CUATRO
Cuando Harry decía que toda la clase lo miraba, también incluía a Louis, que lo taladreaba con la mirada. Una expresión particularmente graciosa.
El rizado se acomodó en su asiento a esperar que la clase terminara, y apenas se escuchó la campana, salió rápidamente, siendo el primero en salir.
Ya era la hora del almuerzo.
Mientras se servía comida en su bandeja, observó a todos los adolescentes que estaban en el comedor. Notó que el grupo de los chicos "populares" lo miraban con curiosidad, pero al notar que su mirada se dirigía hacia ellos, la desviaron. Los grupos de los chicos deportistas le gritaban cosas como: "Hey chico nuevo, ven a sentarte con nosotros", "No seas tímido, ven te queremos conocer" y decían otras cosas como: "A ese chico lo voy a tener en mi cama antes del primer mes." Y varías obscenidades más.
«Si solo supieran a lo que se enfrentan, no dirían nada.» — pensó Harry.
Se le estaban acabando las opciones. No había ninguna mesa vacía.
La de los populares, No.
La de los "chicos" deportistas, jamás, un definitivo y rotundo no.
Nerds... no.
Con tan pocas opciones, tomó su bandeja y se dirigió a la primera salida que encontró. Caminó un poco, y por suerte encontró una que conducía al gran y hermoso patio de la escuela. Se sentó bajo un árbol y comenzó a comer.
¿Qué vas a hacer Harry? Ya atrajiste su atención, pero ya que no te sentaste con ningún grupo no va a poder saber quien eres. — le decía su voz interna.
«¿Qué tiene de malo? » se preguntó a el mismo. Claro, aún en su mente. No quería que todos pensaran que el chico nuevo estaba loco.
Te fuiste del comedor... ¡solo! —
«¿Y?... »
¿Qué va a pensar de ti? Que ¿Eres un nerd y apartado social bonito? No, no, no. Tu querido mío, vas a hacer un amigo o amiga. —
«¿Un amigo? »
No cualquiera. No puede ser un "don nadie" pero tampoco necesariamente un popular. Por preferencia, chica. Y tiene que ser hoy. —
«¿Pero cómo voy a hacer un amigo hoy? »
Tiene que ser una amiga de él. Mmm... pero él solo estaba con chicos...— continúo hablando su voz interna sin prestarle atención a su alrededores. — ¡Ya se! Revisa "la carpeta". —
Harry enseguida sacó la carpeta negra de su bolsa, y comenzó a pasar las hojas en la parte de sus conocidos. Hasta que le hizo detenerse en una parte.
¡Ahí! Es ella. —
«¿Ella? »
Tu nueva mejor amiga. —
«¿Pero porque ella? »
Ella y punto. Soy un genio. — se dijo su subconsciente, para luego no volver a escucharla.
Lo pensó un rato. Su voz interna quien solo aparece cuando tiene un lio. Su amigo. En su cabeza. Pero un amigo después de todo. Él puede resolver cualquier problema. Aunque solamente era él pensando positivamente y de otra forma. Era otro él.
Sonrió.
Otro él. Que tenía razón.
Abrió la carpeta de nuevo, y leyó el nombre de su nueva mejor amiga.
"Felicité Tomlinson".
Felicité Tomlinson. Felicité Tomlinson. Felicité Tomlinson. Felicité Tomlinson. Felicité Tomlinson. Felicité Tomlinson. Su nombre resonaba en su cabeza, como una bola de ping pong en pleno juego.
¿Cómo la encontraría? En la carpeta decía que es un año menor y poco sociable, síntesis, no tiene ningún amigo. Su hermano esta con ella en algunas horas del día. Eso le serviría de mucho. ¿Pero dónde podría estar...?
¡Ajá!
Justo cuando levantó su vista para analizar el lugar, la encontró caminando sola, y no se le ocurrió otra cosa que tropezar con ella como en esas típicas películas donde el protagonista choca con la chica que le gusta. Patético ¿no?
Se levantó con rápides cuando observó como venía caminando ya cerca suyo y corrió hacia ella. Haciendo que "accidentalmente" chocara con la chica, quien cayó al suelo, sentada, por suerte.
— ¡Lo siento tanto! — se disculpa transformando su voz un poco más aguda de lo normal. Extiende una mano para ayudarla, y la chica la acepta.
— No te preocupes. — le sonrió.
— Soy muy torpe. — se excusó con su voz totalmente apenada. Su cara estaba un poco contraída para que la chica creyera que de verdad estaba preocupado por lo que acababa de pasar. Era un buen actor, debería ganarse un Grammy. — Me eh perdido y no encuentro mi salón, por eso iba corriendo, para llegar a tiempo.
— ¿En qué salón te toca? — pregunta con su voz dulce.
— En el...— disimuló que buscaba en su carpeta escolar. —... en el veintiocho.
— Yo paso por ahí, ¿por qué no te acompaño y luego te muestro la escuela? — sonrió con amabilidad. Tal vez no sería tan difícil como lo pensó. La chica llamaba un amigo a gritos. — ¿qué dices?
— Me parece perfecto. — le devolvió la sonrisa.
Ahora ambos se dirigían a pasos lentos por el pasillo en busca del salón. Mientras tanto ella le señalaba los lugares, salones, casilleros, baños y demás cosas.
— ¿A quién esperas? — preguntó Harry.
Ya se encontraban en la salida. Felicité estaba junto a él mientras esperaba a que Jared se dignara a aparecer. Pero le parecía que la chica, un poco más alta que él, se encontrara rebuscando con sus ojos entre los estudiantes.
— A mi hermano, Louis. — le respondió. — tal vez lo conozcas. — Harry, por supuesto, negó con la cabeza. — bueno, supongo que se conocerán ahora... ¿Y tú? ¿Esperas a tu novio?
— ¿Novio?
— El chico de la motocicleta de la mañana.
— ¿Cómo sabes que llegue en motocicleta? — preguntó Harry. No puede ser que los rumores corrieran tan rápido en ese instituto. A menos que haya estado en la entrada en el momento.
— Oh, ya sabes, aunque sea una escuela algo grande...
— ¿Algo? — interrumpió sonriendo.
— Bueno, muy grande. Pero, de todos modos, mi hermano es de los "populares" — Felicité hizo comillas con sus dedos— y se la han pasado toda la mañana hablando de lo de la motocicleta, y bueno, también otros amigos que tiene: los deportistas. Se la han pasado hablando de...lo siento...— río antes de terminar de hablar. —...de lo sexy que eres.
— ¿En serio? — Harry río con ganas. No lo podía creer que ya los tenía comiendo de la palma de su mano.
Claro, estaba en forma. Sus muslos eran un poco rellenos, su cintura no era tan pronunciada, pero igual se miraba linda. Delgado y con un poco de masa muscular en sus brazos, no tanto pues no ha estado entrenando nada últimamente y descuidando sus comidas; pero eso no le dificultad cuando peleaba. Ojos verdes como el pasto, labios gruesos, nariz recta, cabello rizado y un poco largo. Su estatura era promedio, ni tan alto ni tan bajo. Sólo normal.
Su caminado era relajado, como si nada le importara. Pero a la vez recta. Su cara se mantenía seria en todo momento, creando un aire de superioridad. Tal vez si lo era.
— No has respondido a mi pregunta. — le recuerda Felicité.
— ¿Cuál?
— ¿Esperas a tu novio? — volvió a preguntar.
— Ah, esa pregunta. — río mientras negaba. ¿Jared su novio? Demasiado asqueroso de sólo pensarlo, incluido fuera del rol. — Él no es mi novio.
— ¿Sólo "amigos"? — preguntó haciendo de nuevo comillas con los dedos. Y Harry río a carcajadas.
— No, no y no. Él es mi padre. — la cara de Felicité sólo se podía describir por una palabra: Épica. Su boca titiritaba y sus ojos se abrieron en grande.
— Tú...tú papá— tartamudeó.
— Mi padre. Sí. — confirmó Harry.
— Se mira muy joven, ¿eres adoptado? — aunque su pregunta se refería a su falsa vida, le dolió.
Él nunca conoció a sus padres. Jared al parecer tampoco. Sólo conoce a una persona que los conoció, y es Taylor. Otra persona que sabe, pero que no conoce, es el director de la A. S. I.
Sus padres, al igual que él, eran agentes especiales de la A. S. I. y en una misión que abarcaron junto, lamentablemente terminaron asesinados. Su misión consistía en matar al director de una agencia de agentes paralela a la que ellos trabajaban. Y como dirían las películas: los malos. Y esa agencia tenía un nombre. La S. I. S. [Servicio de Inteligencia Secreto] ellos eran responsables de la muerta de sus padres. Eran responsables de que no tuviera una vida normal... y eso nunca lo perdonaría.
Nunca.
— No, no soy adoptada. — la miró. — ya sabes, ahora en día los embarazos adolescentes son muy populares.
— Oh, claro. — asintió mientras sonreía. — lo siento.
— No importa.
— ¿Cuántos años... ¡Oh! Louis. — se acercó a Louis, a quien se supone que él no conocía; supuestamente. — Ven, tengo que presentarte a alguien. — agarra la mano de su hermano, y se acerca a donde Harry había quedado. — él es Harry Ferretti. — lo presentó con una sonrisa en sus labios. — el chico de la que tu grupo estaba hablando toda la mañana. — le susurró a su hermano, pero obviamente Harry también lo escuchó.
Harry tuvo que levantar un poco su cabeza para mirarlo. Louis era más alto que él, su porte era recto, pero que de cierta forma le daba aire de amabilidad. Tragó grueso cuando se dio cuenta que el chico, en persona, era más hermoso que en la foto. Sus ojos azules brillaban; sus mejillas estaban ligeramente sonrosadas, pero culpa eso debido al frío de Londres; sus labios, que también estaban un poco rojos, eran delgados, pero muy apetecibles.
— Hola, soy Louis, Louis Tomlinson. — se presentó. — tal vez ya hayas escuchado hablar de mí. — y lo que le faltaba, un engreído.
— Hola, Louis. — respondió el saludo Harry. — y no, no eh escuchado hablar de ti. — dice tratando de que una risa salga de él. Tiene que seguir en el papel.
— Y... ¿ya has conocido a alguien? — pregunta Louis en un claro intento de desviar el tema.
— Además de Felicité...no— admitió en una sonrisa. — me la eh pasado todos los recesos en el patio.
— Oh, ¿no eres de muchos amigos?
— De hecho, sí. Sólo que no eh tenido la ocasión de entablar conversación, excepto claro, cuando me tropecé con Felicité en el pasillo. — río. — un golpe de suerte, es una persona maravillosa. — la alaba. Aunque lo dice de verdad. Con lo poco que ah hablado con ella, se ah dado cuenta que es una chica muy inteligente, graciosa, audaz... ¿debía ser su amigo no?
— ¿Dónde vivías antes de Londres? — pregunta él. Parecía que era un interrogatorio, pero sí quería ganarse la confianza del chico, tenía que actuar como una persona normal.
— En Nashville. — respondió Felicité por él. En el tiempo que llevaban juntos hablando, le había contado algo sobre "su vida" y ella la suya. Perfecto ¿no? Se estaba ganando a los hermanos.
— Creo que eso ya lo sabías de mi ¿o no? — pregunta Harry.
— Claro, si con mis...no...no en realidad...sólo sabía que hablabas italiano fluido. — tartamudea. Era claro que estaban investigando de Harry con sus amigos. Su hermana le había expuesto.
— Pensi che ho intenzione di ceer che? — < ¿Y crees que voy a creerme eso?> pregunta en italiano para ponerlo más nervioso. Y, para sorpresa de Harry, funciona. Puede observar como el chico traga grueso, y removerse en su lugar. Felicité los mira a ambos con una de sus cejas delgadas alzada.
— Perdón, ¿Qué dij...
— ¡Mi amor! — grita una voz chillona, interrumpiendo a Louis. Y lo que vio fue como una cabellera castaña clara se lanza sobre Louis.
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