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Capitulo 5

Los médicos les habían indicado que debían vivir juntos por la condición del pecoso, este necesitaba constantemente recibir el aroma de Katsuki hasta conseguir estabilizarse del todo. Por más que Izuku se nagara no tenía otra opción, se temía que irían a un lugar del centro y estar encerrado sin poder salir para no avergonzar al alfa.

Izuku pidió que contactaran a su madre, no quería asustarla y que llegase a una casa vacía sin rastro de él. Inki trabajaba en una fábrica varios días seguidos por lo que no volvía a casa hasta terminar su jornada, en cuanto fue contactada salió del trabajo y corrió al hospital, temía que le hubiese pasado algo muy grave.

Al llegar al hospital busco el aroma de su pequeño mas no conseguía absolutamente nada, se temía que hubiese acabado con su vida o peor, que Monoma se lo hubiese llevado.

-¡Izuku!- iba gritando de habitación en habitación.

Una de las enfermeras se acercó a la mujer y la calmó para así llevarlo a la habitación del chico. Mientras subían por el ascensor, Inko, se preguntaba cómo conseguiría pagar una habitación privada para su pequeño, este llevaba dos días ingresado y la suma debía de ir subiendo cada minuto. Su preocupación por el dinero se vio opacada en cuanto miró a su  pequeño quien jugaba con su hijo, rápidamente la mujer corrió a abrazarlo y a revisar los daños que tenía, se temía lo peor, al final el destino era cruel para aquellos omegas sin enlace, corrían dia a dia un enorme peligro.

- mamá, estoy bien- dijo Izuku intentando calmar a su madre.

- estaba tan asustada- decía entre lágrimas.

Tardo un poco en calmar a su madre pero en cuanto lo consiguió comenzó a comentarle sobre lo ocurrido, sobre el ab_so que sufrió, el cómo fue rescatado y el que había sido marcado, omite todas las palabras duras del alfa y el hecho que ambos se sentían forzados a un enlace sin amor, al final sus instintos habían ganado y ellos no habían tenido la oportunidad siquiera de hablar.

- menos mal que ese buen alfa se enlazo contigo- se limpió las lágrimas y se relajo- tengo que darle las gracias

- No, él es un alfa ocupado y…

- mucho gusto- soltó el alfa mientras entraba.

Ambos omegas voltearon para ver quien entraba, ante él estaba ese alfa con un ramo enorme de flores, margaritas, gerberas, lirios blancos, tulipanes y en medio de todas esas una rosa roja.

- soy Katsuki Bakugou- miro al pecoso quien rápidamente desvió la mirada- El alfa de Izuku

La omega mayor se puso contenta al ver al alfa, este se veía atractivo, con una mirada dura, era fuerte para cuidar a su hijo y sobre todo se le veía con un alto poder adquisitivo que el garantizaba a su hijo y a su nieto una vida cómoda y sin tener que seguir enfrentados a aquella vida tan dura.

- muchas gracias por ayudar a mi hijo- Inko quería darle la mano, la extendió pero se percató que tenía las manos algo sucias por lo que con mucha pena la retiró.

Katsuki miró aquella acción, la mujer se esperaba que la ignorase pero aquel alfa simplemente le tomó de la mano y le sonrió. Al final del todo Katsuki admiraba a las personas que trabajaban arduamente, que luchaban por seguir adelante pese a las circunstancias de la vida, nunca le haría asco a algo como aquello porque su padre en algún momento trabajo en construcciones y le contó lo orgulloso que estaba de haber comenzado desde abajo y haberse labrado un futuro.

La omega mayor quería llorar, era un alfa al que no le importaba su situación económica.

Ante los ojos de Izuku el alfa solo estaba actuando, seguramente así engañaba a todos a su alrededor, con aquella brillante sonrisa y una mirada amistosa.

- Íbamos a irnos ahora- comentó el alfa- gusta en acompañarnos

- oh, iré a visitar a mi hijo en otro momento- tomó a Izuku de los hombros y lo levantó- pueden irse ahora

Izuku forzó una sonrisa para su madre y se acercó con algo de miedo al alfa. Bakugou al notar aquel leve temblor le entregó el ramo de flores e intento no verle a los ojos.

- esto es...

- estoy cargando a MI bebé, no puedo tomar las flores.- dijo algo cortante pero con una sonrisa.

Katsuki simplemente alejó las flores, quería disculparse por lo ocurrido, había reflexionado y tenían que llevarse bien.

Ambos se despidieron de la mujer mayor y se dirigieron a la salida, el primero en salir fue el pecoso, quien abrazaba a su pequeño rubio quien simplemente se limitaba a buscar al alfa.

- con su permiso- se despidió de la mujer y siguió al omega.

Ya en el parking, Izuku, se atrevió a volver a hablar, si ese alfa lo odiaba él lo odiaría aún más. No iba a dejarse dominar de nuevo por un Idiota con una buena posición económica y menos de un alfa como el.

- eres bueno actuando- dijo el pecoso mientras seguía al alfa.

- no estaba actuando, yo de ve...

- no quiero saber nada-soltó cortante.

Al llegar al coche el pecoso quedó sorprendido, sin duda alguna ese hombre tenía demasiado dinero, solo había visto ese tipo de autos en revistas de mansiones de lujo o en programas de televisión.

El alfa abrió la puerta de la parte de atrás para que el pecoso entrará. Izuku miró detenidamente el interior antes de entrar y se percató de la sillita de bebés que había.

- no es bueno que lo lleves en tus brazos, es peligroso para ambos- Dijo mientras recordaba como él y Kirishima habían pasado dos horas averiguando como poner aquella silla que le habían dicho que era la mejor del mercado pero que era imposible de colocar.

- gracias...- dijo Izuku mientras colocaba al menor en aquel lugar.

Su hijo seguía con la mirada al rubio, parecía divertido ante aquellas reacciones y comentarios que hacía el mayor.

Una vez todos tenían el cinturón abrochado, el alfa, comenzó a conducir. Izuku quería preguntar a dónde irían, temía por su seguridad y la de su hijo pero no se atrevía a hablar. Katsuki noto la incomodidad por medio del enlace, se notaba que el pecoso estaba incómodo y algo asustado.

- podrías controlar tu aroma- pidió.

- lo siento...- Rápidamente controló su aroma.

Todo el trayecto lo hicieron en completo silencio, ninguno de los dos parecía querer hablar o intentar sacar un tema de conversación. El viaje duró dos horas enteras, habían salido de la ciudad y se adentraron en una especie de pueblo.

A medida que avanzaban los nervios fueron ganándole a Izuku, tenía miedo de aquel alfa.

Ese miedo se convirtió en asombro al ver cómo a lo lejos había una mansión gigantesca, se veía que todo ese lugar era privado puesto que habían vallas. Miro las vistas que mostraban campos verdes, animales como caballos y otros típicos animales de granja. Cada vez que avanzaban más la mansión parecía aún más grande, era como un palacio de esos que salían en los cuentos de hadas.

-Sin duda alguna el dueño de esa casa debía ser afortunado- pensaba el pecoso mientras seguía admirando las vistas.

Grande fue su sorpresa cuando el alfa giró y las grandes puertas de esa casa se abrieron. El alfa pareció sonreír a un guardia de fuera y siguieron su camino en dirección a la entrada de aquel lugar.

- mi departamento era muy pequeño...- dijo mientras estacionaba- la casa de campo te dará más libertad y sobre todo os vendrá mejor que el estruendo de la ciudad.

Salió del auto y abrió la puerta del menor, mientras salía con su pequeño en brazos, Izuku, vio como tres personas salían de aquella mansión y corrieran a saludar a él rubio.

- ¿ está todo listo? - preguntó el alfa.

- si señor

- muestrenle el lugar, yo tengo asuntos que atender.

Dicho aquello una mujer de cabellos rosados se acercó a el pecoso. Se veía que era una beta muy amable, a diferencia del gruñón y borde de su jefe.

Detrás de él sólo escuchó que el alfa se marchaba de nuevo, dejándolo en aquel lugar desconocido.

- yo no he traído ropa ni...

- no te preocupes- dijo la beta mientras lo guiaba a la entrada- mañana llegará ropa nueva para ti y para el pequeño- sonrió- si algo no es de tu gusto el sastre también vendrá.

La pelirosa no dejó que este volviera a hablar, simplemente lo empezó a guiar dentro del lugar. Le hizo un tour por todo el lugar, lo llevó a los jardines, le mostró los animales que había, los salones, le presentó a cada uno de los trabajadores y al final lo llevó a su habitación.

Si ya estaba sorprendido no sabía cómo describir lo que veían sus ojos, se esperaba una habitación de los del servicio, creía que el alfa le haría pagar de una forma u otra pero en cambio le enseñó una habitación enorme.

- perdona...- dijo algo apenado- ¿podrían traer la cuna de mi bebé?

- no será necesario- dijo la pelirosa mientras se dirigía a una puerta que parecía dar a otra habitación.

El omega la siguió lentamente y en cuanto se abrió la otra puerta no pudo evitar derramar algunas lágrimas, la habitación continúa estaba completamente acondicionada para su pequeño. Habian juguetes de bebe, cuna, alfombra enorme, un guardarropa, libros de cuentos, entre miles de cosas que jamás imaginó que su pequeño podría disfrutar.

- Katsuki ha ordenado que si algo no es de tu agrado nos lo hagas saber- sonrió al pecoso- si quieres cambiar el color de algo dinos y compraremos uno nuevo, ahora te dejaré a solas para que te pongas cómodo

- gracias...

- Por cierto, soy Mina, una de las asistentes de Katsuki- sin decir más salió de la habitación.

En cuanto se quedó a solas, Izuku, recorrió ambas habitaciones mientras sonreía, si ese era un sueño esperaba no despertar nunca.

Había un balcón, quería ver a dónde se dirigía por lo que se acercó a la puerta pero al intentar abrirlo sonó una alarma muy fuerte que terminó asustándo lo a él y a su pequeño.

Rápidamente entraron varias personas, que al ver al omega cerca de la ventana lo alejaron. Mina entró segundos después para calmar al omega y a su bebé, que lloraba por el susto que se habían llevado.

- olvide mencionar la alarma, lo siento- se disculpó Mina- por orden de Bakugou no podrás abrir el balcón hasta que ... estés estable

Izuku no se tomó nada bien aquello, ese tipo pensaba realmente que era un irresponsable que no podía cuidar de su hijo, que terminaria intentando acabar con su vida.

Ya el pecoso calmado, todos los empleados que entraron se retiraron en silencio volviendo a dejar a aquel pecoso a solas con su pequeño.

Bakugou iba conduciendo algo más tranquilo, había dejado al omega con gente de suma confianza, pero algo lo alertó al sentir el miedo del pecoso junto con una alarma que se activó en su móvil.

- ese Idiota- sin perder el tiempo llamó a él mayordomo.

- no se preocupe señor, simplemente no sabía de la alarma...

- es un omega inestable, no quiero que lo pierdan de vista.

- si señor

Terminada la llamada se dirigió a su departamento, tenía que hacer las maletas.

Al llegar se encontró con una beta en la puerta, sabía perfectamente quién era y eso le molesto.

- ¿ Qué haces aquí?- pregunto el alfa.

- no me has llamado, así que vine a verte- dijo de forma sensual.

-no vengas más

La beta no se iba a rendir tan fácilmente, se comenzó a restregar en el alfa quien simplemente la alejó de él.

- mira, no estoy para esto.

- vamos, ¿es qué no quieres?

La beta lo beso, lo cual comenzó a escalar y se convirtió en caricias por ambas partes. Bakugou no tenía novia o novio, pero eso no significaba que no tuviera una vida sexualmente activa. Dentro del departamento comenzaron a desvestirse, sin duda alguna ambos pretendían llegar al final pero su lado alfa le obligó a apartarse de aquella mujer.

- es mejor para...- tomar a la beta del brazo y la sacó de su hogar.

La beta no pareció insistir más y se marchó contenta después de aquello.

Bakugou hizo rápidamente las maletas y bajo, no quería llegar tan tarde a aquella casa. Tenía que hablar con él omega sobre muchas cosas, pedirle disculpas y aclarar lo sucedido el día anterior.

Al entrar a su auto no pudo evitar sentir aquel aroma característico del pecoso.

- joder...- bajo la mirada y tenía una gran erección- ¿ qué mierda me has hecho?

Después del incidente Izuku baño al pequeño, le dio de comer y lo puso a dormir. Ya más relajado decidió darse un baño, pido a Mina que le prestará algo de ropa limpia y se relajó por completo.

- ¿ quién eres?- se preguntaba el pecoso- ¿ por qué me estás ayudando?

Su baño se vio interrumpido al escuchar a lo lejos a su bebé. Rápidamente salió del baño y corrió a buscarlo, este parecía solo haber tenido una pesadilla.

- tranquilo, mamá está aquí- le decía.

Ya calmado lo llevó a su habitación y lo tumbó en la cama mientras él se vestía. La ropa que le habían llevado era demasiado grande, estaba muy seguro que no eran de la beta pero no le dio importancia.

- ¿ puedo entrar? - escucho al otro lado de la puerta

- adelante- dijo Izuku mientras se acercaba con si bebé en brazos.

Ante él apareció el alfa rubio, tenía la ropa algo revuelta y en su cuello tenía estampados los labios de alguien con quien seguramente se había acostado. En ese momento su omega interior tomó el control y gruñó ferozmente.

- TÚ- dijo el omega de Izuku.

- ¿ qué es lo que te pasa ahora?- dijo el alfa algo asustado, el aroma del pecoso era demasiado fuerte y lo estaba mareando.

- vuelves a mi después de irte con otra.- se acercó al alfa y lo empujó con una de sus manos.

- ¿ qué?- estaba desconcertado, el omega parecía estar muy molesto.

- tu cuello.- dijo el omega mientras señalaba aquella marca en su cuello.

- yo no...- no sabía porqué sentía la necesidad de decirle lo que había ocurrido, y sobre todo decirle que no estaban juntos como para que se pusiera así.

- eres mío- dijo mientras se acercaba a él rubio- llama ahora mismo a alguien que cuide de NUESTRO cachorro.

Bakugou tomó su móvil y llamó a Mina la cual llegó en cuestión de segundos, ante ella se encontraba Izuku gruñendole al alfa mientras lo acorralaba contra la pared. Izuku al sentir la presencia de la beta extendió sus brazos sin dejar de ver al alfa y le entregó al bebé.

- gracias.- le dijo a la beta quien tan rapido como pudo se marchó.

Bakugou no podía ni moverse, sentía que tenía la necesidad de bajar la cabeza ante la presencia del menor.

- ¿y bien?- preguntó de nuevo enfadado.

- yo la bese pero...

Más enfadado tomó al alfa del brazo y lo metió a la habitación.

- No sé porqué estás así...- dijo mientras era llevado en dirección sé la cama, de un momento a otro el menor ya estaba sobre el alfa.

Izuku se encontraba sobre el alfa, su omega se sentía completamente ofendido al sentir que el alfa debía buscar en otros lo que él podía darle.

- es mejor que pares, vas a- el omega comenzó a desvestir al alfa con desesperación- te vas a arrepentir.

El pecoso ignoró las palabras del alfa, quitó el pantalón y comenzó a lamer sobre la tela el miembro del rubio. Bakugou no podía negar que se sentía extremadamente bien, el omega parecía buscar desesperadamente que su alfa tomará el control.

- Izu~ ... es mejor...

El omega liberó el miembro del rubio y quedó encantado, tenía un gran tamaño que podría darle un gran placer y podría llenarle de tantos hijos como la naturaleza se lo permitiera.

- he dicho basta.- apartó al menor con fuerza lo que hizo que este cayera al suelo.

El omega comenzó a llorar desesperadamente, creyendo que lo había lastimado se bajó de la cama y se colocó a la altura del omega para revisar que estuviera bien.

- estás...- antes de terminar de hablar el omega se le lanzó encima y lo mordió en el cuello justo donde tenía aquella marca de beso- duele...

Izuku se alejó un poco y miró a los ojos al rubio, se veía realmente dolido.

-¿ por qué no quieres hacerlo?- gimoteaba el omega- es porque mi cuerpo ha sido usado por muchos...¿verdad?

Antes de que Bakugou pudiera responder el pecoso salió corriendo en dirección al baño. Bakugou se levantó solo para asegurarse que no hiciera una locura pero lo que vio le desconcertó, Izuku, había encendido la ducha y restregaba fuertemente su cuerpo como si intentara limpiarse.

- yo voy a lavarme, ya no estaré sucio- decía mientras restregaba su cuerpo. Estaba siendo demasiado rudo con su propio cuerpo que estaba enrojeciendo con rapidez.
El alfa lo sujetó de los brazos para pararlo pero el omega luchaba por seguir lastimando su cuerpo para 'limpiarlo'.

- suéltame...- dijo llorando- no me quieres porque estoy sucio...

- Detente...- decía intentando calmar al menor.

-Te doy asco...

- ¡HE DICHO QUE PARES!- abrazo al menor sin importarle mojar lo que le quedaba de ropa- no estás sucio, tú no has hecho nada malo así que no te lastimes… por favor

Su lado omega abrazo al alfa, desde hacía tiempo que necesitaba escuchar aquello, inclusive su lado racional se sintió protegido y querido, permanecieron así un tiempo hasta que el pecoso cayó dormido, se sentía agotado y dolido.

Una vez Bakugou se cercioro de que el menor estaba dormido lo sacó del baño, quitó la ropa mojada y lo llevó a su cama.

- ¿ ellos te hicieron eso?- preguntó el alfa horrorizado.

Izuku tenía marcas en todo su cuerpo, cicatrices de todos los tamaños que seguramente contaban historias trágicas de algún momento de  su vida.

Llamó al servicio y les pidió que atendieran al omega mientras él hacía unas llamadas. La primera llamada que hizo fue al bicolor quien le había dado su número por si ocurría alguna cosa como esta, la segunda llamada fue a un amigo que trabajaba en las fuerzas especiales.

- ¿ qué haces llamando a esta hora?- preguntó un alfa al otro lado.

- recuerdas que me debes un favor...

- bien, dime.

- te voy a dar un nombre y quiero absolutamente toda la información que exista sobre él...

El alfa del otro lado del teléfono se percató que el rubio estaba entre enfadado y nervioso, si había acudido a él por información era por que sin duda alguna era algo de vida o muerte.

- bien, dame el nombre

- Izuku Midoriya, quiero informes médicos, historial, quiero saberlo todo sobre él.

La llamada se cortó después de una breve despedida de ambos alfas.

Bakugou salió al patio y comenzó a fumar, había estado intentando dejar aquel vicio pero en momentos como esos le era inevitable, no podía creer que alguien hubiera lastimado a un omega de tal manera.

- Kats...- Le llamo Mina desde la puerta.

- ¿ qué pasa?- preguntó mientras apagaba el cigarrillo.

- es el bebé, no deja de llorar...

Bakugou tenía experiencia cuidando a bebés, al final él había sido niñera de su adorable sobrina.

Llegó a su habitación donde al parecer Mina había estado cuidando al pequeño junto a un omega del servicio. El pequeño no dejaba de llorar desconsoladamente pero al.sentir el aroma del alfa cesó su llanto y observo como este se le acercaba.

- mamá está cansado- dijo mientras tomaba al pequeño en brazos- así que tienes que ser bueno- el pequeño solo le sonreía con ternura, parecía encantado con El cuidado que le trataba aquel hombre.

- pueden irse- dijo mientras veía como una sonrisa al pequeño.

- kats...

- no lo digas.- advirtió algo enfadado- yo no podría ser un buen padre.

Mina solo suspiro y se marchó de la habitación, por mucho que su amigo lo negara ese niño parecía que era su propio hijo, el destino así lo había querido por extraño que pareciera.

- no te preocupes, yo les haré pagar por lo que hicieron.

El pequeño se quedó dormido en cuestión de minutos en aquellos brazos que lo tomaban con cuidado.

El alfa regresó a la habitación del pecoso y se encontró con que lo habían vestido y dejado dormido en su cama.

- solo hasta que estés estable... estaré a tu lado- dijo acariciando el rostro del pecoso- después saldré de vuestra vida, te lo prometo.

Bakugou estuvo al pendiente de aquellos dos toda la noche, sentía que si él dormía al despertar ninguno de los dos estaría a su lado y por loco que parecía le asustaba el pensar en perderlos de vista.

- voy a proteger a tu bebé y a ti,  pero tengo que hacer que me odies para que no me busques- se sentía estúpido por aquello- porque si permaneces mucho tiempo a mi lado creo que jamas querre dejarte ir...

Continuará…

Siento la redacción y las faltas ortográficas.

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