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Ꜥꜥֶָ֢🌴ֶָ֢۫݊˒𐙚 capítulo 15

— ¡Hoy nos toca cuidar a los niños! — Festejó Hae-In al Alfa, quien se encontraba sentado en el sofá de aquella habitación.

El mayor lo miró confundido y estuvo a punto de quejarse en voz alta diciendo que por qué él tenía que cuidarlos, sino eran sus hijos. Al final de cuentas, termina mordiéndose la lengua para evitar echarse de cabeza.

Sonrió con notable incomodidad y Hae-In pudo notarlo.

El Omega se acercó hasta él y se sentó a su lado, dándole una tierna sonrisa.

— No puedes quejarte, TaeHyung los ha cuidado desde que llegamos a Hawáii, ¿qué tal si él también desea un momento con MinGyu? — Dijo el pelirrojo.

— Ah, dudo mucho que quieran tiempo a solas — Recalcó, sonrió ante el Omega y se aproximó a abrazarlo por el pecho, refugiándose ahí mismo — Mejor dejemos que ellos lo cuiden y tú me cuidas a mí.

Hae-In rió divertido por el comportamiento del Alfa, negó lentamente y dejó un beso en los cabellos del mayor. Lo separó lentamente de su cuerpo.

— No, Alfa bobo. Nosotros cuidaremos de los niños, ya lo he decidido — Habló dándole una sonrisa.

— ¿Le has dicho a TaeHyung?

— Sí, y no pudo negarse en absoluto — Festejó el Omega — ¿Qué puedo decirte? Siempre logré convencer a todos con mi encanto — Se halagó.

JungKook fingió una sonrisa e hizo un gesto de fastidio, no quería cuidar niños esa noche, solamente quería pasarla con el lindo Omega que tenía ahí con él. Aunque claramente tendría que soportar aquella situación, pues él fue quien se había puesto en eso.

— De acuerdo, de acuerdo — Rodó los ojos — Pero mañana no haré nada que tenga que ver con ellos.

— ¡JungKook! No seas así, eres su padre, deberías hacerte responsable — Hae-In se quejó, dándole un leve golpe en el hombro.

— Estoy próximo a no serlo — Murmuró, recibiendo otra vez un golpe de parte del Omega. El Alfa rio divertido y atrapó el cuerpo del Omega entre sus brazos — Mañana solamente seremos tú y yo, ¿bien?

Hae-In sonrió dulcemente y asintió, dispuesto a darle un beso al Alfa. Sin embargo, el timbre de su habitación sonó, interrumpiendo el momento de la pareja de enamorados.

— Oh, creo que ya llegaron — El mismo Omega empujó el cuerpo del Alfa lejos de él, caminando hasta la puerta de su habitación para poder encontrarse con TaeHyung y los dos niños esperando por ellos.

El ojiazul tenía una leve sonrisa, casi como una mueca, pues no era secreto que no le gustaba dejar a sus hijos con cualquier otra persona, transmitiendo lo incómodo que estaba con la situación, pero claro, eso fue algo que Hae-In no pudo notar.

— ¡Niños! — Hae-In sonrió al verlos, recibiendo de su parte un gran abrazo y una sonrisa, ambos chicos se adentraron en la habitación de la pareja — TaeHyung, de verdad que no tienes que preocuparte, los dos cuidaremos de ellos.

— Ah sí, después de todo, yo también necesito un poco de tiempo con MinGyu — Fingió una sonrisa — Sé que los cuidarán bien, en especial tú. JungKook nunca fue capaz de aguantarlos ni un segundo, la mayoría del tiempo los cuidaba yo — Exclamó.

— ¡Eso es una vil mentira! — Ambos escucharon el grito del Alfa, el cual provenía desde adentro de la habitación.

TaeHyung rodó los ojos y miró una vez más al Omega pelirrojo. Sonrió, está vez sintiéndose un poco mejor.

— Te encargo a mis niños — Le dijo, Hae-In enseguida asintió, dándole una radiante sonrisa y despidiéndose de él.

Dio media vuelta para volver a su habitación, lo único que necesitaba ahora mismo, era tomar una ducha y relajarse, pensar bien las cosas y tal vez, golpear un poco a MinGyu. Pues había descubierto que golpear al Alfa, lo hacía sentir mejor.

— Ugh, como odio esto — Se quejó al entrar en su habitación.

— Al fin solos — El Alfa se acercó hasta TaeHyung, intentando obtener algo más que un golpe, pero como siempre, falló en el intento — ¡Auch! — Oprimió su estómago, al sentir como el golpe de TaeHyung había dolido más de lo normal — ¡Oye! No te desquites conmigo. Que sus verdaderos ex-esposos estén aquí, no es asunto mío.

— ¡Agh, MinGyu! — Gruñó enojado y desesperado — De verdad que esto se pone cada vez peor, lo último que quiero es que mis hijos vean a su padre en el hotel, merodeando muy feliz con su Omega y dándose cuenta que no tiene tiempo para ellos. Realmente esto es frustrante.

En sólo segundos, sus pocos ánimos cayeron por los suelos. Nada estaba bien últimamente.

— Aaah, TaeHyung, no soy bueno dando consejos, porque la verdad esas cosas me aburren — Rió — Pero si te sirve de algo, DaeHo perdió un excelente esposo y unos maravillosos niños. Es culpa de él no saber apreciarlo.

El Omega bufó, caminando hasta la cama de la habitación y dejándose caer en ella.

— No me preocupa DaeHo, me preocupan mis hijos. Sólo espero que en estos días se entretengan lo suficiente, porque sé lo doloroso que será para ellos ver a su padre aquí — Suspiró con pesadez.

MinGyu no supo qué más decirle. Porque la verdad es que, ya no tenía idea de qué pudiera hacer sentir tranquilo al Omega, hablar de JungKook y de sus sentimientos tampoco ayudaría, hablar de sus hijos menos, técnicamente quería hacerlo sentir mejor y no tan triste, pero no había manera de hacerlo.

— Estaré en mi habitación por si me necesitas — Habló el castaño.

TaeHyung asintió sin interés alguno, pero por está vez, cuando escuchó sus palabras y vio al Alfa dirigirse al baño, pensó que tal vez estaba siendo un poco injusto y tacaño.

— MinGyu — Llamó, el Alfa detuvo su paso y ahora él fue quien lo miró sin interés alguno — ¿Quieres dormir hoy en la cama? — Preguntó, con una leve sonrisa.

— ¡¿En serio?! — Exclamó emocionado.

TaeHyung asintió ante sus palabras, dejaría que sólo por esa noche, MinGyu durmiera a su lado.

JungKook intentaba luchar contra la idea de soportar a dos niños. Claro que no era fácil para él, sobre todo cuando esos niños lograban sacarlo de quicio. Los quería, sí. Pero a veces su paciencia llegaba al límite.

El problema era que, se habían puesto a jugar un extraño juego por parte de Hae-In. En el cual las cosas habían salido un poquito mal y todo se había descarrilado.

Pues Sun-Kyu había dicho algo acerca de que su padre, el verdadero padre, no les prestaba atención nunca y que siempre les cancelaba las visitas. Lo cual fue malinterpretado por Hae-In, aunque claro estaba en que el pobre Omega, no tenía ni idea de que estaba siendo engañado.

— ¿Qué fue eso? ¿Exactamente en qué estaban pensando? — Regañó JungKook a los niños.

— Ya, lo sentimos. Sun-Kyu se dejó llevar por el momento, mañana nos disculpamos — Dijo Mi-Sun, rodando los ojos ante las palabras del mayor.

— Claro que lo harán, Lunas. Algún día van a dejarme como un idiota — Exclamó el Alfa.

Sun-Kyu hizo un puchero, sentándose en la cómoda cama.

— Lo siento, JungKook. Prometo que pensaré mejor las cosas la siguiente vez, es sólo que, me dejé llevar por el momento y pensé en nuestro verdadero padre, él nunca tiene tiempo para nosotros. A veces siento que no le importamos en absoluto.

El Alfa borró poco a poco todo rastro de enojo en su rostro, sintiéndose como un tonto en segundos. Recordó que ellos no sabían que su padre estaba en el mismo hotel que ellos. Hasta cierto punto le dolía, porque TaeHyung había dado todo por sí mismo para criar y sacar adelante a sus hijos. Y aquel hombre simplemente se digna a prestarle más atención a un Omega que a sus hijos.

Y que tan mal tiene que estar el mundo como para que ese Omega sea su ex-pareja.

De pronto, unas fuertes ganas de golpear al otro Alfa se apoderaron de él.

— Ah está bien, está bien — Suspiró el mayor — Solamente cuiden sus palabras la próxima vez.

— Sabes, JungKook — Llamó su atención la voz del hijo menor de TaeHyung — Me hubiera gustado que te hubieras enamorado de nuestro padre.

El Alfa abrió los ojos levemente, algo asombrado por sus palabras y porque eso lo había tomado por sorpresa.

— A mí también — Respondió Mi-Sun, acostándose en la cama de manera cómoda — Siempre creí que tú saldrías con nuestro padre porque son compañeros de trabajo, sabes todo de él y él todo de ti, aguantan sus bromas y siempre está ayudándote en todo.

Las palabras de Mi-Sun escarbaron en su corazón, la niña decía todo sin problema alguno, cómo si estuviera diciendo lo más normal. JungKook sonrió suavemente ante sus palabras, y antes de poder contestar, Hae-In entró en la habitación.

— Chicos, adivinen — Hae-In dijo, completamente animado — Su padre TaeHyung y yo, iremos mañana al spa para poder relajarnos un poco, mientras ustedes tienen todo el día libre con su padre JungKook. ¿Les agrada la idea?

— ¡Sí! — Festejaron los niños, saltando de la cama y fingiendo felicidad ante la mirada del Omega.

— ¿JungKook? — Hae-In lo llamó, al darse cuenta de que éste parecía no estar en su mundo.

— Ah sí, sí — Asintió rápidamente — Me parece genial.

Le sonrió, con la sonrisa más falsa que pudiera tener. No por el hecho de que fuera a pasar un día con los niños, sino porque no había dejado de pensar en lo que Sun-Kyu y Mi-Sun habían dicho.


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