Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

7

No podía sacar de su mente los moretones de Hoseok. Sus brazos todos magullados, lo que debía estar doliéndole. Su corazón se oprimía en dolor recordando al mismo tempo que explotaba en ira por quien era el malnacido que se había atrevido a levantarle la mano. La imagen sola lo hacía querer ir al departamento de Hoseok y obligarlo a que se lo dijera pero no podía seguir yendo. En esos últimos días había ido y no había tenido respuesta alguna, aún contestaba los mensajes del grupo pero no había más que eso.

—Tiene moretones en ambos brazos —contó Taehyung cuando Hoseok no estaba. Sus amigos lo miraron confundidos y asustados—. ¿De verdad ninguno conoce al tipo con el que sale?

—Él no dijo nada más ese día, ni siquiera sabemos su nombre —confesó Namjoon.

—Pero, ¿por qué estás seguro que su novio lo haría? —preguntó Yoongi algo confundido—. ¿Te lo dijo?

—Cuando se lo pregunté no lo negó y, ¿quién más sería?

—Bueno —murmuró Seokjin como si tuviera algo que decir. Todos lo miraron mientras éste sería girando la cuchara en su taza—... sabes que él estuvo extraño últimamente.

—Extraño —repitió Taehyung sin entender que era lo que quería decir.

—Si... ¿qué tal si se lo hace él mismo?

—¿Él mismo? —Comenzó a entrar en pánico.

—Tal vez se golpea a sí mismo... no quiero sonar cruel pero no sería raro teniendo en cuenta que su hermana se intentó suicidar dos veces. Tal vez es de familia.

Su respuesta lo dejó mudo, de pronto sentía más miedo que desde el principio.

—Seokjin. —Namjoon llamó su atención.

—¿No quieres sonar cruel? ¿Te escuchas cuando hablas o al menos piensas lo que dices? —Yoongi casi gruñó.

—Jin, no vuelvas a decir algo así. Hobi nunca se haría daño a sí mismo —defendió Jimin—. Debe ser otra cosa-

—Seamos sinceros, con unos padres como los suyos, ¿ustedes serían normales? —Volvió a hablar Seokjin, recibiendo miradas molestas—. No me miren así, todos sabemos lo mierda que fueron con sus hijos mayores. Ahora fingen ser buenos padres con el último hijo que tuvieron pero ni siquiera se preocuparon por la hija mayor cuando la tuvieron que internar, solo estuvo Hobi estuvo ahí. ¿Acaso también olvidaron cuando Hoseok se fue de la casa porque se sentía una carga para ellos? Él mismo dijo que sus padres no le llamaron o preguntaron si ya había encontrado un departamento o si podía pagarlo. Maldición, Hoseok podría haber terminado en la casa de algún psicópata y nunca se hubieran enterado.

¿Cómo lo iba a olvidar? Hoseok se había quedado en su casa todo un mes buscando donde mudarse, se había hecho muy cercano a sus padres y aunque le insistieron en que se quedara a él le daba vergüenza porque creía que se estaba aprovechando de su hospitalidad.

—Y él aún así no los odia —murmuró Jimin cabizbajo—. Tampoco a su hermana a pesar de que lo ignoró y nunca lo apoyó con nada, fue el único que estuvo con ella las dos veces que la internaron.

Más que eso, Hoseok los quería y aún seguía manteniendo comunicación con ellos, siguiendo sus órdenes. Taehyung sabía bien eso.

—Fui a su departamento los últimos dos días pero no me contesta. Tenemos que ayudarlo, él no tiene a nadie. —La voz de Taehyung se debilitó e hizo su mejor intento para tragar el nudo en su garganta.

—Por supuesto que si, es nuestro amigo también. Pero primero que nada él no vino hoy a clases, ¿no?

—Creo que no... yo no lo he visto. —Respondió Yoongi a Namjoon y todos dijeron lo mismo.

—Primero que uno de nosotros vaya a su departamento. Tal vez esté ignorando a Taehyung, creo que podríamos empezar por eso.

Todos asintieron y fueron a sus respectivas clases cuando el receso terminó. Taehyung esperaba poder verlo cuanto antes, esta vez intentaría hablarle tranquilamente y así poder saber que era lo que realmente pasaba.

Respiró profundamente una vez más. Desde esta altura el aire que golpeaba contra su rostro era más fuerte y frío.

—Cobardía, egoísmo o valentía... ¿qué crees que definiría esto?

Había vuelto a aparecer de la nada, recién en todo el día había aparecido, ¿tal vez era porque ya se acercaba la noche? Él seguía viniendo cada noche... tocándolo cada noche.

Lo odiaba tanto.

—Yo diría que los tres. —Se contestó a sí mismo—. Valentía porque no sabes si lograrás tu objetivo o cuanto dolerá, cobardía por acabar con todo sin intentar alguna otra forma y egoísmo por no pensar en los que te quieren.

Hoseok miró hacia abajo, al mismo abismo donde nadie pasaba. Nadie pasaba por esas calles a esa hora. Nadie se enteraría lo que ocurrió hasta que amaneciera.

—Aunque lo último no aplicaría en ti... ¿quién te quiere? Todavía recuerdo lo que me contaste de tu desagradable familia. —Sintió su pecho oprimirse al recordar cuando confiaba en él y sus ojos se llenaron más rápido con lágrimas por el viento frío pensando en todas las veces que fue ignorado por sus progenitores.

—Ellos nunca me quisieron —susurró sintiendo un sollozo acercarse.

—Por supuesto que no —asintió Jungkook—. ¿Quién querría al hijo que los hizo caer en la pobreza? Ya tenían suficiente con tu hermana hasta que llegaste.

—Fui su peor accidente...

—Si —afirmó—. La obligaron a tenerte, no podía abortarte o sería juzgada por asesina y tampoco podía darte a otra familia porque la acusarían de monstruo, por tenerte nueve meses dentro suyo y no haber sentido nada por ti. Qué suerte que no soy humano —agregó con nada más que alivio.

—Cuando muera... ¿qué seré? —preguntó Hoseok mirando la calle bajo él, desde aquel décimo piso.

—Nada. Un idiota más, supongo —respondió simplemente—. No existe vida después de la muerte para los humanos, nadie los quiere cerca. Ustedes destruyen todo lo que tocan.

—Yo no...

Jungkook resopló cansado: —Hablas mucho, ¿por qué simplemente no te tiras y te callas de una vez?

Un sollozo escapó de sus labios al darse cuenta cómo seguía alargando el tiempo.

—¿Qué esperas? —cuestionó aquel nuevamente—. No es como si fuera la primera vez que quieres terminar con todo... No esperarás que alguien te rescate, ¿cierto? ¿Le avisaste a alguien donde estás o lo que harás? —Hoseok negó sorbiendo por nariz mientras volvía a ver al vacío—. ¿No le dijiste nada a nadie?

—No... solo me despedí. Me despedí de quienes creo que me tenían algo de aprecio.

—Ugh... qué cursi —dijo con desagrado—. ¿No le confesaste tu amor a ese que te gusta?

Lo había pesando pero, ¿qué sentido tenía? No quería que Taehyung lo recuerde como el que se mató luego de confesarse, quería que lo recuerde como su mejor amigo. A pesar de que se habían distanciado ese último tiempo, quería que tenga buenos recuerdos suyos, y por eso en su despedida se disculpó por sus últimos comportamientos.

—Entonces... él se enterará mañana, luego que te encuentren. —El pensamiento era desagradable pero ya no soportaba estar más tiempo viviendo una vida que no quería, sintiendo que nunca nadie lo amaría como él estaba dispuesto amar, sintiéndose solo cuando apenas su mejor amigo le dejaba de hablar. Hacia mucho había perdido las ganas de vivir, y ahora, con todo lo que estaba pasando, con el hecho que nunca se podría deshacer de aquel ente, ya no podía más.

—Él debe estar con su novia. —Y esperaba con todo su corazón que fuese muy feliz, porque se merecía ser feliz.

—¿No crees que tu despedida haya llamado su atención?

—No importa, él nunca sabrá donde estoy o que haré... Hace mucho frío, debe estar en su casa y, es mejor así. —Dio un paso más, casi tan al borde que sentía que con un leve empujón perdería el equilibrio y caería finalmente.

—Será cuestión de segundos. Hazlo de una vez —ordenó aún a su lado—. Ansío ver esto.

También ansío terminar con esto...

Algo malo estaba pasando, lo sentía por la fuerte presión en su pecho desde que recibió el mensaje de disculpas de Hoseok. Pero no sabia que podría ser.

—Sus padres tampoco saben dónde está, dicen que no les dijo nada —dijo Namjoon pensativo.

—¿Será una broma suya? —De pronto mencionó Yoongi y todos lo miraron—. Fuimos los únicos que recibimos un mensaje suyo.

—Deberíamos darle aviso a la policía, sus padres tampoco saben dónde está. ¿Qué tal si le pasó algo?

—No seas dramático, Tae —negó Yoongi—. Mejor vayamos a los lugares que suele frecuentar. Es hora de la cena, podría estar en su restaurante favorito o tal vez ya llegó a su casa y nos atienda.

—Hay que dividirnos. Namjoon y yo iremos a su casa, hay más posibilidades que nos abra a nosotros dos que a algunos de ustedes —dijo Jimin a lo que Seokjin asintió sin discutir esta vez, se veía serio. Lo estaba desde el mensaje de Hoseok.

—Bien, somos tres, iremos a su restaurante favorito y luego podríamos dar una vuelta por el centro comercial que está al lados.

Asintieron y se dividieron, Taehyung era el que se adelantó a Yoongi y Seokjin, los dejó hablando detrás suyo, no le importaba que hablaban porque aún seguía con esa presión en su pecho. Ese mal presentimiento lo estaba matando.

Taehyung esperó que cuando llegasen al restaurante lo vieran. No le importaba si lo veía con su novio, solo quería verlo, solo quería saber que estaba bien y que al día siguiente irían a dar un paseo o al karaoke.

Pero no estaba, así que fueron al centro comercial. Era sábado a la noche, estaba todo lleno de gente pero no le importaba chocar a quien se le pusiera delante suyo mientras llegara más rápido a encontrarlo.

—Será mejor que nos dividamos —propuso Yoongi—, en quince nos encontramos aquí, ¿correcto? —Se escuchó como si intentara fingir que estaba bien, pero Taehyung notó que estaba nervioso y preocupado, casi tanto como Seokjin.

Era como si todos tuvieran ese mal presentimiento.

Los tres se dividieron, Taehyung miró su reloj y comenzó una cuenta regresiva. Se dirigió al tercer piso, donde estaban las tiendas favoritas de Hoseok, esa donde siempre compraba sus curiosas pulsera con hilos de colores, los cuales coleccionaba a escondidas porque sus padres decían que esas cosas no eran para "chicos".

Se metió a la tienda y la recorrió, aún seguía en venta el que se había comprado hace unos meses, uno color rojo llamativo que siempre llevaba consigo, Taehyung tenía el mismo pero en color verde porque se lo habían comprado juntos, se había comprado el color favorito del contrario como un símbolo de lo mucho que se querían. Solo con verlo su corazón se contrajo y sus ojos se llenaron con lágrimas. ¿Por qué había sido tan idiota? ¿Por qué había sido tan cobarde?

Taehyung salió de la tienda antes que las lágrimas lograran abandonar sus ojos, no era hora de llorar, no había nada por qué llorar, cuando volviera a verlo le diría lo mucho que lo quería y lo mucho que lo había extrañado. No le importaba si sonaría muy cursi o muy obvio con respecto a sus sentimientos, ahora solo le importaba dejarle en claro lo importante que era en su vida. Que ni siquiera su novia -con la que había cortado hace días- había significado un poco de lo que Hoseok era para él.

—Señor, señor...

Un niño lo detuvo agarrándolo de su ropa. Taehyung miró confundido al pequeño de unos ocho años, nunca lo había visto antes.

—¿Qué pasa? ¿Te perdiste? —Supuso que era así, no tenía tiempo para ayudarlo pero de todas formas lo haría, no podría abandonarlo sin más.

El niño negó, sus movimientos eran extraños, como si fuese un muñeco. Su mirada también era extraña, parecía más oscura de lo normal pero tal vez a esas alturas, luego de todo el día sin comer y solo caminar de un lado al otro -buscando a Hoseok- su vista comenzaba a fallar. El agotamiento estaba haciendo lo suyo.

—Hay un chico fuera de aquí, él está en la punta de ese edificio de la muerte.

Taehyung se congeló, sabía a que edificio se refería, había un edificio a unas calles en la cual mucho jóvenes se suicidaban debido a las presiones académicas o de la sociedad, y nadie había hecho nada para prohibir la entrada a la azotea.

—¿Estás seguro? ¿Está solo? —El niño asintió con mirada asustada.

¿Que significaba eso? ¿Alguien se estaba por suicidar en esos momentos? Taehyung corrió rápido, alejándose del niño para ir al lugar. Sabía que podría estar jugándole una broma y solo por eso no llamó a nadie más que a sus amigos, ya que calculaba que terminarían los quince minutos que habían acordado para encontrarse entre que fuera y volviera del lugar.

Estaba a más de una cuadra, frente a ese edificio abandonado, cuando visualizó la figura de un chico en la punta del mismo tal y como el niño lo había dicho. Detuvo su paso comenzando a acercarse caminando, mirando con atención como la figura de esa persona estaba muy quieta ahí, en el borde. A un paso de la muerte segura, como los otros jóvenes tuvieron.

Debía dar aviso a la policía pero entonces cuando comenzó a acercarse y miró mejor, su sangre se heló, al igual que su corazón, cuando se dio cuenta quien era el que estaba ahí. Podría reconocerlo con claridad desde esa distancia.

Hoseok.

Y Hoseok dio un paso quedándose más al borde de edificio, Taehyung corrió con todas sus fuerzas aunque siguiera abajo.

—¡Hoseok! —gritó sin dejar de correr, de pronto había una larga distancia entre él y el edifico.

Cuando Hoseok dio un paso más, supo que no fue escuchado. Ahora entendía su mensaje, sintió que siempre lo había entendido pero se negaba a verlo de esa forma, se había negado a creer que era una despedida.

—¡No, no, no! ¡Hoseok! —gritó corriendo hasta quedarse afónico, corriendo porque seguía lejos.

Y siguió lejos aún para cuando el cuerpo de su mejor amigo abandonó la azotea y formó parte del aire, cayendo como un objeto desde aquella altura.

—¡Noo!

Su último grito negando destrozó su garganta, y dolió, pero no de la forma en la que fue el ver como Hoseok chocaba contra el suelo. Como la sangre se espació por todas partes en ese duro y fuerte impacto.

Una muerte segura.

El cuerpo sin vida e irreconocible estaba a metros suyos, la sangre corría por el suelo y manchaba su bonito buzo blanco. En su mano, una de las únicas partes de su cuerpo que seguía intacta, descansaba su pulsera. La pulsera que los unía a ambos, el símbolo de su amistad y de lo mucho que lo quería.

Una maldición y un jadeó se escuchó detrás suyo, de pronto Taehyung fue dado vuelta, dándole la espalda al cuerpo destrozado y sin vida de la única persona que había amado en su vida.

—Y-yoon, llama a la policía. —Era Seokjin el que habló con voz quebradiza, el que lo dio vuelta y ahora envolvía en sus brazos. Taehyung no devolvió el abrazo, no se movió en absoluto. Su mente repetía una y otra vez esa caída, ese impacto...

—J-joder. —Escuchó un claro sollozo de Yoongi y como sorbía por la nariz, nunca lo había escuchado llorar.

Seokjin comenzó a susurrarle cosas al oído mientras acariciaba su espalda y los alejaba de esa escena. Taehyung no escuchó nada, no miraba nada. Sentía que su cuerpo ni siquiera le pertenecía.

Él mismo ya no pertenecía a esta vida.

Hoseok había muerto de verdad, Taehyung había muerto en vida.

Fin.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro