Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

1- Casual

Un día normal, en su vida normal, con su trabajo normal, en la ciudad más "normal" de Japón; así es Yokohama. Si, eso...

El trabajo de hoy para Chuuya estaba realmente relajado; solo tenía que matar a unos idiotas que se atrevieron a robar a la más grande organización criminal del país: la Port Mafia.

Tal vez el trabajo no sería fácil para cualquiera, pero por favor, Chuuya era el mejor artista marcial de la mafia, ¿Quién no le tendría miedo a sus poderosas piernas que de una sola patada, pueden reiniciar la vida de alguien? ¿O de sus puños que pueden partir el suelo sin esfuerzo?

Con esas características se disponía a cumplir con su misión, claro que tendría que dejar a algunos tipos vivos para obtener información de su jefe, el que los contrato para robar mercancía.

Los sujetos se habían incorporado para comprar a La Port Mafia, pero se quisieron pasar de listos así que Mori envío a su mejor hombre a resolver el asunto y de paso encontrar a la cabeza de todo.

Chuuya iba junto a un pequeño escuadrón hacia un edificio donde, según la información que le dieron se llevaría a cabo un intercambio; bien, llegó el momento de lucirse ante su equipo.

Antes de entrar al edificio recorrieron los alrededores y acabaron con algunos guardias; habían demasiadas personas vigilando, lo que aseguraba que el comprador era alguien poderoso o importante a quien le interesaba demasiado su mercancía.
Desde lejos pudieron ver llegar una camioneta brindada muy lujosa, de ella salieron varios hombres con trajes negros y uno que se veía diferente a los demás; llevaba un traje azul marino, un sombrero de copa y unos lentes que le impedían reconocerlo.

Del edificio salieron algunas personas con demasiadas cajas a la vista bastante pesadas y un tipo feo y gordo de barba se acerca al elegante hombre de traje.

-Bien chicos ha llegado el momento- habla aquel atractivo pelirrojo a su escuadrón que lo seguirían a ciegas -Dispersense- ordena y sus hombres obedecen de inmediato, escabullendose entre los arbustos sin hacer mucho ruido; cada quien tiene una posición de modo en que han rodeado al grupo que parece estar cerrando su trato.

Chuuya sale sin temor a nada, mostrándose seguro de sus movimientos y confiando en sus subordinados. Sale de entre los matorrales aplaudiendo y alertando al enemigo que no tardan en apuntar con varias armas a la imprevista llegada de un ejecutivo.

-Vaya, vaya... ¿Qué tenemos aquí?- habla con sarcasmo y su arrogante sonrisa -Un sucio grupo de asquerosas ratas-

-¡Fuego!- grita el viejo gordo; después de su orden todos sus hombres descargan sus cargadores contra al extraño pelirrojo.

Las múltiples balas son detenidas a centímetros de tocarlo para luego caer a sus pies resonando en el lugar el sonido metálico.

-Queria hacer esto por las buenas... Pero supongo que tendré que hacerlo por las malas- levanta su mano derecha y chasquea los dedos; la señal que estaban esperando.

Nuevamente el silencio se ve reemplazado por disparos, está vez de parte del equipo de Chuuya; se habían mantenido apacibles hasta que tuvieron su señal para actuar. Atacaron solo para herir a los contrarios.

Chuuya se dirigió a los que parecían ser los líderes de ambos grupos; el gordo no parecía tener cerebro, pues saco una navaja y se lanzó contra el pelirrojo sin miramientos y gritando maldiciones.

Chuuya utilizo el peso del contrario en su contra y lo tiró en el suelo para después colocar su pie en su espalda impidiendo su movimiento, luego jalo sus brazos hacia atrás, logrando dislocarlos. Un alarido de dolor se hizo oír aún con toda la conmosion en el lugar.

-Luego me encargo de ti- susurra Chuuya al tipo que no puede dejar de lloriquear y maldecirlo. Se gira mirando amenazante al otro tipo; tiene el cabello color negro y aún con todo lo sucedido no se ha quitado los lentes obscuros.

Aquel hombre apunta justo a la cabeza del pelirrojo.

-Ya deberías saber que eso no va a servir- habla el mafioso con voz rasposa.

-No estoy seguro encanto- el apodo lo hace poner una mueca de asco, aunque se convence de que lo mejor es ignorarlo -¿Sabes?, Conozco a alguien a quien le puedes gustar mucho, ¿No te interesaría unirte a él?

-¿A caso tengo cara de traidor?- grave error, ahora lo había hecho enojar en verdad.

-Nunca dije eso- sonríe con nerviosismo fingido.

Chuuya nota algo extraño en esta situación y de repente una mujer sale de ¿Quién sabe dónde?, para atacarlo, ella sostiene la navaja que el gordo tenía hace unos momentos; al girar la mirada se da cuenta que ese tipo ha sido asesino; vuelve a mirar a aquella mujer con todas las alertas activadas.

Es una mujer alta y bella; sus labios están pintados de un rojo vivo; porta un vestido negro con flores bordadas de color rojo que se asienta a su figura, el vestido tiene una apertura en su pierna derecha; lleva puestos unos tacones negros altos y tiene el cabello negro completamente recogido en un tocado con rubies.

En sus grandes ojos figura el color escarlata.

-Llegas justo a tiempo querida- habla el tipo del traje.

-Cállate- lo para la mujer antes de volver a atacar a Chuuya a una gran velocidad; sus movimientos fluyen con rapidez mientras utiliza el arma para que Chuuya retroceda.

Aquella mujer golpea el suelo con su puño y este se parte.

El pelirrojo se eleva con ayuda de su manipulación gravitacional, evitando así el impacto; por lo que puede ver, ella tiene una habilidad relacionada con la fuerza sobrehumana o la velocidad.

De un momento a otro ella ya ha desaparecido de su vista, para después reaparecer detrás de él; había tomado impulso gracias a un árbol para poder alcanzarlo y ahora dirigía el arma contra Chuuya, quien evito una herida grave protegiendose con su brazo.

El objeto punso cortante atravesó la piel; Chuuya hizo una mueca de dolor y ella sonrió triunfante. La pelinegra saca la navaja sin cuidado del brazo ajeno y se deja caer al suelo con gracia y elegancia.

El mafioso también baja solo para amenazar con la mirada a los otros dos, sin mostrar ni un poco del dolor que la herida en su brazo le provocaba.

-Uff, en verdad eres sorprendente- se hace oír el de traje -En verdad le gustarás a esa persona... Nakahara Chuuya...

-¿Qué?, ¿Cómo sabes mi nombre?- pregunta confundido.

-Un pajarito me lo dijo- responde sin darle importancia al asunto; sonríe y mira a un lugar detrás de Chuuya.

El ojiazul a penas es capaz de reaccionar, gracias a sus instintos; una bala se dirigía a él por su espalda a gran velocidad, así que en cuanto lo sintió tuvo que esquivarla y está se estrelló contra un árbol. Chuuya mira hacia la dirección por la cual le dispararon.

-Tsk... Un francotirador- era molesto porque había un tipo viéndolos desde la distancia y no lo había logrado percibir, hasta este momento. Se gira precipitadamente hacia donde estaban los otros dos, pero ya no... Literalmente se habían esfumado.

Lo extraño era que pudieron aprovechar el momento en que el francotirador hizo su movimiento, pero lo dejaron, ¿Qué es lo que pretendían?.

También se pudo dar cuenta que en ningún momento lo hirieron a matar, se estaban conteniendo, ¿Porqué?

Ahora Chuuya estaba frustrado, había dejado escapar a tipos que parecían ser importantes en el mercado negro, probablemente tendría un castigo por su fracaso; el lado bueno era que no se habían llevado nada de la Port Mafia, tal vez esas cajas le resolverían sus actuales dudas.

-¡No me vallas a soltar!- habla o mejor dicho grita un hombre de traje que ha perdido los lentes obscuros y su sombrero gracias a su compañera que lo lleva como costal de papas entre los árboles.

-No lo voy a hacer y ya deja de gritar o harás que nos encuentren- contesta astiada.

-Me he mareado... ¿No te puedes detener un momento?

-No... Cállate, ya casi llegamos al auto.

-Genial...

Cómo dijo aquella delgada mujer, no tardan en llegar a una carretera donde a un lado se encuentra un auto color rojo; llegando cerca del coche, al fin tira al molesto hombre.

-¡Ahg! ¡Yoko!- se queja una vez cae de bruces en el suelo -Eso dolió.

-Ya cállate Shintaro.

-Que cruel eres conmigo- hace un puchero que la mujer llamada Yoko ignora.

-¿Ya están aquí?- llega otra persona, un hombre alto con ropa casual y un gran rifle que desaparece entre sus manos. Su cabello es corto de color plateado y sus ojos son de una tonalidad azulada. Él a diferencia de Shintaro tiene más músculos.

-¡Oh!, ¡Shusaku, al fin!, Ya estamos todos así que hay que alejarnos de este lugar- ordena Shintaro sonando serio, algo que no había demostrado hasta este momento.

Los tres suben al auto con Yoko conduciendo, Shusaku a su lado y Shintaro en el asiento de atrás.

-¿Estás seguro de lo que vas a hacer?, Nakahara es un hueso duro de roer- habla la pelinegra sin apartar la mirada de la carretera.

-Es por eso que me interesó- responde con sinceridad y simpleza.

-Toma- Yoko le extiende su navaja a Shintaro, quien la toma con entusiasmo viendo la sangre seca de aquel pelirrojo.

-En verdad me gustas Nakahara Chuuya- susurra antes de lamber una gota de sangre que aún fluía; los ojos esmeralda del hombre brillan en el interior del auto y una sonrisa se dibuja en sus finos labios.

Terminada la misión tuvo que ir con su jefe a explicar la situación; todo había sido un fracaso: esos tipos misteriosos se escaparon, el gordo había muerto y los subordinados que atraparon se suicidaron con pequeñas pastillas que ocultaban en su paladar; no había ni una pista sobre ellos y quién era el líder. Así que Mori estaba en verdad molesto por aquellos resultados.

No hubo un castigo, más bien le dió la oportunidad de remendar aquello; él sería el encargado de buscar hasta por debajo de las piedras a esas personas y llevarlas ante el jefe de la Port Mafia. Eso sí, Mori le solicito un reporte con todos los detalles de lo sucedido.

Termino hasta la media noche y entrego el reporte; después al fin se permitió ir a su departamento; quería y necesitaba descansar pues serían unos largos días de investigación. Además había una extraña incomodidad que lo carcomía desde que venía de regreso.

Sus párpados pesaban, tenía mucho sueño y sobretodo se encontraba débil.

Al llegar a su departamento se sirvió una copa de vino que llevo a su habitación... No supo cuánto tardó, pero en poco tiempo ya estaba dormido bajo las sábanas sin sospechar de los tremendos cambios que su cuerpo estaba sufriendo.

.

.

.


Hola...
Primero que nada quiero decir que la historia estará dedicada a xharleyquinn09-
Y a Osamu-Dazai001 porque sus comentarios me levantaron los ánimos para crear este humilde fanfic, espero que les guste a las dos... Lo estoy haciendo con mucho amor ʕ·ᴥ·ʔ

. . .

Aclaraciones:

-Al final no se me ocurrió una mejor idea para crear la historia: pensé en hacer algo en el que Chuuya era transportado a otro mundo, pero en cuerpo de mujer ರ_ರ... Y mi otra idea era utilizar el libro que todo lo cumple; ninguna me convenció porque no le encontraba lógica a los hechos y tendría que cambiar muchos aspectos que ya tenía planeados, incluyendo el final ¯\_(ツ)_/¯

-Nombres completos de los villanos:

*Shintaro Ishihara;
Habilidad: "La estación del sol". ^_^

*Yoko Ogawa;
Habilidad: "Perfume de hielo" (Es exactamente lo que se describe, tiene una fuerza increíble, añadiendo una gran velocidad)

*Shusaku Endo;
Habilidad: "Silencio" (puede crear armas de fuego a voluntad y tiene una puntería única, además de una vista increíble)

-Fyodor también va a salir en la historia pero aquí va a ser un miembro de la Port Mafia; no es ejecutivo porque Mori no confía en él y lo tiene vigilado.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro