— Oh por la Luna — Murmuró TaeHyung, sintiéndose aturdido al ver a DaeHo frente a él, y no solo eso, sino por el hecho de que estaba con SuHyeok, el ex-esposo de JungKook, o el casi ex-esposo del menor.

DaeHo, quien estaba tomado de la mano del Omega menor, soltó su agarre rápidamente, tratando de no verse tan mal al hacer aquella acción. Miró a ambos chicos frente a ellos, JungKook no podía apartar la mirada de SuHyeok, quien simplemente bajó la suya.

No es como si sintieran algo todavía, por supuesto que no. Él simplemente lo único que sentía era dolor, todavía le resultaba doloroso, porque SuHyeok traía consigo aquellos recuerdos, recuerdos de lo que alguna vez creyó que podría ser su verdadero amor.

Pero simplemente era una mentira, una mentira como la que él estaba creando justo ahora, intentando hacer que Hae-In cayera en su pequeña mentira.

— Yo no sabía que vendrías a un lugar como este — DaeHo dijo, buscando con su mirada a aquellos dos niños, pero no pudo encontrarlos — ¿Y los niños? ¿Están contigo?

TaeHyung agitó levemente su cabeza y asintió rápidamente, tomando el brazo de JungKook, sintiéndose protegido al sentirlo cerca. El menor no dijo nada, tampoco se apartó de su agarre.

— Sí, sí, por supuesto que los iba a traer conmigo, ¿quién más los cuidaría? Ni de broma lo harías tú — Dijo, mostrando una leve sonrisa, tratando de ocultar su conmoción.

DaeHo le devolvió la sonrisa, una vez se volvió ante SuHyeok y lo tomó de la cintura.

— Él es Han SuHyeok, supongo que no es necesario decirte que es mi esposo — Comentó el mayor, el menor por fin alzó la mirada, entonces sus ojos enfocaron a aquel Alfa que alguna vez fue su pareja, con quien estuvo apunto de casarse.

— Oh claro, claro — Le sonrió y SuHyeok por cortesía devolvió la sonrisa — Es bueno que estés aquí, divirtiéndote y despejando tu mente — La incomodidad en sus palabras se notaba demasiado, además de que no podía encontrar las palabras correctas para decirlas.

— ¿Y ustedes dos? — DaeHo los señaló a ambos una y otra vez, esperando a que respondieran.

— ¡Ah! Él es JungKook, mi e-esposo — El menor a su lado lo miró confundido, sin embargo le dio una rápida mirada y un leve golpe con el codo para indicarle que le ayudase.

SuHyeok pareció no notar aquella acción, puesto que solamente se dignó a ver a JungKook, ¿esposo? ¿realmente el Alfa se había casado después de todo? Entendía que tal vez había sido muy cruel con él, podía incluso reflexionar sobre sus acciones, pero si algo no había cambiado en el Omega menor era su interés por aquel Alfa. Por supuesto que ya no sentía nada por él, solamente sentía demasiada curiosidad del por qué JungKook se había casado con aquel chico.

— ¿Esposo? — DaeHo preguntó confundido — ¿Y eso cuando pasó?

— Hace pocos días en realidad, estamos en nuestra luna de miel — Se apresuró a contestar, fingiendo una muy linda sonrisa, tratando de verse calmado.

— ¿De luna de miel?

— Eh sí, de luna de miel, toda la familia, ¿verdad, Kook? — Preguntó, su mano seguía entrelazada con la del azabache, se apegó más a su brazo y lo rodeó con sus manos.

— Ah sí... — Por fin habló, asintiendo con una gran sonrisa en su rostro, pasó su brazo por los hombros de TaeHyung, rodeándolo y apegándose a su cuerpo — Siempre he pensado que las lunas de miel son mejor si te traes a toda la familia, así que aquí estamos.

— Sí, los niños no están aquí ahora, puesto que solamente salimos a cenar nosotros dos — Terminó de decir el Omega.

DaeHo rió bajito y asintió, una parte de él estaba disimulando su incomodidad. Se sentía incómodo por muchas razones, TaeHyung estaba ahí con alguien más y ese alguien ya había conocido a sus hijos. Sabía que no tenía ningún derecho, o más bien, no sería correcto de su parte mostrarse a la defensiva, puesto que muchas veces prefirió no buscar a sus hijos para poder estar con SuHyeok.

— Bueno, nosotros tenemos que irnos, debemos regresar a la habitación y ya es tarde — Se apresuró a decir JungKook — Fue un gusto verlos de nuevo, nos vamos.

Jaló de los hombros a TaeHyung para poder salir de la vista de aquellos dos, caminaron unos cuantos pasos, tratando de perderse entre las personas, hasta que llegaron a uno de los pasillos del hotel.

Hasta entonces TaeHyung pareció reaccionar como era debido, parecía como si pudiera respirar correctamente, porque hace unos momentos era como si el aire le hubiera faltado, a pesar de que había tratado de manejar las cosas con calma.

A lo lejos divisó uno de los baños para los huéspedes, así que corrió rápidamente, puesto que comenzaba a sentir su garganta extraña y su estómago revolverse. Entró rápidamente azotando la puerta, entró en uno de los cubículos y se dejó caer para poder expulsar el vómito.

JungKook lo siguió de cerca, entró en aquel baño esperando a que el mayor terminara de vomitar. Ambos se sentían igual, tal vez uno peor que el otro, pero ambos podían compartir el mismo sentimiento de agobio.

TaeHyung salió del cubículo después de unos minutos, se acercó hasta el lavabo y abrió la llave para poder limpiarse con el agua, se refrescó rápidamente, puesto que lo único que quería era volver a su habitación.

Incluso habían olvidado el hecho de que los demás probablemente los seguían esperando.

Se miró en el espejo y suspiró, el menor le tendió un par de servilletas para que pudiera secarse.

— Lo lamento — Habló el Omega — No debí haber dicho que estábamos casados — Limpió su rostro poco a poco.

— No te preocupes, otra mentira no daña a nadie — Bromeó un poco, ganándose una mala mirada por parte del Omega — Bueno, perdón.

— JungKook, ¿qué vamos a hacer ahora? — Preguntó mirándolo a los ojos — Esto se está yendo demasiado lejos, no podemos dejar que siga así.

— No, no — Lo calló rápidamente — Esto ya está demasiado hundido como para que queramos retractarnos ahora mismo. Solamente tenemos que seguir con el plan, trataremos de no toparnos con ellos, solamente serán dos semanas. Y después-

— Deja de decir que todo volverá a la normalidad, también deja de decir que nada puede estar peor, porque siempre que dices eso algo malo pasa — Lo regañó.

El Alfa suspiró, observó el rostro de TaeHyung por varios segundos, podía ver perfectamente que sus expresiones habían cambiado, además de que podía sentir la tristeza que su lobo tenía en estos momentos, conocía a TaeHyung desde hace mucho tiempo, tanto que llegó a familiarizarse con su lobo, y TaeHyung con el suyo.

—Lamento haberte arrastrado a esto. No creí que todo se complicaría, tampoco me imaginé que tu ex-pareja estaría aquí con su esposo, el cual resulta ser mi ex-pareja también — Soltó una risita al decir aquello — Lunas, suena tan tonto. Tenemos tan mala suerte.

El de hebras rubias rodó los ojos y asintió dándole la razón.

— Increíble que DaeHo te hiciera vomitar, qué asco — Siguió diciendo el menor.

— Si bueno, yo tampoco creí que me hiciera vomitar al verlo — Respondió.

— Uh, es un buen momento para nombrar a este vómito... — Apuntó al retrete — Con el nombre de DaeHo.

TaeHyung lanzó una risita al escuchar sus palabras, negó lentamente ante las bromas del mayor.

— ¿Por qué eres tan grosero y malo? — Le reprendió entre risas — Se supone que estaba a punto de llorar y ahora me estoy riendo.

— Lo sé, soy increíble haciendo sentir bien a las personas — Le dijo una vez más, abrió sus brazos para indicarle a TaeHyung que podía darle un abrazo — Ven aquí, TaeTae.

La debilidad de TaeHyung siempre había sido ser llamado de aquella manera por JungKook, a pesar de que demostraba odiar ese apodo, no era solamente porque le molestara, sino porque comenzaba a creer que sonaba tan bien saliendo de los labios del menor, y le resultaba molesto pensar de esa manera.

El Omega suspiró, y sin decir nada más se acercó hasta poder hundirse en el pecho del Alfa, siendo apresado entre sus brazos, sintiéndose tranquilo en segundos al sentir a JungKook soltar sus feromonas para poder tranquilizarlo. Se sintió confundido por aquel acto del Alfa, y el menor tampoco comprendió por qué soltó sus feromonas, lo único que sabía era que quería hacer sentir feliz a TaeHyung.