Capítulo 36
El ligero llanto de la bebé despertó a la pelinegra. Lisa observó entre sus brazos a Jennie y una pequeña sonrisa somnolienta apareció en ella. Se sorprendió encontrarse en la habitación de la castaña, pero no le buscó más preguntas y con mucho cuidado, dejó de abrazar a Jennie para poder levantarse.
Caminó a pasos tranquilos hasta la cuna y observó a su bebé, ella se removía entre sueños, sus manitas brincaban y el ligero llanto salía en ocasiones. Parece que estaba soñando. ¿Qué pasará por esa pequeña cabecita? Pero según lo que vé, no era algo bonito.
Llevó su mano a la cabeza de Yel, dando leves caricias, con su otra mano sostuvo su pequeña manita, en la cuál Yel apretó. Lisa sonrió al verla calmarse. Admiraba a su pequeña, a su princesa. Aquel pequeño ser que gracias a Jennie parecía una bolita de algodón.
De pronto la pequeña despertó, comenzando a llorar mostrando sus boquita aún sin dientes. Lisa se preocupó, trató de calmarla, quería cargarla pero aún no podía, sus brazos la soltarían al no tener la suficiente fuerza.
Jennie se levantó, llegando a su lado y agachándose para cargar a la bebé.
_Lo siento, no sé qué hice - Lisa se sentía culpable, Jennie pudo ver su temor - s-solo...solo traté de calmarla.
_Tranquila - Jennie se sentó en la cama y se recostó en el respaldo, volviendo a cubrirse las piernas con las sábanas - siempre despierta a esta hora por el hambre.
_¿Entonces no fuí yo? - preguntó temerosa.
_No - bostezaba del sueño - ven, intenta volver a dormir mientras la alimento.
Lisa se acercó a la cama, gateó hasta llegar al lado de la castaña y se cubrió, pero no dormía, veía a Yel amamantarse del seno de Jennie.
_Parece un gatito - Lisa sonreía - ¡mira sus ojitos! - gritó en un susurro.
_Lisa - Jennie pronunció divertida - duerme.
_Me dormiré cuando tú te duermas - admiraba cada gesto que su hija hacía - es lo justo. Tú te desvelas, yo me desvelo también.
_No, yo me desvelo y tú te duermes para que mañana puedas trabajar - empujó la cabeza de Lisa contra la almohada - duerme.
_Pero-
_Duerme - seguía sin soltarla.
_Está bien - quitó su mano - buenas noches, Yel - se acercó para besar su frente, pero al hacerlo, la pequeña sostuvo su cabello y ya no pudo regresar - eh, Jennie - se acomodó como pudo - mi cabello.
_No puedo verte - Jennie solo veía la parte trasera de su cabeza.
_Yel - sostenía sus dedos, pero temía hacerle daño - Yel, suelta a mami - la bebé seguía disfrutando de su alimento - Yel - tiraba de su cabello con cuidado, pero no la soltaba.
_Es algo que siempre hace, te suelta cuando se distrae con algo más.
_¿Entonces solo espero? - esa posición le estaba haciendo doler el cuello.
_Sí, no va a tardar mucho en soltarte.
Jennie se había equivocado. Lisa se quedó dormida recostada en su pecho, en una posición para nada cómoda, y Yel seguía sin soltarla, durmiendo de igual manera.
Una hora después, finalmente la soltó.
_Al fin - Jennie pronunció con los ojos rojos y cansados.
***
_Así que hoy es tu cita - Lauren comía sentada en una llanta del taller.
_Sí, ya junté lo necesario - sostenía la manguera, limpiando un auto nuevo. La fuerza que ejercía el agua, la hacía perder por momentos el control, eso Lauren lo sabía perfectamente, ya estaba empapada de pie a cabeza - le dí a Nia el dinero para Jung y a Jennie para Yel.
_¿Te alcanza para ambas?
_Cada pago que recibo, le entrego el sesenta por ciento al dueño del taller. Yo me quedo el cuarenta y él también, el veinte por ciento es para pagar el agua y pequeños detalles. Así que mientras más autos lavo, o más llantas cambio, más dinero gano.
_¿Y muchos vienen aquí? - comía de su alita, cuando un chorro de agua lo hizo volar.
_Lo siento - Lisa pronunció avergonzada - aún no recupero toda mi fuerza.
_Lo sé - suspiró, secándose la mano.
_Digamos que este taller es el único en estas calles, así que muchos vienen. Mi compañero está en el otro lateral arreglando motores y demás. Él aconseja cambiar las llantas si es necesario y los manda aquí.
_¿Y a dónde la vas a llevar?
_A un museo - sonrió con ilusión y nervios - espero todo salga bien.
_Nunca me han llevado a un museo - Lauren estaba pensativa - ¿Qué clase de museo?
_A uno digital - secaba el auto - tenía pensado ir a uno de arte, pero hasta yo no lo entiendo. Ha cambiado mucho. Fácilmente pongo un punto en una hoja y digo que representa la soledad en el universo vacío.
_Te apuesto que va a haber alguien que te diga que vé un rostro y te va a felicitar por el arte oculto - reía.
_Las cosas cambian - suspiró - al menos eso me sirvió para conseguir dinero para esta cita.
_¿Qué?
_Vendí el cuadro por mil dólares, me lo compraron.
***
_Nosotros la cuidaremos, no te preocupes - pronunció el señor Kim.
Estaban hablando sobre quien cuidaría a Yel, sus abuelos estaban más que felices de cuidar a su nieta, pero había un problema, Jennie se negaba a dejar a Yel por más de tres horas.
_Pero está muy pequeña aún, no la puedo dejar - miraba a su pequeña quien dormía en sus brazos - ¿Y si no la cambian bien? ¿Y si tiene hambre? ¿Qué pasaría si solo quiere que la abrace? - decía nerviosa - va a llorar y llorar hasta que yo venga. Se va a enfermar y recién lleva meses para verla enferma, voy a llorar por verla así y se le pasa algo grave-
_¡Jennie! - detuvo su madre - tranquila. Sé lo que estás sintiendo, nos nace ese instinto protector y prácticamente exageramos un poquito - el señor Kim viró los ojos - ¿Qué?
_¿Un poquito? Comenzaste una discusión porque dije que Jennie aún no se formaba bien. Cuando nacen salen deformes, acéptalo.
_Solo fue una vez - se cruzó de brazos.
_¿Una vez? No podía decir nada porque al instante me enfrentabas: "¿Estás hablando de mi hija?" "¿La estás insultando?" "¿Es indirecta para Jennie?" Dios, mujer. Estabas a la defensiva por meses, me tratabas mal. ¿Cómo creés que voy a hablar mal de mi hija? - el mayor recortaba aquello con tristeza - hasta creí que me odiabas...- comentó cabizbajo.
La mayor suspiró. Era cierto, estaba muy a la defensiva ante cualquier comentario y muchas veces lo había tratado mal.
_Ya - acarició su brazo - no sé cuántas veces me he disculpado por eso, pero otra vez, perdón.
_Espero que no trates así a Lisa - aconsejó el señor Kim a su hija - se siente muy...horrible y triste. Te hace sentir como si fueras alguien malvado para ella y el bebé.
_Ya...cariño - la mayor lo abrazó.
_Cariño nada - se cruzó de brazos.
_Yo no estoy a la defensiva - Jennie negaba - solo que...son más de tres horas - volvió a ver a su bebé - me va a necesitar.
_Si es algo que no podemos controlar, te vamos a llamar - respondió su padre - estás todo el día con ella, mereces ir a tu cita con Lisa sin interrupciones.
_¡ELLA NO ES UNA MOLESTIA! - gritó Jennie. Su padre se sorprendió por un momento. Asintió afligido ante los recuerdos de su esposa gritándole y se retiró - papá, perdón. Papá - el mayor subió a su habitación - no quise gritarte.
_Tu padre es sensible, Jennie - la mayor suspiró - será mejor que cuando regreses te disculpes. Ahora vé a tu cita y deja a Yel con nosotros.
_Creo...que sí estoy un poco a la defensiva - Jennie pronunció en un suspiro - está bien - se acercó a su madre - vendré pronto, Yel - besó la frente de su pequeña y su abuela la sostuvo en sus brazos - sujeta un poco más de su cabeza, quizá-
_Jennie - su madre detuvo - yo también fuí mamá, ¿Lo recuerdas?
_Sí...- retrocedió, jugando nerviosa con sus dedos.
Tocaron la puerta, Jennie fue a abrir sin quitar la mirada de su hija. Lisa aparecía vestida de manera mas elegante, con un abrigo negro que le llegaba hasta las rodillas y una camisa blanca con pantalones negros.
_¿Estás lista? - preguntó nerviosa, sonriente.
_Sí - Jennie se acercó al sillón y sostuvo su abrigo. Vió una vez más a la pequeña y se apresuró a llegar junto a Lisa - vamos.
_¿Y Yel? - preguntó Lisa, dudosa - ¿No va a venir con nosotras?
_¿Podemos llevarla? - Jennie preguntó con ilusión.
_Cla- Lisa no pudo terminar, la señora había cerrado la puerta en sus caras.
_Luego me lo van a agradecer - pronunció en voz alta ante los toques en la puerta.
***
Después de insistir por unos minutos, ambas decidieron ir a la cita sin la bebé. Estaban nerviosas, se sentía como si realmente recién se estuvieran conociendo. En el auto que Lisa había alquilado junto a chofer, ambas mantenían silencio, pero un silencio cómodo, en donde ambas sonreían.
_¿Un museo? - Jennie miraba asombrada el enorme lugar, habían llegado hace segundos.
_Quiero mostrarte una parte de mis gustos - llegaba a su lado - la parte más mágica para tí - giró a verla, admirando a la castaña - ¿Entramos?
Jennie asintió. Ambas caminaron a la entrada, Lisa pagó siendo muy amable con el anciano. Solo cruzaron al siguiente pasillo y fue suficiente para que Jennie quede maravillada. Lisa sonreía disfrutando de verla felíz.
_Bien - Lisa mantenía sus manos en la espalda, caminando de manera tranquila junto a Jennie - ¿Comenzamos con nuestra cita?
_Me parece bien - Jennie mantenía sus manos en los bolsillos de su abrigo - ¿Intercambio de preguntas? - Lisa asintió - bien, comienza tú.
Parecían estar caminando en el agua. Jennie veía sonriente las "olas" que sus pies formaban ante cada paso.
_¿Qué es lo que te gusta hacer en tus tiempos libres? - preguntó Lisa.
_Construir - respondió la castaña - no importa si es algo de madera o cables. Si al final funciona o no. Me gusta construir.
_No sabía eso - Lisa estaba pensativa. Ahora entendía lo que su psicóloga le explicó, todo había comenzando muy rápido. No podían arreglar sus problemas conversando cuando en realidad no se conocen - es un interesante pasatiempo - sonrió - me gustaría alguna vez construir algo contigo.
_Podemos construir algo para Yel - ideó con ilusión - quizá un carrito de madera en donde pueda subirse.
_O quizá un castillo de madera en donde pueda ir cuando se moleste con nosotras - ambas rieron - te toca preguntar.
Jennie estaba pensativa.
_¿Qué es lo que más te molesta de alguien?
_Que no acepte sus equivocaciones - detuvo su paso, viéndola - que prefieren su orgullo y creen que aceptar su error es humillarse.
_¿Qué pasa...? - preguntó con duda al ver su expresión de tristeza.
_Quiero disculparme, Jennie - se acercó a ella, quedando de frente - estuve pensando mucho las cosas, y sé que te hice daño en todo ese mes. Mi error fue...creer que debía de separar cada situación y mantener a ambos lejos, cuando eso no debió de ser así. No necesitaba dividirme, podía dar la misma atención y amor a ambos. Ahora lo entiendo y acepto mi error. Y sobre los mensajes y llamadas...- bajó la mirada, entristecida - me estaba saboteando...por mi miedo. Lo siento. Era algo que ni siquiera me estaba dando cuenta, pensé que...te había dejado de querer, cuando es todo lo contrario...estoy muy enamorada de tí.
Jennie sonrió con nostalgia, sintiéndose sensible y felíz al escuchar lo último.
_Pensé que hablaríamos de esto al terminar la cita...pero mentiría di dijera que no estoy feliz te escucharte decir que estás enamorada de mí - estaba sonrojada - y lo de ese mes...aún no te voy a perdonar - sonrió divertida ante la mirada afligida de Lisa - tendrás que hacer muchos méritos.
_¿Comida?
Jennie se mantuvo en silencio, la comida era un fuerte oponente.
_Eres una tramposa - ambas rieron.
_Jennie...- Lisa tomó sus manos, acercándose con timidez más a ella - me gustas - la manera tan especial en que lo había dicho, hizo que los nervios de Jennie aumentaran - y quiero, realmente es lo que deseo, que lo nuestro funcione. Quiero verte en mi futuro...
_¿Ya te imaginas un futuro conmigo? - Jennie sonreía.
_Sí - respondió con obviedad - ¿Cuál sería la razón de comenzar una relación entonces?
_Pensé que...pensabas diferente.
_¿Eso te asusta?
_No - negó, acaciaba sus manos con sus pulgares - también pienso lo mismo. No me asusta.
_Lo que quería decir es...que me gustaría que esto funcione, así que quisiera pedirte algo.
¿Le iba a pedir volver?
¡Por supuesto que aceptaría!
_Dime...- su corazón latía con fuerza.
_Yo...- respiró profundamente, nerviosa - quiero que...- Jennie asentía, impaciente - vayas a terapia también.
_¿Qué? - Jennie preguntó incrédula.
_Ambas lo necesitamos. Sería bueno también ir en varias ocasiones juntas.
_Yo no lo necesito - Jennie negaba - estoy bien.
_Jennie, que te niegues a ver a la mamá de tu hija cuando ella sufrió un accidente, se rompió el brazo, la pierna, tres costillas, le cocieron la cabeza, entró en coma por cinco minutos y quedó paralítica, no es normal.
Jennie se quedó en silencio por unos segundos.
_¿Pero yo porqué? - Lisa se alejó, suspirando - ir ambas sería muy vergonzoso.
_¿Vergonzoso?
_Sí, pensarán que somos violentas o que nos gritamos - Jennie divagaba - o que lo nuestro es lo más tóxico del mundo.
_Jennie, no necesitamos tocar fondo para ir.
_Pero...
_Por favor - pidió de manera suave. Aquella mirada tan dulce conmovía el corazón de la castaña.
_Está bien - Jennie asintió - iré - Lisa sonrió, besando su frente - creo que soy muy orgullosa.
_Pero aceptaste.
_Mi orgullo no es nada al lado tuyo.
Ambas se admiraban. Lisa sostuvo su mano y sus dedos se entrelazaron. Siguieron caminando por el mágico pasillo, conversando sobre sus gustos, sobre sus debilidades. Conociéndose ya no como madres como anteriormente lo habían hecho, ahora lo hacían como dos chicas que querian amar correctamente a la chica que las volvían loca.
_¿En serio debo ir?
_Jennie.
_Ya, no se enoje.
Voten ❤️
Perdón por la tardanza. Bloqueo de escritor 😔
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