Epílogo 1
Esperar a que la fila de la tienda avanzara, era cada vez más estresante. Solo faltaban dos personas delante de ella, pero el sonido de la pulsera seguía llegando una y otra vez, estresando incluso a los demás clientes.
Llegó su turno y colocó todo rápido frente a la caja registradora. Su compra fue atendida de manera rápida, pagó con su tarjeta y al recibir la bolsa salió corriendo de inmediato.
El sonido insistente la hacía sentir más nerviosa y preocupada, aceleraba sus pasos como si estuviera huyendo de alguien. La pequeña descarga eléctrica fue la clara evidencia de que Lisa se estaba molestando.
Por suerte se habían mudado a un vecindario con muchos lugares necesarios y divertidos, así que la tienda quedaba cerca. Al ingresar a casa, sus piernas tropezaron al sentir otra pequeña descarga y cayó graciosamente al suelo.
_¡Mami, apura! - Yel, de ocho años, sostuvo su brazo al llegar a ella, tratando de levantarla - ¡Mamá se vé molesta!
_¡Antojos! - Jennie se levantó de inmediato, cerró la puerta y corrió escaleras arriba - ¡Mi bebé tiene antojos!
Jennie corría por el largo pasillo a su habitación, sus pies frenaron y casi golpea su cuerpo contra la puerta. Abrió con torpeza e ingresó, quedando jadeante y sudando frente a Lisa, ella estaba sentada en la cama y veía televisión, mostrando una expresión de seriedad mientras mantenía ambas manos sobre su notable vientre.
_Amor, traje tus chocolates y yogurt - sonrió cansada, sentándose a su lado - ¿quieres algo más? - acarició su vientre - tal vez unos masajes...o besos.
_¿Por qué tardaste tanto? - preguntó Lisa seriamente.
_Amor...solo fueron diez minutos - tragó en seco. Desde que Lisa estaba embarazada, sus estados de animos estaban tan sensibles que ahora tenía que ser precavida hasta en lo que decía. La inseminación había sido echa en el óvulo de Jennie y luego puesto en Lisa. Había sido un éxito - la chica atendía lento y...
_¿Chica? - Jennie temió por su mirada - ¿Por eso tardaste tanto? ¿Por estar viendo a una chica?
_N-no...amor
_¿Es porque estoy gorda no? - preguntó desafiante - ¿Ahora no te parezco atractiva que andas mirando a otras?
_N-no. Amor, yo amo el cuerpo q-que tengas, incluso te ves tan tierna que...
_¿Te estás dando cuenta que me estás insultando?
_¿Qué...? - preguntó temerosa - te estoy diciendo que te amo.
_Que me amas incluso si estoy echa un desastre. Exelente cumplido, Jennie - pronunció sarcástica - ¿Me vas a dedicar "corazón sin cara" también? - fingió una sonrisa.
_Amor, entiendo que...ocho meses de embarazo no es algo fácil...- decía nerviosa - aunque no pasé por eso...- se perdió en sus pensamientos - pero...¿Puedes tratarme bien? Por favor - pidió con tristeza. Lisa suavizó su expresión, dándose cuenta de cómo la había recibido - me estoy esforzando mucho y...sé que tienes dolores, cansancio y tus emociones están muy sensibles, y voy a estar aquí para cuidarte y engreirte, pero quisiera un poco de comprensión cada vez que salgo a comprar. Mis piernas son pequeñas, amor - Lisa asentía, cabizbaja - voy a correr lo más que pueda solo para traerte tus chocolates o tus postres, no voy a ver a otra chica porque tengo a mi mujer esperándome en casa y mucho menos tu cuerpo dejó de gustarme, me atrae como la primera vez que hicimos el amor. ¿Sí?
Los ojos de Lisa comenzaron a cristalizarse.
_Soy una mala novia - estaba a punto de llorar.
_N-no...- Jennie sostuvo sus manos cuando cubrió su rostro - eres muy linda, eres una hermosa novia.
_No lo soy - sus lágrimas caían - tampoco me entiendo.
_¿En qué, amor?
_Estoy llorando, estoy triste, pero también enojada y a la vez estoy excitada. ¿Cómo puedo estar llorando y también querer sexo?
Jennie sonrió levemente, admirando a su emocional y sensible novia. Cuando hablaron de tener otro hijo, el que Lisa lo tuviera esta vez, había sido un acuerdo que ambas aceptaron de inmediato. Para Jennie, ver a Lisa llevando un hijo de ambas en su vientre, la hacía sentir la mujer más afortunada del mundo. Más enamorada, más ilusionada, más atenta. Quería engreirla como a una niña malcriada, no le importaba, lo que Lisa decía, se debía cumplir, y debe confesar, que es una etapa más cansado, pero ese sentimiento de ver a Lisa con su vientre grande, tan hermosa, tan perfecta, con su hijo, hace de ese cansancio algo insignificante.
_Desnudate - la voz de Lisa la sacó de sus pensamientos.
_¿Qué? - Jennie sonrió divertida.
_¿Desnudar? - la pequeña Yel estaba en la puerta, ambas disimularon su nerviosismo - pero si hace frío, se va a enfema.
_Bueno - Lisa carraspeó - es que mami Jennie corrió tanto que ensució su ropa, debe cambiarse o va a oler feo - explicó.
_Es que te veías molesta - acusó Yel, señalando a la pelinegra - por eso mami Jennie se cayó.
_¿Te caíste? - Lisa giró a Jennie, preocupada.
_No fue nada - respondió la castaña - solo...- Jennie fue atraída sorpresivamente a las piernas de Lisa. La pelinegra la abrazaba y besaba sus mejillas, hablándole como si fuera una pequeña cosita tierna - este lado tuyo en el embarazo sí me gusta - Jennie sonreía.
_¿Ya se van a casar? - preguntó Yel, subiendo a la cama.
_¿Por qué preguntas eso? - pronunció Jennie.
_Porque mi profesora me dijo que los papás tienen bebés cuando se casan. Ustedes-no-están-casadas - señaló como regaño con su dedo - y va a nacer mi hermanito.
Ambas mujeres cruzaron miradas, no sabían qué decir. Ya lo habían hablado en muchas ocasiones pero siempre pasaba algo que lo retrasaba, en este caso, el embarazo salió primero para que no tengan tanta diferencia de edad.
_Es sorprendente como ahora los niños hablan como adultos - Lisa le comentó a Jennie - hasta dicen palabras que ni entiendo.
_Yo a su edad ni podía vocalizar bien - respondió la castaña.
***
_Psss - la pequeña voz las despertaba - pss, mami, despierta - Jung susurraba en el oído de Nia, ella dormía boca abajo - mami dos - susurró en el oído de Lee, quien dormía boca arriba por su agrandado vientre - duermen mucho.
Jung se bajó de la cama, estaba en pijama aún al ser las ocho de la mañana, pero ya tenía hambre. Bajó al primer piso de la nueva casa y se acercó a la tablet de la mesita. Se sentó en el sillón y presionó el botón verde, esperó unos segundos y Yel respondía la videollamada del otro lado.
_¡Hola, Jung! - Yel saludaba también echada en el sillón.
_Hola - saludó sonriente, su cabello estaba todo despeinado - ¿Ya estás comiendo?
_Mi mamá Jennie recién está haciendo la comida.
_Mi mami Nia aún no despierta.
Y claro que tenía un sueño muy pesado si estuvo cuidando toda la noche a Lee por sus síntomas y dolores de cabeza. Lograron dormir a las cinco de la madrugada.
_Desde que están panzonas se cansan mucho - opinó Yel - ¿El bebé las estará comiendo por dentro?
_¿Ellos comen?
_No sé, no puede entrar la comida.
_Creo que ya despertaron - sonrió Jung.
_Mis mamás se estaban dando besitos, por eso no había comida - pronunció Yel.
Pudo ver a las espaldas de Jung, pasar a su mamá Nia con cansancio y ojeras, casi caminando dormida.
_Hola, cariño - Nia besó la cabeza de Jung, siguiendo su camino aún sin abrir los ojos - Jung - giró a él - ¿Por este día no quieres comer pollo por delivery?
_¡Si quiero! - Jung festejaba.
_Voy a pedir pollo - arrastraba los pies al teléfono.
Yel escuchó aquello, y obviamente se le antojó también.
_¡Mamá! - Yel corrió a la cocina, Jennie ya estaba moviendo la avena - ¡Compra pollo! ¿Sí? ¡La mamá de Jung va a comprar pollo! ¡POR FAVOOOOR!
Jennie quedó en silencio, vió su avena ya en la olla y suspiró. Yel entendía cuando se le decía no, pero ella tampoco tenía ganas de cocinar ese día.
_Está bien.
***
_¡Rosé, me falta un niño! ¡Creo que Doyun!
Jisoo veía a sus dos pequeños correr traviesos por toda la sala.
_¡Mira si está en el techo! - respondió Rosé desde el baño.
_¡¿Y qué haría en el techo?!
_¡Vió spiderman y ahora quiere ser él!
_¡¿Ese no era Eun?!
_¡Pues no sé quién es la verdad! ¡Pero vé a mirar!
Jisoo salió al patio, veía el techo pero no lograba ver al que faltaba.
_¡Doyun! - llamó en un grito.
_Qué - el pequeño venía de la sala, eso significaba que era uno de los que estaban jugando.
_¡Eun! - volvió a llamar.
_Qué - también salía de la sala.
_¿Han visto a su hermano? - ya se estaba preocupando, pero es que ellos eran muy traviesos y se escondían para confundirlas por lo idénticos que eran.
_No lo hemos visto - ambos respondieron a la vez.
De pronto el pequeño que faltaba se asomó en la entrada de la casita del árbol.
_¡Seoyun! ¡Baja de allí! - ordenó Jisoo.
_Soy Doyun - respondió.
_¿Qué? - vió a sus dos hijos a su lado y ellos tapaban su boca, evitando reír - ¡Cómo se llamen! ¡Entren a desayunar! - ordenó.
***
En la tarde Jennie trataba de escoger el anillo de compromiso más hermoso para Lisa. Yel tenía razón, ya tienen una vida juntas y lo han estado hablando por mucho tiempo. Ella tenía una pequeña empresa de ropa que estaba funcionando bien y Lisa, además de su propio restaurante, había construido un gran condominio en donde solo esperaba a recibir los pagos mensuales de los más de cien pisos, doce en cada departamento.
Sus padres estaban ahora en Colombia, estaban cumpliendo sus sueños de viajar por el mundo y vaya que les estaba yendo bien, incluso se habían llevado al gato. Regresarían en un año y sería perfecto para la boda.
_Esta - señaló, pero alguien más lo había señalado al mismo tiempo. Levantó la mirada y se sorprendió al ver a Nia allí.
Ambas comprendieron lo que planeaban hacer, bajaron la mirada al anillo, analizando la situación. La misma idea pasó por ambas y sus manos intentaron tomar el anillo, comenzando a batallar entre forcejeo por la caja que porcelana que se había cerrado cuando quisieron tomarlo.
_¡Señoritas, paren! ¡Están destruyendo todo! - la empleada pedía con nervios.
Ambas cayeron al suelo, batallando. Gritaban que lo suelte e incluso parecían morderse los brazos.
_¡Puedes pedir otro! - gritaba Nia.
_¡Tú también puedes!
_¡Yo lo ví primero!
_¡No es cierto! - estaban tumbando todo.
_¡Siempre quieres lo que fue mío!
_¡¿Y eso qué, zorra?!
_¡Se supone que somos amigas, suelta!
_¡Suéltalo tú! - Jennie mordió su cabeza.
_¡Salvaje!
_¡Lo dice a quien le gusta lo rudo con su novia! ¡Masoquista!
_¡¿Quién diablos te contó eso?!
_¡Lisa! ¡Te vió en el auto con la pediatra!
_¡Sigue igual de chismosa!
_¡Lo sé, créeme que lo sé!
Al parecer, pagar todo sería más costoso que el mismo anillo. El dueño no quiso venderles nada y tuvieron que irse a otra tienda.
Voten ❤️
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