Capitulo 9
Izuku era un omega hermoso, acababa de cumplir diecisiete años, quería ser bailarín profesional y parecía que iba a conseguirlo. Por las tardes había empezado a trabajar en una empresa, nada importante, solo se encargaba de limpiar el lugar.
Su madre le estaba ayudando a pagar su academia de baile, pero aún le faltaba dinero así que el pecoso tuvo que doblar turnos en la empresa, estaría por las tardes y la noche.
- lo siento- le dijo su madre mientras veía como su hijo estaba a punto de marcharse.
- mamá- le dio un cálido beso y le sonrió- no tienes porque sentirlo, hacer todo por mí y estoy agradecido.
Se despidió de su madre y se marchó, estaba seguro que sería un bailarín de primera, iría al extranjero y se convertiría en el mejor de todos los tiempos. Trabajaria duro y en cuanto tuviese dinero le construiría una hermosa casa a su madre, esperaba encontrar el amor y ser feliz.
Para su desgracia mientras limpiaba una de las salas de reuniones rompió un jarrón extremadamente caro, tenía claro que lo iban a despedir en cuanto lo llamó el jefe.
Al entrar a aquel despacho le recibió un alfa de aspecto amigable, le invito a que se sentará y le observó un buen rato.
- y bien... ¿ Cómo vas a pagar?
- Yo lo siento mucho no...
Monoma comenzó a reírse, el pecoso estaba sumamente nervioso y parecía querer llorar.
- bueno, yo se como puedes pagarme
Izuku permaneció inmóvil en el asiento, se esperaba algo horrible o denigrante, conocía a los alfas quienes se interesaban en omegas sin marcar solo para usarlos por lo que temía demasiado lo que iba a decir.
- ten una cita conmigo- dijo el rubio mientras se acercaba al omega para sonreírle.
- ¿eh?- El alfa tomó su mano y le depositó un pequeño beso en la muñeca.
- si no lo deseas...
- si, claro- dijo el pecoso sumamente avergonzado.
Después de aquel día comenzaron a tener pequeñas citas, el alfa era amable y bondadoso, le llenaba de regalos caros, lo invitaba a conciertos y había comenzado a pagarle la academia.
- Oye, no te dijo que no quería nada contigo- dijo su mejor amigo bicolor mientras escribía a su novio.
- bueno, es amable y lindo...- dijo riendo.
- no te fies mucho en ese tipo... Es raro.
Izuku no hizo caso a su amigo, él se había enamorado de su jefe y estaba ya dispuesto a entregarse a aquel hombre. Era virgen pero estaba seguro que aquel hombre lo trataría con amor.
Que tan equivocado estaba.
La primera vez que tuvieron relaciones fue para el pecoso una experiencia horrible. Ese alfa lo mordía, le golpeaba, lo sujetaba del cuello para asfixiarlo, y lo insultaba durante el s3x0.
- lo siento Zuzu- le dijo al día siguiente.
Izuku creyó que así era tener s3x0 por lo que dejó pasar, si su alfa era feliz con aquello él también lo sería.
Después de eso comenzaron los golpes, el querer controlarlo, lo amenazaba con romperle una pierna para que dejara de bailar, lo insultaba y lo golpeaba constantemente pero él lo amaba, creía amarlo ya que siempre se disculpaba al día siguiente. Siempre le regalaba flores, le compraba cosas y lo llenaba de '!amor', por lo que él lo perdonaba y continuaba a su lado.
Un día el alfa le dio una paliza, para su mala suerte su mejor amigo se metió en medio para ayudarlo y este terminó muy mal. Después de aquello y dispuesto a acabar con todo Izuku fue a la mansión del alfa, iba a irse lejos y no quería volver a verlo.
- se acabó.
- ¿ crees que tú vas a determinar eso?- le dijo el alfa mientras reía.
Ese mismo día Monoma ab_so de él, lo anudo y lo marcó como suyo. Izuku lloró por días, mientras era ab_sado dia y noche, ahora no podría huir de aquel lugar. Un dia aprovechó para escapar y cuando acudió con su amigo, pero este lo insultó.
- ¿ qué debo hacer?- se preguntó mientras veía una pequeña ecografía en sus manos. Se acababa de enterar de su embarazo y no tenía ni la mas mínima idea de que solución podría darle.
Con mucho dolor volvió a su casa, su madre se enfureció por completo.
- TE HAS CONDENADO A MUERTE- le dijo mientras rompía la ecografía en pedazos.
Izuku no supo qué más hacer, vagó por las calles dos semanas hasta que lo encontró Monoma, este lo llevó a su casa, no sabía sobre el embarazo así que lo tomó como quiso durante semanas. Para desgracia de Izuku su vientre creció tanto que tuvo que enfrentarse al alfa y decirle su condición, quizás este llegaría a amar a su cachorro y los cuidaría a ambos.
Lo que no se esperaba que ocurriera fue que este lo rechazaría, haría que varios de sus guardias acusaban del pecoso y luego le arrebataron su marca para tirarlo al final en una playa lejana.
- Duele...- dijo el pecoso mientras intentaba levantarse.
Un gran charco de sangre lo rodeaba, sentía que había perdido a su hijo pero no se sintió mal por un momento, al contrario, él sintió alivio.
- es lo mejor... no tendrías que sufrir...
Poco a poco se puso en pie y comenzó a caminar, no tenía un rumbo fijo, solo quiso salir de aquella playa. No sé dio cuenta pero de nuevo todo se volvió oscuro y cayó al suelo.
Despertó meses después, tenía ya seis meses de embarazo, su madre estaba a su lado y lloraba al verlo despierto.
- ma...
- no voy a preguntar...- dijo la omega mientras tocaba las mejillas del pecoso- no tienes porque hablar de algo que no quieras
Izuku solo se limito a llorar, en verdad quería decirle todo pero se sentía tan avergonzado por haber caído en manos de un hombre como ese.
El resto de su embarazo fue doloroso, su cuello dolía, no tenía apetito y había momentos en los que deseaba m0rir. Claramente tuvo que dejar su sueño, no volvería a pisar un escenario en su vida ahora y tenía que ser un buen padre, un padre ejemplar que daría su vida por su pequeño.
Cuando tuvo seis meses de embarazo salió del hospital, tenía que buscar con urgencia un trabajo y para su suerte lo encontró. Ahora sería un secretario en una pequeña empresa de muebles.
- si te dejas f0llar yo podría dártelo todo- le dijo un día su jefe mientras tocaba sus muslos.
- no por favor...- dijo el pecoso mientras se alejaba.
A su jefe no le importó que este estuviera embarazado, lo tomó esa misma noche. Los besos que le dio, los toques y las embestidas le causaban asco al pecoso.
En cuanto ese viejo asqueroso término en su interior le lanzó unos billetes y se despidió diciéndole que se verían al día siguiente. Izuku quedó en el suelo, con moretones, lleno de fluidos de aquel hombre y sin saber qué hacer.
Quiso decirle a alguien pero tuvo mucho miedo, era solo un omega embarazado y sin alfa, nadie le ayudaría.
- solo será hasta que encuentre algo más...- se repitió al día siguiente cuando volvió al trabajo.
Dos meses pasaron volando, su jefe amaba el B-D-S-M y lo practicaba en él, le había causado más heridas de las que su ex jefe le hizo. Para empeorar las cosas aquel viejo también lo había compartido con otros viejos e inclusive con su propio hijo.
- lo haces bien- le decía siempre que lo dejaba en el suelo para que limpiará aquel desastre.
Izuku solo se limitaba a agachar la cabeza y a llorar, ya había ido a la policía pero estos le dijeron que lo mejor sería que aguantara, al final le estaban pagando como la p_ta que era.
Su madre no sabía de aquello, no quería preocuparla más y mucho menos hacerle saber que él estaba pasando por lo mismo que ella hacía dieciocho años.
Al final Izuku pudo reunir dinero y dejar aquel lugar, tan sólo unas semanas antes de dar a luz.
El día en que dio a luz a su pequeño fue horrible, había intentado ingresar a varios hospitales desde que rompió su fuente pero todos le pedían cuantiosas cantidades de dinero que él no tenía.
- por favor...- le dijo a una enferma en el último hospital de la ciudad- ya he roto aguas y...
- seguridad- llamó la mujer.
Dos hombres lo arrastraron a la salida y lo lanzaron a la calle, esta mujer lo vio desde arriba y se atrevió a hablar.
- haber cerrado las piernas
Izuku sentía dolor, no solo era el del parto sino también era por cómo la sociedad lo trataba, solo por no tener a un alfa a su lado.
- ellos no saben nada...- se dijo mientras volvía a su hogar.
Caminaba lentamente bajo la lluvia, el dolor era intenso pero sabía que no podía tener a su hijo fuera. Por más que lo intentó no pudo más, se arrastró a un callejón oscuro, y miró al cielo, se preguntaba si realmente era su culpa todo aquello, si se merecía tanto sufrir, antes de poder pensar en algo mas no le quedó más que hacerlo solo.
Los truenos se superponen con sus gritos.
- solo un poco más…
El llanto del pequeño le hizo bajar la mirada, frente a él ahora tenía a su pequeño, un rayo de esperanza en su vida, su razón de seguir con vida.
Con mucha dificultad volvió a su casa, su madre había vuelto del trabajo y lo vio junto al pequeño bebé.
- Dios mío...- corrió a socorrer a su hijo pero este se desmayó en cuanto le entregó al pequeño a su madre.
No pudieron permitirse un hospital así que su madre lo cuido en casa, por semanas tuvo una fiebre intensa, el pequeño parecía enfermo y no sabían qué hacer.
- Ahora vuelvo- dijo su madre mientras salía de su hogar.
Fueron siete horas donde el pecoso convaleciente cuidaba del pequeño, siete horas de sufrimiento para ambos, siete horas eternas en las que rogaba a los dioses por acabar con todo.
Cuando llegó su madre llevó a ambos a un hospital, no supo cómo lo había pagado pero se hizo una idea. Izuku lloró mucho en cuanto vio marcas de mordida en el cuello de su madre, había hecho lo posible por ayudarlo a él y a su bebé.
…………
- Ah…- Izuku se despertó, no supo en qué momento se quedó dormido al lado de su pequeño.
- ¿ pasa algo?- dijo una enfermera con aquel traje.
El pecoso se limitó a negar, limpio sus lagrimas y suspiró. Había soñado con aquellos horribles recuerdos del pasado, ahora iba a ser diferente, buscaría la forma de salir adelante con o sin aquel alfa.
- si pude antes... ahora también- se dijo a sí mismo.
…
En cuanto Bakugou recobro la conciencia le explicaron sobre lo que su padre le hizo, los problemas con la medicación y lo que le hizo al pecoso cuando no estaba consciente de sí mismo.
- debe odiarme- dijo mientras tocaba la herida de su pecho.
- bueno, quiso ayudar...- dijo Yagi mientras revisaba la herida del pecho, esta ya estaba del todo cerrada.
- quiero verlo...- dijo en voz alta pero en un segundo recordó las atrocidades que me hizo- no, olvidalo
Yagi lo vio algo triste, comprendía que a partir de ese momento él ya no podía meterse. Ahora ellos debían encargarse de su futuro, debían decidir que hacer y buscar una salida juntos o solos.
- mierda... la oficina- dijo recordando su trabajo.
- no te preocupes, la he llevado yo y tú secretaria
Bakugou suspiro aliviado, su trabajo era importante, en especial porque era una farmacéutica de renombre.
Una vez se terminó de vestir ,el alfa, Yagi lo llevó a hacer un recorrido por las instalaciones, le mostraron la sala donde los monitorean las veinticuatro hora de día, la habitación del pecoso, que estaba repleta de su delicioso aroma, los equipos para evitar aromas y por último lo llevaron a ver al pequeño.
Fuera de la habitación se encontraba Uraraka,está veía conmovida como el pecoso se acurrucaba con su cachorro. Al escuchar unos pasos volteo y miro de nuevo al pecoso, en cuanto noto al enorme alfa acercarse se asustó, no conocía al alfa y tampoco sabía que este ya había vuelto a la normalidad.
- ¡ AHHH!- gritó mientras lo señalaba.
- mierda- dijo el alfa mientras cubría sus oídos- no grites
- al-al-...- tartamudeo.
Yagi salió de detrás del alfa con lo cual Uraraka se calmó, estaba a nada de correr por su vida.
Bakugou ignoró a la omega y se dirigió directamente a la ventana. En cuanto vio al pecoso y a su pequeño no pudo evitar suspirar aliviado, miles de cosas pasaban por su mente, pegó su cabeza al cristal y cerró los ojos, mientras buscaba palabras con las que podría disculparse.
- si te hubiera conocido antes- se repetía una y otra vez.
Izuku estaba encantado con su pequeño, había dormido una siesta juntos y ahora se encontraban jugando.
- pa...- dijo el pequeño mientras miraba detrás de su padre omega.
El pecoso volteo para encontrarse con el alfa apoyado en el cristal, este parecía hablar con Yagi y Uraraka por lo que entendía que ya estaba consciente. Quiso acercarse a aquel cristal y ver más de cerca al alfa, pero le tuvo miedo, el recuerdo de aquel día en el hospital le llegó y comenzó a temblar, su aroma se volvió pesado y su pequeño comenzó a llorar.
-Código rojo - sonó por los altavoces.
Bakugou abrió de golpe los ojos al escuchar aquello, lo que vio fue el horror en el rostro del pecoso, este abrazaba a su hijo como protegiendole de la presencia del alfa, Instintivamente Bakugou toco su pecho, le dolía en el alma ver aquella reacción pero sabía que se merecía el odio del pecoso, que merecía su desprecio y su rencor.
- lo siento...- dijo mientras se alejaba del cristal.
Izuku solo observo como el alfa se daba la vuelta y se marchaba, tenia sentimientos encontrados, por un lado quería huir pero por otro deseaba acurrucarse a su lado y llorar.
- no...- corrió al cristal y le gritó al alfa- ¡No me dejes solo !
Para desgracia del pecoso, Bakugou era incapaz de escuchar lo que pasaba en aquella habitación. Izuku lo vio alejarse mientras que Uraraka le daba palmadas en la espalda.
Varios enfermeros entraron en el instante y le inyectaron un tranquilizante, con cuidado le quitaron al pequeño de los brazos mientras el omega pecoso caía confundido al suelo, sintió como que alguien se lo iba a quitar, que le quitarian a aquel hombre. A los pocos segundos cayó dormido al suelo con lo cual les fue más sencillo llevarlo de vuelta a su habitación.
…
- ¿estás seguro?- preguntó Yagi mientras veía al alfa escribirle a sus amigos y explicarles dónde estaban.
- los resultados dicen que estoy bien...
Antes de continuar discutiendo su móvil sonó, el número pertenecía al omega rubio.
- si...
- JODIDO IDIOTA- grito el omega al otro lado del teléfono- ¿ DÓNDE ESTABAN?
- oye...
- ESTABA TAN PREOCUPADO
- Denks...
- YO ESTABA ASUSTADO, NO QUERÍA PERDERTE- el omega rubio hablaba demasiado rápido, no parecía querer escuchar
- Kami...
- ERES COMO MI HERMANO, SI TU MUERES YO...
- KAMINARI- grito esta vez el alfa.
En cuanto notó el silencio del otro lado Bakugou suspiro.
- dale el teléfono a Kirishima, voy a darle la dirección.
Pasaron unos segundos en los que se escuchaba la voz de su sobrina preguntando insistentemente si el que hablaba era su tío, luego se escuchó como alguien bajaba corriendo y tomaba el móvil.
- Ka...
- tengo muchas cosas que decirte... voy a pasarte la dirección del lugar, no traigas a Denki ni a la niña...
- bien...
Después de aquello se colgó la llamada y el alfa se sentó en el sofá, ahora tenía que hablar con su amigo, tenía que disculparse con él y el omega rubio pero era incapaz de ver al rubio, no quería verlo a los ojos ya que él era el culpable de que perdiera a su hijo, el lo lastimó y casi lo mataba.
- ¿ vas a irte?- preguntó el alfa mayor.
- si... El no quiere verme y has dicho que con mi ropa tendrá suficiente para tres meses
Yagi le había comentado sobre un amigo que podría ayudarle a controlar a la perfección a su lado alfa, el problema es que tendría que irse a Alaska por un mes para recibir 'un curso intensivo'.
- si pregunta por ti...
- no lo hará, vi el horror en su mirada
Yagi comprendió y simplemente decidió dejar a solas al alfa, este tenía que pensar en muchas cosas en aquel instante.
…
Kirishima luchó demasiado para impedir que su omega fuera con él pero terminó convenciendo que le llevaría al día siguiente.
Por su cabeza pasaban muchas cosas, quería golpear a su amigo pero también quería abrazarlo, no sabía por lo que había pasado en el tiempo que desaparecieron junto al omega.
Después de pensar en qué diría decidió entrar al lugar, era una de las plantas que tenía Bakugou destinadas a investigación, alguna vez estuvo junto a él en aquel lugar pero ahora estaba muy hermético.
Lo primero que hizo al entrar fue pasar por un control, descontaminación, le dieron un traje para entrar y le indicaron donde el alfa lo esperaba.
En cuanto llegó a la puerta de la oficina se detuvo, quería pensarse por más tiempo lo que quería decirle pero la puerta fue abierta y se encontró de lleno con el alfa.
- ki...
Sin pensarlo le dio un puñetazo en el rostro al alfa, luego lo tomó de la camisa y lo abrazó con fuerza.
- te mereces que te golpee hasta la muerte- le dijo mientras lo abrazaba como fuerza.
- yo lo siento...
Después de aquello estuvieron hablando por más de seis horas, en algún momento se escuchaban gritos por parte del alfa pelirrojo y otros eran llantos descontrolados del mismo. Al salir de la aquella oficina se despidió de nuevo de su amigo, sabía que no le vería por un tiempo, sabía que este no podía ver al rostro a Kaminari por el daño que le hizo y lo más triste fue que sabía que dentro de su cabeza viviria por siempre con el hecho de haber lastimado a su hermano, a su lindo y pequeño hermanito Kaminari
- llámame cuando vuelvas- le dijo mientras lo abrazaba por última vez.
- lo haré...
Kirishima comenzó a andar en dirección a la salida, ahora tendría que hablar con su esposo, sobre la terapia que les habían pagado su amigo, sobre que esperaba que lo perdonará y sobre todo debía decirle que Bakugou no volvería a verlo nunca, que este iba a desaparecer de la vida de todos después de arreglar sus asuntos.
- ¡Kiri!- grito el alfa rubio- si en otra vida volvemos a encontrarnos... estaría encantado de ser tu hermano
Kirishima sonrió ante aquel comentario, esperaba que mientras estuviera en otro país se pensara de nuevo sobre volver a verse, seguir con su amistad, salir juntos y disfrutar como siempre lo hacían.
Continuará…
Siento la redacción y las faltas ortográficas.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro