Especial Yel 6
Como era de esperarse, en los siguientes días Lisa y Jennie veían a su hija desanimada. Notaban sus orejas, su gesto cansado y casi no hablaba, solo hacía lo necesario, como los quehaceres y hacer sus tareas, pensativa, y luego se encerraba en su habitación hasta quedarse dormida.
Lisa era quien más iba de un lugar a otro por su trabajo, siempre andaba en su auto y había tenido la oportunidad de ver en varias ocasiones a Yuna en la calles. La veía desanimada, mirada baja, perdida en sus pensamientos. Hasta llegó a preocuparle verla cruzar la calle así.
Hubo una noche en que la vió en el parque cerca de su casa, estaba sentada en el banco y mantenía sus manos en sus bolsillos, mirando el suelo. En ese momento Lisa recordó las palabras de Yel cuando aún estaban juntas, ese era su parque favorito. Les gustaba estar ahí porque había juegos, comida callejera y su casa estaba cerca.
Cuando Lisa llegó a casa, suspiró al ver a Yel nuevamente en su cuarto, solo recostada de lado, mantenía sus ojos cerrados, pero se notaba su tristeza. Había pasado ya un mes desde que la relación terminó, y no hubo ningún cambio en ninguna.
Lisa y Jennie habían tratado de animarla, incluso comprando nuevas cosas para ella, pero Yel solo respondía «gracias...» sonreía con tristeza y regresaba a su habitación, borrando toda sonrisa.
_¿Ha comido algo? - Lisa bajaba las escaleras.
_Sí, se toma su tiempo, pero lo hace - respondió Jennie saliendo de la cocina, dejando el plato con comida para Lisa.
Lisa se acercó a la mesa, dejó un beso en los labios de Jennie y se sentó para comer.
_Ven - llamó Lisa cuando Jennie se iba a sentar en el otro extremo. La castaña se acercó y rió levemente cuando la hizo sentar de lado en sus piernas - quiero comer así - sonrió - ¿Todo bien en tu trabajo hoy?
_Bien - Jennie contaba, Lisa iba comiendo - me encanta ser jefa, así puedo salir cuando quiera. Mañana no iré, tenemos que ir al campeonato de fútbol de Alex, está muy emocionado.
_Es cierto, le prometí hacerle una fiesta si su equipo ganaba, ¿está durmiendo ahora? - preguntó en un susurro.
_Sí, llegó cansado de su entrenamiento.
_Le haré una fiesta igualmente si pierde - susurró - se ha esforzado mucho. Ese hombrecito se exige demasiado, hay que darle un momento de alegría y diversión también.
_Le podemos decir a Yel que traiga a algunas de sus amigas - pronunció Jennie - así no estará aburrida en la fiesta. Quizá pueda divertirse también.
_Me duele ver a nuestra hija así - Lisa suspiró profundamente - no sé qué más hacer.
_Es su primer amor...- respondió Jennie, acariciando su mejilla - esto no es ni un 1% de este proceso. ¿Recuerdas cómo estuvimos?
_No sé, yo no podía moverme.
_Estoy hablando emocionalmente, tonta - regañó, Lisa solo reía.
_Regañame más - besó su hombro - me encanta tu carácter.
_Claro, antes te orinabas encima cuando me veías así - la abrazó por sus hombros.
_Ahora me volví adicta - besó suavemente su cuello - que me órdenes con esas lindas cejas fruncidas.
_Eres una idiota - Jennie pronunció, divertida.
Unieron sus labios, sonriendo en medio de cada beso. Las manos de Lisa acariciaban su espalda baja, de manera suave, para luego rodear su cintura por completo.
_Por cierto...- Jennie se separó - en la tarde traté de conversar con Yel. Fuí a su cuarto y aunque ella solo trataba de dormir, al menos me respondía. Le pregunté qué es lo que quiere hacer después de salir del colegio. ¿Sabes lo que me dijo?
_Espero una buena noticia - Lisa veía esperanzada esa sonrisa en Jennie.
_Quiere salir de viaje junto a Jung, me dijo que quiere conocer el mundo antes de decidir en qué trabajo morir - levantó los hombros - ¿Qué piensas?
_¿Por cuánto tiempo sería?
_Hablé con Nia y con Lee, también hablaron con Jung y les pareció buena idea unos cuatro años.
_¿Cuatro años? - preguntó sorprendida - ¿No es mucho tiempo?
_Vamos, Lisa; Yel regresaría a los veinte y Jung a los veintidós, una edad perfecta para comenzar su vida de adultos.
_Entonces quieren ser esos viajeros a los que les dicen "mochileros" - Jennie asintió - si ambos estarán juntos...- estaba pensativa - está bien - sonrió - iré a hablar con ella ahora; después de todo, solo faltan dos meses para que termine el colegio.
***
Lisa tocó la puerta con suavidad, Yel respondió «adelante», y al poco tiempo sintió el peso de su madre a su lado. Sintió el cariño en su cabello y esperó a que ella hablara.
_Tu madre me dijo que quieres viajar junto a tu hermano.
_Sí...- respondió con la voz apagada.
_Me parece bien, hemos viajado pocas veces en familia y la pasamos siempre juntos, es momento que tu hermano y tú disfruten como los jóvenes que son.
Yel giró a ella con timidez, viéndola.
_¿En serio?
_Sí, pero siempre sabiendo los límites, y eso significa: no emborracharte hasta estar tendida en el suelo, no conducir ebria, no consumir cosas, no irse con sujetos extraños, no robar y nada de matar gente - ambas rieron levemente - ¿De acuerdo?
_Sí...- asintió.
_Entonces irás de viaje con tu hermano - acarició su mejilla - confío en tí.
_¿Aún confías en mí...? - preguntó con tristeza.
_No voy a mentirte, Yel; el nivel de confianza ya no es la misma, pero aún confío en que tomarás buenas decisiones desde ahora. El amor...te hace perder muchas veces la cordura, uno solo hace locuras por la persona que ama y creé que es lo correcto. Es la primera vez que te pasa y...confío en que haz aprendido algo de esto, ¿Verdad?
Yel asintió, se notó nuevamente su tristeza y se arrastró a Lisa, recostando su cabeza en su hombro y abrazándola. Lisa entristeció al escuchar sus leves sollozos.
_Perdón por lo que hice, mamá...- pronunció sincera - y entiendo porqué lo hicieron, sé que estuvo mal. Solo quería verla felíz y no medí cuánto dinero les estaba quitando. Si no hubieran sido ustedes...ya estaría en la cárcel.
_Ella...devolvió el resto - confesó Lisa, Yel solo asintió, aún escondida en su cuello - devolvió tres estuches y medio. Eso no quita la gravedad del caso, pero la perdida se reduce.
_Mamá - Yel ya no quería hablar de Yuna - entonces...¿En serio puedo ir de viaje con mi hermano?
_Sí, les daré una tarjeta especial a cada uno. Sean responsables, ¿De acuerdo?
_Sí - sonrió con los ojos cristalinos - ¿Cuándo podemos comenzar?
_Tu madres me dijo que quieres comenzar al terminar la escuela, ¿Deseas comenzar esa misma semana?
_Sí - asintió - gracias, mamá - volvió a abrazarla.
_Yel...- pronunció con suavidad - vé a disculparte con tu madre, solo si tus disculpas son sinceras, por favor.
_Lo haré ahora - se alejó - aunque me da mucha vergüenza - bajó la mirada - cuesta admitir que nos equivocamos, ¿No?
_Y ni te cuento cuánto le costó a tu madre.
Ambas rieron levemente.
_Mamá...- volvía a verse tímida - ¿Entonces debo seguir mi castigo...? Como ya me perdonaste-
_Seguirás con tu castigo hasta que termines la escuela, no voy a dar marcha atrás en mi palabra, Yel. Seguirás limpiando la casa todos los días, solo tu madre y yo cocinaremos porque a tí todavía no te sale bien.
_Está bien...- asintió apenada - igual creo que la cocina no es lo mío.
_Ni la carrera de tu madre es lo tuyo. Al final, ni tu madre ni yo ganamos.
***
Los días pasaron muy rápido para Lisa, en menos tiempo de lo que creyó, veía a su mayo hija abrazar a Jennie diciendo que la amaba. Jung se despedía de Nia y de Lee, abrazando a ambas a la vez. El pelinegro se inclinó a su hermanita y le sonrió, diciéndole que cuando él regrese, ella ya estaría siendo toda una adolescente, pero que le traería regalos y ella asentía emocionada.
Yel se inclinó igualmente a Alex, lo cargó en un abrazo y él también le pidió que traiga regalos, ella asintió divertida, besó fuertemente su mejilla y lo dejó en el suelo. Lisa sonrió con tristeza al verla acercarse, ambas se abrazaron, siendo un abrazo más unido que el resto.
_Cuidate mucho, ¿Sí? - levantó la mirada a Jung, haciéndole un gesto para que se acerque; al hacerlo, también lo abrazó - cuidense mucho ambos, ¿De acuerdo?
_Sí, mamá - respondió Jung.
_No se dejen, si pelean, no estén de orgullosos olvidándose del otro. Voy a llamar cada día, procuren llamar también, ¿Sí? - ambos asintieron, Lisa los atrajo en un abrazo, sintiéndose sensible nuevamente - los amo mucho.
_También te amamos - respondieron ambos jóvenes.
_Que te tengan un buen viaje conociendo el mundo - se alejó, sonriendo, pero sus ojos ya estaban cristalinos.
Ambos muchachos se dirigieron al pasillo, giraron sin detenerse y se despidieron con una mano en alto. Lisa solo los admiraba a la distancia, habían crecido tan rápido, pero el amor hacia ellos seguía siendo el mismo de cuando eran tan pequeñitos. Era difícil dejarlos ir solos, pero así tenía que ser, deben conocer sus propias gustos, descubrir sus propios miedos, conocerse a sí mismos.
_Mamá - Alex llamó a su lado, Lisa bajó la mirada a él - ¿Por qué Lía es más alta que yo si tenemos la misma edad? - preguntó curioso al ver a la hija de Nia y Lee.
_Cariño, ¿Has visto a tu madre? - señaló a Jennie.
Pudo sentir la ira de la castaña al lado de ella; tragó nerviosa y supo que había hablado demás. Bueno, dormir al lado de la cama y en el suelo, era mejor que el sillón, estaría más cerca de Jennie.
***
Esa misma tarde, Lisa regresaba del restaurante en su auto, cuando en el camino vió nuevamente a Yuna, pero esta vez entrar a un bar. Lisa quedó pensativa, ella era apenas una muchacha como para terminar hundida en el alcohol. Sintió un enojo como si estuviera viendo a su propia hija, giró el auto de inmediato a su dirección, con la única intención de que sea la única vez en la que hablaría con ella.
Al ingresar al bar, vió a la pelinegra recostada en la mesa, sostenía un vaso de vidrio en su mano, se veía muy desanimada. La música no era tan alta, solo una melancólica melodía para poner más triste a las personas y así beban más.
Yuna vió a Lisa sentarse a su lado y suspiró, pero igualmente no despegó su mejilla de la mesa.
_¿Tomas para olvidar? - Lisa veía al rededor - ¿O por qué te gusta el alcohol?
_Es jugo - levantó débilmente el vaso - de limón.
_Claro - tomó el vaso, oliendo - si es jugo de limón - quedó extrañada - ¿Entonces por qué te ves tan deplorable?
_¿Gracias...? - respondió con la voz apagada.
_¿Te paso algo?
_¿A parte de perder a su hija?
_Sí, aparte de eso - cruzó sus brazos sobre la mesa.
_Me echaron de la universidad - recordaba con tristeza - me despidieron de mi trabajo, y mi madre me dijo que no regresara a casa si no traigo dinero.
_Ow - desvío la mirada - con razón te ves tan acabada.
_Gracias por sus halagos, señora Manobal - tenía la mirada perdida, cansada.
_¿Y qué piensas hacer?
_No sé...- la observó por un momento, decaída - ¿Me deja robarle?
_¿Qué? - río levemente - no voy a dejar que me robes. ¿Por qué mejor no buscas un trabajo?
_Porque todos me dicen que me pagarán al mes...- pegó su frente en la mesa - así que es robarle a usted, o a esa abuelita - señaló la mesa del fondo - la estoy esperando - murmuraba.
_¿Por qué tomar ese camino? - preguntó curiosa - puedes conseguir dinero de otra manera.
_¿Pidiendo limosna? - sus brazos colgaban.
_Tal vez - levantó los hombros - o vender dulces en la calle por el momento.
_No dejan hacerlo - se puso de pie con cansancio - iré a robar a esa abuela.
_¡Hey, no no no! - la jaló de su muñeca y volvió a sentarla - robar no.
_Entonces déjese robar - juntó ambas manos - por favor.
_¡No voy a dejar que me robes, niña delincuente! - Yuna bajó la mirada, apenada - puedes ayudar en los mercados, allí te pagan el mismo día.
_Pero no pagan lo que necesito...- volvía a pegar su frente a la mesa.
Lisa estaba pensativa, veía a esa delincuente y tenía ganas de golpearla, pero también le daba pena. No podía darle dinero así por así, porque no aprendería nada. No confiaba en ella lo demasiado como para llevarla a su casa, nunca lo haría.
Estaba perdida en sus pensamientos, cuando notó la mano de Yuna queriendo entrar a su bolsillo de su chaqueta.
_Me robas y te denuncio - Yuna alejó su mano lentamente.
_Perdón - veía su vaso, deprimida - en la esquina me ofrecieron dinero por un riñón - quedó pensativa.
Lisa quedó sorprendida al ver la seguridad en ella.
_Niña - Yuna giró a ella - ¿Quieres trabajar conmigo?
_¿Eh? - la miró extrañada - ¿Usted no me odia?
_Mucho, quisiera pegarte, lo confieso - palmeaba su espalda - pero, estoy dispuesta a ser la persona que te dé una oportunidad, lo tomo y me voy a arriesgar.
_Lo dice como si fuera el mismo diablo - pronunció con sueño - ¿Qué trabajo sería?
_Ya veré, ¿Pero aceptas? - ofreció su mano.
Yuna veía su mano, pensativa.
_Iré a robar a esa anciana - se puso de pie.
Lisa la sujetó del cuello de su chaqueta y prácticamente la arrastraba caminando junto a ella.
_¡Señora, sea más delicada! - luchaba con no tropezar - ¡Señora!
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