*personal mente lo leeria con el video :v

Bajo de la limusina a paso lento, mirando la gran casa que pertenecía desde hace tanto al apellido, sacando del asiento trasero su violín, despidiéndose del chofer que arranco el vehículo, saliendo de la propiedad por las rejas principales mientras el observaba las luces rojas.

La mansión nunca le pareció tan oscura y soltaría como antes, se pregunto si siempre fue así. Alfred estaba en Inglaterra, Tim descansando con los titanes para luego seguir buscando, Jason en el departamento del acróbata en Bludhaven para defenderla, y el ultimo mencionado ocupado, y seguirá estando ocupado por la capucha de Batman.

Le dedico unas caricias a su perro Titus, oh perro leal que le ha defendido de Jason cada vez que entra a su habitación a despertarlo con un valde de agua. Su vaca, aquella que siempre ordeña cada mañana para sacar la mejor leche que ha probado, dándole el pésame por su ternero muerto, y como ultimo unas caricias a Alfred, durmiendo encima del escritorio del despacho de su padre.

Los ojos de gato le hicieron preguntar que si fueran personas lo amarían, así como lo amaban siendo unas mascotas.

Miro el retrato de sus abuelos paternos, felices en aquella pintura, suponía que orgullosos de Bruce Wayne. Lamentaba tanto no ser lo que se espera de un Wayne.

Amaba a su hermano, sufría por la muerte de su padre y que este no le conociera como era por completo, le carcomía la ansiedad de saber si seria aceptado incluso con sus defectos, se moría por ser el principito perfecto que todos esperan.

Mientras se paraba en las calles, mirando la gente pasar de aquí allá, siempre trataba de buscar alguna respuesta por que se veían felices seguir la misma rutina monótonamente, como si fueran unos robots que solo están programados para hacer eso hasta el final de los tiempos.

Miraba las reacciones a los videos de personas que tuvieron el valor de declarar su amor al público, siendo fuertemente repudiadas y muy poco apoyadas.

Pensaba en las clases que impartía sus profesores acerca del amor, el amor tradicional de un hombre a una mujer, las de sexualidad e historia, con más desanimo cada día de parar a decir ¿y a los homosexuales qué?

Veía aquellos folletos de promoción de universidades, recordando como Tim lucio emocionado sosteniendo un monto en sus brazos. Se preguntaba si esto era lo que quería, porque no tenía nada que le apasionara, estaba como una hoja que arrastraba el viento.

Observaba a los miembros de la liga de la justicia, pensando si alguno de ellos también era igual a él, o qué pensarían de un superhéroe gay, siendo el hijo de Bruce Wayne e increíble caballero de la noche.

¿los marcianos les daba igual? Ellos tenían hijos asexualmente algunas veces.

Corriendo el reloj en la pared bajo por las escaleras, mientras miraba las estarlatitas de piedra en el techo, envolviéndolo la leve oscuridad, con el sonido de los murciélagos escuchándose en eco.

La baticueva le pareció un recuerdo grato, en como llegaba de una misión con su padre en el bat-movil, recibidos por Alfred.

Los trajes de Robins exhibidos los recorrió, mirando con deteniendo el primer traje del Robin original, pensando en lo ridículo que se vio Grayson prácticamente sin pantalones, y claro, no podía imaginar a Jason mostrando sus piernas.

Por ultimo se detuvo en el suyo, admirando las botas de caña alta, la capa con la capucha toque personal de su parte y el antifaz afilado. Este Robin representaba algo diferente de los demás, Dick represento juguetería, Jason entusiasmo y terquedad, Tim templanza y control. Y el...era ferocidad, ira y sangre.

Abrió la puerta de cristal, mirándose en ese antiguo traje, a pesar que tiene 15 y una nueva versión del traje, siempre se ha sentido apegado por el primero que uso. Acaricio con su dedo los finos detalles de la R, el cinturón de herramientas, los cordones rojos y antifaz verde del rostro. Por último, miro la katana descansando a un lado, tan filosa y mortal, perteneciente a su abuelo Ras, siempre afilándose con sangre.

La desenvaino, mirando su reflejo en la hoja.

Espejo espejo, dime una cosa, ¿dime en donde puede ser perfecto?

Y en su delirio le pareció escuchar a la hoja hablar, sonando el canto de los petirrojos.

La hoja, el país de los reflejos, le mostraba un mundo mejor, uno de paz, de armonía, sin perjuicios, sin dolor, sin restricciones de amar, acompañado de personas que le amaran, con el canto de los sinsajos.

Se arre costo contra la vitrina del traje del primer Robin, imaginando que Dick esta a su lado, acompañándolo.

La espada de Ras solo se forja con sangre, y seria con la suya.

El filo reflejo la piel de su muñeca, acariciando vacilante el conducto venal que se marcaba. Si era sincero, le pareció algo patético cortarse ahí, en la liga de asesinos se suicidaban enterrándose la espada en medio de su cuerpo, pero... quería ser imperfecto, saber porque era tan preferido morir así aquellos que son rechazados por sus padres, por sus amigos de papel, por la sociedad.

Porque eso eran, sociedades falsas, no había rosas que mostraban con orgullo sus pétalos, y las pocas que se arriesgan son pisoteadas.

Un pequeño corte, saliendo un pequeño hilo, casi diminuto.

¡El hechizo durara hasta el final de los tiempos! ¡no hay poder que lo altere!

Entonces esta vez se hizo un corte mas profundo, arrugando la nariz por sentir el dolor de su vena siendo cortada, y le siguió su otra muñeca, viendo un hilo decentemente grueso de su liquido vital corriendo lentamente como lava encima de las rocas.

Entonces comenzó a murmurar toda la mierda guardada de alguien que no era el, si no solo un reflejo que fue hecho por otros, siendo remplazado por un cisne blanco, cuando todo el tiempo fue un cisne negro.

Un gran chaco, o eso creía, estaba creciendo a su alrededor.

Comenzó a pesarle los parpados, nada nuevo, el ya estado al borde de la muerte muchas veces, pero esta vez era un sueño tranquilo, como si fuera una noche normal en que se va su cama para acostarse.

No sabia si la falta de sangre le hacia ver cosas, pero veía al primer Robin sentado a su lado, apoyado contra la vitrina, volteándolo a ver con esa sonrisa tan Grayson.

Padre, perdóname por no ser lo que querías.

Hermanos, perdónenme por no volar con ustedes.

Te amo Richard, te amo tanto.

-¡maldita sea! ¡¿Qué has hecho?!-

Le pesaba los ojos, no podía ver muy bien, el olor a pólvora y cigarrillo le dio una idea de quien era, lástima que era tarde.

-¡demonio!, ¡maldita sea Damián no te duermas!-

La inconcina no le hizo pensar más, con una leve sonrisa cayendo en los brazos de Reed Hood, pensando que al fin tendrá su final feliz.

Y como el cisne blanco hizo, se lanzo al abismo, con las trompetas sonando alto, los violines en despedida, y el negro mirándolo desde el cielo.

Se sentía como estar flotando en un inmenso mar, con el sol de la tarde, el agua tranquila, esa sensación de flotar en el agua, libre.

Se sentía tan bien.

Espejo espejo, dime una cosa, ¿en ese mundo, ya podre ser feliz?

¿podre tener mi final feliz? ¿Cómo en los cuentos?

Pinchado ya con la rueca, se sumió el príncipe de Gotham en un sueño de muerte.

¡El hechizo durara hasta el final de los tiempos! ¡no hay poder que lo altere!