Especial Yel 5
Esa misma noche, Yuna tuvo que retirarse del hospital a pesar de las indicaciones del médico. El quedarse iba a ser muy costoso para ella, y más los seis días de medicación, tendría que gastar lo que tenía guardado para su universidad.
Al llegar a casa, a penas cerró la puerta, recibió un empuje por la espalda, haciéndola caer fácilmente por lo débil que estaba. Levantó la mirada desde el suelo, su respiración era acelerada por sus malestares, vió a su mano sosteniendo un palo de escoba, mirándola con molestia.
_¿Te parece bien que llegue de trabajar y no encuentre la comida lista? ¡¿Dónde mierda estabas?!
_Tuve que ir al hospital...- respondió con temor, evitaba su mirada - no me sentía bien.
_¿Y por eso tomaste otra vez mi dinero?
Yuna se mostró extrañada, hasta que recordó que Yel había tomado el dinero de la cocina para llevarla de inmediato al hospital.
_Era...era una emergencia.
_¡Era mi dinero! - Yuna se cubrió al pensar que la iba a golpear en ese momento, pero no lo hizo - ¡Sabes perfectamente que me importa una mierda lo que hagas, pero hazlo con tu dinero! ¡¿Te parece bien tomar el dinero de otro?! - se dirigió a las escaleras - ¡Veamos si te gusta que lo hagan!
Yuna no entendió al instante, pero recordó que guardaba el dinero de su universidad entre los cajones, si no pagaba en una semana, la retirarían.
_¡Mamá! - se levantó con mucho esfuerzo, yendo de inmediato detrás de ella, sujetaba su vientre por los fuertes dolores que le provocaba cada paso brusco - ¡Es para mi universidad! - entró a su habitación, y su madre tiraba todo al suelo, buscando el dinero - ¡Es mi dinero! - suplicó en un sollozo, tratando de detenerla, pero el golpe tan fuerte en su cara con el palo, se reventó el labio y su nariz, dejándola desorientada en el suelo.
_Aquí está - la mayor sostuvo el dinero que estaba en medio de un cuaderno - vaya, sí que tienes dinero - era mucho para ella - ¿Todo esto para solo un mes de universidad? - se lo guardaba en su billetera.
_Eres mi madre...- Yuna levantó la mirada a ella, sollozando. La sangre goteaba por su mentón - ¿Por qué eres así conmigo? Hoy te necesitaba y no estabas...- su voz se quebró - ¿Por qué?
_Porque soy así, y no voy a cambiar - sonrío, acercándose - y si no te gusta cómo soy...- se inclinó a ella, quedando cara a cara - ya te lo dije, consigue tu propia casa, aquí nadie te va a extrañar.
La mayor salió de la habitación, sin importarle los sollozos de su hija.
***
Pasaron dos días y Yel se mantenía en la comisaría, sus madres ya estaban firmando los últimos papeles al retirar la denuncia. Cuando abrieron las rejas, Yel simplemente pasó delante de sus madres, ignorando a ambas.
En el transcurso en el auto en dirección a casa, ninguna había dicho ni una sola palabra. Yel estaba molesta con ellas, jamás pensó que sus propias madres serían capaces de hacerle eso. Lo que más le dolía, era no estar con Yuna ahora que más la necesita, seguramente su madre ni la está cuidando.
El auto se detuvo y Yel estaba por bajar, cuando notó que aún no llegaban a casa. Era un parque frente a varios restaurantes. Ya era de noche y los faroles le daban una linda iluminación al parque. Iba a volver a descansar en el respaldo, cuando notó a Yuna en una de sillas del parque. Yuna le sonrió con timidez.
Lisa suspiró al ver salir a su hija de inmediato, tomó la mano de Jennie y le pidió ir a comprar comida a uno de esos restaurantes mientras ellas hablaban.
_¡Yuna! - Yel abrazó a la pelinegra de inmediato, ella la recibió ya de pie - ¿Estás bien? - sujetó sus mejillas.
_Estoy bien; me alegra ver que ya saliste.
_Perdón por lo que pasó ese día, mis madres-
_Hicieron lo correcto - interrumpió, dejando extrañada a Yel - no debí pedirte eso y tú no debiste de hacerme caso.
_Pero no era por una mala acción - respondió con tristeza - tú lo necesitabas.
_Yel, si los dueños de esas viales no fueran tu familia, ¿Seguirías creyendo que es correcto?
_No...- bajó la mirada - tienes razón.
_Aprendimos a las malas, pero aprendimos - sonrió levemente, Yel sentía algo extraño en ella, pero no sabía qué - te traje algo.
_¿Qué? - preguntó con duda, su sonrisa creció al ver una linda rosa frente a ella.
_Es para tí - Yuna pudo ver sus ojos brillar, tan ilusionada - estás muy felíz.
_No eres alguien romántica y...- sostenía la rosa - me sorprende que lo hagas, pero se siente muy bien - sonreía - gracias.
_Sí...- disimuló su tristeza - no soy alguien detallista...
¿Por qué cuando vamos a perder a alguien...nos damos cuenta que podríamos hacer más por ella? Yuna siempre pensaba que no tenía nada más que hacer, no se le ocurría nada; pero ahora...en su mente llega una lista de muchos momentos que quisiera compartir junto a Yel, detalles, citas y regalos que tiene ganas, pero ya era demasiado tarde.
_Ven - Yel tomó su mano - te llevaré a comer, debes tener hambre.
_Yel - la detuvo - ¿Podemos solo quedarnos aquí?
_Hace frío aquí - pronunció de manera tierna - y dejé mi sudadera en el auto.
Yuna se quitó su chaqueta, dejando ver sus tatuajes de su brazo desnudo, aquello se veía muy atractivo para Yel.
_Tiene algodón por dentro - Yuna le colocó su chaqueta - así no tendrás frío.
_¿Entonces nos sentamos aquí? - Yuna asintió. Ambas se sentaron y Yel se acurrucó a ella, escondiendo su rostro en su cuello - extrañaba estar así.
_Yo también...- la abrazaba, descansando su mentón en su cabello - eres muy linda, Yel - besó de manera prolongada su cabello - ¿Qué es lo que te atrajo de mí...?
_Eres muy sexy - ambas rieron levemente - y cuando comenzamos a salir, siempre estabas allí ante cualquiera cosa, sin importar la hora o el lugar, eso lo aprecio mucho.
_¿Yo hago eso? - Yel río levemente, pero Yuna estaba pensativa. Ahora que lo piensa, sí lo hacía, pero nunca lo había analizado.
Quizá solo se enfocaba en sus defectos.
_Siempre lo haces - besó de manera tierna su cuello - aunque siempre llegas con tu cara de odiar a todo el mundo y querer extinguir a la humanidad, pero siempre estás ahí.
_Tú siempre le encuentras lo bueno a todo, ¿No?
_Sí - Yel levantó la mirada. Sus narices se rozaban y ambas sonrieron - me gusta verle lo positivo a todo.
_¿Sí? No lo creo - pronunció divertida - ¿Qué de bueno es haber estado dos días en la comisaría?
_Que dejé nuestros nombres escritos en la pared y nadie se dió cuenta.
Yuna comenzó a reír, pero su risa fue disminuyendo al ver a Lisa en la puerta del auto, esperando. Su mirada le hizo entender que Yel ya tenía que irse, y aquello le hizo sentir una presión en el pecho, como si solo quisiera detener el tiempo un poco más.
_Yel...- bajó la mirada a ella, admirandola un momento. Acarició su mejilla. Yel seguiría mirándola con amor - sabes que estoy muy enamorada de tí...y que te quiero mucho.
_Sí, lo sé - dejó un corto beso en sus labios - porque yo también estoy muy enamorada de tí.
Yuna sonrió con tristeza.
_Yel...- tomó valor, le costaba decirlo, no quería decirlo - lo nuestro...debe terminar.
Yel se mostró confundida.
_¿Qué? - se separó. No entendía porqué de la nada decía eso, giró a sus espaldas y observó a sus madres, ellas platicaban dentro del auto - mis madres te dijeron algo, ¿Verdad? - se puso de pie - ¿Ellas te amenazaron?
_No, Yel - se levantó igualmente - ellas no me dijeron nada.
_Estás mintiendo - negaba - tú no quieres terminar conmigo - sus ojos se cristalizaban.
_Lo estoy haciendo ahora, estoy terminando contigo.
_¿Creés que no noto cuánto te está afectando esto? - refutó - ¡Mírate! ¡Te conozco, Yuna! - su voz temblaba - quieres llorar al igual que yo. Tú no quieres terminar.
_Es lo mejor - reprimía sus emociones.
_¿Lo mejor para quién? ¿Para mis madres?
_¡Es lo mejor para tí!
_¡¿Tú me ves bien?! - sus lágrimas caían - ¿Ves que esté bien con lo que me estás diciendo? - preguntó con la voz rota.
_¡Yo no soy una buena persona, Yel! ¡No soy como tú! ¡Tú eres un ángel y yo soy una mierda de persona!
_¡Eso no es verdad! ¡Deja de ver solo lo negativo en tí! ¡Eres alguien buena, Yuna!
_¡No lo soy, te mentí sobre los viales! - confesó, dejando confundida a Yel - mi plan no era venderlos para pagar la universidad, mi plan era que tú salgas embarazada...- Yel retrocedió, desconcertada - quería vengarme de tu madre...por haberme amenazado - sus lágrimas cayeron - mira lo que iba a hacer, Yel. ¿Aún sigues creyendo que soy una buena persona?
_Es mentira...- su voz se quebró -...por favor, dime que estás mintiendo.
_Te estoy diciendo la verdad. Comencé a inyectarme para poder embarazarte...por eso mi cuerpo reaccionó mal cuando...yo ya estaba embarazada y no lo sabía.
_¿Me fuiste infiel...? - Yel suplicaba que no haya sido así.
_No te fuí infiel...- respondió sincera - supongo...que tienes la condición de tu madre - comenzó a retroceder - espero algún día me perdones, Yel - su voz se quebró - en verdad lo siento.
Yel se quedó de pie, viendo a Yuna marcharse. Notó que limpiaba sus lágrimas y aún a la distancia, pudo escuchar un leve sollozo de ella. Lisa salió del auto, iba a llamarla para irse, cuando a su hija correr detrás de Yuna.
_¡Yuna! - la pelinegra giró a ella, fue cuando recibió un empujón que la hizo tambalear. Yuna la vió confundida - eres una cobarde - se acercó a ella, molesta - ¡ERES UNA COBARDE! - volvió a empujarla, llorando - ¡SI EN VERDAD ME QUISIERAS CAMBIARÍAS! ¡SI EN VERDAD ME AMARAS COMO DICES, CAMBIARÍAS POR NOSOTRAS! - volvió a empujarla - ¡NO HUIRÍAS DE ESTO TAN FÁCIL! ¡NO ESTARÍAS LLORANDO COMO UNA MALDITA PERDEDORA! - su voz se quebró - ¡SI ME AMARAS TE QUEDARÍAS CONMIGO!
_¡Tú no lo entiendes, yo no puedo cambiar, yo soy así! - respondió con el corazón roto.
_¡Tú eres quien está tomando esa decisión! ¡Entonces en verdad no me quieres, así que deja de llorar de una maldita vez! - volvió a empujarla - ¡Deja de llorar como si esto en verdad te doliera! ¡Deja de llorar y solo lárgate! ¡LÁRGATE, YUNA! - la empujó entre lágrimas - ¡LÁRGATE A SEGUIR VIVIENDO COMO UNA COBARDE!
Ambas se miraban, notando el dolor en la otra. Yuna bajó la mirada y asintió, pronunció nuevamente un «lo siento...» y girando, se fue alejando, tomando en valor de no girar atrás.
Los sollozos de Yel llegaron a sus oídos, rompiendo más su corazón. La joven castaña fue bajando de manera lenta, quedando sentada en el suelo, cubría su rostro mientras lloraba y al poco tiempo, sintió los brazos de sus madres.
Lisa recibió el abrazo de Yel, sintiendo sus ojos cristalizarse por las lágrimas incontrolables de su pequeña. Levantó la mirada a Yuna, viéndola seguir caminando, mirada baja, y quitando ella sola sus lágrimas.
Voten ❤️
Y YO QUERÍA PARAR EL TIEMPO, CON TUS OJOS VIÉNDOME 😭
Apoyo navideño 😊: 991355376
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