Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

5- No me gusta

Salieron del cine en medio de un ambiente relajado; en el trayecto no se dijo nada pero Dazai disfrutó más de lo que creyó al ver aquella película y Chuuya al menos no sintió molesta la presencia de su compañero y compartir con él algo que sin dudas le gustaba.

Llegaron al departamento del castaño; ingresaron y la descomunal diferencia del día anterior se hizo presente. Ahora si parecía una casa decente, no un nido de ratas.

Aún sí se sentían cansados, necesitaban comer algo antes de dormir, así que fue Chuuya la encargada de preparar algo que no fuera un riesgo biológico como lo que haría Dazai; aunque obviamente no era su sirvienta y encontró la manera o el trabajo perfecto con el que podría ayudar.

Lavar los trastes que se ensuciaran.

Por lo mientras Dazai estaba en la laboriosa tarea de poner la mesa en lo que Chuuya cocinaba; aunque se vió interrumpido cuando recibió una llamada.

Con solo ver el nombre en la pantalla la jaqueca se apoderó de él; no sabía qué se le ofrecía pero si sabía que se trataba de un regañó seguro.

-Hola kunikida-kun- respondió después de dejar sonando su teléfono por un instante; sus ánimos le impulsaba a colgarle, pero eso ameritaba a qué recibiera llamadas y mensajes toda la noche hasta que se dignara a responder.

-¡BASTARDO, DESPERDICIO DE VENDAJES... ¿Porqué no regresaron a la agencia y me entregaron el reporte del día?!- un grito que casi deja sordo al castaño, estuvo tan potente que Chuuya lo escucho en la cocina, así que con curiosidad se acercó sin hacer ruido.

-Ay, vamos kunikida-kun... ¿No sabes lo cansado que es recorrer la gran ciudad de Yokohama bajo los fuertes rayos del sol que solo absorbían mi vida con cada minuto?- respondió al reproche de su compañero utilizando ese tono infantil y dramático que lo sacaba de sus casillas en un segundo. Bueno a todo el mundo -Además... estuve todo el tiempo junto a Chuuya, ¿Sabes lo difícil que es pensar con ella cerca diciendo tonterías... ¡Auch!, ¡Chuuya, ¿Porqué me pegas?

-¡Dale otro de mi parte!- grito el rubio desde el otro lado de la línea, y fué perfectamente escuchado por ambos. Chuuya sonrió sádicamente y Dazai se aleja precipitadamente del inminente peligro.

-Oh!, Mira que sorpresa... Hoy no quiero morir, tal vez luego Chuuya.

-¿Desde cuándo quieres vivir?, Ven Dazai voy a acabar rápido.

-¡TE DIJE QUE NO ME DIVIERTE QUE ME MATES A PATADAS!- los dos comenzaron a correr por todo el departamento; la pelirroja intentaba encestarle un golpe y Dazai lograba esquivar con éxito cada uno de los ataques, hasta que finalmente se dirigió a su habitación y se encerró ahí.

Chuuya suspiro, su diversión se había acabado pero una sonrisa estaba bien dibujada en sus labios rosados; ni ella sabía la razón para sonreír pero no era algo que pudiera controlar.


. . .

Pasaron unos minutos hasta que Dazai salió de la habitación y con ojos de cachorro abandonado le pidió comida a la pelirroja; no pudo negarse. Así que de nueva cuenta el ambiente era particularmente agradable.

Tal vez... Pero solo tal vez, ambos disfrutaban de la compañía... Claro que no lo dirían.


Después de la cena y haber dormido plácidamente, se preparaban para salir a completar su misión o intentarlo.

Aún después del regañó de Kunikida durante la noche, ninguno quería ir a la agencia así que fueron directamente hacia el lugar donde ocurrían los atentados.

Con un poco de investigación descubrieron que el ladrón había hecho una de las suyas justo después de que ellos se fueran al cine;  Chuuya se sentía culpable y Dazai solo podía darle importancia al hecho de que el maliante ya sabía que estaban detrás de él, así que este acto no era más que una burla hacia ellos.

A no, eso sí que no...

Por primera vez Dazai se puso serio con la investigación, pero...
Nuevamente caminaron por cada casa, edificio, calle y callejón sin pistas; lo cual se estaba volviendo frustrante para el castaño y no hacía más que maldecir a quien estuviera detrás de los robos, cosa que ya estaba cansando a Chuuya; es decir, ella era la que siempre se quejaba, ¿Qué había pasado con el desinteresado suicida?

Ningún resultado desde que comenzaron, simplemente nada.

—Debe ser alguien muy inteligente para lograr ocultarse de esta manera— declaró el castaño cuando después de caminar y hacer preguntas a los ciudadanos por horas, decidieron tomarse un pequeño descanso.

—O tal vez es muy escurridizo...— corrigió Chuuya. —¿Puedes pensar ya en algo para acabar con esto de una vez por todas?— cansada, la única forma de describir a la pelirroja en este momento era esa palabra: cansada; de caminar de un lado a otro, de hacer preguntas estúpidas y de no tener nada de acción en este mediocre trabajo.

— Sí no me hablas va a ser más fácil para mí pensar...

—oh?, ¿Osamu?— una voz bastante familiar y MOLESTA se escuchó a sus espaldas. Los dos se giraron; Chuuya con curiosidad y Dazai con molestia.

Algo le decía que Dios no lo quería...

Ya mejor me muero, pensó con cansancio.

Frente a él, ese hombre de cabellera negra y larga que caía naturalmente en una cascada lisa y brillante; los ojos afilados de un depredador, ese color violeta con una profundidad escarlata; y la hipócrita sonrisa fingida... Tan parecido a él y por eso lo odiaba.

—Dostoievsky...— fingió arcadas al pronunciar su nombre.

—Tambien es un gusto verte amigo mío— hablo con la amabilidad más fingida que pudo.

Fyodor Dostoievsky había llegado a Yokohama varios años atrás; en ese tiempo planeaba un golpe contra la mafia a pesar de su joven edad, esa fue la principal razón de que perdiera contra el líder y el mejor ejecutivo que todo el mundo bien conocía.

Sin embargo Mori le salvo la vida, o mejor dicho se la perdonó con la condición de trabajar para la Port Mafia, y con la pequeña casualidad de que aún valoraba su vida, terminó aceptado.

Dazai y Fyodor nunca tuvieron una relación cercana, de hecho se veían muy pocas veces cuando el castaño aún era un miembro de la mafia, después la dejó.

Aún después de los años Dostoievsky no era ejecutivo a pesar de todos sus trabajos bien logrados, pues Mori no confiaba en el asabache y tampoco lo quería como el próximo sucesor, así que todavía lo mantenía vigilado; básicamente todos los subordinados del chico solo estaban para informar a su verdadero jefe de cualquier movimiento extraño que estuviera haciendo.

—Es extraño verte pasear por la ciudad sin tus perros guardianes— habló Dazai con sarcasmo.

—Me estoy tomando un descanso de ellos...

De hecho eran muy seguidas las veces en las que Dostoievsky ignoraba sus labores y se escapaba de sus compañeros solo para poder tener algo de aire libre... En fin, era obvio su poco interés por ocupar el lugar del jefe de la organización... Bueno, al menos por el momento.

El castaño veía al contrario con odio que ni siquiera intentaba ocultar, aunque él dejó de ser el centro de atención para el asabache que se quedó viendo profundamente a Chuuya y ella le miraba de la misma manera, y ¿Cómo no hacerlo?

Llevaba años interesado en él; era uno de los mafiosos más atractivos y siempre le interesó su particular y elegante forma de actuar.

Claro que jamás se acercó al contrario porque en muchos sentidos era parecido a Dazai, así que eso no le agradaba mucho y no sabía qué personalidad lo dominaba, era mejor no juzgar a alguien sólo por su apariencia y prefería mantener las relaciones amorosas alejadas...

—¿Se puede saber quién es esta hermosa mujer?— pregunto él asabache acercándose a ella, y eso solo aumento su entusiasmo haciéndola sonrojar.

—Si supieras...— respondió el castaño conteniendo la risa. Chuuya le pegó un codazo para que se callará.

—Parece que eres un verdadero caballero Dostoievsky...— habló está vez Chuuya y eso si logro callar a Dazai por completo.

—Mhn?, ¿Acaso me conoces?, Yo no recuerdo haber visto a alguien tan encantadora como tú...— Dazai hizo una mueca de asco a los brillantes que se veían los ojos de Chuuya.

—Tal vez solo he escuchado de tí— ya era obvio... Solo un idiota no se daría cuenta de que se estaban coqueteando, pero eso era completamente normal entre dos individuos cuando se interesan mutuamente.

Aunque...

Dazai juraba que sí se acercaban un poco más cometería un crimen y alguien moriría ahí, no le importaba romper su promesa de... sir una pirsuna buena...

Apretó sus manos en puños dejando que sus uñas se marcarán en la palma de su mano.

—¿Te gustaría venir conmigo a comer algo?— ofreció Fyodor y ante la sonrisa pícara de Chuuya, Dazai decidió actuar.

—¡Lo sentimos!, Pero estamos en medio de un trabajo, así que... Shu— con una mano le indicaba que se largara pero no hizo caso.

—oh!, ¿Así que ella es tú nueva compañera?

—¿Algún problema?— lo bueno es que Dazai sabía controlarse.

—¿Es cierto, mi hermosa dama?

—Por desgracia si...— respondió sin ánimo la pelirroja. No le quedaba de otra que seguir trabajando pues ahora ese era su deber.

—Que envidia Osamu... Yo quisiera pasar el tiempo junto a una belleza como está— los ojos de Chuuya se iluminaron, lo que fué aún más obvio con su rostro sonrojado.

—Si, si... tengo mucha suerte... ya vete, ¿No?— nuevamente fue ignorado por Fyodor que solo podía pensar en lograr una cita con la pelirroja.

—Señorita...

—¡JA!— una risa sarcástica que le generó otro golpe por parte de su compañera.

—Señorita...— repitió Fyodor —Sí ahora no puede... ¿Le gustaría salir conmigo en la noche?

Esto iba mucho mejor de lo que alguna vez pensó Chuuya, logró llamar la atención de un hombre muy atractivo, correspondió el coqueteo y ahora la invitaba a salir...

Bueno no estaba de más aprovechar del cuerpo que se le otorgó y pasar una noche relajada en esos brazos y ese abdomen...

Mordió su labio y se acercó a Dostoievsky con lentitud.

—¿A dónde me quieres llevar?— pregunto con una voz seductora que logró hacer sonrojar a Fyodor.

Esa fue la gota que derramó el vaso, no le pedirían que tuviera más paciencia. No sabía porqué pero estaba realmente irritado y esas extrañas sensaciones no le agradaban para nada.

Caminó hasta ellos y sin esperar a que Fyodor logrará responder, tomó a Chuuya por el brazo y la jaló lejos del asabache.

—¿Qué carajo?— reclamó Chuuya, buscando soltarse pero el agarre de su compañero era tan fuerte que ya estaba lastimandola. —¿Qué te sucede Dazai?, ¡Suéltame!

No recibió respuesta, ni reacción, solo el caminar más apresurado del castaño. Fyodor no los siguió, no quería provocar más problemas, no quería seguir provocando los celos de un hombre.

No fué hasta que Chuuya logró sostenerse de un poste que Dazai se detuvo; intento jalarla utilizando más fuerza, pero se detuvo cuando en el rostro de la pelirroja se pinto una mueca señal de dolor.

Finalmente la soltó y ella se acercó para encararlo.

—¿Qué sucede contigo Dazai?, ¿Quién te crees para tratarme así?— Dazai algo cansado de que Chuuya no note que su humor es el incorrecto para provocarlo, la toma de los hombros con brusquedad.

—¡¿Hay algo entre tú y Fyodor?!

—¿Qué...?, Eso no tiene nada que ver contigo.

—Con un demonio Chuuya... ¿Porqué ese tipo?

—¡No es tu problema!, Es mi vida y yo decido con quién salir y con quién no ... Y con quién me acuesto.

—¿Así que eres una de esas?

—¿Una qué?— Chuuya no veía justo que Dazai la juzgará y solo pregunto para asegurarse de los pensamientos del castaño.

En cambio Dazai permaneció en silencio; para él jamás era difícil insultar a alguien, pero justo ahora era como sí no supiera hablar, no pudo pronunciar palabra y solo sabía que eso era para no erir a Chuuya...
Por sorprendente que parezca... Dazai no quería insultarla, porque la conocía; no merecía que la tratarán mal.

Así que la soltó y apartó la mirada.
Chuuya por su parte se alejó de él; no tenía ánimos ni de trabajar, ni de citas, ahora quería tomar algo.

Ella en verdad se asustó cuando Dazai estuvo a punto de ofenderla. Juraba que sí el castaño decía lo que pensó ella lloraría, aún sí no sabía el porqué.


—¿Puedes creerlo?, Es un imbécil— hablaba una pelirroja ya bastante tomada pero aún cuerda.

—¿Y por eso veniste a mi casa?— pregunto Yosano tomando asiento junto a Chuuya.

Después de haber discutido con Dazai, no tuvo el valor para regresar a su departamento, así que luego de comprar varias botellas de vino fue a la recidencia de la doctora. Lo bueno era que su mentora no estaba en el lugar, al parecer tenía trabajo que no podía ignorar.

En cuanto llegó se pusieron a tomar y casi de inmediato Chuuya contó todo lo que había sucedido con los otros dos hombres y el reaccionar de uno en específico.

—No entiendo qué le pasa— reclamaba con un puchero.

—Tengo una ligera idea de lo que le sucede, pero tú tarea es descubrirlo.
—¡Que mala!

—Si, si... Oh!, Por cierto; Kouyo ya sabe sobre la fiesta, dijo que hay que organizar un día para ir de compras.

—¡Dios, ¿Porqué eres tan cruel conmigo?!

—Vamos, no va ser tan malo... Además así podrás desahogarte sobre todo lo que hizo el idiota de Dazai y tendrás más consejeras que te ayuden a tus problemas.

—¿Encerio?— los ojos de Chuuya brillaron con un poco de esperanza para lograr que alguien le explicará lo que sucedía tanto con Dazai como con ella misma.

—Si... Yo pienso invitar a Naomi y a Kyoka y Kouyo llevará a Gin y a Higuchi. No hay nada mejor que un grupo de mujeres para quejarse de los hombres.

—Supongo que está bien... Esto es mejor que nada— terminó aceptado un poco desconfiada.

Finalmente el alcohol hizo de las suyas y la pelirroja se quedó completamente dormida, era lo mejor... Por el momento no quería ver a Dazai.

.

.

.


Sin comentarios...

Solo; Gracias por leer la historia, son todo un amor
Besos (ʃƪ^3^)

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro