Capítulo 7
La situación era incómoda, aquella mirada tan dura, como si estuviera conteniendo su molestia, ponía nerviosa a Lisa y con las ganas de salir corriendo por el vergonzoso momento que estaba pasando gracias al padre de Jennie.
Había ido a casa de una de las chicas con quién tuvo un encuentro, y ella, tan amable, la hizo pasar a su sala al escuchar que era algo importante. Pero lo que menos esperaba, era que le pida un muestra de sus flujos para llevárselo con ella.
_Hay u-una explicación - Lisa evitaba su mirada - antes de que me eches, déjame explicarme - la chica no respondió, seguía controlando no golpearla - ¿Recuerdas cuando te pregunté si...estabas embarazada de mí? - la chica asintió lentamente - pues...- recordó lo que el señor Kim le había dicho: "nadie tiene que saber que embarazaste a una mujer". Esto dejó preocupada a Lisa. ¿Cómo podría pedirles la muestra sin decirles la verdad?
_Lisa...- su voz fue grave, poniendo más nerviosa a la pelinegra - voy a contar hasta tres, y si no me das una explicación para la idiotez que me acabas de pedir...te va a doler esa bonita cara que tienes...- forzó una sonrisa - uno...
Lisa salió corriendo.
***
En la casa Kim, el señor no podía pasar desapercibido aquel gesto de irritación de su hija. Él cocinaba junto a su esposa y Jennie estaba sentada en el sillón, su mirada era perdida y molesta, como si estuviera pensativa.
_Hija - se acercó a ella con sartén en la mano y su mandil puesto - ¿Pasa algo? - su hija negó - ¿No te gusta la cena que estamos haciendo? - Jennie mantenía silencio. El mayor cruzó miradas con su esposa, la mayor le hizo un gesto tocando su vientre, seguro era el embarazo - ¿Tienes algún antojo? - Jennie suspiró irritada - hija.
_¿Por qué tenías que pedirle que traiga esas muestras, papá? - preguntó con mal humor.
_¿Te refieres a Lisa? - preguntó extrañado - las muestras son muy importantes, hija. Así sabremos porqué quedaste embarazada de ella y las otras no. ¿Pero porqué te molestaría?
_¿Sabes lo que hará para esas muestras? - preguntó irritada.
_Les pedirá amablemente, ¿No? - respondió inseguro - o tal vez se acueste con ellas - pronunció pensativo. Notó preocupado como Jennie apretaba los puños - ¿Hija?
_¡Es...es una idiota! - gritó con molestia. Ambos padres retrocedieron asustados - ¡Mira, que casualidad, tengo muchos antojos! - apretaba una y otra vez el botón de su reloj pulsera - ¡Tienes que venir, Manobal! - mandaba cinco notificaciones por segundo, su dedo se movía velozmente - ¡Tienes que venir o me molestaré mucho! ¡MUCHO, MANOBAL!
***
_¡Wow, wow, wow! ¡Espera! - Lisa trataba de detener las notificaciones, no dejaba de sonar una tras otra - ¡Jennie! ¡Detente! - corría velozmente por toda la calle, su cabello flotaba por el fuerte viento - ¡Ya estoy yendo! - dejó que sonara y aceleró sus piernas - ¡Antojos! ¡Mi bebé tiene antojos! - corría.
El dolor en su mejilla por la fuerte bofetada que la segunda chica le había dado, pasó a segundo plano por el apuro en llegar. Pero la huella de la mano aún estaba en su mejilla, de un color rojo muy claro y visible.
***
Pasaron como diez minutos y Jennie estaba sentada de brazos cruzados en el sillón, un tic nervioso en su labio se notaba. Observó a Lisa pasar corriendo por su ventana y al segundo tocó la puerta. El señor Kim abrió y Lisa ingresó de inmediato, frenando frente a Jennie, agitada y sudando.
_Ya estoy aquí...- respiraba profundo - ¿Qué es lo que quieres? ¿Son antojos? ¿Masajes? ¿Quieres que te cocine algo?
_No quiero nada - se puso de pie, subiendo las escaleras a su habitación.
Lisa quedó desconcertada, el señor Kim trataba de no reír detrás de ella.
_P-pero...- Lisa no entendía, miró a ambos mayores y ellos levantaron los hombros - ¿Son cambios de humor? - preguntó preocupada - escuché por allí que si no comen su antojo en el momento, se ponen de muy mal humor - vió la hora en su celular - ¿Tardé mucho?
_Emo - el señor llegó a su lado - yo opino que vayas a hablar con ella y así te acompaña a pedir la muestra, ¿No? Así ella camina, hace ejercicio por el bebé, y así evitas que te golpeen otra vez por tu pedido - señaló su mejilla - no creo que quieran formar una pelea frente a una mujer embarazada y de mal humor.
_P-pero...será mucho camino, no quiero que sus pies les duelan.
_Entonces lleva mi auto - le ofreció las llaves - pero cuídalo.
***
La joven muchacha veía incrédula a Lisa y Jennie frente a ella, estaban en la entrada de su casa. La castaña la miraba como si quisiera matarla y Lisa sonreía nerviosa, con el pequeño envase en mano.
_Espera - pareció reaccionar - ¿Me estás pidiendo que ponga mis...- divagó, señalando su entrepierna -...allí? - señaló el envase - ¿Por un proyecto de química en tu universidad?
_Sí...- forzaba una sonrisa - ¿Verdad, Jennie?
_Sí - fue cortante.
_¿Qué no tu carrera era chef? - preguntó extrañada.
_Estoy estudiando dos - ideó nerviosa - por si uno no funciona. Decidí para la carrera de...de...- estaba pensativa -...esos que...cuidan bebés y mujeres...embarazadas...y esas cosas.
_Y me dices que la paga es buena - Lisa asintió, la chica estaba pensativa - ¿Y por qué acudiste a mí? - se cruzó de brazos, sonriente y mirada traviesa - ¿Lo quieres de manera divertida?
Lisa no notó el rostro tenso de Jennie, solo rió nerviosa por la clara propuesta de la chica frente a la castaña.
_N-no...solo que...mis amigas no quieren hacerlo, les da vergüenza que vea sus...cosas - explicaba - y necesito diez muestras y...mis amigas solo son tres. Ya nos conocemos y pensé que...no te molestaría...
_¿Vas a dar la muestra o no? - Jennie preguntó seriamente.
_Bueno, está bien - la chica tomó el envase - el dinero siempre es bienvenido - sonrió y retrocedió para ingresar - vienes mañana temprano para recogerlo. ¿Segura que no quier- Jennie la mandó dentro y cerró la puerta de inmediato.
_Vamonos - se encaminó al auto.
_G-gracias - Lisa levantó la voz mientras seguía a Jennie - mañana vendré. Que esté todo listo, por favor. Tengo que llegar muy temprano a la universidad.
Lisa se apresuró a abrir la puerta para Jennie y ella ingresó sin decirle nada. Lisa ingresó del otro lado y puso en marcha el auto. Notó el mal humor de Jennie y tragó nerviosa, no quería que esté molesta todo el tiempo, el estrés no es bueno para el bebé.
En el camino, notó una pequeña tienda en la calle y estacionó cerca de ella aprovechando la luz roja. La señora se acercó a ella, sonriente para atenderla. Jennie la ignoraba, ni siquiera veía lo que estaba haciendo, solo estaba de brazos cruzados mirando por su lado de la ventana.
Al poco tiempo, un algodón de azúcar en forma de un lindo oso panda apareció frente a ella, cambiando su molestia a una mirada curiosa y sorprendida.
_Se vé molesta, señorita humana - Lisa agudizaba su voz, como el de una caricatura - cuénteme, ¿Qué la tiene así? ¿Esta chica emo la está molestando? - el osito giró a ver a Lisa - idiota, atiende bien a esta linda chica.
_Ella no es una emo - Lisa sostenía otro algodón de azúcar en forma de pollito amarillo, fingiendo su voz igual de aguda - defiendete, idiota - el pollito regañaba a Lisa.
Jennie trató de evitarlo, pero una sonrisa apareció en sus labios.
_Parece que la señorita humana está sonriendo - el oso se acercó a ella, Jennie comenzó a reír.
_Y tiene una sonrisa muy bonita - pronunció el pollo - no como esta emo que- Lisa le arrancó la mitad de la cabeza de un mordisco.
_¡Lisa! - Jennie reía.
_No le cuentes a nadie sobre este asesinado - susurró - será nuestro secreto. Oh, espera - el osito miraba a Lisa - este oso lo vió todo, ¿Qué harás, Jennie? - la castaña miraba el oso, divertida.
_No, por favor - el oso respondió - no diré nada.
Lisa y Jennie cruzaron miradas. La castaña asintió y mordió al oso, riendo junto a Lisa cuando solo quiso darle un pequeño mordisco pero todo el algodón se salió del palito.
_¡Avancen, puta madre! - ambas brincaron del susto ante los gritos de atrás, Lisa se apuró en avanzar, ambas reían divertidas.
Afortunadamente no tuvieron que ir con todas las chicas, las dos siguientes también aceptaron ante la explicación y porque el dinero era una buena razón.
La hora les había ganado y ya era de noche, Lisa llamó al señor Kim para avisarle que comerían en su departamento y que Jennie dormiría allí al ser casi las díez. El señor Kim entendió, le pidió a Lisa que no la haga dormir en el sillón, que pueden ir a la universidad en su auto y que lo traiga al regresar junto a Jennie a casa.
Lisa detuvo el auto frente a su departamento, pero mientras bajaba, notó a aquella chica que ya conocía perfectamente. Ella también la notó, se veía incómoda pero igualmente se iba acercando a ella, pero sus pasos se detuvieron al ver a Lisa abrir la puerta del otro lado y ver a aquella hermosa castaña, mirándola curiosa.
Lisa cerró la puerta, puso la alarma y se encaminó junto a Jennie a la entrada. Pasaron frente a ella, Lisa le abrió la puerta a Jennie y estaba por entrar también, cuando la chica llamó.
_Lisa - la pelinegra detuvo su paso - sé que no quieres...saber nada de mí - había tristeza en su voz - pero no hubiera venido si no fuera algo importante.
_¿Qué es lo que pasa, Nia? - giró a ella, serena. Jennie la esperaba detrás, no entendía quién era aquella chica, era muy hermosa.
_Yo...he estado llamando a Min, pero no me contesta - pronunció incómoda - Jung necesita medicina y...él se llevó la receta la semana pasada cuando compró las primeras tomas. No sé si tú...sabrás dónde está, hace días no sé de él. Solo ví que...en la tarde subió una foto de él junto a sus amigos, pero aún así, parece que solo evita mis llamadas.
_¿Qué es lo que pasó con Jung?
_Él...tiene tuvo de fiebre estos días. Ya está mejor, pero necesito seguir dándole su medicina para que se cure por completo. Ah comenzado a llorar y la calentura parece que está volviendo.
_Veré si me contesta - respondió sin alguna emoción. Nia asintió y esperó, cruzó miradas con Jennie y ambas estaban incómodas. A los segundos, Min respondió.
_Hola, Lisa.
_¿Dónde mierda estás? - no le importó que ambas chicas la escucharan.
_¿Por qué me hablas así? Pensé que querías arreglar las cosas.
_¿Arreglar? Primero arregla el tipo de padre que eres, ¿Quieres? Tu hijo necesita su medicina, ¿Qué haces y porqué no estás junto a él?
_Estaba muy estresado, Lisa. Necesito despejarme.
_¿Despejarte? - pronunció con molestia - ¿Te parece bien ir a relajarte tú y dejar a Nia sola con tu hijo enfermo? Jung está llorando, Min.
_Ella no me dijo nada.
_¡Sabías que estaba enfermo, Min! ¡No necesita decirte nada! ¡El bebé es él, no tú!
_¡¿Puedes dejar de gritarme?! ¡Ser padre no es fácil, Lisa! ¡Eso no lo vas a entender! ¡Todo el día solo son estrés y más estrés! ¡Ya cansa, Lisa! ¡Necesito mi espacio!
_¡Actúas como si estuvieras cuidando una planta, imbécil! ¡Solo das dinero y te largas! ¡¿Eso es un esfuerzo para tí?!
_¡¿Para qué llamaste?!
_¡Envíale la receta a Nia de la medicina de tu hijo y luego sigue actuando como un imbécil! - cortó la llamada.
El lugar se quedó en silencio. Lisa estaba ofuscada, tratando de respirar profundo. Jennie se acercó a ella y acarició su nuca, como ya lo había hecho antes en el baño. Nia observó esto incómoda, algo entristecida.
Un mensaje llegó a su celular y era la receta de Jung.
_Ya lo envío...- hizo una leve reverencia - gracias...Lisa.
_Espera - aún se veía molesta. Sacó dinero de su billetera y se acercó a ella - ten - Nia la miró dudosa - es mi sobrino, quiero que esté bien.
_Gracias...- tomó el dinero con algo de vergüenza - lo necesitaba...
_¿Tienes un taxi?
_Sí...me está esperando - señaló, en la esquina un auto esperaba - no te preocupes.
Lisa asintió, volvieron a cruzar miradas, incómodas. Lisa se hizo a un lado y Nia se encaminó al taxi.
_¿Quién...es ella? - preguntó Jennie desde la entrada.
_Es...- Nia ingresó al taxi, ambas volvieron a verse. Pero Nia ya no veía ese cariño en sus ojos, solo veía resentimiento, y eso era lo que le afectaba -...es mi ex-enamorada.
Voten ❤️
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