Quería ser un hermano perfecto, uno que no tenga un error.

Un hermano perfecto que cumplirá los sueños y metas que le tiene pensado.

Un hermano que solo quiere ser su hermano, y no su amante.

Su amor no paro de crecer, seguida y seguía, tratando de salir, de mostrarle al mundo lo bello que eran sus pétalos.

Podía adelantar de curso con sus 15 años recién cumplidos, incluso entrar a la universidad, pero su hermano mayor le dijo que quería que viviera las etapas como debía ser, que no quería que se ahogara en expectativas que no le hacían bien, disfrutara su vida adolescente.

Por eso amaba a Dick.

Amaba a su peti-azul más allá de la hermandad.

Y por eso debía callar y obedecer.

Porque Dick está sacrificando toda su vida que planeo a costa de su felicidad, encargándose de un imperio que no le correspondía, cuidar bajo sus alas a un petirrojo que no es su hijo, hacer de lado toda esa vida soñada que estaba comenzando a vivir por él y sea el hombrecito que quiera ser, siempre y cuando sea feliz.

Lloraba, pero de tristeza. Su amado se consumía por él, que no le importaba cargar con la empresa por diez años más si eso es lo que no quiere, que viva feliz su vida mientras el asumía el papel de padre.

¿Grayson aceptara lo que ama? ¿lo aceptara por completo como siempre dice?