Tener a un hijo en plena adolescencia estaba siendo algo complicado para la Jennie y Lisa; la pequeña Yel ahora tenía dieciséis años y a punto de terminar la escuela. Como toda adolescente, sus emociones estaban en cambio constantemente, tenía sus propios secretos, descubría su estilo y desarrollaba una nueva personalidad casa mes.

Pero había algo que Lisa estaba notando, y aquel sentimiento que un día dijo que no sentiría, comenzó a aparecer, celos de madre y sobreprotectora.

Yel se veía muy felíz, demasiado. Llegaba más tarde de lo común de la escuela y tenía más salidas que las que tenía antes con su grupo de amigos.

Cuando lo comentó con Jennie, entendió que no era solo una idea de ella, también la castaña lo había notado. Lisa comenzó a pensar lo peor, quizá estaba saliendo con una delincuente, o una drogadicta, alguien alcohólica, tal vez un psicópata o un antivacunas o terraplanista.

¡No van a entrar a su casa!

_Lisa - Jennie llamó. Al salir de sus pensamientos, notó a su familia en la mesa mirándola - Yel quiere decir algo.

¡Oh, no!

_Dime, princesa - Lisa pronunció, tranquila.

_Yo...- estaba nerviosa - ya tengo dieciséis años y...voy a terminar el colegio. Cuando nos llevaron a conocer universidades...- veía a sus madres, ella se veían tranquilas - conocí a alguien allí.

Silencio absoluto. El pequeño Alex solo miraba mientras comía con sus mejillas llenas.

_¿Una amiga o amigo? - preguntó Jennie.

_Bueno...- desvío la mirada - es...una chica y...ahora es mi pareja - volvió a ver a sus madres. Jennie estaba pensativa, pero Lisa, parecía estar a punto de desmayarse - ¿Mamá?

_¿Ah? - Lisa levantó la mirada - eso es...una buena noticia - trató de sonreír.

_¿Cuántos años tiene? - Jennie era quien manejaba la situación.

_Tiene...diecinueve - de inmediato recibió la mirada incrédula de ambas - es estudiante de una de las universidades a las que visité.

_No - Lisa pronunció con voz dura - tiene diecinueve, Yel. Tú apenas estás saliendo del colegio.

_Ella es muy buena, no tiene malas intenciones, se llama Yuna - la defendía con timidez - y yo soy madura para mi edad. Tengo mis objetivos claros y sé qué es bueno.

_¡Eres una inocente en la vida, Yel! - Lisa se puso de pie, Jennie miraba apenada a su hija, pero apoyaba a su esposa - ¡Ella ya experimento muchas cosas más que tú!

_¡Ella no es cómo tú, mamá!

Aquellas palabras por parte de Yel dejó en silencio hasta a Alex. Yel se puso de pie igualmente y alejando la silla con brusquedad, se dirigió a las escaleras con molestia.

_¡Yel! - Lisa llamó - ¡Ven aquí!

_¡No es justo, mamá! - Yel giró en medio de las escaleras - ¡Mi mamá Jennie también era alguien inocente y tú no! ¡¿Por qué la juzgas a ella ahora?! ¡Ni siquiera la conoces!

_¡Eres una niña aún!

_¡No soy una niña, ya pienso las cosas!

Una fuerte bocina afuera de la casa interrumpió a Lisa. Un silbido pareció llamar a alguien y fue cuando Lisa notó la expresión de su hija.

_¡YEL! - llamaron.

_¡¿A dónde vas?! - Lisa detuvo del brazo a su hija cuando pasó a su lado para dirigirse a la puerta - ¿Ella es la chica?

_Sí, pensaba presentarla ahora pero es mejor no hacerlo - se quitó el agarre de su brazo y se dirigió a la puerta.

_¡¿Por qué llama con silbidos como si fueras un perro?! - Lisa preguntó con molestia, haciendo que Yel se detenga.

_¡Es su manera de ser, mamá!

_¡Puede tocar la puerta y no estar gritando como una delincuente en la calle! ¡Menos si se supone que se iba a presentar frente a los padres de su novia!

_¡Luego hablamos, mamá! - salió de la casa.

Lisa se acercó a la ventana, seguida de Jennie. Vieron a la novia de su hija y la castaña desvío la mirada, como si no tuviera derecho a decir algo; en cambio, Lisa pudo ver al mismo karma golpeándola en la cara. Era una chica con tatuajes, piercings, vestida negro y tenía motocicleta.

_¿Qué pasó? - preguntó Yuna.

_Luego te digo - subió detrás de ella.

***

_Así que no les agradé - Yuna suspiró, estaban en un parque, sentadas en el césped de noche.

_Van a comprender - Yel estaba apenada.

_Claro, comprender. Tu familia es adinerada, Yel; está claro que no me quieren porque no tengo el dinero que ustedes tienen, la edad es una escusa.

_No, ellas no son así - se acercó más a ella - mira, te traje un regalo - tomó su mochila, buscando - espero te guste.

_¿Un regalo? - fumaba de su cigarro. Yel le entregó una cajita; al abrirlo, vió un hermoso reloj, de una muy buena marca. Yel sonreía con ilusión, esperando su reacción y palabras - está lindo - pronunció sin interés.

_¿Sabes? Mis madres tienen un reloj especial, lo usan para decirse que se extrañan o que se aman - le colocaba el reloj - ¿y si tenemos unos iguales?

_Muy cursi - veía el reloj en su muñeca, relucía en dorado y tenía una tecnología avanzada.

_Bueno...- se desilusionó, pero trató de que Yuna no lo notara - creo que tienes razón, mis madres son muy cursis.

_¿Sabes lo costoso que sería tener esa tecnología? Gastaría mucho dinero, ¿Y si terminamos? ¿Quién me devolvería ese dinero? - preguntó, recostandose en el césped - por eso no hay que gastar mucho en una relación.

_Está bien - asintió. Se recostó a su lado, Yuna estiró su brazo y Yel usó su hombro como almohada - ¿Cómo vas en tus estudios?

_Es cansado; tengo que trabajar hasta la madrugada ahora, el costo de la matrícula cada vez sube más.

_¿Eso no dependía de tus notas? - preguntó Yel.

_Sí, pero los profesores no entienden que me es difícil estudiar y trabajar, por eso mis notas están bajando - atrajo más a Yel, abrazándola - ¿Y tú? Dijiste que ibas a estudiar en mi universidad.

_Y lo haré - sonrió - así pasaremos tiempo juntas. En cuanto termine la escuela este año, ingresaré, estoy segura de aprobar el exámen de ingreso.

_¿Y pensaste en lo que te dije?

_¿De vivir contigo? - Yuna asintió, acariciaba su mejilla - no creo que sea el momento.

_Vamos, cariño; es una buena opción. Vivo frente a la universidad, estaremos juntas y tendremos privacidad.

_Pero...¿Y tu mamá?

_Ella casi no para en casa - sonrió - solo viene a dormir. Y si te incomoda, hay un motel a la vuelta - miraba sus labios - podemos ir allí cuando quieras.

_Mi mamá tiene un mal concepto de eso - recordaba Yel - dice que no es un lugar apropiado para la persona que amas, que ella jamás llevaría a mi mamá Jennie a un lugar en donde miles de cuerpos han estado, que ella merece lo mejor. También dice que trae enfermedades.

_Tu mamá es una clasista, Yel - se recostó boca arriba, mirando al cielo - ella lo dice porque tiene dinero y puede comprar una casa ahora si quiere. ¿Y nosotros qué? También tenemos necesidades.

_Sí...pero - no sabía qué decir, no quería hacerla enojar - tal vez esperar a que alguna de nuestras casas esté vacía, así ponemos decoraciones para que sea bonito - sonrió.

_Si eso es lo que quieres - volvía a fumar - puedes decorar el cuarto como quieras.

_Podemos decorar las dos - la abrazó, apoyando su mentón en medio de sus pechos - ¿No te parece romántico?

_No es lo mío, Yel; lo sabes - acariciaba su espalda - no soy romántica.

_Lo sé - sonrió entristecida - pero te entiendo, no quiero cambiarte.

_¿Entonces vivirás conmigo?

_Yo...- batallaba con sus pensamientos - no quiero dejar mi casa.

_Yel - sostuvo sus mejillas - sé que adoras tus cosas, ¿Pero no te gustaría comenzar de cero conmigo? - sonreía - solo imagínate, ambas comprando nuestra primera cama, nuestra primera tele, poquito a poquito - su voz era adorable, su sonrisa hermosa, convencía de a poco a Yel, quien sonreía con ilusión imaginando sus palabras - comenzaríamos desde cero, solo tú y yo, amándonos. ¿No te gustaría eso?

_Sí - Yel asentía.

_Es por eso que te amo - besó sus labios.

Sus manos sostuvieron la cintura de Yel, atrayendo a ella para profundizar el beso. Una de sus manos fue bajando a su trasero, pero Yel se separó de inmediato, sujetando su mano para que se detenga.

_Estamos en la calle - estaba sonrojada.

_Mi mamá no está en casa ahora - la admiraba con deseo - vamos.

Yel asintió, ambas se levantaron, tomaron sus mochilas y se dirigieron a la moto que estaba al lado, yendo a casa de Yuna.

***

_Aun no llega - Jennie ingresaba a la habitación, viendo a Lisa sentada en la cama, preocupada - yo me quedaré a esperar, tú duerme - se sentó a su lado, acariciando su mano.

_¿Cómo puedo dormir? - respondió Lisa, entristecida - son las dos de la mañana y nuestra hija no llega. Seguro estará con esa chica; si no le hubiera gritado...- mantuvo silencio, pensativa - será mi culpa si le pasa algo.

_Perdón - Lisa giró a ella - debí intervenir también y no dejarte como la mala. Cuando regrese, le daré un buen castigo.

_Eso solo hará que nos odio y se vaya con esa chica - suspiró con cansancio - no sé qué hacer. Si la acepto, seré una mala madre. Si no la acepto, seré una mala madre. ¿Por qué esto tiene que ser tan complicado?

_Entonces solo tenemos una opción, debemos conocerla - pronunció Jennie - Ash, esto también se me hace difícil - se recostó en el hombro de Lisa - si no nos agrada, eso a Yel no le va a importar, tampoco podemos intervenir porque seríamos unas metiches. Solo nos queda ver si elige un mal camino o no.

_Eso se es lo que se debe hacer, ¿No? - besó su frente - dejar que nuestros hijos crezcan y tomen sus propias decisiones.

_Mañana hablaré con Yel, le diré que la traiga a cenar.

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