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Ꜥꜥֶָ֢🌴ֶָ֢۫݊˒𐙚 capítulo O1

⠀⠀⠀𐙚 koo top! tete bottom!
⠀⠀⠀𐙚 soft. romance. comedia.
⠀⠀⠀𐙚 etéreo gráfico © hooneily_
⠀⠀⠀𐙚 adaptación © lixxsiws
⠀⠀⠀𐙚 inspo "una esposa de mentira"

Jeon JungKook estuvo a punto de casarse con el Omega más lindo y amable que cualquier persona haya conocido, Han SuHyeok. Él era el chico que traía a JungKook suspirando cada tres segundos.

Ambos se habían conocido en la universidad, habían pasado cuatro años de novios y cuando por fin decidieron dar ese gran paso en sus vidas, el Alfa descubrió una terrible noticia.

— Es un Alfa inútil, sólo voy a casarme con él por dinero.

Esas fueron exactamente las palabras de Han minutos antes de que el menor caminará al altar junto con él, por desgracia o tal vez suerte, JungKook decidió ir al baño de lo nervioso que estaba, y cuando estaba por regresar, no pudo evitar escuchar la conversación que su Omega tenía junto con sus amigos.

Ese día el mayor decidió abandonar el altar y prefirió emborracharse hasta perder la conciencia, y revolcarse con otro Omega, así fue día tras día.

Hasta que un día, su hermano MinGyu le propinó una cachetada, la cual le dejó una gran marca en su pálida mejilla y le gritó.

— ¡Sé un Alfa y demuéstrale que eres mejor que él!

Desde entonces, dejó de tomar, dejó de salir con Alfas, Omegas y Betas, se puso a hacer lo que realmente quería. Se convirtió en un increíble veterinario, prometiendo jamás volver a involucrarse con alguien más.

Su vida era perfecta, pero una parte de su corazón aún anhelaba el regreso de SuHyeok, es por eso que siempre llevaba el anillo que supuestamente era el de su compromiso.

Hasta que un día, todo se arruinó.

TaeHyung es un Omega muy lindo, cálido y amable, con un agradable aroma a fresas y peonía, al mayor se le revolvía el estómago cada vez que estaba cerca, su relación era algo peculiar.

— Estás por entrar en la menopausia.

— ¡JungKook! — Regañó el Omega — Por supuesto que no, tengo treinta y dos años, por dios.

— Sí, treinta y dos años y dos hijos que te sacan canas verdes cada dos segundos.

TaeHyung lanzó un gruñido a aquel Alfa, avisando que tuviera cuidado de lo que estaba diciendo al momento de mencionar a sus hijos, odiaba que involucrara a sus dos angelitos en todo. Pero el mayor sabía que eso lo hacía enojar y esa era exactamente la razón por la que los mencionaba.      

TaeHyung estaba divorciado, había pasado por muchas cosas dolorosas, había conocido a un increíble Alfa, el cual le dio amor y cariño todo el tiempo, lo hizo sentir feliz y bien consigo mismo, pero no todo siempre es color de rosa.

Con el paso del tiempo aquel Alfa fue alejándose poco a poco, comenzó a ser grosero y rudo, comenzó a tratarlo mal y a hacerlo sentir un completo inútil con sus palabras, y cuando se enteró que estaba embarazado, decidió que alejarse de aquel hombre sería lo mejor para él y para sus hijos. A pesar de que luchó contra todo por la custodia de sus dos hijos, aquel hombre tenía el privilegio de visitarlos o de al menos encontrarse con ellos. Pero como siempre, aquel Alfa nunca llegaba a las reuniones con sus hijos y con el tiempo, esos dos niños se fueron acostumbrando.

Ambos tenían muchas cosas en común, o más bien dicho, un pasado en común que los hizo cerrarse a la idea de buscar alguna pareja. Esa era la razón por la que ambos se llevaban muy bien, fuera de que JungKook siempre solía molestarlo, en realidad TaeHyung a veces sentía que el mayor era muy dulce con sus hijos.

Había veces en las que los dos niños iban a la oficina y se quedaban escuchando las tontas anécdotas del Alfa, quien solía ser gruñón en su trabajo, pero sabía tratar con aquellos dos pequeños.

A ninguno de los dos se les cruzó por la cabeza intentar algo, al menos hasta ese día.

JungKook llegó como loco al hospital y tras mentalizarse un buen rato, decidió por fin hablar y llevar el control con TaeHyung..

— ¿Qué quieres decirme? — Preguntó confundido aquel Omega, mientras entraba en la pequeña oficina del Alfa, la cual tenía impregnado por todos lados el olor tan peculiar de JungKook, chocolate.

El Alfa sonrió algo nervioso, sus manos jugaron entre si, no muy decidido aún de lo que estaba por hacer, pero no tenía de otra, era TaeHyung o no sería nadie. Además, era un Omega lindo, atractivo, su cabello rubio lograba resaltar todo de él y bueno, tenía un muy, muy buen cuerpo.

— Es que tengo un problema — Dijo, no le quería dar tantas vueltas al asunto, pero le era imposible no hacerlo, no era como los demás Omegas que había conocido, nunca se mostraba débil, era ágil, sabía llevar cualquier problema.

Y sobre todo, si algo no le gustaba, lo primero que hacía era pegarte.

— ¿Si? — El Omega preguntó sin saber exactamente a dónde quería llegar JungKook con todo eso.

— Verás, este fin de semana fui al bar de MinGyu, ya sabes a relajarme un poco — Aclaró su garganta y continuó — El caso es que yo, conocí a un Omega.

TaeHyung alzó una ceja sin saber que era lo que pasaba y del por qué le contaba eso.

— Él es muy lindo, la verdad es que es demasiado divertido — Suspiró al recordar la imagen de aquel chico de cabello rojo — Sé que dije que jamás, jamás, me iba a volver a involucrar con otra persona, pero, lunas, te juro que fue algo que no planeé.

— De acuerdo, de acuerdo. Ve directo al grano, por favor — Pidió.

JungKook suspiró, ya podía comenzar a sentir la fuerte cachetada que TaeHyung estaba por darle y no estaba para nada seguro de que le gustaría.

— Es que, él y yo, nos besamos, conversamos muy bien y tuvimos sexo — Dijo, lanzó una risita al recordar lo que había pasado — Pero después de eso, él vio el anillo de compromiso que tengo con SuHyeok.

— Creí que ya no tendrías ese anillo — El Omega sonrió con burla.

— ¡Lo sé, debí hacerte caso y tirarlo! — Gruñó enojado — Ese es el problema, vio el anillo y me gritó un montón de cosas. El caso es que ayer fui a su trabajo y le expliqué todo.

— ¡Genial! — Dijo fingiendo una sonrisa, para después quitarla y poner un rostro de amargura — ¿Ya puedo volver al trabajo? 

— ¡Agh! Mierda, TaeHyung. Necesito tu ayuda.

El rubio no contestó, esperó cruzado de brazos a que el Alfa dijera lo que tenía que decir, no estaba seguro del porque JungKook lo necesitaba, siempre solía arreglarlo todo él solo.

— ¡Por favor, TaeHyung! ¡Finge ser mi ex-esposo! — Exclamó el Alfa viendo a su asistente.

— ¡Estas loco, Jeon JungKook! — Contestó hartó de la situación — Debí suponer que saldrías con una tontería.

TaeHyung dio la media vuelta dispuesto a irse de ahí, no iba a seguir en el jueguito del Alfa, no quería hacer algo como eso, sobre todo para engañar a un pobre chico que a duras penas lo había conocido en un fin de semana. El mayor se acercó rápidamente al Omega, tomó de su mano y lo volteó para que lo mirara a los ojos.

— TaeHyung, por favor, necesito de tu ayuda — Suplicó.

— ¡Ugh! estas loco, todo lo haces para poder engatusar a ese pobre chico — Se cruzó de brazos una vez más.

— ¡Por favor! Sabes que no he salido con nadie en mucho tiempo, es el primer favor que te pido, solo eso — Pidió una vez más, sus manos fueron a cada lado de los hombros del Omega — Por favor, te lo suplicó, de verdad, me puedo arrodillar si quieres.

El rubio lanzó un gruñido cuando vio la carita de perro regañado en el rostro de su jefe, cualquier Alfa podría amenazarlo con más dinero, o le estaría intimidando en esos momentos, pero no JungKook, ese Alfa frente a él le estaba haciendo pucheros para que aceptará ayudarlo.

Bufó llevándose una mano a su cabello para revolverlo.

Se arrepentiría por esto, pero conocía al menor, no dejaría de molestarlo nunca con esto, y es probable que JungKook ya le haya inventado toda una historia con aquel Omega, así que no había forma de salir de ese problema.

— Agh, está bien, maldita sea — Rodó los ojos al decir aquello — Fingiré ser tu ex-esposo, pero sólo será una vez, no estoy dispuesto a llevar una mentira al límite.

JungKook sonrió felizmente, dejando sus dientes expuestos por lo agradecido que estaba con que TaeHyung lo estuviera aceptando.

— ¡Sí! No te preocupes, sólo será una salida rápida y luego todo será como si nada hubiera pasado — Aseguró convencido.

Pero que equivocados estaban ambos.


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