para liberar sus piernas del pantalón conocimientos exagerados y al verse por fin sin esa tela tomo a Camila que estaba apunto de abrir la boca y la giro colocándola debajo de ella, aprovechó su sorpresa y tomo las manos de ambas, las puso sobre su cabeza e hizo presión con una de sus manos.
- Stay still- ordenó soltando sus brazos, pero tuvo una sonrisa desafiante como respuesta. Camila volvió a girarla y copio su acción sin soltar sus brazos.
- no, tú quieta. - la voz demandante que salió de ella fue tan natural que Lauren le obedeció sin objeciones. Con esa voz podría pedirle cualquier cosa y se lo cumpliría sin dudar.
Abrió su boca soltando un gemido cuando la menor retomo donde lo había dejado y lo primero que hizo fue morder el pezón para después lamerlo.
Trabajo con sus dos pechos arrancándole varios gemidos más a la mujer que invadía sus sueños desde que la conoció, hasta que estos quedaron rosaditos y duros. Camila aprecio su trabajo antes de darle una mirada de advertencia a Lauren.
- no te muevas - dictaminó y solto sus brazos para comenzar a recorrer todo su vientre con las manos y boca hasta toparse con sus bragas igual de hechas mierdas como la estan las de ella. - esto ya no sirve - decidió y con ambas manos las rompió dejandole el camino libre a Camila.
Volvio a subir su rostro y comenzo a besar con todo el hambre que le tenía a su cuñada mientras su mano se aventuraba al sur de la mujer bajo ella, quien por cierto. Obedeció su orden de no moverse, esto le provocó una sonrisita traviesa a la castaña entre besos y se acomodo de manero de poner una de sus piernas entre las de Lauren y con esta se las abrió, permitiéndole tener más acceso a su intimidad, haciendo que Lauren rompa el besó para soltar otro gemido captado por la retina de la castaña
Eso fue... simplemente lo más hermoso que pudo ver jamas, llevada por ese sentimiento comenzo a estimular esa zona y recorrerla con la punta de los dedos adorando todas las reacciones de la mayor, hasta que la sintió lista e invadio su cuerpo con los dedos, varias veces a un ritmo que su cuerpo le dicto que le encantaba y finalmente esta dio un grito aún más fuerte que los demás y comenzo a respirar agitadamente.
Camila salió de ella y volvio a estimular la zona para hacerla disfrutar un poco más, volvio a atacar sus labios.
Lauren levantó la pierna para golpear levemente el centro obviamente necesitado de la menor. La giro entre sus brazos y apreto la zona totalmente húmeda para evitar cualquier reclamo.
Antes de que Camila se diera cuenta de lo que estaba ocurriendo, sintió como sus piernas fueron abiertas con fuerza y una lengua recorriendo hábilmente toda su zona sensible y palpitante. Quiso llevar las manos al cabello de Lauren, pero esta se aparto de su centro y con fuerza salida de quien sabe donde la hizo girarse en la cama, dejandola boca abajo y recogió sus piernas aun abiertas.
- mucho mejor - con sus manos se abrió espacio y volvio a atacar a la morena quien por la nueva posición se sostuvo de la cabecera de la cama y comenzó a gemir contra la almohada.
Nunca se hubiera imaginado en su vida que la lengua se podía usar para tales maravillas, fue el orgasmo más rápido que tuvo jamás y también el más fuerte que le hizo soltar un gran grito que la hizo temer por su garganta y la dejó temblando totalmente extendida sobre la cama.
- eso fue... - no existía palabra en el español para describirlo.
-¿"fue"? No Camila, esto recién comienza.
- - -
N/A: 👁️👄👁️ así quedé despues de ver el número de palabras.
Y todavia falta el final. Entre hoy y mañana sale, pendientes.
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