Especial Yel 7
En el restaurante, Yuna levantaba los platos y vasos ya sucios de las mesas, trabajaba sin ánimos y de mal humor, sobre todo por esa pulsera que Lisa le puso para saber dónde estaba en caso robe algo.
_Cambia esa cara - ordenó Lisa al pasar a su lado, Yuna forzó una sonrisa.
_Prefiero limpiar baños que tratar con las personas...- murmuraba Yuna para sí misma - dejan su mesa como puercos, cómo comerán en sus casas. Los huesos van en el plato, no en la mesa - tiraba los huesos con molestia a la bolsa que colgaba en su cintura - tiran el arroz en el mantel, a quien vea haciendo eso le tiro el plato en la cara por pendejos. Grandotes y ni saben tragar.
Lisa la veía desde un extremo, notando sus movimientos bruscos y rebeldes, la veía haciendo caras, murmurando. Apenas eran las tres, no parece que soportará estar así todos los días, Yuna le dejó muy en claro que detesta a las personas, por eso trabajaba limpiando el zoológico por las noches, para no aguantarlos.
_Quizá le guste pegar a las personas - Lisa tuvo una idea - Yuna - llamó en voz alta, la joven pelinegra giró a ella - ven un momento.
Yuna suspiró, se acercó a ella y esperó de brazos cruzados.
_Digame - forzó una sonrisa.
_No te gusta este trabajo, ¿Verdad?
_¿Qué? - pronunció nerviosa, pensaba que la iba a despedir - no, no - negaba - estoy bien, me gusta este trabajo.
_Yo no lo veo así.
_¡Pues póngase lentes! - reprochó. De inmediato se cubrió la boca, asustada por lo que dijo - perdón, yo...estoy tratando de cambiar mi carácter, es que...no sé qué me pasa - rascaba su brazo - solo...reacciono y ya - bajó la mirada - perdón.
Lisa la veía incrédula.
_¿Cómo conquistaste a mi hija con ese carácter?
_¿Conquistar? - levantó la mirada - yo no la conquisté, ella me conquistó a mí - respondió levantando los hombros.
_¿Qué? - frunció los ceños - ¿Ella a tí? - se negaba a creerlo - ¿Qué te vió o qué?
_Pues...estaba jugando básquet, los alumnos pasaban frente a la cancha y...- Lisa vió extrañada que se quitaba su sudadera, quedando solo en un top negro. Su cuerpo es muy atractivo y atlético - me vió así.
De pronto se escucharon silbidos de todos sus trabajadores y de los clientes.
_¡Ponte tu ropa! - Lisa regañó de inmediato - ¡Y ustedes sigan trabajando! - los trabajadores bajaron la mirada, avergonzados - ¡Y ustedes sigan comiendo! - los clientes se apresuraron en comer, nerviosos. Yuna ya terminaba de ponerse su ropa - ¿Ahora eres exhibicionista? - se cruzó de brazos.
_Usted preguntó - levantó los hombros - le gusté a su hija y al día siguiente me trajo flores, luego chocolates. En cada salida estaba ella con un regalo pidiéndome una cita, me pareció linda y acepté.
_Entonces solo la aceptaste por los regalos - pronunció seriamente.
_Señora, me enteré que era adinerada cuando ya éramos enamoradas y ella me llevó en nuestro primer mes al hotel más lujoso de Seúl.
_Eso no quita que- quedó pensativa - ¡¿Cómo que un hotel?! - Yuna desvío la mirada, nerviosa - ¿¡Qué hicieron en ese hotel?!
_Ella me dijo que solo era un paseo...- carraspeó, no sé atrevía a verla a los ojos.
Lisa la miraba incrédula, no iba a creer eso, su hija era una dulce niña con pensamientos sanos.
_No creas que me voy a creer ese cuento de que mi hija empezó todo - notó la sonrisa traviesa que Yuna no disimuló muy bien - ¡Deja de sonreír!
_Mejor seguiré trabajando - giró para retirarse.
_¡Regresa aquí! - Yuna se mantuvo frente a ella - ignoremos todo eso - pronunció reprimiendo las ganas de echarla a patadas - y hablemos de tu trabajo. Ya no quiero que limpies las mesas - se cruzó de brazos.
_¿Entonces?
_Quiero que seas una de las de seguridad - Yuna quedó sorprendida - noto que no le tienes miedo a nada y eso sería una gran ventaja.
_Pero no sé pelear.
_Aprenderás, te llevaré a entrenar y a usar un arma - pronunció decidida, Yuna la veía boquiabierta - ¿Aceptas?
_¡Por supuesto! - para la sorpresa de Lisa, Yuna la abrazó con fuerza, festejando - ¡Me encanta esa idea! - besó su frente - ¡No es tan amargada como se vé!
Alguien carraspeó.
_¿Interrumpo algo?
Ambas giraron, Jennie las miraba seriamente. Yuna no tardó en ser empujada por Lisa y caer al suelo.
_Hola, amor - Lisa se acercó a Jennie - ¿Qué haces por aquí?
_Solo quería pasar un tiempo aquí en el restaurante...- su expresión se relajó - apenas pasaron unas horas y ya extraño a Yel. Alex está en su entrenamiento y la casa se siente sola.
Yuna se sentaba en el suelo, había escuchado algo sobre Yel.
_¿Pasó algo...con Yel? - preguntó con timidez.
Lisa y Jennie cruzaron miradas, no sabiendo si era correcto decirle, después de todo, ya no formaba parte de su vida. Lisa suspiró y giró a ella, ayudándola a levantarse, mantuvo silencio unos segundos y decidió decirlo.
_Yel se fue del país - notó la expresión curiosa de Yuna, cambiando a una notable tristeza - está de viaje con su hermano y regresarán en cuatro años. Fue su decisión hacerlo.
Yuna desvío la mirada, tratando de aparentar que todo estaba bien. Asintió y sonrió levemente, retrocediendo.
_Seguiré trabajando.
_Mañana te llevaré a tu entrenamiento para tu nuevo puesto de trabajo - avisó Lisa, notando sus ojos cristalinos.
_Está bien - no giró a verlas - gracias.
***
Al anochecer, Lisa encontró a Yuna sentada en un ladrillo en la puerta trasera del restaurante, que daba salida al callejón en donde estaban los recipientes de basura. Se sentó a su lado, notando las mejillas húmedas de Yuna aunque tratara de disimular.
_Tu pago - Lisa le entregó el sobre, Yuna lo aceptó y agradeció sin girar a verla - es la cantidad que acordamos para hoy, para que puedas entregar el dinero a tu madre y el resto para tí.
_Gracias...- respondió con la voz apagada.
_Yuna...- trataba de ser delicada en sus palabras - mi hija...me contó hace poco lo que pasó con ustedes, ¿en serio no quieres cambiar?
_No es que no quiera - estaba pensativa, decaída - las personas no cambian.
_Apenas tienes diecinueve, puedes hacerlo.
_No - giró a ella, dejando más visible sus lágrimas - ya estoy muy grande para eso - sonrió con tristeza - si fuera apenas una adolescente, podría hacerlo. Pero ya estoy mayor, esta es mi personalidad, esta es quién soy, no puedo cambiar.
_¿Quien te ha dicho eso? - preguntó extrañada.
_Todo el mundo...- bajó la mirada - mi profesor, mi antigüo jefe, mi madre - levantó los hombros - y tienen razón. Ya no soy una niña a la cuál moldear.
_Te han encerrado en un cubo - pronunció Lisa con voz suave - cada palabra que te dijeron, hicieron que te encerraras en un cubo y te hicieron creer que eres lo que ellos piensan. ¿Por qué no intentarlo una vez más?
_Porque no puedo - su voz estaba por quebrarse - no puedo cambiar. Yo soy así.
_¿A cuántas más personas estás dispuesta a perder por esa frase? - la pelinegra mantuvo silencio, entristecida - Yuna...- giró a ella, sus ojos estaban cristalinos - ¿Quieres cambiar? - Yuna asintió, no podía pronunciar alguna palabra, sentía que lloraría - te acompañaré en esto, ¿Me permites hacerlo?
_Sí...- su voz se quebró, haciendo sentir lástima a Lisa, ella solo veía a una niña encadenada a las palabras de los demás.
Lisa sonrió con tristeza, llevó su mano a su espalda y le dió suaves palmadas, animandola.
_Mañana empieza tu entrenamiento, así que duerme bien.
_De acuerdo - asentía, limpiando sus lágrimas - aprenderé a pelear y...no la decepcionaré.
¿Qué era esa emoción que Yuna sentía? Era muy diferente, algo extraño, pero que la animaba a ser mejor, a creer que sí podía.
Tal vez...¿Solo necesitaba que alguien confíe en ella?
***
_¡Arriba! - el profesor retaba.
Lisa veía a Yuna ponerse de pie y seguir peleando, había pasado ya seis meses y era una muy buena peleadora, siempre le daba pelea a su entrenador.
_¡Muy bien! - Lisa animó desde fuera de la pista, Yuna lo había derribado otra vez.
_Excelente, Yuna - el profesor se puso de pie - cada día me cuesta más derribarte - estrecharon manos, Yuna se veía muy contenta, estaba agitada y sudorosa - la otra semana no será tan fácil, traeré a mi mejor alumno de la otra escuela.
_De acuerdo - Yuna asentía - nos vemos en la próxima clase - hizo una reverencia, despidiéndose de su profesor. Se acercó a Lisa, quitando las vendas de sus manos y tomando su mochila - ¿Cómo lo hice?
_¿No pusiste hacer eso con el que intentó robar el restaurante? - le hizo burla.
_Disparar un taser es más divertido - Yuna levantó los hombros - al final no robó nada.
El cabello de Yuna iba creciendo, su cabello volvía a su color natural, ya no se lo pintaba de negro, ahora le gustaba su cabello chocolatoso. Ya no usaba piercings para mayor seguridad al pelear y decidió no quitarse los tatuajes de su brazo, le gustaba, pero ahora se vestía más presentable para su trabajo, a pedido de Lisa, claro está.
_Solo usa el taser cuando no puedas controlar el asunto, pueden golpearse al caer y allí sí me meterías en un problema si tienen lesiones graves - salían de la escuela.
_Pero es divertido - suplicaba.
_Yuna - regañó.
_Está bien - suspiró - pelearé.
_¿Irás hoy a ver a tu madre?
_Sí, los doctores dicen que sigue igual - pronunció con tristeza - le llevaré regalos, quizá así se anime un poco.
_Espero que se recupere - dió palmaditas en su espalda.
_Gracias, señora Manobal.
***
Al ingresar a la habitación, Yuna cruzó miradas con su madre, pero aún en su estado, a pesar de que las esperanzas eran pocas y posiblemente le quede poco tiempo, igualmente no veía ni un poco de amor hacia ella.
_Hola, mamá - Yuna se acercó con timidez - ¿Cómo te sientes? - tenía una bolsa, la cuál dejó al borde de la cama - te traje regalos.
_Llevatelos y lárgate - pronunció la mayor de manera débil, pero el odio en su voz era notorio.
Yuna guardó silencio, entristecida. Volvió a tomar la bolsa y asintió, retrocediendo con duda. No quería molestar a su madre, había intentado acercarse de muchos modos, pero si insistía, su madre se ponía histérica y eso era un riesgo para su salud.
_Te quiero...- pronunció con voz suave, retirándose a la puerta.
_¿A quién creés que engañas? - la voz de su madre la hizo detenerse - mírate, tan arreglada, vestida como si fueras alguien importante - Yuna giró a ella, apenada por sus palabras - sigues siendo la misma mierda, Yuna; así te vistas mejor, así seas más educada, sabes lo que eres, eres una mierda de persona. Puedes fingir ser alguien mejor, pero algún día esa máscara caerá y volverás a ser lo mismo, alguien que solo causa lástima.
_Estoy siendo alguien mejor, mamá - evitaba mostrarse débil, pero ante su madre, era muy difícil - me doy cuenta porque tengo pensamientos que antes no tenía, soy más sensible, me gusta trabajar, soy más agradecida y sonrió mucho mas que antes, ya no me siento triste o enojada todo el tiempo, me siento felíz - trató de sonreír - ¿No estás...al menos un poco orgullosa de mí?
_¿De tí? Desde que naciste solo fuiste un estorbo. Créeme que si me muero, incluso es mejor porque por fin estaré lejos de tí - los ojos de Yuna de cristalizaron - sigue fingiendo alguien que no eres, Yuna. Seguirás siendo una mierda hasta el día en que te mueras.
Yuna suspiró, sus lágrimas cayeron y asintió ante sus palabras. Giró para irse, abrió la puerta y giró a verla una última vez, admirandola. Los doctores le habían dicho que quizá no pase la noche.
_Te amo mamá...- su voz se quebró.
No recibió respuesta y salió de la habitación, siendo la última vez que vió a su madre viva.
***
Tres años con seis meses después.
Dos jóvenes muchachos bajaban del taxi frente al restaurante, su llegada había sido planeada para dentro de una semana, pero ellos querían darle una sorpresa a sus madres.
_Voy primero - murmuró Jung, ya de veintidós años, su aspecto había cambiado demasiado, se parecía a su abuelo cuando era joven.
Yel asintió y se mantuvo escondida detrás de un árbol, observó a Jung querer entrar, cuando una alta chica lo sujetó sorpresivamente del brazo y lo hizo girar, pegándole fuertemente contra la pared.
_¡Oye, eso duele! - Jung se quejaba - ¡Me está doliendo! - su brazo estaba siendo forzado.
_¡¿Acaso iba a robar?! - Yuna forcejeaba.
_¡Esto es discriminación! - Jung casi sollozaba por su brazo.
_¡Deja a mi hermano!
Yuna fue girada fuerza, y al quedar sorprendida al ver a Yel frente a ella, no reaccionó y recibió un fuerte puño en su boca, haciéndola retroceder.
Yuna levantó la mirada a ella, viéndola nerviosa. Yel iba a reclamar por la agresión a su hermano, cuando aquella mirada se le hizo familiar. Recorrió sus facciones, el color de sus ojos, sus labios. Eran tan diferentes y a la vez muy conocidos, haciendo que vuelva a ponerse nerviosa ante la presencia de una mujer.
_¿Yuna...?
Voten ❤️
LLEGAS! CUANDO ESTOY A PUNTO DE OLVIDARTE! 👀
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