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Capítulo 23

Lisa sabía que no encontraría a Jennie en su departamento, así que al salir de la universidad se dirigió directo a la casa de la castaña. Estacionó su motocicleta frente al garage y quitándose el casco, se acercó a la entrada. Antes de tocar observó el pequeño letrero colgado en la puerta que la hizo bufar en silencio.

"No se permiten emos"

_Señor Kim - murmuró Lisa con irritación.

Tocó la puerta y esperó, el señor Kim fue quien abrió, Lisa iba a hablar pero el mayor cerró la puerta. El señor caminó tranquilo hasta su sillón y se sentó, tomando su periódico para seguir leyendo.

Se mostró sorprendido e incrédulo cuando Lisa abría la puerta e ingresaba de lo más normal, dejando su casco y su mochila sobre la mesita de centro.

_Hola, señor Kim - se dirigió a las escaleras y subió a pasos apresurados, necesitaba hablar con Jennie.

Al llegar frente a la habitación, no necesitó tocar, la puerta estaba semi abierta. Abrió un poco más y se asomó con lentitud, Jennie estaba sentada en la cama, sostenía un libro en las manos y pegaba una foto en él.

_¿Jennie...? - ingresó, pero la castaña solo la observó de reojo un momento y siguió en lo que estaba haciendo - ¿Podemos hablar?

_Ya hablamos en la universidad - respondió serena.

_Eso no es hablar.

_Pero ya no tengo nada más que decirte - tomaba más fotos, buscando una en especial - es tu vida.

_Si hubiera sabido cómo eran...no hubiera estado con ninguna de ellas...- pronunció por lo bajo.

_Pero lo hiciste - aún no le dirigía la mirada - no importa si me molesta o no, ya lo hiciste, y eso no va a cambiar.

_¿Te molesta que haya estado...con varias? - preguntó nerviosa - si es así...

_Lisa - dejó de ver las fotos y finalmente la observó - no cambies mis palabras. Te lo repito, no me importa con cuántas chicas estuviste...¿Pero sabes qué es lo que me duele? Que hablen mal de tí, y no poder hacer nada. Lo nuestro también fue casual, Lisa...- comentó nostálgica - pero nunca te ví como un simple objeto sexual...siempre te respeté y nunca...hablé de manera tan vulgar de tí. No solo porque me gustabas...si no porque te respeto como persona, como una bella mujer. Somos adultas y lo hicimos, pero allí quedaba, pero ellas...- suspiró, bajando la mirada - no te respetan, y eso me afecta.

_Debí conocerlas un poco más...lo sé - se acercó con lentitud, sentándose a su lado - lamento que una de ellas te haya golpeado...- apoyó su mentón en su hombro, Jennie no la rechazó - expulsaron a una por golpear a una mujer embarazada - contó.

_Me parece poco - respondió Jennie, volviendo a tomar las fotos.

_Ya no estés molesta, ¿Sí? - besó su mejilla, Jennie no cambiaba su expresión seria - Jennie - besó su mejilla otra vez - te traje comida china - Jennie se mostró pensativa - y helado de lúcuma, dicen que es delicioso.

_Traelo - respondió Jennie aparentando seriedad - se va a enfriar la comida y se va a calentar el helado.

Lisa rió levemente. Besó su mejilla y salió de la habitación. En cuestión de minutos Jennie comía mientras Lisa veía con ilusión el libro de fotos que Momo les había regalado.

Jennie había pegado la primera foto, y era la primera ecografía del bebé. Se veía tan pequeño, solo una simple bolsita. Al lado de la foto había una nota, era la letra de Jennie junto a un corazón: "mi pequeña bolsita"

_¿Vas a pegar más fotos? - preguntó Lisa - ví que estabas escogiendo algunas.

_Quería hacerlo, pero no todas son ecografías. Tendremos que esperar a que nazca.

_Puedes poner una ecografía de cada mes, para que cuando nuestra hija sea mayor, podrá ver cómo iba creciendo - sonrió - y vea que la estábamos esperando con ansías.

_Puedes poner la segunda foto - Jennie comía del helado - es el libro de nuestra hija.

_Lo haré - dejó el libro en la cama - pero antes, creo que el libro también necesitará fotos de sus mamis, ¿No? - se pegó a Jennie mientras sacaba su celular. Levantó la cámara para un selfie y Jennie iba a besarla pero Lisa apartó el rostro en un susto - ¡Jennie, no! - se tranquilizaba, sí que se había asustado - amor, mi alergia, recuérdalo.

_¡Es verdad! - se limpió los labios rápidamente - perdón.

_Beso en la mejilla, ¿Sí? - pidió en un mimo.

Jennie asintió. Lisa se pegó a la castaña y la atrajo de la cintura. Levantó la cámara y presionó el botón para la foto. El temporizador comenzó en retroceso en tres segundos y Lisa besó su mejilla, ambas sonriendo con dulzura.

_¿Interrumpo? - ambas se separaron ante la voz del señor Kim, él las miraba con extrañeza - ustedes están muy cariñosas, ¿Qué pasa? - se cruzó de brazos.

_Señor - Lisa se puso de pie, de su mochila buscó una rosa amarilla y se puso frente al mayor, nerviosa - yo...- Jennie tampoco entendía qué estaba haciendo - quisiera saber si...usted - apoyó una rodilla en el suelo y levantó la rosa frente a él - ¿Me aceptaría...como novia de su hija? - pidió nerviosa.

Jennie se cubrió la boca para evitar reír, su padre estaba paralizado, mirándola como si estuviera loca.

_Está bien - suspiró, tomando la rosa. Lisa se puso de pie, sonriente - pero pobre de tí si-

_Ya, papá - Jennie detuvo - ¿No es mejor que estés felíz por mí?

_Es una emo, hija - se quejó - mira cómo se viste, ya debe vestirse como una mujer con responsabilidades.

_¿Sabes, papá? Ya me cansé - tomó las fotos y comenzó a buscar - Lisa, ven - llamó. La pelinegra se acercó, curiosa - toma - le entregó una foto, Lisa lo miró extrañada.

_¿Quién es?

_Es mi papá de joven - respondió mirando a su papá, retandolo.

El señor Kim agrandó los ojos de la sorpresa y comenzó a negar, nervioso. Lisa veía desconcertada a ese chico que parecía todo un malandro junto a su moto y fumando.

_Usted...- Lisa giró a verlo, él evitaba su mirada - ¿Y así se atreve a criticarme a mí? - le mostró la foto - ¡Al menos yo no fumo ni tomo! ¡Ahora me pregunto si esa moto fue suya o fue robada! - acusó.

_¡Yo trabajé meses por esa moto! - el mayor se defendió, indignado - emo irrespetuosa.

_Mi abuelo no lo aceptaba - contaba Jennie, el mayor pedía con gestos que se callara - se arrodilló frente a él para que lo aceptara como su yerno y se puso a llorar. Mi mamá tuvo que tomar sus pies y tirar de él porque no soltaba las piernas de mi abuelo. De tanta pena mi abuelo lo aceptó.

La habitación quedó en silencio. El mayor se cubría el rostro, avergonzado. Hasta que la risa de Lisa estalló con fuerza. El señor Kim fue bajando las manos lentamente, viendo indignado a Lisa caer sentada en la cama sin dejar de reír. Incluso recostó su frente en el hombro de Jennie, riendo a carcajadas.

_Jennie - el señor Kim fingía una sonrisa - ¿No tenían que irse a una clase sobre padres primerizos y esas cosas? - reprimía las ganas de lanzar a su nuera por la ventana.

_¡Cierto! - Jennie se puso de pie - amor, vámonos - tomó la mano de Lisa, quién seguía riendo.

Jennie se la llevó y el señor Kim tuvo que sostener la almohada de Jennie y morderlo para soltar su enojo al escuchar la risa de su nuera más fuerte en el primer piso.

***

En el taller, Lisa y Jennie veían a todas esas mujeres con grandes vientres, sentadas en orden a la espera de la profesora. Lo que entristeció a ambas, era que solo habían tres mujeres con sus respectivas parejas, la gran mayoría estaban solas o, con quien ellas suponían, sus madres.


Lisa entrelazó su mano con la de Jennie y besó su mejilla. Sentía una tristeza de culpa al pensar que ella hubiera estado sola si no hubiera aceptado hacerse la prueba. Sostuvo su mentón y giró su rostro con suavidad a ella, besando tiernamente sus labios.

_Hola, futuras mamis - la profesora había llegado - me imagino que ya les dieron sus muñecos bebés de práctica.

_¡Sí! - Lisa levantó el muñeco, todos se quedaron en silencio cuando la cabeza salió volando y cayó rodando a los pies de la profesora - ah...- no sabía qué decir - creo que se rompió.

_Eso es evidente, señora Manobal - Lisa frunció los ceños por como la llamó - los bebés son frágiles - pronunció seriamente.

_¿Pero no tendrá otro? - pidió con una sonrisa.

Minutos después, Lisa cubría su boca por las ganas de vomitar. Trataba de cambiar el pañal del muñeco pero sus falsas heces se veían tan reales. Lisa giró a ver a Jennie para ver cómo le iba con el suyo, pero ella estaba inclinada a un lado, con fuertes arcadas.

Lisa tiró el pañal rápidamente en el tacho, limpió el resto de heces alejando su rostro y evitando verlo. Cuando intentó echar el talco en el bebé, no midió y todo el polvo blanco cayó a la cara del bebé.

Al terminar la primera práctica, el resto presentaba a su falso bebé cambiado y limpio. Al llegar el turno de Jennie y Lisa, la castaña aún limpiaba con un poco de saliva y su dedo, el resto de talco en los ojos del bebé.

Ambas dejaron al bebé frente a la maestra y sonrieron nerviosas, la profesora miraba incrédula al bebé blanco.

En la siguiente prueba, estaban aprendiendo a darle un baño. Lisa sostenía con cuidado al bebé, haciendo que flote pero que no se hunda en la tibia agua. Ambas sonreían con ilusión al imaginar a su pequeña bebé así.

Jennie daba leves caricias a su cabeza, lavando esa zona. Su mano acarició el de Lisa y ambas giraron a verse, admirandose. Se unieron en un beso dulce, sonriendo, sintiéndose más enamoradas.

_Pareja cuatro - anunció la profesora - su bebé ya se ahogó.

Ambas miraron de inmediato al bebé, este ya estaba hundido por completo por su distracción.

La tercera prueba sí que estaba siendo estresante, tener que calmar al bebé pero este no dejaba de llorar. Lisa mecía al bebé en sus brazos, Jennie igualmente. Habitación lleno de llantos estaba estresando a todos, la profesora estaba con tapones.

_¡No sirvo para esto! - gritó una chica, a ella no se le veía una gran barriga, ni siquiera una pequeña - lo siento mamá - se disculpó con la mayor a su lado - ¡Pero yo aborto! - le entregó el bebé y salió a pasos fuertes de la habitación.

Esto recibió murmuraciones tanto positivas como negativas.

Cuando esa prueba terminó, todos cayeron cansados en sus asientos, la mayoría tenía dolor de cabeza. Incluso muchas se pusieron a llorar al saber que tendrán que pasar eso solas, era un trabajo muy exhausto.

Al terminar la primera clase, Jennie y Lisa pasaron al siguiente salón, que era para parejas, allí sí cada chica estaba junto a su pareja. La profesora estaba explicando y ellas se sentaron en silencio en los asientos vacíos de al frente.

_Es muy importante satisfacer de manera sexual a la embarazada - Jennie sonrió gustosa al escuchar esto - cumplir sus antojos y mimarla. Las emociones en esta etapa son muy sensibles. Denle mucho amor, estén atentos a sus necesidades. Ella es quien está llevando a su hijo en su vientre, merece ser cuidada de manera amorosa incluso después de que el bebé nazca.

Después de los consejos, cada hombre daba un masaje en la espalda baja de su chica. Todos estaban sentados en almohadas en el suelo. Lisa movía sus manos con suavidad, presionaba sus dedos, Jennie disfrutaba, pero no de la manera en la que Lisa esperaba.

_Amor - Jennie se recostó sobre el pecho de Lisa, ella besó su frente y acarició su cabello - vamos un rato al baño.

_Está bien - besó su mejilla - pero no debemos tardar mucho, ya va a dar los siguientes ejercicios.

_Solo unos diez minutos - mordía sus labios, mirando deseosa a Lisa.

_Jennie - comenzaba a sospechar al ver aquella mirada - ¿A qué vamos a ir exactamente? - Jennie se levantó un poco, susurrando en su oído. Lisa comenzó a excitarse con sus palabras tan directas - amor...- ahora era Lisa quien se acercó a su oído, susurrando exitada - tú solo pon una de tus piernas en mi hombro y yo haré todo el trabajo.

Voten ❤️

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