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DIECISÉIS

Era un huérfano, y vivía en un orfanato en sus pocos años de edad.

Un orfanato que pagaba su comida y sus ropas. ¿Quién pagaba sus tratamientos médicos? ¿Quién era la persona responsable de que siguiera con vida, o lo que sea que era él en esos momentos? No lo sabía, solamente un alma caritativa que le había dicho una enfermera el primer día que despertó y tenía conciencia. Nadie sabía que le pasaba, su cerebro y su columna vertebral habían sido dañados, pero aun así se movía, aun así podía comer, aun así hablaba, o más bien, gritaba. Pero no recordaba nada de eso. Ni mucho menos lo que pasó antes de eso.

El día que despertó no sabía absolutamente nada, donde estaba, quien era, o quien era ese doctor o esa enfermera. Nada, estaba perdido, solo, lo mantenía un orfanato y una simple alma caritativa. Vivía en un hospital, y al despertar, ni siquiera sabía quién era.

La definiciones de las personas normales son: divertidas, egocéntricas, serias, dramáticas, etc.

Las suyas eran: solo, perdido, abandonado, depresivo.

Hasta que llegó Jared...

— Ahora tu pregunta. — habla Sam, volviéndolo a la cruda realidad.

— Con la verdad, y nada más que la verdad. — volvió a recordar, y el chico asintió de acuerdo. — ¿Cuál fue la verdadera razón por la que te mandaron? No me creo que sólo recibes órdenes. Tú sabes algo, dímelo. — el rubio sonrió de lado, se imaginaba que esa era su pregunta, no era tan confiado, eso era bueno. 

— Eres listo. — lo halagó. — Bueno, el encargado de la A. S. I. de San Diego me dijo que le comunicaron que parte de tu misión estaba cumplida. Lograste que Tomlinson este interesado en ti, y por algo más que una amistad. — Harry le dio gracias a la oscuridad que los rodeaba, de no ser por ésta, Sam vería el rubor en sus mejillas, y lo menos que quería en ese momento era que el chico se burlara de él. — Y me comunicaron que mi misión, sería ser tu novio, para darle...

— ...celos— interrumpió terminando la frase, y Sam asintió.

— Un hombre puede tolerar cualquier cosa, menos a la persona que le gusta teniendo pareja. Puede aguantarse, claro, pero los celos es el peor sentimiento.

Harry frunció su ceño, y un dolor comenzó a nacer en su pecho. Louis tuvo que haberlos visto en el juego. Debe de estar destrozado... y él no pudo hacer nada. No quería que Louis estuviese mal por su culpa. Tanto era el enojo que tenía en ese momento que apretó sus manos en puños, aguatando la respiración para tratar de no golpear a Sam.

— Bien, ya sé lo que quería saber, ahora debo irme, es tarde. — abrió la puerta del piloto rápidamente, pues está ya no tenía seguro. Como pudo, bajó de las piernas de Sam, y al instante sintió un frío en todo su cuerpo, pues la noche estaba helada, y el Audi del rubio tenía la calefacción encendida.

— Ten. —  Sam cubrió su cuerpo con su chaqueta de cuero negra, la cual tenía su olor impregnado. — no quiero que te enfermes, cariño. — le guiñó, para luego cerrar la puerta, pero se apresuró en bajar la ventana para despedirse.

— ¿Qué es eso de 'Cariño'? Ya me lo has dicho más de tres veces hoy. — preguntó distraído mientras colocaba sus manos bajo las mangas de la chaqueta. Este le quedaba larga, entonces tuvo que arremangarla un poco.

— Es mi nuevo apodo para ti. — le sonrió. — mañana pasaré por ti, cariño. Dulces sueños. — otra vez le dio un guiño, para luego arrancar el coche, yéndose a toda velocidad, dejando solo a Harry en la acera al frente de su casa.

Estaba sumamente cansado, y lo único que quería hacer era tomar una ducha caliente, y dormir cinco años.

Entró a la casa, y como recordó que Jared no se encontraba en el país, pasó de largo a subir las escaleras, hasta su habitación. En donde se sacó el horrible uniforme, se tomó una breve, pero merecida, ducha, y se colocó un pijama. Dejó la chaqueta de Sam sobre una silla, y al fin se acostó en su preciada cama, en donde se cubrió con las mantas, y cayendo en un profundo sueño.

"

¿Podrías explicarme esto?le preguntó Jared muy enojado, lanzando un diario de Australia, en donde estaban desde hace unos cuantos días, a la mesa, abierto en la sección de noticias internacionales.

Asombroso ¿no? tomó un poco de su taza, la cual contenía café puro. Observó el mar australiano, era simplemente relajante.

¿En qué estabas pensando?exigió saber Jared, sin prestarle atención a su comentario.

Tuve un problemita.dirigió su vista al diario.y he ahí la solución.

Fue sumamente irresponsable.lo regaña viéndolo con una mirada matadora. Negó con su cabeza viendo como solamente se encogió de hombros, restándole importancia. Con un suspiro, se sentó en el sillón continuó de donde estaba, que pertenecía a la gran estancia en donde estaban quedándose temporalmente.

Oh, vamos.tomó un poco más de su café antes de hablar.no es para tanto.

¿Qué hubiera pasado si hubieran encontrado tus huellas digitales en el arma?preguntó serio, cruzándose de brazos y mirándolo crítico.

Llevaba guantes.recordó.

¿Qué hubiera pasado si te hubieran visto en las cintas de las cámaras de seguridad?

Desconectadas.cogió una cucharita blanca de la mesa, y agarró un cubito de azúcar que se encontraba en un platito cerca, y lo sumergió en su café.

¿Qué hubiera pasado si hubieran rastreado el origen del arma? volvió a preguntar, aun viéndolo fijamente, siguiendo cada movimiento tranquilo.

No tenía registro, tú mismo lo dijiste.contestó al instante. Terminó de revolver el café, y levantó la taza, llevándosela a su boca, y probó el líquido. El saber a café llenó sus papilas gustativas, y lamió su labio inferior cuando una gota de éste quedó ahí.

De esta no te salvas.le informó con autosuficiencia.¿Qué pasará cuando Wells se entere?sus brazos se cruzaron sobre su pecho.

¿Wells?preguntó con su ceño fruncido, al mismo tiempo que baja su café, y lo observó dudoso.

El nuevo encargado de la central de la A. S. I de Irlanda.

¿Qué pasó con Hiddleston?

Lo transfirieron a Rumania.Harry asintió comprendiendo.Vamos, responde ¿qué pasará cuando Wells se entere?

Yo me encargaré de eso.dirigió su mirada su mirada a la taza en sus manos, pensativo. No, en realidad dijo eso porque de verdad no sabía que haría.

Wells no se deja adular, a diferencia de Hiddleston.sonrió con gracia.

Eso ya lo veremos.respondió el, sonriéndole a la vez que guiñaba un ojo. Jared se levantó entre carcajadas.

Que no se vuelva a repetir. Y si no te mata Wells...negó entre risas....maldito seas, tú y tu cuerpo.expresó, abandonando el lugar y dejando a Harry, el cual tenía una sonrisa llena de arrogancia.

Colocó el café a un lado, en la mesa, y tomó el diario que Jared había dejado anteriormente. Leyó la página entera, la cual era dedicada a la noticia del momento.

"Bernard Dankanich asesinado.

El presidente de la famosa empresa irlandesa 'Dankanich' fue asesinado el pasado sábado en la fiesta del cambio de accionistas con Bélgica. El asesinato se cometió a las 20:25 hrs de esa misma tarde, cuando él hablaba con su familia en la mesa principal.

Como principal sospechoso se tiene a Mitch Rowland, el hijo menor del ministro de Irlanda.

Mitch fue encontrado muerto en un baño del segundo piso del recinto donde se realizó la dicha fiesta, treinta minutos después del asesinato de Dankanich. En su cuerpo se encontró una bala de la misma serie que fue encontrada en el cuerpo de Bernard Dankanich, el arma de dicha balas fue encontrada en la mano del hijo menor del ministro, con menos de dos balas. Según los detectives, se habría suicidado después de cometer el horrible acto del homicidio del empresario.

Los detectives aun tratan de encontrarle sentido a los actos del adolescente."

Perfecto. dejó el diario a un lado, y observó el mar frente suyo.Pobre Mitch. Homicida y suicida.

"

Se levantó de golpe en su cama. Su cuerpo temblaba, y todo su cuerpo estaba lleno de sudor frio. Ordenó calmarse, y respiró hondo, para luego soltar el aire, despacio. Cuando sintió que su cuerpo dejaba de temblar, volvió a acostarse, mirando el techo sin ningún pensamiento. Sólo lo miraba, fijamente como si quisiese encontrar una respuesta en ella...pero nunca la encontró. Y cuando menos se dio cuenta, cayó profundamente dormido.

Horas atrás...

PoV Louis.

— Hola, Lou-lou — le saluda Felicité, la cual venía subiendo las escaleras del campo del instituto, con una gran sonrisa en su rostro.

— Hola. — la saluda con la mano. Levantó su chaqueta, que se encontraba a su lado, y así quedara libre para que su hermana menor se pudiese sentar. — ¿Por qué tan feliz? — preguntó interesado por la respuesta.

— ¡No molestes! — rio alegre. — Ya lo sabes. — se sentó junto a su hermano en el asiento continuó que este le había guardado, mientras suspiraba. — Estoy segura de que ganarán. — cambió de tema.

— ¿Y no te importa la primera presentación de Harry? — Louis fingió indignación, haciendo que Felicité le sacará la lengua.

— No me hagas quedar como mala amiga. Por supuesto que me importa, pero sabes que esto es totalmente distinto.

— Si, lo sé. Al llegar a casa, a la hora de comer, al despertar, al dormir. — enumeró con sus dedos para molestarla más. Y lo que recibió fue un golpe en su brazo por parte de ella.

— ¡He dicho que no me molestes Louis! — le regañó mientras le sobaba el brazo, justo en la zona donde había golpeado. — ¿No te golpeé fuerte, cierto?

— Mmm...— movió su brazo de arriba abajo, como si intentara comprobar que este no se caería. — creo que lo has quebrado, hermana. — rio burlista, y recibió otro golpe, justo en la misma zona.

— Eres de lo peor. — se cruzó de brazos, viéndolo con una mirada fulminadora.

— Pero aun así me amas. — pasó uno de sus brazos alrededor de los hombros de su hermana, y la atrajo hacia él, dándole un abrazo que felicité recibió gustosa.

Amaba su hermano, no estaba equivocado en eso.

Justo en ese momento escucharon los gritos del público incrementar, y entonces ambos hermanos dirigieron sus vistas hacia donde había tanto alboroto.

En una gran puerta salieron todas las animadoras, algunas saltando, otras bailando, y así como Harry y Beverly, iban simplemente diciendo "hola" con sus manos a las personas cercanas a ellos. Cuando todos se reunieron, empezaron a ponerse en posición para comenzar con su primera rutina.

Harry era... era simplemente hermoso, y todo lo hacía perfecto. Y se veía mucho más bello con ese diminuto uniforme que sabía bien que odiaba gracias a que oyó una conversación entre su hermana y el chico. Su cabello rizado estaba a lo natural, no había ninguna pizca de fijador o gelatina, así que sus rizos caían libremente sobre su cabeza, pero algunos caían en su cara, decorando su perfecto rostro. Su camiseta dejaba ver un poco de su plano abdomen, y esa falda...

«Louis contrólate, que no te salten las hormonas en este momento» se dijo.

El equipo de futbol americano salió al campo después de una pequeña presentación de las animadoras, y todo el público, en especial su hermana, gritaron entusiasmados.

Y el partido comenzó.

Felicité gritaba, y tiraba porras al equipo, o más bien a un solo chico. Mientras que Louis, siempre leal al equipo de su escuela, gritaba, animaba, y maldecía entre risas cuando parecía que el equipo contrario les iba ganando. Por suerte pudieron rebasarlos en minutos.

Las animadoras hicieron otra presentación, en donde Harry...bueno, todas las animadoras bailaban de una forma, que a los chicos lo ponía algo...felices, en pocas palabras.

— Eres un pervertido. — le dijo burlista Felicité entre el grito de las personas. Louis desvió su mirada de Harry rápidamente, con un ligero rubor en sus mejillas.

— ¿Qué? — preguntó fingiendo demencia.

— No me quiero ni imaginar que cosas pasan en tu mente con las animadoras. Especialmente con mi amigo. — lo apunta con uno de sus delgados dedos mientras entrecierra sus ojos.

— ¿Qué? ¿Cómo puedes siquiera creer que estaría pensando...eso?

— Oh vamos. — la chica rio como si le hubiesen contado un chiste muy divertido. — eres hombre.

— ¿Y? No por ser hombre se supone que sólo pienso en eso. — se defendió mientras la miraba con total indignación. Trataba de lucir, sin embargo, tenía razón.

Ella lo rodeó con una mano sus hombros, y lo miró fijamente.

— Sabes que tengo razón. — Louis soltó un suspiro, pero no respondió otra cosa.

Ambos hermanos dirigieron su mirada casi al mismo tiempo a Harry, el cual estaba parado, observando el partido mientras se secaba el sudor de la frente con su mano derecha.

— Debe de querer agua. — murmuró en voz baja.

Se dio una media vuelta, y observó su asiento. En este reposaba su chaqueta, y una botella de agua que había comprado antes de que iniciara el juego. Tomó esta, y estaba decidido a ir él, decidido a darle de su agua a Harry. Pero cuando menos se dio cuenta, su hermana se la arrebató de las manos.

— ¡Hey! — le reclamó en seguida. Felicité empezó a caminar en frente suya, sin voltear a verlo.

— Es para una buena causa. — sonrió de lado para luego bajar corriendo las escaleras y encontrarse con su mejor amigo.

Cada cuantos minutos, miraba hacia el comienzo de las gradas contrarias, en donde Harry y Felicité conversaban animadamente. Escuchó el sonido fuertísimo que resonó por todo el campo, dándole a entender que un equipo había anotado. Afortunadamente, el equipo de su escuela había anotado, así que saltó eufórico junto con la multitud, quien alababa al nuevo del equipo: Samuel Fender.

El entrenador del equipo del instituto pidió tiempo fuera, para que los jugadores pudiesen descansar un poco. El bullicio de gente, y él, empezaron a apoyar gritando, quedaba menos de treinta segundos en el marcador, e iban ganando, pero no estaría malo que hicieran otro punto.

Las animadores se pusieron en posiciones de nuevo, para hacer su última rutina para animar al público. Esta, diferencia de las otras, alzaron a Harry por los aires. Se veía esplendido, radiante a tres metros de altura. Antes de que el chico pudieran subir por completo las miradas se cruzaron, e instantáneamente, Louis sonrió. Y para su suerte, Harry le devolvió la sonrisa, haciéndolo verse más brillante. El rizado dio un triple salto perfecto para luego caer en los brazos de dos de sus compañeras.

Louis elevó una mano, saludándolo y con la esperanza de que pudiera verlo. Y, de nuevo, para su suerte, Harry le sonrió, y le devolvió el saludo con una mano al igual que él.

Por una puerta que daba al gimnasio interno y a los camerinos, salieron todos los del equipo de su escuela, gritando eufóricos y con ganas de más. El público les gritó de regreso, mucho más orgullosos y emocionados.

Harry estaba parado, haciendo nada, cuando de repente ¿Samuel Fender? Se le paró a hablar con él. ¿Se conocían?

Louis no les quitó la mirada de encima durante toda su charla, que por suerte sólo fueron unos minutos, pero... Samuel se le acercó de más a Harry. Sus mejillas se coloraron de un tono rojo algo fuerte, su ceño se frunció, y un extraño enojo combinado con los celos se apoderó de todo él. Pero se planteó en calmarse, ellos no tenían nada, y lo que pasó no significó nada. Desde su punto de vista, pudo ver como los rostros de ambos estaban a tan sólo unos centímetros, casi tocándose. Y esta vez no pudo simplemente ignorarlo. Caminó hacia ellos. Primero bajó las escaleras de dos en dos, y estando ya en el suelo llenó de monte artificial, levantó la mirada, dispuesto a acercarse más y escucharlos. Pero al observar el lugar donde se supone que Harry y Samuel estaban antes, ya no lo estaban. De hecho el partido había dado comienzo de nuevo, y Harry estaba sentando en una banca junto a sus compañeras de equipo.

«No fue nada, yo y mis estúpidos celos, confundiéndolo todo» pensó, pero se quedó ahí.

Tenía planeado felicitarlo al terminar el partido, y quería ser el primero.

Sonó el silbato del entrenador Vega, el cual era el entrenador de la otra escuela. Miró el reloj, sólo quedaban menos de veinte segundos y acabaría. Unos gritos de asombro de parte del público a su alrededor lo atrajeron su atención al campo. Samuel, que recién lo había visto hablando con Harry, atrapó el balón en el aire, justo cuando caía en picada. Unos chicos muy fornidos se abalanzaron sobre él.

«Se ha acabado el juego» pensó.

Pero para su asombro, Samuel fue más rápido y los esquivó a todos sin mayor esfuerzo. Sólo le quedaban unos metras para anotar otro punto en el primer partido de la temporada. Louis llevó su vista a Harry, quien miraba a Samuel con una mezcla de fascinación y frustración. El castaño volvió su vista al partido, justo cuando Samuel cayó a unos metros después de la línea del otro equipo. El silbato resonó de nuevo, mucho más fuerte que todo el publico gritando. Se acabo el juego. Ganaron.

Levantaron al responsable de la victoria, y Harry lo miraba con una expresión que significaba: no me esperaba eso. Aunque bueno, no era el único, fue totalmente increíble lo que hizo.

El entrenador Huston festejó con el trofeo en manos, junto con todo el equipo, menos unos. Samuel se acercaba muy peligrosamente a Harry. Y sintió dos miradas. Una era del chico, quien lo miraba burlista. Y la otra la había sentido detrás suya, entonces se dio media vuelta para encontrar a la persona que lo veía, pero bueno... había mucho gente como para encontrar a alguien en específico.

Mirando sus pies, comenzó a caminar. Estaba llenó de basura y confeti, y no quería resbalarse. Levantó su mirada para ver a Harry...

...su mundo pareció derrumbarse en ese instante. Samuel estaba besando a Harry. Sus manos se transformaron en puños.

Caminó hacia ellos de nuevo, iba a golpear a Samuel, por hacer algo que Harry no quería ni pidió. Pero su corazón dejó de latir cuando observó como el chico rodeaba el cuello del más alto con sus manos.

Sintió alguien que estaba a su lado, miró hacia ahí, y se encontró con Felicité, quien miraba la escena con los ojos abiertos de par en par.

— Lo siento...— es lo que pudo salir de su boca, mientras tomaba la pequeña mano de su hermana, entre la suya. Acariciando los dedos de la mano ajena con sus dedos.

— Yo...yo sé que te duele casi tanto como a mí. — a pesar de que le gustaba la consolación que le estaba dando Louis, soltó la mano bruscamente. — Pero por lo menos Samuel es un completo desconocido para ti, en cambio. — una lagrima salió de su ojos derecho, pero ella rápidamente la limpió. — Harry es... mi-mi mejor amigo. — observó a su hermano, quien la veía con una expresión dolida. — No puedes imaginar co-como duele. — y de repente, se va de ahí, corriendo hacia el estacionamiento.

Él se quedó pasmado en su lugar. Harry...Harry lo sabía. Louis miró la escena una vez más, pero quitó la vista de inmediato, no podía soportar tanto...dolor. Negó con la cabeza, y se abstuvo a correr detrás de Felicité, pero llegó tarde. Cuando llegó al estacionamiento, su auto ya no se encontraba.

Llegó a su propio auto, en donde entró y cerró con fuerza la puerta. Como si ella tuviese la culpa de que estuviera frustrado.

Estaba tan, pero tan cerca. Danielle ya no estaba en su camino. Creyó que podría conquistar a Harry.

Golpeó el manubrio con su mano derecha ¿Por qué? ¿Qué había hecho él para merecerse eso? Le gustaba tanto, le gustaba más de lo que le había gustado alguien. Y él...él no podía ser suyo. Él era de otro y... ¡mierda! Ese maldito bastardo había lastimado a su pequeña hermana. Le dijo mil veces a Felicité que era estúpido que ella se enamorara de alguien con quien nunca había cruzado una palabra.

<< ¡No lo entiendes! Es más complicado que eso.>> le había dicho una vez.

¿Por qué tenía que sentir todo eso por él?

Ahora que todo estaba bien, ahora que todo estaba solucionado, ahora que nadie se interpondría entre ellos... tenía que llegar él. Como lo odiaba, aunque él no tenga la culpa, aunque él no tiene ni idea de lo que Felicité sentía por él, aunque él no tenía idea de cuanto lo lastimó con sus actos. No podía dejar de maldecirlo aunque quisiera.

¿Por qué la vida era así con él? no lo entendía, nunca fue malo, siempre intentó obedecer en todo.

Y de cierta manera lo deseaba, tanto. Harry era simplemente tan digno de admirar físicamente. Y su ingenio y personalidad lo terminaba de matar. Y le costaba saber de que nunca serían nada más que...

¿Compañeros de clases? ¿Hermano mayor de su mejor amiga? ¿Un casi amigo? ¿Eso era todo lo que significaba para el chico?

Le costaría vivir sabiendo que era de otro, que otro podría tenerlo entre sus brazos; que otro podría mantener entrelazar su mano; que otro podría darle regalos, llevarlo a una cita, besar sus labios...

Dios... ese beso que se habían dado en la mansión había sido mágico...significo todo para él, hasta pudo jurar haber sentido su amor. ¿Acaso fue su imaginación? Creyó haber sentido todo lo que Harry sentía por él. ¿Estaba alucinando quizás? ¿Le deseaba tanto que todo eso fue sólo producto de un espejismo? ¿Harry era real o era un espejismo creado por su soledad?

Louis condujo lejos. Sin ir a un lugar en particular. Hasta que vio un pequeño río, desalojada por la noche. Estacionó el coche algo cerca, y se dejó caer en el pasto de espaldas. Observó las estrellas, y lo veía. Miraba el agua, y podía verlo. Miraba la luna, y lo veía. Todo le recordaba a él, y que nunca hizo nada al respecto cuando tuvo la oportunidad.

Sólo quería estar solo en ese momento... a quien engañaba, lo necesitaba en ese momento. Lo quería consigo, en ese momento.

— Vivir sin ti, no es vivir. Antes me consolaba con el hecho de que podría conquistarte, poder tenerte algún día. Ahora, eso se ve muy lejano, y...simplemente no se siente bien. — susurró antes de cerrar los ojos e imaginar. Imaginar con un mundo donde lo podía tener, donde lo podría abrazar, donde lo podría besar. Un mundo perfecto, un mundo que no existe.

¿Acaso se enamoró en tan poco tiempo?

¿Acaso aquello era posible?

«Vivir sin Harry no vale la pena» pensó mientras suspiraba. 

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