Capitulo 7
La mujer y ayuda.
...
No puede creer su suerte, con tantos personajes se pudo topar y tenía que ser con el villano principal.
Kaori (Kenjaku) demostraba una sonrisa amable ante ella, parecía que esperará a que le siga la plática, Momoka realmente no tenía ganas, pero podía levantar sospechas.
—Bueno, es que en realidad si tengo pero es tan obsoleto... Además prefiero libros. —Contesto tratando de sonreír con naturalidad.
Kenjaku de nuevo inspeccionó de pies a cabeza a la joven, había algo en ella que llama su atención, posiblemente tiene algo especial, después de todo tiene buen ojo para notar atributos especiales en demás personas.
—Entiendo eso, en realidad yo también prefiero los libros en cuanto a encontrar información, pero los celulares tienden a ser entretenidos. —Kaori (Kenjaku) le devolvió la sonrisa. —Por cierto soy Kaori, suelo venir aquí pero es la primera vez que te veo. —En realidad mintió, estaba esperando que respuesta dirá ella ante su comentario.
—Ah. Es que no salgo mucho en realidad, un gusto soy... Moka. —No sentía confianza en decirle su nombre real. —De todos modos solo vine a buscar una planta que no tienen, así que regresaré a mi casa mejor.
—¿Puedo ver cuál es?.—Kaori pregunto amablemente.
Si no fuera porque sabe quién es, se atrevería a pensar que es muy servicial y dulce.
Momoka abrió el libro en la página de la planta, de todos modos duda que la tenga. —Mmm. Tienes suerte yo tengo una, en realidad es difícil su cuidado, incluso en temporada no es tan fácil de conseguir.
Obviamente desconfío, pero no podía negarse a la amabilidad de Kaori (Kenjaku) si bien hay un montón de gente presente sabe que puede actuar... Ya lo ha hecho antes.
—No tengo problema en darte un poco, ¿Has estado muy estresada?, creeme esto hace que relajes cada músculo de tu cuerpo, te sugiero beber solo a la hora de dormir así descansas.
—No, no... Por favor no se moleste. —Momoka se apresuró en hacer una reverencia. —Ademas si es tan difícil me daría pena tomar de esta, aún si le pago no me sentiría bien.
Bien, esta chica se ha ganado su atención por completo, parece que sabe leer muy bien a las personas, además aún siente que tiene algo especial, algo que llamo su atención, diría que es su cabello peculiarmente grisáceo, pero no... Siente un aura interesante, pero no es capaz de ver más allá de lo que quisiera, y es extraño.
—No te preocupes, entre chicas debemos apoyarnos, vamos, mi casa esta cerca de aquí. —En realidad si tenía la dichosa planta fue una coincidencia excelente, empezó con esto de cultivar solo para matar algo de tiempo.
Momoka sabía que negarse tanto podría ser peor, además su mirada siempre iba a las puntas de la frente de Kaori (Kenjaku) quien se daba cuenta que no la ve con incomodidad, tampoco con extrañes ni mucho menos con pena, en cambio su mirada parece de sospecha y desconfianza.
Siente que esta chica llamada Moka le conoce muy bien.
—De acuerdo de todos modos permita que le pagué incluso el doble por favor.
—Ya te dije que no te preocupes.
Debió salir del pequeño mercado con Kaori (Kenjaku) debía pensar en algo rápido para zafarse de esto, no había tanta gente como para escabullirse o fingir que la perdió de vista, habían llegado hasta al semáforo el cual esta en rojo, observa como la mujer se centra en mirar hacia adelante.
Momoka ve como pasan los autos... Una vez que crucen seguro ya no se podrá zafar, no tenía opción, no quería hacerlo, le da miedo esto, no importa que tan inmortal la haga su técnica el miedo y la incertidumbre de experimentar la muerte, de no saber si siempre despertará la aterra.
—¿Tu las puedes ver?...—Susurro Kaori (Kenjaku), refiriéndose a las maldiciones, Momoka no pudo esconder su expresión de sorpresa sin embargo vería esto como una oportunidad.
Vio un camión enorme pasar, cerro sus ojos y cruzó, Kaori (Kenjaku) se sobresalto... Pero, no ocurrió nada, ella regreso a la banqueta cayendo de rodillas, asustada, mientras veía el suelo sintiéndose cobarde, llorando a mares pues tuvo mucho miedo del dolor, del morir nuevamente sin saber si despertaría esta vez.
—Bueno eso ha respondido mi pregunta. —Kaori (Kenjaku) sostuvo las manos temblorosas de Momoka suavemente, casi con un aire maternal. —No era mi intención asustarte con esa pregunta, no tiene nada de malo verlas sabes... Pero ahora siento más intriga por ti. —Ella sonrió. —Ven.
En realidad en estos momentos no se podía oponer, sabe que eso solo causaría que la siga... Sabe que está pasando la hora, que si llega a regresar Suguru vaya que se va a enojar y menos va a confiar en ella.
Momoka suspiro, estaban en una cafetería, Kaori había comprado postres y cafés, mientras le sonreía agradablemente a Momoka esperando paciente que hable. —Yo... En realidad las veo pero no puedo hacer hechicería en si.
—Pero percibo energía en ti, no hay ninguna atadura celestial. —Menciono Kaori (Kenjaku), como es de esperarse tiene una gran intuición.
—Bueno, en realidad yo puedo regresar de la muerte... No es que me regenere o algo, he muerto 2 veces de maneras horribles, la primera vez mi cerebro quedó destruido, la segunda fue por hemorragia, duele bastante volver de la muerte.
Kaori (Kenjaku) escuchó atentamente aquello, mientras posó su mano sobre su propio mentón, entonces la revelación se hizo. —Oh. —Así que ese hechicero había logrado su cometido de volver a un humano normal en un ser casi inmortal. —Creí que eso era un rumor, parece que no. —Sonrio con fascinación dando un sorbo a su café. —Lo que no entiendo es porque estabas tan asustada al verme... ¿Acaso ya nos conocíamos?.
—Bueno...—Sin duda con la primera verdad que dijo Kaori (Kenjaku) ya no dudara de su palabra, ahora mismo debe pensar en una simple mentira. —Mis padres me enseñaron a desconfiar de los hechiceros me dijeron que ellos me usarían si sabían mi técnica...
Los ojos de Kaori (Kenjaku) miraron a Momoka, examinó cada una de sus expresiones para saber si mentía o no, aunque solo fueron unos segundos en silencio se sintió como una eternidad. —¿Solo te dijeron eso?. —Pregunto, mientras ladeo la cabeza con curiosidad.
—Si... Me pidieron que no me involucrara en la hechicería por lo mismo.
—Bueno, en realidad lo que tienes es más como una maldición.
—¿Eh?.—Momoka se mostró genuinamente sorprendida.
—Ya veo. Así que desconoces por completo tu técnica, que padres tan crueles al mantenerte en la ignorancia.
Mira quién lo dice... Pensó Momoka.
—Lo que se referían a qué te podían usar no solo se limita a ser un conejillo de indias. —Que tétrico jamás mencionó algo así, pero Kenjaku ve esa posibilidad. —Si no que pueden usar tu inmortalidad, claro la condición es bastante especial, debes amar a la persona para que tú puedas vivir su muerte y este regresa a la vida, por supuesto no lo sé realmente solo he leído. —Bueno en realidad ya no supo de ese hechicero y creyó que era imposible, pero vaya... Aquí está frente suyo el invento exitoso.
—¿En serio?...—Momoka dijo quien pareció sorprendida pero emocionada ante esa información.
—Pareces muy feliz de conocer más de ti misma. —Kaori (Kenjaku) dijo con una gran sonrisa.
—En realidad nunca supe mucho de esta solo que podía regresar a la muerte, por supuesto no es nada agradable usarla...
—Cierto. Pero el hechicero la creo para él poder ganar peleas que en realidad no podía ganar, pero como dije desconozco si en realidad puedes vivir la muerte de otros para salvarlos. —Volvio a dar un sorbo a su café.
Ah. Le habría encantado tener a esta chica cuando experimento con los vientres malditos... En realidad ningún embarazo jamás pudo llegar no más de los 4 meses, debido que aunque esa mujer podía engendrar maldiciones no podía llegar a termino, su cuerpo rechazaba al momento en que el embrión empezaba a hacerle daño, logro 10 embriones hasta que la mujer murió debido a los abortos... Bueno fueron bastantes y en tan poco tiempo, honestamente se sorprendió de que haya logrado 10 embarazos, intento que al menos uno de estos pudiera dar a luz, llevando el cuerpo de ella al límite, e incluso usando ritual inverso, pero nada funcionó, incluso empezar en la teoría que tal vez la mujer solo los podía engendrar y tal vez habría otra mujer especial que pudiera darlos a luz, en ese tiempo aún no tenía perfeccionada la técnica y aunque si lo intento, las mujeres que uso morían al instante o simplemente rechazaban por completo el embrión.
—Disculpa Kaori, pero en serio debo de irme, ya pasó más de una hora.
Kaori (Kenjaku) vio la expresión nerviosa de la joven, y como no, no sabrá que hará Suguru al darse cuenta que no esta... En realidad ya no quiere más maldiciones en su cuello o custodiando dónde está. —¿Tan pronto?... ¿No te gustaría saber más de tu técnica maldición?, te ayudaré a saber más detalles, soy una persona curiosa así que podemos investigar juntas. —Y también desea comprobar su teoría.
Y es que piensa que tal vez ella si pueda llevar a termino el embarazo de un vientre maldito, su cuerpo es "especial" además no morirá si el embrión empieza a tomar todos los nutrientes, la medicina moderna le ayudará, más los rituales inversos y la resistencia de ese cuerpo casi inmortal, no está de más otro recipiente o incluso un cuerpo nuevo.
Y claro desea ver su teoría en práctica.
Si bien con el recipiente de Sukuna tuvo éxito fue porque uso sus rituales inversos sobre este cuerpo, y en si porque el cuerpo en si estaba muerto... Pero desea ver el resultado sobre un cuerpo vivo, que diferencias puede haber, si puede perfeccionar un poco más a un embrión, lo peor que puede pasar es que sea un fracaso si es así sirve como peón.
Aunque que magnífico sería tener 9 peones, claro debe recuperar estos de la escuela de la hechicería pero eso será pan comido, lo único que necesita es no perder de vista a Moka.
—Me encantaría pero debo regresar ya. —Insistio, Kaori (Kenjaku) observó el nerviosismo de Momoka, pronto sujeto su mano.
—¿Tanta prisa?.—La mujer cuestionó, no quiere dejarla ir, está seguro que sería perfecta para engendrar a sus creaciones.
Momoka no sabía cómo librarse de esto... —Mi esposo se enojara si no vuelvo, el no le gusta que use hechicería, así que en realidad no quiero saber más de mi técnica maldición... No tengo intenciones de usarla, quiero llevar una vida normal.
Kaori (Kenjaku) arqueo una ceja ante esa revelación, se lo creyó... En realidad siempre pasaban ese tipo de cosas, ahora entendía mejor porque la prisa de la chica. —¿El te maltrata?... Te ves más bien asustada que preocupada. —Le cuestionó de manera tranquila sin soltar su mano.
—No... Él no hace eso, solo no quiero que se preocupe por mi, debí regresar ya desde hace rato. —Momoka empezó a sudar frío, mientras trago saliva, de verdad que Kenjaku no quiere dejarla ir, aún sostiene su mano.
Ve las cicatrices en su frente, esa no es Kaori... Toda esa amabilidad es falsa. —Tu manera de reaccionar y hablar me dice lo contrario... —Kaori (Kenjaku) está vez uso ambas manos para sostener la mano de Momoka mientras aún permanecen sentadas. —Si necesitas ayuda puedes recurrir a mi...—Momoka sintió un enorme alivio cuando al fin la soltó, pero Kaori anoto en una servilleta su número e incluso su dirección. —No desearía que algo malo te pase eres una chica muy dulce.—Mas bien no quisiera que algo le pase a su incubadora, le sonrió, imaginando que pueda dar a luz a todas sus creaciones, tomaría mucho tiempo, o tal vez no, recuerda que los embarazos variaban en esa mujer, algunas veces el embrión crecía rápido.
Momoka tomo el pedazo de servilleta. —Vale, muchas gracias Kaori...—De nuevo vio las marcas en su frente.
Se fue rápido, y Kaori (Kenjaku) la vio marcharse, sonrió confiaba en que la vería muy pronto.
...
Momoka no quiso regresar al instante al pensar que Kaori (Kenjaku) le seguiría debió dar tantas vueltas que terminó llegando casi al atardecer, suspiro, sin duda con esto ya perdió la confianza de Suguru.
Cuando llegó se encontró con un gran silencio en el lugar, aunque en el jardín veía a las mellizas jugar, quienes la saludaron desde lejos, ellas no notaron su ausencia, sería un milagro que Suguru igual.
Entro al templo al fin, caminando al último no trajo nada. —¿A dónde fuiste?.—Escucho la voz de Suguru desde atrás, ella volteo al instante. —Te di demasiadas libertades... Esto es mi culpa. —Suguru lucía una Yukata negra, algo ligero para su día de descanso.
Ahora entiende lo que sintió Satoru cuando él lo abandonó, cuando lo dejó... Pensó que Momoka había hecho lo mismo.
Él solo alejaba a la gente con sus acciones, no quería confiar en personas como Satoru y Momoka, demasiado ingenuos, y también amables.
Y aún así los apreciaba tanto.
—Lo lamento quise traer algo para que te sintieras mejor.. Pero no halle nada, la verdad quise aprovechar para despejarme un rato.
—Ah... Entiendo. —Menciono con una voz sin emoción, paso su mano por su cabello revolviendo un poco este.
Se repite a si mismo que Momoka no vale nada.
Que es solo una herramienta.
Que él mismo la mataría si tan solo pudiera asegurar que las mellizas no se pondrían tristes.
Ella era una maldita debilidad para él.
—Suguru... Te ves bastante mal, se que no quieres mi opinión pero por favor para ya. —Cuando vio a Kaori (Kenjaku) con esas cicatrices ahora se imagina a Suguru con estas.
Se siente estúpida por seguir con lo mismo, se dijo a si misma que dejaría de intentar salvarlo, que las mellizas serían solo su prioridad.
Pero después recuerda el sufrimiento de ellas por perderlo, quisiera también impedir eso para las mellizas.
—Basta. —Sentencio Suguru con voz dura. —Lo que salga de tus labios no me interesa, no me importa...
Debía hacer esto... Que Momoka lo odie, y él odiar a Momoka.
—Ya te lo dije, tu solo sigues aquí por mis niñas, se una buena madre solamente y cállate... Sirve en silencio.
Momoka se encogió de hombros ya se esperaba algo como eso pero vaya que le dolió.
—Tu también se un buen padre, no las abandones. —Le dijo con su voz temblando, apretando sus puños con fuerza tan solo desconcertando a Suguru.
Él se había dicho que si llega a morir quiere que sea en manos de Satoru... Él sabe que su vida será corta al ser un villano pero que si puede cumplir su propósito no importa.
—¡Suguru-Sama!.—En ese preciso momento la tensión del momento desapareció al escucharse las alegres voces de las mellizas que corrieron ante los mayores. —¿Que hacían?.—Pregunto la pequeña rubia, que ya no era tan pequeña, Suguru noto cuánto había crecido, sonrió feliz, mientras veía a Mimiko abrazar a Momoka.
El sonrió feliz y orgulloso de sus pequeñas hijas.
Quería un mundo mejor para ellas.
Aún si tenía que morir.
Pero las palabras de Momoka seguían resonando en su mente.
Suspiro. —Pensaba en hacer una pijamada, estemos todos juntos hoy viendo la televisión y comer muchos postres. —Propuso de repente, las niñas se alegraron bastante y Momoka se quedó algo desconcertada, pensó que la enviaría a su habitación.
Pero aún nota lo cansado y mal que se veía, aún así sonreía genuinamente ante Nanako y Mimiko... Pronto Suguru le dirigió una mirada a Momoka, ella no sentía hostilidad.
Él estaba pidiendo ayuda con su mirada, pero no podía gritar por ayuda... No sabía cómo, nunca supo cómo pedir ayuda.
...
Lo que más desea es alguien que te ayude, que te apoye... Pero ya no eres capaz de pedir esta, te sientes perdido.
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¡Hola! Feliz año nuevo súper atrasado x.x este cap lo tenía desde hace rato pero quería pulirlo un poco (en cuanto a la mención de técnicas). Espero les haya gustado 🥰🥰🥰
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