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2

Hoseok tocó su cabeza sintiendo una migraña espantosa, gimió de dolor comenzando a sentarse, y entonces vio que estaba en el sillón de la sala de estar. Frunció el ceño confundido, no recordando cómo o cuando llegó ahí.

Solo cuando recordó haber visto a Taehyung con claridad en el pasillo, se sobresaltó mirando a su alrededor. Las luces estaban prendidas pero no había nadie más, y ningún sonido más que el goteó del lavamanos. No había nada ni nadie. Todo estaba en su lugar.

Resopló levantándose para tomar agua. Había sido un sueño, un sueño muy extraño y...

Algo sonó detrás suyo y se giró de inmediato pero, no encontró nada. No había nada más que él yendo a buscar un poco de agua. Suspiró, el sueño era tanto que parecía estarlo haciendo alucinar después de todo. Negó para si mismo caminando a su objetivo principal.

Tomó un vaso con agua y simplemente se fue a dormir. Debía descansar porque saldría con Taehyung luego, iba a ser lo único bueno de cuando despierte. Hacia mucho Taehyung no le decía de salir juntos y aunque supiera que iba a hablar de su novia, le hacía sentir feliz volver a pasar tiempo cerca suyo.

Cerró sus ojos acostados en su cama y, al poco tiempo que lo hizo, se sumergió rápidamente en el mundo de los sueños.

Se ahogaba, lo ahogaban.

Jadeó sin aire. Había alguien sobre él, había alguien manteniéndolo sobre el colchón. Hoseok intentó moverse pero estaba inmóvil, por más que intentaba levantarse no podía. Quiso gritar pero no logró abrir la boca.

No podía moverse. No podía hacer nada.

No entendía que pasaba. Y, se desesperó.

Lo único que podía entender era que estaba sobre su cama boca abajo, y que alguien estaba sobre él. Estaban forzándolo.

Quiso gritar cuando claras manos se posaron en sus caderas apretándolo con fuerza contra el colchón, subiendo luego por su cuerpo hasta que las sintió tocar la piel desnuda de su espalda. Se paralizó ante el tacto de grandes, firmes y frías manos desconocidas tocándolo. Nunca nadie lo había tocado ahí, de esa forma, nunca había tenido relaciones. Y, sea quien sea que estaba forzándolo ahora mismo, claramente no lo sabía ni importaba nada.

Las manos hábilmente dejaron de manosear su espalda para bajar sus bóxers con lo que dormía. Si, de un tirón y sin previo aviso. Hoseok quiso gritar pero ninguna parte de su cuerpo se movía, el desconocido lo empujó con más fuerza contra la cama y cuando bajó sus bóxers hasta sus rodillas lo embistió superficialmente en medio de sus nalgas. Sintió con claridad cómo la erección del hombre sobre él comenzando a masturbarse entre sus nalgas. Quiso llorar.

La angustia y el pánico lo apoderó más aún, se sentía temblar pero aún así no se movía ni gritaba porque no podía hacerlo. La humillación de ser tomarlo en contra de su voluntad era tan grande como su desesperación. La desesperación de no poder defenderse de ninguna forma, de no poder negarse a tal acto aberrante. No debía ser así, no debía ser con un desconocido su primera vez. Con un abusador desconocido.

Cuando Hoseok sintió el miembro duro de la otra persona ubicarse para ya entrar en él, ahí donde nadie más había entrado, sintió que era el fin. Y entonces lo penetró en seco, de forma ruda, brusca y sin piedad, las lágrimas contenidas cayeron de esos ojos inundando la almohada donde su cara estaba. Así, de la nada, sintió que por fin podía moverse pero no lo hizo, más por temor que por otra razón. Quien abusaba de él tenía una fuerza superior a él, ni siquiera se inmutó por su llanto y solo siguió penetrándolo una y otra vez cada vez mas y más rápido. No había pausa ni descanso, no había suavidad, no había él mínimo cuidado, aquel solo lo usaba, solo quería satisfacer tu propio cuerpo usándolo como un objeto. Dolía, dolía demasiado pero no tanto como creía que debía doler.

La visión de Hoseok se volvió borrosa y no solo por las lágrimas, sus ojos se cerraban. Sentía sus párpados pesados cerrándose con más frecuencia cada vez, no quería dormirse con aquel desconocido embistiéndolo como si fuese una cosa porque sabía que le haría algo peor si lo hacía. Quería seguir despierto luchaba por no cerrar los ojos pero, era imposible. Aún cuando el colchón se hundía en cada embestida porque aún no había llegado, cerró los ojos. Los cerró ganándole el sueño, hundiéndose en una oscuridad, olvidándose y dejando de sentir lo que le hacían a su pobre cuerpo.

La luz del sol entraba por la ventana de su habitación, chocando directamente contra su cara. Hoseok frunció el ceño y se levantó de inmediato para cerrarla, de mal humor por haberlo despertado.

Cuando volvió a la cama y se sentó, comenzó a frotarse los ojos para levantarse por completo y dar comienzo a su nuevo día. Pero entonces el recuerdo de la noche anterior vino a su mente.

Hoseok saltó de su cama y miró a todas partes en busca de la persona. Pero cuando se levantó se dio cuenta que no se sentía adolorido o algo por el estilo. Frunció el ceño y caminó al espejo, miró su rostro y luego miró la piel de su cuerpo, en busca de marcas que le habría dejado quien lo tomó. Sin embargo, no encontró nada y, estaba vestido.

Su piel lucia igual y como siempre, no había ni una pequeña marca de golpe o herida. De hecho, no se sentía adolorido en ninguna parte tampoco, ni siquiera ahí atrás cuando debería sentirse así porque recordaba haber sido tomando sin preparación. Y había algo llamativo también, no recordaba cualquier tipo de gemido o sonido que hubiera hecho la persona.

El recuerdo era muy borroso mientras más intentaba pensar en el. Casi como un sueño, ¿había sido todo un sueño entonces?

Toda la mañana y tarde pensó en eso, quemándose la cabeza y esforzándose en intentar recordar más. Pero, no pudo y llegó a la conclusión que por supuesto había sido una pesadilla, uno de esas tan reales que te hacían dudar.

El teléfono sonó de la nada y se asustó tanto por un momento que sintió su corazón detenerse. Debía calmarse, solo había sido una pesadilla. Nada más.

—Hola —contestó sin siquiera ver quien era. Joder, debía calmarse.

—Estuve esperando tu llamada. —Hoseok frunció el ceño al escuchar a Taehyung decir eso.

—¿De que hablas? —preguntó confundido para luego masticar una galleta e intentar calmarse. Hubo silencio del otro lado—. Taehyung, ¿se puede saber de que hablas?

—Anoche te dije que me llamaras para que vayamos a comer juntos. —Hoseok dejó de masticar la crocante galleta sin poder creer que había olvidado eso, había olvidado todo aquello. Joder, nunca había olvidado algo que le dijera Taehyung. Y todo se debía a su extraña pesadilla. Su extraña, humillante y horrible pesadilla.

—Oh... lo siento —dijo entre risas nerviosas—. Yo... y-yo... estuve estudiando tanto que no tuve tiempo —agregó en pequeñas risas para que el ambiente tenso desaparezca.

—¿Ni siquiera para mandarme un mensaje diciendo eso?

Se sintió mal, tenía razón en molestarse. No podía evitar tener que decir la verdad: —Lo siento, lo olvidé.

—Es la primera vez que te olvidas de algo con respecto a mi. —Ahora que se daba cuenta, Taehyung sonaba más que molesto, parecía herido—. ¿Sabes? No almorcé en todo el día por esperar tu llamada pero olvídalo, iré a cenar con mi novia. Nos vemos el lunes en la universidad.

—Tae, lo-

Se detuvo al escuchar el sonido del teléfono anunciando que la llamada finalizó. Taehyung había cortado la llamada y Hoseok se hundió en el sillón sintiéndose un culpable total.

No solo había olvidado llamar a Taehyung, también había hecho que no comiera en todo el día. ¿Como pudo haberse olvidado de su mejor amigo?

Ahora saldría con su novia y seguro le contaría lo mal amigo que era. Tal vez lo odiaba. Tal vez volvería a ignorarlo por días. Hoseok se hundió en el sillón sintiéndose al borde de las lágrimas y deprimido. Se sentía más solo que nunca.

Y dolía tanto... dolía demasiado sentirse solo.

Casi sin pensarlo se levanto del sillón dejando ahí las galletas junto al celular. Y entonces caminó hasta sentarse en suelo.

Una vez en el suelo cruzó sus piernas y respiró profundamente antes de cerrar los ojos. Quería crear a su tulpa, habían ínfinitos comentarios diciendo que una vez que lo tuviera no volvería a sentirse solo, y eso era lo que más deseaba. Porque a pesar de tener amigos, no tenía a alguien con quien pudiera hablar de lo que realmente pensaba o quería. No tenia quien lo escuche.

Sin embargo, una vez más falló y eso lo deprimió más. Finalmente se resignó. Tal vez no tenía demasiada fuerza mental para hacerlo o estaba concentrándose mal. Tal vez no servía ni siquiera para eso.

Se levantó y se quejó por el dolor en su espalda, pero al ver que había pasado horas sentado no se sorprendió, solo se asustó porque no creyó que había pasado tanto.

No importaba, se sentía agotado y quería solo a dormir así que se dirigió a tomar su celular. Se sentía incluso peor que antes, esta noche sería larga y lo sabía.

Un golpe fuerte de una puerta cerrándose lo detuvo y se asustó. No había salido de su departamento, no podía haber entrado alguien. Por otro lado había revisado en todas partes. Tal vez el ruido vino de otro lugar.

Estaba tan seguro de eso que no tuvo miedo y, como si nada hubiera pasado, se fue a su habitación para dormir.

Para el día siguiente Hoseok despertó temblando del miedo por una pesadilla que mientras más intentaba recordar, más la olvidaba. Y su miedo aumentó un poco más cuando vio moretones en sus brazos, frunció el ceño tocándoselas y siseando del dolor. No recordaba cuando o cómo se había lastimado. ¿Se lo hizo mientras dormía?

Resopló y pensó en que tal vez estaba teniendo algún problema mientras dormía. Tal vez debía ir al médico.

Fue a la cocina a prepararse el desayuno, pero antes de hacerlo, se sentó en el suelo en su afán por intentarlo otra vez. Y entonces comenzó a meditar, seguido de enfocar toda su concentración en imaginarse a quien quería de compañero.

Con los ojos cerrados elevó la mano al frente suyo, por encima de donde estaría su cabeza y, solo así, sin más, lo sintió. Sintió a alguien.

Sintió que había alguien justo allí en frente suyo, alguien que emanaba energía de algún tipo. No podía creerlo. Hoseok tragó saliva pero siguió, ahora debía pensar en cómo se vería pero en el único que podía pensar era en Taehyung. Como le habló la noche anterior y como casi ya no le hablaba porque siempre estaba con su novia.

Tal vez no debía pero... él se imaginó a Taehyung. Se concentró en su fisonomía. No creía que pudiera verse como él, sinceramente no creía que siquiera pudiera verlo. Algunos decían que solo lo sentiría pero que podría hablar e intercambiar palabras así que suponía que pasaría eso. Pero también estaban los que lo podían ver y hasta tocar.

Finalmente se cansó de estar pensando en cómo se vería su compañero, y apenas abrió los ojos se puso de pie para preparar su desayuno. Solo que mitad de hacerlo una serie de ruidos se hizo presente y dejó todo en su lugar caminando confundido hasta su habitación por donde venía el sonido.

En una esquina, una persona se encontraba parada con la cabeza hacia abajo como si mirara el suelo. Hoseok se asustó, pero fue un segundo, no tuvo miedo cuando se acercó. Por alguna razón, sabía qué era... lo sentía.

Por Dios... no podía creerlo.

Era esa misma energía que había sentido mientras meditaba, era su creación... Su creación luciendo exactamente una cabellera castaña como la de Taehyung.

Frente suyo lo miró unos segundos hasta extender su mano lentamente y lo intentó tocar, lo hizo suavemente, no sintió nada más que energía. No estaba aún totalmente hecho, no estaba físicamente hecho, solo podía verlo y sentir la energía que irradiaba, nada más.

Cerró sus ojos entonces, intentando concentrarse para imaginárselo cómo se sentiría físicamente y así poder conseguirlo -así como decía en los blogs que leyó-, justo cuando estaba por abrir los ojos para ver si había logrado algo, una mano tocó su rostro. La mano era fría pero el tacto era tan real que se paralizó.

—Hobi.

Hoseok sintió su corazón detenerse al escucharlo, la voz era exactamente a la de Taehyung. Abrió sus ojos lleno de curiosidad y ansiedad.

Una vez más, no podía creerlo.

Era muy parecido a él, tenía la forma exacta con la que se lo imaginó, la forma exacta de Taehyung. Tomó la lista de su bolsillo, la lista de las personalidades que le quería dar. Se preguntaba si también las adoptaría tan bien como adoptó el físico de Taehyung.

—Yo-

—Te amo. Solo a ti.

"Que sea cariñoso"

Una alegre emoción creció desde el fondo de su corazón, había deseado tanto escuchar a Taehyung decirle algo así y -aunque era consciente de que quien estaba adelante suyo no era Taehyung- no pudo evitar acercarse más, sin miedo, no tenía miedo en absoluto.

Al ver su sonrisa tan única y tan suya, olvidó que no era Taehyung quien estaba frente suyo y presionó sus labios en los contrarios.

Suspiró. La sensación era tan real que lágrimas se formaron en sus ojos mientras daba su primer beso. Para su sorpresa le devolvió el beso y lo envolvió en sus brazos con firmeza, como si también estuviera dejándose llevar por el beso. A Hoseok no le importó más si era un tulpa, un humano o lo que fuese, sólo le importaba que se veía como Taehyung...

Solo se dejaría llevar por esta vez, como un sueño, solo por esta vez no pensaría en lo que realmente era.

Abrió sus ojos volviendo a encontrarse a Taehyung y sonriéndole, Hoseok también sonrió sin poder creerlo. Tocó todo su rostro y volvió a besarlo una y otra vez en los labios. Aquel lo apretó más por la cintura haciéndolo jadear.

Y, al igual que muchos de los sueños que tuvo alguna vez, lo llevó entre besos a la cama. Se acostó primero atrayéndolo con él, sobre él.

—Pídeme lo que quieras, Hoseok —susurró estremeciéndolo.

—Hazme... hazme sentir bien.

Como si la idea también le gustara le sonrió, comenzaron a desvestirse. No podía pensar en nada más que en él.

Jadeó cuando Taehyung besó su cuello con benevolencia: —Cierra los ojos... déjate llevar.

Suspiró por lo ronca que salió su voz y su pedido. Y cerró los ojos a pesar de tener miedo a que fuese un sueño mientras Taehyung acariciaba su erección por encima del pantalón.

Hoseok obedeció y se dejó llevar.

Luego de varios minutos tuvo el mejor orgasmo de su vida. No recordaba en que momento Taehyung lo comenzó a embestir de forma rápida y sin piedad haciéndole gritar pero se sintió tan bien que casi no pensó en el dolor. Cayó agotado, tanto como si su energía hubiera sido drenada, aunque tenía sentido por la actividad que tuvieron. Estaba adolorido pero no quería quedarse dormido y despertar sin él.

—Llámame con tu mente cuando no esté.

—¿Vendrás de esta forma? —preguntó y sonrió cuando asintió en respuesta.

—Tú me diste esta forma.

Si, él se la había dado. ¿Por qué no había hecho esto antes? Hoseok se quedó dormido con una sonrisa en su rostro, mirándolo. A la mañana siguiente, al despertar sin él a su lado, lo llamó de la forma que le dijo y, él vino.

Hablar con él era lo mejor de lo mejor, olvidaba que no era Taehyung la mayor parte del tiempo.

—¿Puedo besarte? —preguntaba cuando recordaba que no era él, aunque no era alguien sino algo creado por sí mismo.

—Puedes. —Sus palabras eran cortas, había leído que lo serían por un tiempo.

Lo besó y luego de varios besos más, terminaron de nuevo en su cama. No era un rasgo con el que lo había hecho, la pasión era parte de la personalidad propia de su tulpa. Y poco importaba, Hoseok se dejó follar de nuevo, mirando sus brillantes y tan oscuros ojos que por poco no parecían los de Taehyung. El placer era tanto que gimió y lloriqueó pidiendo más, clavando sus uñas cortas en su espalda. Aquel le dio lo que pidió, todo era tan real.

Se sentía mejor que nunca.

Al día siguiente cuando todo de nuevo volvió a pasar, sintió que su vida al fin había empezado a mejorar.

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