El ascensor se abrió y el sonido que hizo provocó que los dos chicos se separarán de golpe, pero sin alejarse por completo. Ambos estaban con la respiración agitada, sus labios húmedos e hinchados por haberse mantenido durante largos minutos abrazados y besándose.

Ahora que TaeHyung recobró un poco la conciencia, se sintió sumamente avergonzado por lo que habían hecho.

Y JungKook solamente pensó qué lo que acababan de hacer, lo había hecho anhelar un poco más.

Pero ninguno de ellos se separó, tampoco se disculparon por lo que habían hecho, al contrario, sentían que lo que acababa de pasar no había sido un error cómo para disculparse.

Pero aún así, eso no cambió el hecho de que TaeHyung se pusiera nervioso, y que sus manos comenzaran a temblar y a sudar mientras sentía la mirada del Alfa sobre él.

El ojiazul intentó mover sus manos, para separarse un poco más de él y alejarse, pero JungKook en cambió se abrazó más al cuerpo de TaeHyung, subiendo por toda la espalda del menor para llegar hasta su nuca y hundir sus dedos sobre el cabello del Omega. El aroma del haitang con un ligero olor a vainilla se hizo más potente ante JungKook, quien no dejó que el Omega se alejará por completo de él.

— No sabía cuánto necesitaba besarte, hasta ahora — TaeHyung mordió su labio inferior, intentando no decir algo que delatara lo nervioso que estaba — Lo había pensado más de una vez, si te soy sincero.

— Estas loco — Su mirada estaba sobre el hombro del menor.

— Tal vez no debí haber hecho eso, pero no me arrepiento.

— Deja de decir eso — Le contestó en seguida, sus manos se aferraron a los antebrazos del Alfa, y JungKook pudo sentir cómo las manos de TaeHyung temblaban — ¿Cómo puede ser tan fácil para ti decir algo así? ¿No te da un poco de vergüenza? ¿No sientes que haces algo mal?

Sonrió de forma suave y se inclinó ligeramente hasta chocar su frente con la de TaeHyung, manteniéndose separados por unos pocos centímetros. El Omega jadeo con fuerza cuando JungKook robó un beso de sus labios fugazmente.

— Realmente tú — Susurró con dificultad, tener al Alfa tan cerca no ayudaba en nada — E-eres muy desvergonzado.

Sus cejas se fruncieron haciéndolo lucir enojado pero nervioso por el leve rubor que adornaba sus mejillas.

— Siempre he sido así, no deberías sorprenderte.

TaeHyung tragó con dificultad, pensó seriamente sobre lo que estaba pasando y sobre cómo tenía que actuar, ya no era un estúpido adolescente de dieciocho años teniendo un beso con su crush. No, ya era un adulto con dos hijos y entre los brazos de un Alfa que le pertenecía a alguien más.

— A-ah — Se apartó de él, esquivando su cuerpo y saliendo por fin del ascensor en donde estaba atrapado con el Alfa.

Cuando estuvo fuera de aquel pequeño espacio, sintió que el aire regresaba a sus pulmones. Incluso aunque JungKook lo siguió de cerca, ahora se sentía un poco más tranquilo a como estaba antes. Y aunque su corazón no dejó de latir rápidamente por la adrenalina del momento, trató de tranquilizarse para no morir de un ataque.

— Por favor, no hablemos sobre lo que pasó — Le dijo, JungKook frunció las cejas al escuchar lo que TaeHyung pedía. Se acercó hasta el Omega y tomó de su muñeca para llamar su atención.

— ¿A qué te refieres?

— Nadie necesita enterarse de que nos besamos — Le repitió, mantuvo mucha fuerza de voluntad para no voltear y ver al Alfa a los ojos.

— ¿Por qué?

— ¿Cómo qué por qué? — Preguntó abruptamente — ¿No es obvio? Hae-In y tú están juntos, no sería tan agradable para él escuchar que nos besamos, sobre todo porque él piensa que somos ex-esposos.

JungKook soltó una risita y asintió, soltó su mano y siguió caminando a su lado. Incluso aunque minutos antes se estaban besando como dos enamorados en el elevador, ahora después de aquella suave risa, las cosas se habían calmado un poco.

— Sigo pensando en que DaeHo es un hijo de puta — Quiso cambiar de tema, para no sentirse tan sofocado, pero no se le ocurrió un mejor tema de conversación que ponerse a despreciar a DaeHo. TaeHyung soltó una risita y asintió.

— Lo es, no sé cómo fue que me fijé en él.

— Tienes malos gustos — Respondió.

TaeHyung lanzó una risita y no negó lo que había dicho.

— Sí, tengo terribles gustos — Siempre terminó poniendo mis ojos en personas inalcanzables para mí.

— Yo también tengo malos gustos, sólo mira a SuHyeok — No pudo evitar reír al escuchar aquello — Es... Lunas, te aseguro que solamente está con DaeHo también por dinero. Digo, el idiota tiene demasiado dinero para gastarlo sólo en él, pero no para lo verdaderamente importante, tú y sus hijos.

— Si bueno, es algo característico de él, mis bebés siempre esperaban una llamada de él, pero un día Mi-Sun comprendió que su padre no volvería a llamar nunca más y se rindió de seguir esperando — Bajó la mirada, no se sentía mal en absoluto, simplemente que recordar aquellos días lo hacía odiar aún más a DaeHo.

— Ellos siguen pensando en él, ¿verdad? — Preguntó el Alfa.

— Mmm no, ya no tanto como antes. Antes era diferente, esperaban por noticias de él todos los días, a veces no podía tranquilizarlos a menos que tú aparecieras frente a ellos, de alguna manera tú siempre logras mantenerlos entretenidos, les agrada tu compañía las veces en las que te ven — Le confesó con sinceridad — En realidad, desde que te conocieron comenzaron a olvidar poco a poco a DaeHo.

— La vez en la que se quedaron en la habitación, porque supuestamente MinGyu y tú saldrían, ellos dijeron muchas cosas acerca de eso — Comentó, metiendo sus manos en los bolsillos de su pantalón — Dijeron que todo sería más fácil para ellos si yo fuera parte de su familia, que siempre pensaron que la siguiente persona de la que te enamorarías sería de mí.

JungKook soltó una risita, dándose cuenta que ya estaban en el pasillo que dividía el lado de sus habitaciones. La del Alfa quedaba hasta el fondo y la de TaeHyung estaba subiendo las escaleras.

— Pero es una tontería, porque nunca te enamorarías de mí — Le dijo.

TaeHyung tragó con dificultad, necesitaba decir algo para agilizar las cosas, necesitaba negarse porque desde luego que no admitiría su amor por JungKook, no era el momento ni el lugar correcto. Nunca lo sería.

Sonrió sin mostrar sus dientes y después dijo: — Hasta mañana, JungKook.

El Alfa suspiró y asintió respondiendo.

— Hasta mañana.

Dio media vuelta, apretando sus manos en puños para evitar cometer alguna tontería de la que después se arrepentiría. Ignoró el leve dolor que sintió su pecho y su lobo al rechazar al Alfa frente a él, sabía que aunque ambos no se dijeran las cosas como tal, en ese momento se estaba sintiendo como si así fuera.

El Alfa caminó por el pasillo para llegar a su habitación y poder dormir, lo único que quería era refrescar un poco su cabeza, tal vez así mañana ya amanecería mejor y volvería a ser el mismo.

Pero, ¿cómo podría ignorar lo que estaba sintiendo una vez más? Tenía sentimientos encontrados, una ola de emociones recorrían todo su cuerpo sin control alguno. ¿Desde cuándo era tan difícil para él aceptar la verdad? siempre se había considerado una persona sincera consigo mismo, nunca profundizó sus problemas porque sabía cómo arreglarlos sin necesidad de correr lejos de ellos.

Pero, ¿por qué tenía tanto miedo esta vez?

¡Al diablo el miedo!

¿Cómo podría ser feliz o saber lo que realmente quiere si tiene miedo todo el tiempo?

Justo en ese momento, cuando decidió dar media vuelta para correr por TaeHyung y llegó hasta el pie de las escaleras, escuchó el grito de Hae-In desde el otro lado del pasillo. Mierda, Hae-In lucía tan feliz y emocionado, y no sabía por qué razón era, pero MinGyu venía con una cara de "pido perdón".

— ¿Qué?

— ¿Cuándo ibas a decirme que tenías pensado pedirme matrimonio? — Los ojos del mayor se abrieron, confundido miró a su hermano, quien tenía una mueca de angustia.

— ¿Yo? ¿Pedir? ¿Qué? — Preguntó.

Sí, pocos días después de haber llegado a Hawáii, había visto algunos anillos de compromiso en algunas tiendas, le había comentado a su hermano acerca de ello. Pero realmente no tenía planeado nada todavía, ni siquiera había comprado el anillo, pero originalmente, la idea era hacerlo para decírselo una vez que esté viaje acabara y todo terminara.

Pero ahora, no estaba seguro de eso.

— Y-ya sé que probablemente era una sorpresa pero, ¿por qué no lo dijiste antes? Sería tan feliz de casarme contigo — El Alfa fingió una sonrisa y cuando estuvo por aclarar la situación, TaeHyung bajó por las escaleras.

— ¡TaeHyung! — MinGyu gritó, intentando llegar a él para llevárselo lejos de ahí.

— Oh ah, ah, lo siento yo v-venía — Venía para decirle a JungKook que sí, me gusta.

— ¡Ah! No te preocupes, llegas en el momento perfecto — Hae-In le sonrió, TaeHyung lo miró confundido y esperó a que continuara, con un MinGyu queriendo llevárselo y un JungKook que aún no procesaba la información pero quería pararlo — Descubrí que JungKook quiere pedirme matrimonio.

Matrimonio.

Esa simple palabra se clavó en la cabeza del mayor, y entró como un cuchillo en su corazón.

— ¿S-se van a casar? — Preguntó.

JungKook negó rápidamente, pero Hae-In se adelantó a decir.

— Bueno, aún no me lo ha pedido como tal, pero yo estoy dispuesto a hacerlo. Digo, estamos en Hawáii, podemos hacerlo de manera informal primero y cuando volvamos a Seúl, lo haremos de verdad. ¿Te parece la idea?

— Ahh yo... — JungKook no sabía qué responder, principalmente porque no se esperaba nada de esto.

— Ah e-eso ¡Es genial! Y-yo lamento interrumpir, venía por MinGyu, ¡Los felicito a los dos! MinGyu, vámonos, los niños están esperando — Lo tomó de la muñeca, despidiéndose de ambos chicos — ¡Felicitaciones!

— TaeHyung... — El llamado de JungKook salió como un suspiro, solamente fue audible para él.

Y TaeHyung no pudo evitar sentirse enojado con él mismo, por permitirse amar a una persona que nunca sería suya. No odiaba a Hae-In, porque para empezar Hae-In no sabía lo que estaba pasando, ellos le habían dado una imagen en la que ninguno de los dos se amaban, pues eran ex-esposos, pero ahora, ¿ahora cómo le explicaría a las personas que se enamoró de alguien que no puede ser suyo?

Si tan sólo no hubiera sido tan cobarde antes, probablemente ahora estarían juntos.

Pero el hubiera no existe.