Ꜥꜥֶָ֢🌴ֶָ֢۫݊˒𐙚 capítulo final
— Pues de nada — MinGyu dijo, sonriéndoles en grande a la pareja frente a él.
TaeHyung rodó los ojos con una ligera sonrisa en su rostro, tener a MinGyu diciendo que fue gracias a él que ambos terminarán juntos sería algo que tendría que aguantar por el resto de su vida. Aunque claramente si no fuera por él, ahora mismo no estaría de camino a casa con el azabache y sus hijos.
— Cállate vendedor de ovejas — Le reprendió, haciendo que MinGyu soltara una risita — ¿En serio fue lo mejor que se te ocurrió?
— Me gustan las ovejas, cuando se casen les regalaré una — Respondió sin sentirse regañado.
— ¿Casarse? — Tanto Sun-Kyu como Mi-Sun preguntaron rápidamente.
— Sí, casarse, no me digan que no piensan en eso — Volvió a decir — Son adultos y deberían pensar en eso — TaeHyung fingió una sonrisa, no porque se sintiera incómodo, sino porque no tenía pensado decir nada de eso ya que nadie sabía que JungKook y él ya estaban enlazados.
— Uhh, que tentadora propuesta — Subió su brazo hasta los hombros del Omega para abrazarlo — Pero alguien no me ha pedido matrimonio.
— ¿Ahora los Omegas tienen que pedirle matrimonio a los Alfas? — Preguntó cruzándose de brazos — ¿Dónde quedó la tradición varonil?
— Nunca existió — Dijo, acercó su boca al oído de TaeHyung y susurró — Pero no es necesario pedirlo cuando sabemos que los dos estamos de acuerdo — El aliento de JungKook se sentía como fuego tan cerca de TaeHyung, lo que había escuchado lo había dejado algo perplejo y en segundos se avergonzó, pero trató de disimular en esos momentos con MinGyu y sus hijos presentes.
El azabache se apresuró a entregar los boletos de avión, al cabo de algunas horas ya estaban volando de regreso a Seúl, TaeHyung no sabía si eso cambiaría algo, volver de nuevo a la misma rutina de todos los días, levantarse, hacerle el desayuno a sus hijos, llevarlos a la escuela e irse al trabajo. No tenía presente que tanto podría cambiar ahora que sus sentimientos habían sido correspondidos, tampoco sabía si JungKook estaba dispuesto a hacer esto público.
Cuando la noche cayó ellos habían llegado a su hogar, TaeHyung se sentía demasiado cansado pero no quería acostarse porque la espalda le dolía mucho, así que después de escuchar como sus hijos hacían berrinches y obligarlos a dormir, se desplomó sobre el sofá.
— No creí que viajar en avión fuera tan cansado — Se quejó el Omega, masajeando sus hombros con pesadez, el azabache sonrió y se acomodó sobre el sofá, del modo en que pudo atraer a TaeHyung hasta él para dejar que se acomodara sobre su pecho.
— Está bien, fueron solamente unas horas — El Alfa llevó sus manos hasta los hombros de su pareja y comenzó a masajear por él.
— Ahhh, duele, no seas tan brusco — Se quejó, acomodándose mucho mejor para que JungKook siguiera masajeando sus hombros.
Con gentileza y tranquilidad, el azabache se quedó de esa manera durante largos minutos, tratando de aligerar la tensión en los hombros de su Omega, de reojo pudo apreciar la linda marca que yacía sobre su cuello, sonrió felizmente al recordar que había proclamado al Omega como su pareja y se habían enlazado.
Durante tanto tiempo había estado deseando encontrar a alguien para dejar de sentirse solo, al inicio se había sentido como un idiota porque una parte de él quería borrar el dolor que SuHyeok había dejado. Sin embargo, cuando se encontró con Hae-In creyó que el chico era un Omega encantador, porque era divertido y no ignoraba sus bromas. Nunca se había animado a marcar a nadie, porque temía que volviera a pasar lo mismo que con SuHyeok.
Aunque fuera un Alfa tenía también sus inseguridades.
No obstante, estando con TaeHyung nunca se había sentido así. Tal vez era por el hecho de que nunca lo considero una opción como su enamorado, o más bien, no quería verlo de esa manera porque para él, TaeHyung era más de lo que se merecía.
— Me quedaré aquí.
— ¿Cómo inquilino? — Soltó una risita — Te voy a cobrar.
— Entonces, ven a vivir conmigo — Dijo tan a la ligera, el cuerpo de la persona en su pecho se tensó al haber escuchado esas palabras, JungKook rio internamente al imaginar la cara que tendría TaeHyung, después de unos segundos dijo — Ya que hemos arreglado todo, quédate conmigo — Ese quédate conmigo había sonado de una manera diferente, y no lo quería malinterpretar porque no quería hacerse una ilusión, no quería verse como un tonto aceptando algo que su corazón había entendido como una confesión para casarse con él.
TaeHyung soltó una risita, tratando de pensar en alguna broma barata para calmar sus nervios y comenzar a pelear con el azabache como solían hacer. Pero por alguna razón sus nervios no lo dejaban.
— Yo creo que me gustaría vivir contigo — Admitió, sonriendo ligeramente a pesar de que JungKook no podía verlo.
— Claro, si Sun-Kyu y Mi-Sun aceptan que les quiero quitar a su padre.
— Oye, ellos también vienen en el paquete — Dijo, pellizcando su brazo.
— Sí, pero con ellos no me quiero casar, solamente con su padre — Murmuró sobre el hombro de su Omega.
TaeHyung suspiró con una sonrisa en su rostro, alzó su mano para acariciar la mejilla del azabache que estaba sobre su hombro.
— Di que esto no será algo pasajero y te creeré, no importa cuántas veces hayas intentado tener una relación con algún Omega o Beta, creeré ciegamente en tus palabras justo ahora.
— A partir de ahora, caminaremos juntos como una familia — Tomó la mano de TaeHyung, las cuales se encontraban sobre su regazo, acarició con suavidad el dedo anular y sobre la otra mano dejó al descubierto una pequeña sortija plateada.
TaeHyung dejó de respirar por unos segundos al ver lo que JungKook estaba por poner en su dedo, y aunque estuvo un poco impresionado al inicio, no lo detuvo.
El lindo anillo entró a la perfección en su dedo, quedándose ahí a partir de ahora. JungKook soltó una risita y besó la coronilla de TaeHyung.
— No importa cuántas veces haya intentado salir con Omegas o Betas, quiero estar contigo a partir de ahora, con tus hijos, los cuatro juntos podemos ser una familia — Le dijo, esta vez dejando un beso en su mejilla.
TaeHyung pensó que tal vez las cosas podrían estar siendo tan apresuradas, no sabía si en algún futuro podría arrepentirse, lo único que si sabía era que durante mucho tiempo, JungKook había sido mejor padre de mentiras que el verdadero padre de sus hijos, sabía que el azabache había permanecido a su lado en momentos difíciles, incluso como una sola amistad. Aún así, siempre estuvo presente, aunque no fuera su Alfa, ahora por fin lo era.
El Omega se recargo sobre su pecho, sintiendo una gran felicidad al observar en su mano el anillo que JungKook le había dado.
— ¿Es suficiente? — Preguntó.
— Uhh, si fuera uno más grande estaría mejor, con un diamante gigante para que me pese el dedo — Bromeó con una sonrisa.
— De acuerdo, eso me gano por haber dicho que eras un Omega arrogante y malvado — Mencionó.
— Y por haber dicho que te engañe con tu propio hermano — Soltó una carcajada — ¿Dime de dónde sacaste eso? Podría engañarte con cualquier persona, pero no con MinGyu, Lunas, me desespera — JungKook sonrió divertido.
— Es que lo dejé caer de chiquito.
— Pero debo admitir, que si no fuera por él y su gran bocota probablemente yo nunca habría admitido que me seguías gustando — Confesó el Omega.
— Supongo que le debemos las gracias — Dijo, abrazando a TaeHyung por detrás para no dejar que se escapara de su lado — Sabes ahora que cada uno de nosotros tendremos una sortija sobre nuestro dedo, cuándo alguien me pregunte con quién estoy casado, le diré que estoy casado con el Omega más exigente, amoroso y quien si se ríe de mis chistes.
TaeHyung rió.
— Me gusta como suena Jeon TaeHyung — Confesó — Se oye mejor ahora que estamos comprometidos.
— Bueno, entonces cuando a mi me pregunten con quién me casé, por fin podré admitir que tú eres mi Alfa — Volteó levemente para dejar un beso sobre la mejilla del menor y regreso a su posición, siendo abrazado nuevamente por el azabache.
Y durante el resto de la noche, no hubo nada más que decir. Ellos mismos habían creado una mentira, una historia para engañar a un Omega y hacer que JungKook lo conquistara, sin embargo, esa historia ya había llegado a su fin, pero, la historia entre ellos dos apenas comenzaba.
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