cap 17
Cap 17
…
El plan estaba trazado, al final fue fácil sobornar a la niñera quien gustosa dio toda la información que podía. En cuanto les informo sobre cómo el alfa se iría al extranjero y el pecoso tendría una audición donde cualquier persona podía ir a verlos supieron que ese sería el momento indicado para llevar a cabo su plan.
- pon tres gotas de estas en la comida del bebé- dijo el alfa entregándole una botella pequeña- si pones más lo matarás así que se cuidadosa.
- si...- dijo mirando el contenido de la botella. Realmente se sintió mal por hacer aquello pero habían secuestrado a su hijo y no se lo devolverían a no ser que les diera al omega a cambio.
Una vez se aseguraron de cómo llevarían a cabo todo esperaron con ansias el momento.
- te lo voy a arrebatar todo- dijo sonriendo el alfa.
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El día tan esperado llegó, todos sus amigos y familiares prometieron que lo irían a ver en su audición así que se sentía apoyado.
- señor...- dijo la niñera entrando- yo le acompañaré
- no hace falta- dijo el pecoso mientras arreglaba su cabello- mi madre cuidará a Takahiro
- No- dijo la mujer nerviosa- no... si no su madre no podría verle
Izuku se lo pensó brevemente, era verdad que su pequeño no podía entrar ya que el llanto o risa de su pequeño distraiga a los demás.
- bien- se levantó y tomó la mano de la mujer- gracias por tu ayuda - sonrió y apretó la mano de la mujer con suavidad- me ayudas demasiado a diario, he de admitir que confío mucho en ti
La mujer derramó algunas lágrimas, el pecoso lo interpreto como emoción pero en realidad la mujer lloraba de dolor, no quería lastimar a él omega o al bebé pero si no lo hacía lo que le pedía matarían a su hijo.
- perdón...- dijo la mujer antes de recibir un abrazo del pecoso.
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Al llegar al teatro indicado había una cola enorme para ver a los participantes, era bien sabido que la academia tenía a los mejores bailarines y deseosos de ver aunque sea un poco la gente estuvo dispuesta a pagar una entrada.
Izuku se encontró con algunos de sus conocidos antes de entrar, todos estaban encantados al ver lo hermoso que se veía con aquel traje y el maquillaje que llevaba.
- te ves hermoso- dijo Kaminari sonriendo.
- no, mamá- dijo Nanami.
Todos los presentes vieron a la niña quien abría sus ojos de par en par al ver al omega frente a él.
- parece una princesa- dijo la niña e Izuku sonrió ante el comentario.
- perdone, ¿podemos tomarle una foto?- preguntó un hombre con pase de periodista.
El pecoso asintió con la cabeza, se quitó la chaqueta y posó para la fotografía, maravillados otros periodistas tomaron fotografías encantados por el porte y la belleza de aquel joven.
- mucha suerte- gritaron sus amigos y familiares mientras entraban al teatro.
Antes de entrar al teatro subió de nuevo al auto donde la niñera y el bebé se encontraban.
- muchas gracias de nuevo- dijo a la mujer.
En ese instante el alfa llamó al omega, deseaba verlo y por mucho que lo había intentado no había conseguido librarse del trabajo.
- kacchan- dijo sonriendo.
- wow- dijo sonrojado- te ves tan hermoso como siempre
El pecoso se rio, habló brevemente con él ya que estaba a punto de llegar tarde y aquello no le gustaba al profesor.
- esa chaqueta...- dijo el alfa - es...
- sip- dijo el pecoso alejando el móvil para mostrar la enorme chaqueta que llevaba- es de MI amado prometido
Mirando la hora el pecoso se despidió de su alfa, beso las mejillas de su pequeño quien esperaba que su niñera le diera de comer y se marcho.
- nos vemos- dijo mientras salía corriendo.
- dáselo ya- dijo el chófer viendo lo indecisa que estaba la mujer.
- aún no...- miro preocupada al bebé- esto llevará unas horas.
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Los nervios de Izuku crecían por momentos, sus compañeros eran extremadamente buenos.
- lo harás bien- dijo Eri mientras sonreía.
- eso espero…
Al pecoso le tocaba el antepenúltimo así que durante todo ese tiempo esperó imponente.
En cuanto llegó su turno y se encontró en el escenario tembló por algo de miedo, llevaba mucho sin bailar frente a un público tan grande. Quería salir corriendo pero miró el anillo en su mano y recordó que su alfa y su familia confiaban en él.
La música comenzó.
Para sorpresa de Aizawa el joven omega bailaba una de las escenas de Giselle, no le sorprendería mucho si no fuera porque el pecoso representaba a una Willis, se notaba el dolor y sufrimiento en cada paso, estaba consiguiendo representar el espíritu de un joven muerto que buscaba venganza. La gente le veía maravillado e inclusive algunos lloraron de lo emotivo que era verle.
Mientras el pecoso representa sus últimos movimientos la niñera comenzaba a preparar el alimento que le diría al pequeño.
- date prisa- dijo el hombre nervioso.
Por los nervios la mujer derramó medio frasco en la comida del pequeño, intentando pensar que todo estaría bien mezclo la comida y comenzó a dársela al pequeño.
Después de la primera cucharada el pequeño se negó a tomar más pero la mujer sujetó su rostro y lo obligó a comer, entre lágrimas el pequeño movía sus manitas intentando apartarse pero en un punto se quedó dormido.
Izuku terminó su baile y la audiencia se levantó para aplaudirle, sus nervios se habían marchado y ahora se sentía extasiado ante los aplausos del público.
Retirándose y volviendo a bastidores todos le felicitaron, inclusive aquellas que le envidiaban y lo habían tratado mal.
- sin duda alguna ya tenemos a nuestra Juliet- dijo una de las chicas abrazando al pecoso- ha sido maravilloso
Terminada la última actuación la gente se fue retirando. Izuku les pidió a sus amigos que fueran a su casa para poder festejar aquel día, él debía quedarse un poco más para hablar con él profesor.
- ha sido increíble- dijo Aizawa sonriendo a sus alumnos- creo que tengo ya todos los papeles...
Todos se vieron los unos a los otros y sonrieron.
- Izuku como Juliet- dijeron casi todos al unísono.
Aizawa sonrió, se alegraba que sus alumnos y los alumnos de la otra academia supieran reconocer el talento que tenían los unos con los otros.
Una vez repartió todos los demás papeles le pidio al pecoso que esperara un poco más.
- tengo que decírtelo- dijo algo nervioso- entre el público habían profesores de otras academias y todos me pidieron que te dijera que te quieren en la suya
Le entregó siete tarjetas de presentación de academias de todo el mundo, la que más le llamó la atención fue la de la academia rusa.
- si decides irte lo entenderé- dijo sonriendo.
- yo me quiero quedar aquí
- piensalo bien Izuku, es una gran oportunidad
Después de aquello se despidieron y el pecoso fue a cambiarse. Deseaba decirle a su alfa las oportunidades que se le presentaban.
- debemos marcharnos...- dijo nerviosa la niñera.
Izuku solo se colocó la chaqueta y se dirigieron al auto, le sorprendió no ver a ninguno de los hombres de seguridad pero no le prestó mayor importancia.
Durante el trayecto se percató que no iban por el camino de siempre, miró su móvil y no tenía señal.
- ¿ a donde vamos?- pregunto el pecoso curioso
El chófer no respondió así que pensó que se trataba de alguna sorpresa de su alfa.
Llevaban media hora en una carretera desolada. En cuanto miró a su pequeño en su silla para bebés se preocupó, su respiración parecía errática.
- Takahiro- dijo intentando despertar al pequeño.
Los minutos segundos pasaban y su bebé no parecía despertar de su sueño, asustado vio a la mujer que temblaba en su asiento.
- ¿ qué le has hecho?- grito desesperado.
- perdón... tienen a mi hijo
El chófer cerró la ventanilla e ignoró al pecoso, este estaba muy desesperado, su pequeño no reaccionaba y sentía que su respiración era casi imperceptible.
La mujer a su lado solo se limito a llorar, estaba haciendo algo malo y se sentía arrepentida.
Sin ver otra solución Izuku tomó en sus manos una de sus zapatillas y comenzó a golpear el cristal hasta romperlo. Aquello sorpendio al conductor quien perdió el control mientras conducía.
Habían chocado contra algo y el chófer estaba inconsciente al igual que la niñera que había golpeado su cabeza contra el cristal. Izuku aprovechó el momento para romper el cristal de la puerta y salir. Con mucha dificultad y tras varios rasguños consiguió sacar a su pequeño y a él del auto.
La mujer se despertó desorientada y vio como el pecoso se alejaba. Preocupada al ver sangre en el lugar del omega y con mucha dificultad salió, quería enmendar su error.
Un auto se acercaba a ellos así que hizo señas para que se detuvieran.
- ayuda...- detuvo su andar en cuanto vio como del auto salían varios hombres.
- es mejor que venga con nosotros- dijo uno mientras caminaba lentamente en su dirección.
Izuku se dio la vuelta, apretó a su pequeño contra su cuerpo y comenzó a correr. Temía darse la vuelta y encontrarse con aquellas personas.
La mujer se interpuso entre el paso de aquellos hombres y el pecoso, quería que este ganará tiempo para huir.
- ¡corre y no mires atrás!
Izuku escuchó a lo lejos el ruido de un disparo seguido por el grito de aquella mujer. Comprendía que seguramente debieron chantajear a la mujer, pero tenía claro que seguramente se había arrepentido, al final no le hizo nada en el auto a él.
Aún cuando todo estaba oscuro siguió corriendo, debía huir por el bien de su pequeño. En cuanto reconoció un puente corrió en su dirección, sentía que al llegar al otro lado él y su pequeño estarían a salvo, como si su alfa lo esperara.
Escuchó los gritos de los hombres que lo perseguían, no sabía a donde más huir, lo tenían prácticamente arrinconado. Miró a su pequeño que aún permanecía sedado y tomó una decisión.
- perdóname- le dijo al pequeño para después besar su frente
Aquellos hombres lo alcanzaron por fin, pero el pecoso ya se encontraba al borde del puente, con pequeño en mano, y saltó.
Rápidamente aquellos tipos informaron del incidente y fueron a buscarlo al río, esperaban que este aún estuviera vivo para llevarlo con su jefe.
…
El alfa deseaba sorprender a su omega así que tomó un vuelo para llegar esa misma noche y celebrar con su pareja.
Al desembarcar, Bakugou sintió como su corazón se encogía, sentía que algo no iba bien. Preocupado intentó llamar a Izuku pero este no respondía sus llamadas.
Asustado llamó a Los encargados de cuidar al pecoso, esperaba que estos le dijeran que se encontraba en casa junto a su pequeño.
- ¿ya han llegado?- grito por el móvil.
- Ka... alguien se los llevó...
Bakugou apretó sus manos y salió rápido del aeropuerto, nadie le dijo nada ya que se veía claramente furioso.
Tardó poco en llegar a su hogar, quería explicaciones. En cuanto entró vio a los guardaespaldas del pecoso heridos pero en ningún lado se encontraba su pareja e hijo.
- lo sentimos, nos atacaron y...
- NO QUIERO EXCUSAS - dijo furioso.
- kats... cálmate- dijo Mina preocupada- ya hemos llamado a la policía
Katsuki salió de nuevo de su hogar, debía encontrar a su pareja. En su cabeza pasaban demasiadas cosas y ninguna era buena.
Estuvo toda la noche buscando por la ciudad, movió cielo, mar y tierra, pero no encontraba rastro de Izuku.
…
A la mañana siguiente en el mismo puente se encontraba una pareja de ancianos paseando tranquilamente hasta que escucharon el sollozo de un bebé.
La mujer corrió a buscar al causante del llanto y lo encontró escondido, envuelto en una manta amarilla llena de sangre. La mujer quitó la manta y se aseguró que el pequeño estuviera a salvo, su marido revisó la.manta y ésta traía un número escrito en ella.
La pareja de ancianos se vieron y llamaron al número.
Una media hora después llegó un alfa enorme junto con la policía.
El pequeño, que hasta ese momento seguía llorando, se calmó en cuanto vio al alfa. El alfa corrió a abrazarlo y a llenarlo de su aroma y pequeños besos.
- señor- dijo el policía llamando a el alfa para que viera en su dirección.
Horrorizado Bakugou vio como enganchado en el puente estaba la chaqueta de Izuku llevaba el día anterior. Las lágrimas cayeron de sus ojos, temía que ahora buscarían un cuerpo en lugar de a una persona viva.
Bakugou agradeció a los ancianos por llamarle, les entregó un cheque en blanco y se marchó con el pequeño, iba a llevarlo al hospital para que se aseguraran que este estuviera bien.
Durante el trayecto al hospital lloro, lloro más que el día en que su padre murió. Amaba al pecoso, había prometido protegerlo, que daría su vida por él pero había fallado.
Al llegar al hospital de los Todoroki revisaron al pequeño, tenía algunos indicios de hipotermia así que rápidamente lo ingresaron.
El alfa cayó al suelo cuando le dijeron que el bebé había comenzado a respirar con dificultad, que lo habían drogado y que temían que no resistiera.
- por favor, no quiero perderlo a él también- le rogó a Touya que se había acercado a él para preguntarle porque se encontraba en el hospital
El alfa simplemente lo consoló con la mirada, no quería preguntar por Izuku en aquel momento ya que intuía que algo malo había ocurrido por el estado del alfa y su fuerte aroma a dolor.
Las horas pasaban y el pequeño no mejoraba, su amado hijo estaba a punto de perder la vida por su culpa. Sentía que si hubiese ido a buscarlos su pareja y su bebé estarían a salvo.
- señor...- dijo un policía mientras se retiraba la gorra y agachaba la cabeza- lo sentimos mucho
- por favor... díganme que está bien
El policía negó con la cabeza, después de eso le comentaron que aún cuando no habían encontrado un cuerpo pero los forenses sabían que la posibilidad de sobrevivir a aquella caída eran nulas.
Bakugou cayó al suelo, su corazón se había destrozado por completo. Su lado alfa gritaba de dolor mientras le repetia lo inútil que había sido, sobre lo estúpido que fue por no llevarse a su hijo y al pecoso a una isla desierta, sobre lo culpable que era de su muerte.
- intentaremos encontrar su cuerpo...
- señor, puede pasar a ver a él bebé- dijo una enfermera- nos tememos que quizás no...
El alfa ignoró a la mujer y entró, le hicieron ponerse un traje especial. Una vez dentro se encontró a su pequeño conectado a muchos aparatos, su corazón iba demasiado rápido, se veía que tenía dificultades para respirar y su piel estaba demasiado pálida.
- Takahiro...- dijo acercándose con miedo.
El pequeño bebé abrió tenuemente los ojos, estos se veían apagados, como si supiera por lo que estaba pasando su padre alfa levantó un poquito la mano para cerrar sus ojitos.
- mi pequeño, ayer en algún momento tu madre murmuró tu nombre- se sentó al lado de la pequeña incubadora y siguio hablando- y como una flama que se apaga demasiado pronto... El se fue...
Apretó con fuerza su pecho mientras intentaba callar sus ganas de gritar de dolor.
- él te dedicó todos sus días, el cambio mi vida, hizo que mi vida valiera la pena...- se levantó y vio de nuevo a su pequeño intentando reírse, parecía comprender el dolor de su padre- pero cuando sonríes... se que una parte de él sigue viva...
Tomó con cuidado la mano de su pequeño y está la apretó. Segundos después un largo pitido sonó y entraron varios médicos que lo sacaron de la habitación.
¿ Cómo podría perderlo todo en un instante? ¿ valdría la pena seguir viviendo después de aquello?
Continuará…
Siento la redacción y las faltas ortográficas.
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