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Especial Yel 11

Los días pasaban, Lisa veía más tranquila a su hija y eso la alegraba, pensaba que estaba sanando de a poco, disfrutando de las salidas con amigos y enfocándose en sus estudios. Y Yuna, de ella no podía decir lo mismo, en esas dos últimas semanas había ido a verla constantemente. Yuna se veía tranquila en su trabajo, pero cuando hablaba con ella, se le notaba aún la tristeza en su mirada, a pesar de que intentara disimularlo.

Supo que no estaba bien cuando habló con Erin, le contó que Yuna estaba cambiando mucho, muchas veces la veía llorando en silencio en su cama, y cada noche las horas se hacían más largas. Pero no era llanto, era un dolor más fuerte, simplemente silencio, nada más que silencio mientras sus lágrimas caían, perdida en sus pensamientos.

Ese sentimiento en la que tu garganta se aprieta, su pecho duele y las náuseas se hacen presentes, la tensión en la cabeza y los hombros, solo por no querer llorar, pero querramos o no, las lágrimas caen, haciendo más fuerte la presión en la garganta.

_Lisa, debes parar - Jennie aconsejaba a su esposa, estaban recostadas en su cama, abrazadas.

_Pero Yuna...

_No puedes ayudar a todo el mundo...- fue la triste realidad - no puedes ir por la vida queriendo arreglar los problemas de los demás - pronunció acariciando su mejilla, tan lentamente y con cariño, para que su amada consiga el sueño - sé que quieres ayudar, pero no puedes perderte a tí en el proceso. Mírate, perdiendo el sueño, preocupada, pensativa, estresada. Puedes darles consejos, allá ellas si las toman, es mi hija también, pero deben aprender a guiarse por sí mismas.

_¿Sí...? - estaba escondida en su cuello, sintiéndose consentida.

_Sí, amor - besó tiernamente su mejilla, continuando sus caricias - ahora solo te pido que te enfoques en el trabajo, en mí - ambas sonrieron - pero mayormente en tí. ¿Está bien?

_Sí - se acurrucó más a ella, sintiendo las caricias de su esposa en la piel de su espalda - gracias por escucharme.

_Siempre lo haré - las cubrió mejor con las sábanas - descansa, amor. Te amo - besó su cabello.

_Te amo.

***

Lisa decidió ya no querer arreglar los problemas de los demás, Jennie tenía razón, debía enfocarse en ella. Pero esa tarde, al ir a buscar a sus hijos en la universidad para darles una sorpresa y salir a comer, escuchó algo de sus hijos que la decepcionó, algo que no podía simplemente ignorar.

Al ir por los pasillos, antes de girar a la siguiente, escuchó la voz de Jung, la pregunta que hizo, la dejó extrañada, haciendo que quiera escuchar el resto con seriedad.

_¿En serio la piensas usar?

_No la voy a usar - respondió Yel - solo...creo que así podré olvidar a Yuna, ¿No crees? Ella es una buena chica, es hermosa y se nota que le intereso. Sé que llegaré a quererla. Todos me lo dicen, Jung. Me dicen que la acepte y que sería un error si no lo hago.

_Bueno - Jung parecía aceptar la idea - es un gran partido, en eso tienen razón, solo un idiota la rechazaría. ¿pero y si no la llegas a querer?

_Al final uno siempre se encariña. Ganamos las dos, ¿no?

_Entonces...creo que está bien - levantó los hombros - es buena darse una nueva oportunidad.

_¿Oportunidad? - ambos escucharon la voz de su madre. Al ver la mirada seria de ella, sabían que no estaba contenta con lo que escuchó - ¿Eso llaman ustedes una nueva oportunidad?

Ambos hermanos se miraron, nerviosos.

_¿Sí...? - respondió Jung con duda.

_Suban al auto - mandó con voz dura. Ambos hermanos volvieron a verse, no comprendían su enojo - ¡Ahora!

Se apresuraron a caminar a pasos rápidos por el pasillo, en dirección a la salida. Lisa venía detrás de ellos, apretando en un puño la llave del auto.

***

Jennie jugaba con Alex a afeitarse, era un juego que a la vez ya preparaba a su hijo a hacerlo cuando sus primeras barbas le salgan. Ambos estaban en el tocador del baño, tenían espuma en sus rostros y sostenían un afeitador de juguete.

_¡Jennie! - ambos cayeron del banquito del susto ante el grito de Lisa y fuerte sonido de la puerta al cerrarse - ¡Jennie!

La castaña salió de inmediato a la sala, viendo a su esposa ofuscado y a su hija mayor sentada en el sillón con pocos ánimos. Alex llegó detrás de ella, con la espuma ahora en los ojos.

Lisa vió que su menos hijo estaba presente, así que disimuló su enojo y trató de calmarse. Discutir un tema frente a los niños, no era lo correcto.

_Alex, ¿podrías lavarte la cara y subir a tu cuarto un momento? Necesito hablar con tu hermana.

_Sí - salió corriendo al baño.

_¿Qué pasó? - Jennie se limpiaba la cara con la toalla.

_Pregúntale - Lisa señaló a Yel - dale, pregúntale porqué estoy así.

Jennie miró a Yel, ella suspiró con frustración.

_No le gustó que vaya a salir con alguien que no sea Yuna.

_Muy bien sabes que no es eso, Yel - advirtió Lisa seriamente - ibas a usar a alguien.

_Solo es darme un nueva oportunidad.

_¿Arriesgando a hacer daño a alguien? - la voz de Jennie fue tranquila, dejando en silencio a Yel - ¿Querer seguir tu vida...pero deteniendo la de otra?

_Solo quiero darme una nueva oportunidad, ¿tan malo es eso? A ella le gusto, ella ganaría más que yo. Es la chica perfecta, ustedes la amarían.

_Hija...- Jennie suspiró, tomando asiento a su lado. Lisa caminaba de un lado a otro, murmurando cosas - te contaré algo y te daré un consejo, quizá te suene muy cursi y una tontería, pero es algo que pienso - sostuvo su mano, acariciándola y recordando muchas cosas del pasado - sabes...que tu madre y yo tuvimos un año complicado hace mucho tiempo, ¿verdad? - Lisa detuvo su paso, relajó sus expresiones y miró curiosa a Jennie.

_Sí...- asintió, recordando las historias de sus madres - cuando se accidentó.

_Y antes del accidente...cuando supe lo de tu hermano.

_Lo sé - asintió.

_Esos días...yo sufrí mucho porque me sentía abandonada - Lisa bajó la mirada, entristecida - el embarazo me hacía sentir todo el doble, y era peor. En ese tiempo no tenía amigos, pero sí amistades que aveces platicaba por mensajes. ¿Y sabes que me decían? - Yel negó - que mejor me busque a otra, que aproveche que había una chica muy hermosa que me había invitado a salir incluso sabiendo de mi embarazo - cruzó miradas con Lisa, ella la miraba apenada - ¿Sabes cómo era ella?

_Me imagino que la chica soñada, ¿no?

_Sí - recordaba - era hermosa, tenía incluso su propio negocio para ser tan joven y estaba por heredar una sucursal.

_Bueno, le gané - murmuró Lisa.

_El punto es que, en ese momento, todos, cada persona que conocía, me decía que acepte la cita, ¿pero sabes porqué no lo hice?

_Porque estabas enamorada de mamá - Yel respondió segura en sus palabras.

_No lo hice por eso - negó, Lisa estaba a su lado escuchando ahora - no lo hice por amor a tu madre, lo hice por amor a mí y por respeto a los sentimientos de esa mujer. No puedes tomar un corazón, cuando tú no puedes dárselo.

_Lo dices como si aún estuviera enamorada de Yuna.

_¿Y no lo estás...? - preguntó Jennie con voz suave. Yel bajó la mirada, tratando de que no se note su tristeza, pero ambas lo notaron - si no es así, tienes todo el derecho de seguir adelante - acariciaba su cabello - solo pido...no lastimes a alguien que no tiene la culpa, a quien te mira con ilusión, a quien estaría dispuesta a amarte con sinceridad. El dolor del rechazo...es más corto que el dolor de una mentira llena de recuerdos.

Yel mantenía silencio, pensativa. Recordaba la sonrisa de esa chica, llena de ilusión cuando le dijo que lo pensaría en si aceptar la cita. No había pensando en ese brillo, en esa alegría. Quizá en un futuro, su corazón se romperá de alguna manera por alguien, es algo que todos pasamos, pero Yel decidió que no será ella quien lo haga.

_Y...¿quién es esa chica? - Lisa preguntó con timidez a Jennie.

_Solo supe que se fue al extranjero - sonrió al ver lo tierna que se veía Lisa siendo una celosa tímida.

_Pero...¿aún consideras su propuesta?

_Ay, Lisa - Jennie negó en una risa - teniendo un buen trabajo, siendo adinerada, dos hermosos hijos, una esposa sexy, amorosa, detallista y millonaria, ¿lo haría?

_Un futbolista lo hizo - señaló Lisa - bueno, dos - recordaba - tres...- seguía recordando - cuatro...

Jennie dejó que su esposa siguiera recordando, giró a ver a su hija, y ella las miraba, había admiración en su mirada.

_Tomaré tu consejo, mamá - sonaba arrepentida - solo que...es tan difícil tratar de no pensar en alguien.

_Veinte...- Lisa seguía.

_Quizá porque quedó algo pendiente allí, algo de qué hablar. Quizá...nunca hubo un final. ¿No lo creés? Y no estoy hablando de amor. Aveces las historias no tienen un final felíz, pero sí o sí, debe tener un final.

_¿Crees que...deba hablar con ella?

_Si quieres darle un final...hazlo. Pide que te escuche, hazle saber lo que sientes o lo que te hizo sentir, y también escúchala tú, que ya me dí cuenta que era una mini Jennie - presionó su nariz de manera juguetona, Yel sonrió avergonzada - y no solo es escuchar, es comprender. Pero te doy un consejo, si Yuna pide disculpas, pero excusa sus errores, no hay nada que arreglar.

_Entiendo - sonrió entristecida - supongo...que sí debemos hablar, ahora que estamos de cierta manera cerca...y que la insulto hasta en mis sueños - murmuró lo último.

_Cuarenta...- Lisa seguía.

_Mamá - Yel llamó a Lisa - ¿no tenías que regañar a Jung también?

_Cierto - se puso de pie - me está esperando en la sala - sostuvo el hombro de Jennie - usaré tu historia conmovedora, amor. Pide comida - avisó antes de salir corriendo a la casa de en frente.

Al día siguiente, Yuna comía sin ánimos en el segundo piso del restaurante de Moonbyul. Había sido un día cansado por cuidar a los cinco hijos de Moon y Solar, esos niños la dejaron despeinada y con la chaqueta rota.

Suspiró profundamente al pensar en Yel, no sabía nada de ella desde hace semanas, creyó que así sería más fácil no pensar en ella, pero estuvo equivocada, fue peor su ausencia, mucho peor que cuando se fue de viaje, porque ahora podría buscarla fácilmente y ya no solo soportar extrañarla por no poder viajar.

Escuchó la puerta abrirse a sus espaldas y unos pasos acercándose, creyó que era Moonbyul y siguió perdida en sus pensamientos. Decidió mirar por la ventana, la mesa estaba pegada a ella para tener una bonita vista al comer. La silueta en el vidrio de la ventana llamó su atención, observó con más detalle y notó a Yel en el reflejo. Rápidamente giró a ella, sorprendida al verla allí, siendo tímida.

_¿Podemos hablar...?

Yuna desvío la mirada, no quería que notara su nerviosismo.

_¿Sobre qué?

_Sobre nosotras...



Voten ❤️


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