Cuando la noche llegó, Lisa regresaba a lo que vendría ser su nuevo hogar. Se mantuvo un momento detrás de la puerta de su departamento, nerviosa. Sería la primera vez que llegaría a casa y sería recibida por alguien, siendo nada más que su amada y su pequeña hija.

En una de sus manos sostenía una bolsa de pollo frito junto a bebidas, y la otra se mantenía frente a la puerta, esperando a que su nerviosismo baje un poco.

Río levemente al recordar que no tenía que tocar, tenía la llave en su bolsillo. Ahora con la llave en mano, tomó un suspiro y abrió la puerta, diciendo lo que tanto había imaginado en sus días de soledad.

_Amor, ya llegué.

Sonrió al ver a Jennie asomarse por un lado del sillón, estaba sentada en el suelo junto a Yel, jugando y viendo televisión. Jennie también sintió aquella ilusión y sensación tan especial. Se puso de pie y ambas se encontraron en medio del camino, uniendo sus labios de inmediato en un dulce beso.

_Trajiste comida - Jennie se separó del beso al sentir el delicioso aroma.

_¿Podrías servir? - pidió Lisa - voy a saludar a nuestra pequeña.

Jennie asintió y sostuvo la bolsa. Lisa no tardó en acercarse a Yel y cargarla en sus brazos, besando de manera divertida su mejilla y haciéndola reír.

_¡Para mí es la pierna! - gritó Jennie desde la cocina.

_Mira lo que te regaló tu hermano - Lisa sonreía, mostrando un carrito a Yel. La pequeña lo sujetó, viéndolo curiosa - dice que lo cuides - sabía que Yel no la entendía, pero ver su expresión atenta le daba ternura - tienes la cara enojona de tu mami.

_Y la alergia de su madre - Jennie llegaba a la sala, dejando dos platos en la mesita del centro.

_No es algo que mis hijos me van a reprochar. Hay una calle en especial en donde preparan una crema helada, eso sería prácticamente un helado pero no lo es, se prepara de pura fruta. Sé que les va a gustar, hasta lo dan en conos.

Ambas se sentaron en la alfombra frente a la mesita, Lisa cargaba a Yel en una de sus piernas y Jennie se levantó al recordar traer las bebidas. Comenzaron a comer en pequeñas pláticas. Las horas pasaron e hicieron dormir a Yel en su cuna, en la habitación conectada con la de ellas.

Jennie subió a la cama y palmeó a su lado al ver a Lisa salir del baño después de lavarse los dientes, Jennie lo había hecho primero. Lisa gateó a ella, ambas se sonreían con complicidad, felices y nerviosas por ser la primera noche juntas en la que sería la cama de ambas.

_¿Estás segura que tu madre no se equivoca? - Lisa quedó sobre ella, siendo cuidadosa - ¿y si quedas embarazada?

_No va a pasar si no usas tus dedos después - Jennie rodeó su cuello, acariciando el cabello de su nuca - tus amiguitos son muy lentos - ambas rieron.

Lisa se quedó en silencio, admirandola.

_Aveces me pongo a pensar...- acariciaba su mejilla, miraba sus labios, sus ojos - en qué hubiera sido si no tuviera esta...posibilidad tan extraña - pronunció con un toque de diversión - sería...tan diferente en muchas cosas. Muy diferente.

_Solo hubieras sido una sola noche...no hubiéramos vuelto a hablar - respondió con voz suave - también se me hace extraño pensarlo, ¿es algo en que siempre piensas?

_Mucho...

_¿Por qué?

_Porque amo haberte conocido...- respondió sincera - y me aterra la sola idea de que por una sola posibilidad, nunca hubiera sabido más de tí. Amo...demasiado...tenerte ahora entre mis brazos, y estoy agradecida por ello.

Jennie sonrió conmovida, viendo a Lisa con amor, con dulzura. Dió un corto beso a sus labios y se separó, acariciando ahora ella su mejilla.

_Eres toda una cursi...¿lo sabías? - sus ojos se cristalizaron - y yo soy muy sensible, no ayudas.

_Solo me gusta decir lo que siento - besó sus labios - te amo, Jennie.

_Te amo...- sus lágrimas cayeron - ¡Lisa! - regañó y Lisa rió - se supone que vamos a hacer el amor y me haces llorar. Ponte seria.

_Está bien - se sentó con cuidado sobre la cadera de la castaña. Se quitó sudadera, quedando solo en un top negro, atrapando la mirada deseosa de la castaña quien la admiraba - voy a ponerme seria - arregló su cabello de manera tan sexy, que Jennie suspiró profundo por lo que provocó en ella.

***

El día del cumpleaños de Yel había llegado. Todo ya había sido planeado, irían al parque de diversiones toda la tarde y en la noche comprarían el pastel favorito de la pequeña, solo faltaba un detalle, que Lisa se levantara.

_Mamá - escuchó susurros - mamá - esa voz aguda en su oído la estaba despertando - ariba - Lisa abrió los ojos al sentir que estaban usando su mejilla como chupón.

_Yel...- Lisa giró con pereza, la pequeña estaba a su lado, sonriendo - mi mejilla no es un chupón - se sentaba somnolienta - ¿ya son las nueve?

_Sí, ¡cumpeañios! - brincaba en la cama.

Lisa la sostuvo de inmediato cuando giró hacia atrás. Yel reía de cabeza en el borde de la cama, mientras Lisa casi sufre un infarto por el casi accidente.

_Vamos a celebrar tus dos años, pero tranquila - la dejó en la cama - ¿y tu mami?

_Se fue a univesi.

_¿Ya se fue a la universidad? - se mostró pensativa - ¿y no me despertó para cuidarte? - observó su celular - tampoco sonó mi alarma - entró a configuración y suspiró al notar que lo había programado para la tarde y no para la mañana - ven - bajó de la cama y la cargó en brazos - hora de ir al mercado. Mami vendrá a comer y luego iremos al parque de diversiones.

***

La casa de la familia Park estaba en silencio, todos estaban durmiendo por el cansancio de cuidar a tres pequeños. Rosé dormía en el sofá, uno de sus bebés dormía en su pecho, estando dentro de su canguro. Jisoo dormía sentada en el suelo, su cabeza estaba recostado en las piernas de Rosé y sus dos bebés estaban dormidos en su canguro doble sobre su pecho.

Ambas despertaron somnolientas al escuchar que tocaban la puerta.

_Jisoo, Rosé - era la voz de Moonbyul - vine a ver a mis sobrinos. Traje regalos y comida.

Ambas volvieron a caer dormidas. No era su intención pero estaban demasiadas cansadas.

_¿Hola? - llamó Moonbyul. Giró a ver al chofer que esperaba con el nuevo auto que les iba a regalar - creo que no están, vámonos.

***

Llegada la tarde, la familia Manobal Kim se divertían en el parque de diversiones. Ese día Jennie había salido temprano de la universidad y Lisa había tomado ese día libre de su trabajo. La niñera que cuidaba a Yel, era una joven muy amable que aveces pasaba por los lugares en donde ellas estaban para poder saludar unos segundos a Yel de lejos y ella sepa que ambas estaban trabajando y estudiando.

Ya era una costumbre que la niñera pasara cada día con el auto de la familia frente a la universidad, Jennie saludaba sonriente desde el tercer piso a una alegre Yel que movía sus manitas por la ventana. Luego iban a comer al restaurante donde trabaja Lisa y así ella aprovechaba para saludar a Yel cada vez que se asomaba por la cocina.

Ahora en el parque de diversiones, la familia caminaba disfrazada por segundo año por el cumpleaños de Yel, a ella le fascinaba la idea.

No era algo incómodo, el primer año hasta les pedían fotos y les pareció divertido.

_Ese - señaló Yel.

Lisa observó el peluche que la pequeña señalaba, era un hermoso peluche blanco con orejas grises, pero...era una rata.

_¿Una rata? - Jennie preguntó - ¿no quieres este perrito? - mostró un peluche más grande.

_O este gatito - mostró Lisa.

_No, ese - señalaba.

Ambas madres cruzaron miradas, levantaron los hombros y compraron las tres pelotas para jugar por el premio. Si ese eran los gustos de su hija, ni modo.

_Debe encestar al menos una pelota para pedir un premio pequeño, dos para uno mediano y los tres para los grandes - explicó el muchacho.

_La rata es pequeña, solo necesitamos uno - pronunció Lisa, tomando el lugar y preparándose para lanzar.

La dificultad era que la canasta era exactamente del tamaño perfecto para el pequeño balón, sería muy difícil encestar.

Y tenían razón, ninguna había podido, a pesar de comprar veinte veces las pelotas e intentar sesenta veces. Las tres estaban sentadas en un tablón en el suelo, decepcionadas de sí mismas.

_Eso es una estafa - expresó Jennie con la voz apagada.

_Aveces no se puede, Yel...- pronunció Lisa al ver la tristeza de su hija - y es algo que debes aprender - la pequeña asintió - y lo aprenderás...¡Pero no ahora! - se acercaba con molestia al juego.

_No sé qué hará...- susurró Jennie en el oído de Yel - pero seguro y traerá ese peluche.

_¿Paga? - preguntó Yel.

_Segurame-

_¡CORRAN! - Lisa llegaba corriendo con peluche en mano, tomó a Yel en brazos y salió huyendo.

Jennie salió del shock y corrió tras ella, nerviosa.

_¡Eso no se hace, Yel! - Lisa le explicaba a su hija sin dejar de correr - ¡Esto es malo!

_¡Muy malo! - Jennie regañó a Lisa.

_¡Muy, pero muy malo, Yel!

Yel asentía sin dejar de reír.

***

_Y esto es la consecuencia de porque no debes hacer eso, Yel - explicaba Lisa detrás de las rejas.

_Al menos nos dejó quedarnos con el peluche - Jennie levantó los hombros. Yel tenía abrazado a su peluche mientras miraba a Lisa en ese lugar - ¿Cómo lo vas a llamar, cariño? - se inclinó a ella.

_Pan - Yel sonreía.

_Que raro - Lisa se mostró pensativa - sentí un dejavu.

_Como saldrás en la noche, iré a hacer la cena - Jennie cargó a Yel - te amo - se acercó para besarla, pero una llamada las interrumpió. Jennie sacó su celular y respondió la llamada, era su padre - hola, papá - Yel mostraba orgullosa su peluche a Lisa - ¿Qué? - Jennie sonrió emocionada - sí, ahora le digo - colgó la llamada.

_¿Qué pasó? - preguntó Lisa, curiosa.

_Mis padres acaban de salir de la reunión en donde darían una propuesta final para su investigación.

_¿Lo aceptaron? ¿Pagarán por ello? - Jennie asintió - ¿Cuánto me corresponde? - era lo único que quería saber - ¿un millón? ¿dos millones?

_No - negaba, sonriente - más.

_¿Cinco millones? - comenzaba a emocionarse.

_No.

_¿Ocho millones?

_Lisa, es un descubrimiento que tendrá un impacto en todo el mundo, es más que eso.

_¿Díez...millones? - ya se estaba poniendo pálida.

_Creo que por ahora no debo decírtelo, parece que te vas a desmayar - la veía preocupada.

_No, no. Estoy bien. Dímelo - respiró profundo - no creo que me impacte tanto.

_Quinientos millones de dólares es lo que te corresponde - pronunció rápidamente. Lisa estaba en silencio - es realmente un descubrimiento revolucionario, algo que va a cambiar el mundo, por eso esa cantidad - decía nerviosa - ¿Lisa? - no reaccionaba.

_Mami se fue - pronunció Yel.

_No, cariño. Mami no se fue, solo...está en shock - Lisa parecía una estatua sin gesto alguno - iré a preparar la cena...- se acercó dudosa, besando sus labios con las rejas en medio - te espero para cenar - se alejaba viendo constantemente a Lisa.

Voten ❤️

También me impresioné al averiguar cuánto pagarían 😧