— Creo que saben por qué estamos todos reunidos aquí hoy.

Los dos pequeños sentados frente a él lo miraron confundidos y algo abrumados, no les gustaba salir de su casa porque realmente no eran la clase de niños que les gustaba salir a todos lados, sobre todo ahora que estaban de vacaciones y querían disfrutar de sólo dormir y dormir.

Y que JungKook haya interrumpido si paz los ponía de muy mal humor.

— Necesito su ayuda — El azabache dijo sonriente, a pesar de que los dos niños seguían viéndolo sin una pizca de emoción.

— ¿Y papá sabe que nos trajiste aquí? — Mi-Sun fue la primera en hablar.

— No, no le dije nada y ustedes no le dirán tampoco.

— Eso es secuestro, ¿sabías? — El pequeño Sun-Kyu dijo mientras hacía un puchero — Voy a gritar y se lo voy a contar a quien más confianza le tenga.

JungKook rodó los ojos, aquellos dos niños eran un dolor de cabeza, cuando menos te lo esperabas te atacaban por la espalda con tonterías o incluso con sermones tratando de ser superiores a ti, pero ya que Hae-In le había pedido conocerlos, tenía que arreglar ese problema sí o sí.

— Esto no es secuestro, por la Luna, los conozco desde hace años — Dijo a la defensiva — Así está la cosa, ¿qué les parece como que fingen que son mis hijos por una tarde?

— ¿Por qué no le dices la verdad a ese pobre chico? — Mi-Sun soltó, no le molestaba en absoluto ayudar a su Hyung, pero, ¿engañar a un pobre Omega que no tenía culpa de nada? Eso no estaba dentro de sus principios.

— ¿Qué? ¿Su papá se los dijo?

— Nuestro papi nos cuenta todo, siempre,  todo y cada una de las cosas que le obligas a hacer — La expresión en el rostro del mayor cambió rápidamente — Y no, no estamos dispuestos a participar en tu mentira.

— ¡Oh vamos! Ustedes son los únicos que pueden ayudarme.

— A Mi-Sun no le agrada que su Hyung platónico engañe de esa manera, y sobre todo que utilice a papi como objeto de engaño — Sun-Kyu habló, dándole una mordida a su gran y humeante pizza.

JungKook rodó los ojos y sin previo aviso, les quitó el plato de pizza que cada uno tenía en frente.

— Por favor, será como un trabajo, así tu podrás llevar a cabo tus enseñanzas de actuación — Le dijo a Mi-Sun, quien sonrió maliciosa en cuanto escuchó la palabra trabajo.

— Si esto será un trabajo, tendrás que pagarnos — Declaró la niña — Quiero seiscientos dolares por día más tiempo extra si se pasan de ocho horas, y un curso de seis meses que papá no puede pagar.

JungKook lo miró incrédulo, sabía perfectamente que meter a esos niños en su pequeña mentira le iba a salir muy, muy caro, pues esos pequeños sabían jugar muy sucio.

— Cincuenta dólares y un curso de tres semanas en la Weigh E.N.C.I.A de tu localidad — Reafirmo el Alfa.

— Quinientos dolares y cuatro semanas de curso — Atacó la menor.

— Trescientos dolares y tres semanas, tómalo o déjalo.

— Lo tomo — Dijo Mi-Sun con orgullo y estrechó su mano con la del mayor.

— ¿Y bien? ¿Cuál es tu precio pequeñín? — Le habló ahora al menor de los Kim.

— Quiero que me lleves a Hawaii a nadar con los delfines.

El Alfa suspiró, definitivamente lo iban a dejar en la ruina. Ahora que lo pensaba con mucho cuidado, ¿realmente era necesario seguir con la mentira?

— ¿Es en serio? ¿No se te antoja algo más? — Preguntó indignado — ¿No vas a olvidarte de eso, cierto? Pide otra cosa.

— Entonces busca a otra persona — Y como reclamo, tomó el plato de pizza que su Hyung le había quitado y manteniendo la mirada fija al Alfa le dio una gigantesca mordida.

— Uh, la mirada de mafioso, muy bien Sun-Kyu, se trata de negocios, ¿hay alguna otra cosa que te interese?

— Quiero un pony volador.

— Yo también quiero uno de esos, pero lamentablemente no existen,  ¿alguna otra cosa? — Su paciencia comenzaba a acabarse pero tenía que soportarlo otro poco más.

— Entonces quiero sólo un pony y voy a llamarlo Nelson — Mencionó el pequeño sin dejar de mirarlo fijamente.

— ¿Qué tal un Play Station 4 y a ese lo llamamos Nelson? — Preguntó convincente.

— Uh, interesante, sigue hablando.

— Con cinco video juegos incluidos y nos reuniremos con Hae-In en Charli Choochoo, está cerca de mi casa.

— ¡Con seis juegos! Y será en J.D McFunnigans, y para que lo sepas no es un juego, yo te dejo — Sun-Kyu lo señaló con su pequeño dedito, luciendo amenazador.

— Ugh, de acuerdo, de acuerdo, ¿tenemos un trato? — Les preguntó a ambos niños. Los dos pequeños asintieron felizmente por haber obtenido lo que querían — Muy bien, es un trato, se cancela si no comen su pizza en estos momentos.

Ahora que tenía la ayuda y el apoyo de los dos pequeños, sabía que nada podía salir mal, el verdadero problema era hacer que TaeHyung aceptara la idea de que sus hijos participaran en aquélla mentira. Era cierto y lo admitía, la mentira se había salido de control y estaba llegando un poco lejos.

Pero ya no había nada que pudiera hacer, le parecía vergonzoso admitir frente a Hae-In que aquel anillo era en realidad de un chico al cual aún le costaba superar, pero por supuesto, aquel Alfa estaba convencido de que Hae-In podía ayudarle a olvidarlo.

Ahora su más grande problema sería enfrentar a TaeHyung.

— ¡¿En qué estabas pensando al meter a mis hijos en esto?! — Ahí estaban los gritos.

Ahora que estaba en el consultorio y le había dicho sobre la idea de reunirse con sus hijos y Hae-In el fin de semana, TaeHyung había explotado.

— ¡Por favor, TaeTae! Sólo será una pequeña salida y después, todo volverá a la-

— ¡Normalidad mis bolas! Mis bebés no tienen porque formar parte de tus sucias mentiras, no, no, Jeon JungKook. Esto está llegando demasiado lejos — Estaba alterado, porque jamás en su vida había estado en una situación así, no era algo tan malo pero era algo que lo sacaba de quicio, le había enseñado a sus hijos a no mentir y ahora todos formaban parte de una mentira.

Se cruzó de brazos molesto, y formando un pequeño puchero que a JungKook le pareció tierno, TaeHyung era muy tierno cuando se enojaba, y él había visto todos y cada uno de sus gestos de enojo.

Y sí, en todos se veía tiernamente temible.

— TaeTae — Murmuró y se acercó lentamente hasta el pequeño Omega, se inclinó un poco para que sus ojos pudieran conectarse con los del menor, ya que su mirada estaba agachada — Tae, sólo será esta vez, y ya no más, lo juro.

El aroma a fresas y peonía se intensificó conforme se fue acercando al mayor.

— JungKook, eres cruel, ¿cómo puedes estar tan tranquilo sin que te recuerde la consciencia? — Preguntó mirándolo a los ojos esta vez.

— TaeTae, por favor, te lo suplico — Ese apodo, ese maldito apodo siempre podía contra el Omega.

Por mucho que le decía que no lo llamara así, JungKook parecía sólo ignorarlo, cuando necesitaba de su ayuda y no sabía cómo conseguirla, solía llamarle de esa manera mientras hacía un puchero. Justo como en esos momentos.

— Ugh, maldita sea, está bien — Se quejó, y enseguida sintió como el Alfa rodeaba sus hombros con uno de sus brazos.

— ¡Eres el mejor jodido Omega del mundo! — Gritó alterando el orden en la clínica, para después dejar un beso sobre su redonda mejilla.

El mayor rodó los ojos y trató de disfrazar el pequeño sonrojo en sus mejillas por ser llamado de aquella manera, y por el pequeño beso que había dejado el Alfa en aquélla zona. JungKook era una gran debilidad, sabía como convencerlo para después hacer sus tonterías.