Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capitulo 4

La sangre y el dolor

Advertencias: Contenido sensible.

Ella despertó con un tremendo dolor de espalda, mientras escuchaba las risas alegres de las mellizas, Momoka abrió sus ojos se había quedado en la silla durmiendo eso explicaba su dolor. —¡Momoka-San!... Geto-Sama nos llevó a comprar el maquillaje y ropa, también nos llevó a un parque.

—¿Eh, en serio?.—La mujer pregunto, buscando el reloj de pared para saber qué horas son, exactamente las dos de la tarde.

—Fue muy divertido, lastima que te quedaste dormida Momoka. —Suguru comento con una sonrisa. —Que le hacemos, la próxima sera.

—¡Pero le trajimos algo a Momoka-San!.—Nanako dijo con alegria y entusiasmo, mientras Suguru le entregaba la bolsa. —¡Kimonos!, nosotras escogimos uno y Geto-Sama otro. —Comento la niña rubia, mientras Momoka revisaba los kimonos, suspiro, recordaba que le dijo a Suguru que por favor la dejara usar otro tipo de vestimenta ya que este le molestaba e incomodaba, eso solo provocó que el Geto la obligará siempre usarlos.

Que le hacía... miro los kimonos, uno era color rosa pastel, mientras las niñas decían que escogieron ese ellas, después saco el otro, uno rojo con detalles dorados, ese lo escogió Suguru. —Muchas gracias, son hermosos los voy a usar. —Las niñas alzaron sus manos felices al escucharla.

Momoka se esforzaba en sonreír, la verdad estaba cansada, y adolorida por la posición en la que durmió... También se sentía algo triste al no ser incluida en la salida, aunque en el fondo se imagino que Suguru no la dejaría salir, después de todo ha Sido así todo este tiempo. —Bien, ¿Que tal ahora?... Prepare una nueva sesión de fotos. —Dijo Suguru con una sonrisa.

—¡Momoka-San usa el que escogimos!.—Nanako y Mimiko decían a la vez, mientras la jalan de las mangas para convencerla, ella Asintio al instante.

—Claro que si.

—Ganamos Geto-Sama. —Dijeron las mellizas felices.

—Ah. Perdí con honor, después de todo ustedes conocen bien los gustos de Momoka. —El dijo con falsa tristeza. —Bien, bien... Vayan ustedes también a cambiarse para la foto. —Acaricio las cabezas de las niñas y después se fueron, antes de que Momoka las siguiera Suguru la sujeto del brazo. —Usa esto. —Le dió algo en la mano. —Es una peineta, como sea espero los kimonos y esto sean suficientes para pagar lo que hiciste ayer. —Sonrio burlón.

—No lo hice esperando esto. —El le sonrió.

—Ah. ¿Buscabas otra cosa mejor?.—Suguru se acercó a su rostro, Momoka le miro con curiosidad ante esa actitud tan repentina y coqueta a la vez, normalmente él guardaba distancia con ella... Incluso rociaba perfume cuando ya llevaban mucho tiempo juntos, Momoka ya al tener la peineta dió un paso hacia atrás.

—Si algo hubiera querido pedir, sería salir un rato. —Le contesto. —Permiso.

Suguru al verla irse se lanzo a la cama. —Pensé que caería fácil. —Dijo para si mismo. —Se supone que está enamorada de mi. —Suguru tan solo quería usar sus sentimientos a su favor, pero después se planteó que con tanto maltrato eso se acabó. —No, si fuera así no me hubiera cuidado con tanto empeño. —Y de cierta manera le dolería su orgullo saber que perdió eso, no sabe porque, tal vez solo sea algo superficial en él.

...

La sesión marcho con tranquilidad, le hicieron un peinado para que pudiera lucir la peineta, las mellizas estaban hermosas con sus kimonos... No entendía porque Suguru aún no venía, pero el fotógrafo dijo que quería practicar primero con algunas fotos de ellas, así que ella junto con las mellizas se tomaron algunas, estaban sentadas en un sillón, ella en medio de las niñas, en otra cargo a Mimiko y después a Nanako, vaya que eso le costo aún le dolía la espalda, en otra fueron las tres de pie, el fotógrafo también pidió que fuera una donde solo estuviera ella.

Después de unos minutos llegó Suguru, fue extraño, no traía su vestimenta de monje, usaba un hakama elegante, además se amarró su cabello a como antes, no entendía porque, se supone que era un promocional para la secta. —Bien, empecemos. —Suguru dijo, tenía una sonrisa genuina en su rostro.

En todas fueron fotos donde salían los cuatro, de nuevo Momoka cargo a una de las niñas y Suguru a la otra melliza, ella insistió en que hubiera una foto donde fueran solo Suguru y las mellizas y así la hicieron, por último una donde solo fueran las mellizas.

La sesión fue algo larga, que las niñas se aburrieron y al terminar directo a quitarse la ropa, que si les gustó pero les resultaba incomoda para jugar, Suguru igualmente se retiró, diciendo que ya había acabado su tiempo libre, tan solo recibió una memoria del fotógrafo que decía que allí estaban las fotos.

Momoka se puso desanimada, ella quería ver las fotos y tenerles una en su calabozo-habitacion, suspiro, debía volver allí para dormir un poco.

Y vaya que durmió bastante, cuando despertó se dió cuenta en el reloj que hay que ya era de madrugada. —Ah. Tengo sed...—Suspiro, para así levantarse, ni siquiera se quitó el kimono, solo lo desató un poco para comodidad.

Momoka llegó hasta la cocina y bebió bastante también aprovecho para comer... Entonces se dió cuenta de algo. —Las maldiciones no estaban. —Salio tan espontánea que ni cuenta se dió, aunque si sintió la que tenía en el cuello. —Tal vez aún esté cansado. —Ella procedía a regresar a su habitación-calabozo, hasta que algo afuera llamo su atención, una extraña luz azul, pensó que tal vez era una maldición custodiando, dió pasos hacia allá, se pregunta si se tratara de alguien de la escuela de hechicería.

Esto no acabó bien.

Despertó en otro lugar, amarrada de pies y manos, sentada en una silla, la luz de una lámpara la hizo levantarla luego de recibir un puñetazo. —¿Se supone que esta es la amante del monje?.—Pregunto uno de sus captores, todos usaban capuchas.

—Hoy pude comprobar que es más que eso, debe ser muy cercana a él, verdad señorita. —Esa voz la conocía... ¡El fotógrafo!. —Verá unos tipos no están tan contentos con que el sea el nuevo líder de la secta... Por lo tanto nos han pedido que cortemos su cabeza, pero vaya que es bueno el desgraciado, no hay aperturas. —El comentaba, mientras que de sus manos aparecía un cuchillo de cazador, ella tembló al instante. —Incluso sacarte fue un tremendo dolor de cabeza... El tipo se dió cuenta al instante, no debí matar la maldición de tu cuello... En fin, ¿Serías tan amable de usar esa boquita tuya para darnos información?, ya sabes sus debilidades y demás.

Momoka estaba helada en ese momento, tenía miedo de ese tipo, la manera en que movía la arma blanca alrededor de ella le hacía saber que no está jugando. —No sé mucho en realidad, soy más que nada una Nana para las niñas. —Esa mala respuesta le costó que le atravesarán la palma de la mano, un grito desgarrador dejó salir al igual que lágrimas, lo peor es que retuerce el cuchillo con su piel, aprieta los dientes tratando de ahogar su llanto.

—Por favor... ¿Me crees estúpido?, dime, como funciona su técnica, ¿Sabe pelear cuerpo a cuerpo?.

Momoka sollozo solamente, esperando que entendiera que así no puede hablar (aunque no pretendía hacerlo), entonces otro cuchillo atravesó su muslo, le arrancó otro grito desgarrador, seguro se lastima la garganta... La sangre caliente brota manchando el kimono rosa, hace lo mismo que con su mano, mueve el cuchillo por dentro, Momoka suda ante el dolor y esfuerzo de soportar. —Por favor...—Apenas puede articular palabras. —Duele...

—Ah si. Por eso lo hago. —Respondio el fotógrafo enmascarado mientras usaba otro cuchillo, está vez más pequeño... Momoka cerro sus ojos esperando la punzada.

Pero en cambio el hombre la sujeto del rostro, una de sus manos abrió su ojo, para cuando entendió la intención de él ya no tuvo tiempo de reaccionar.

Los pies de ella se retuercen, su mano se aferra al mango de la silla, enterrando sus uñas inútilmente trata de mitigar el dolor, la sangre empapa su mejilla, el olor de ese líquido vital ahora solo huele, mientras siente como se le es arrancado su ojo, poco a poco haciendo esto tortuoso para ella.

Con su vista nublada observó su ojo sostenido por el pequeño cuchillo, ella respiraba con dificultad ante el shock, abrió su boca, quería que esto acabará ya. —Tenemos a alguien que cura heridas fatales, así que cuando estés casi muriendo te va a curar y otra vez... Es un método infalible para obtener información. —Dijo con burla el tipo el cual lanzaba el ojo de ella al piso y después pisoteo. —Me pregunto... ¿Cuántas veces puedes aguantar perder los ojos?.

Momoka solo se desmayo, por la perdida de sangre... Ruega no morir para no revelar su técnica.

...

Al principio cuando detecto que la maldición de Momoka desapareció pensó que ella se reveló... Tal como pensó, solo era una vil mona, pero después de ver los pocos residuos que habían en el lugar se dió cuenta que se trató de un hechicero.

La mañana llegó, las mellizas como siempre fueron con él y saludaron felices, aunque al no notar a Momoka le preguntaron. —Ella... Salió un rato, volverá.

No podía decirle a esos lindos ojos, que la habían secuestrado y posiblemente jamás la verían, no... Simplemente no puede permitir que a las mellizas les quiten su linda sonrisa de alegría, quiera o no Momoka se convirtió en una parte de felicidad de ellas, por eso vivía, por eso estaba aquí, por las mellizas.

Se apresuró en dar con ella, ayudado de sus maldiciones, no estaba seguro si la técnica de Momoka tendría efecto como ese día, después de todo ni ella misma parecía conocer las condiciones, él no se podía arriesgar a que la matarán.

El lindo kimono regalado por las niñas estaba manchado de sangre, quedó arruinado de la tela, Momoka solo se movió un poco, la sangre ya estaba seca supuso que pasaron horas además no había nadie, trato de moverse, pero en cuanto lo hizo apareció de nuevo el tipo. —¡Buen día bella durmiente!... ¿Lista para más?.—El se burlaba debajo de su máscara, Momoka tenía una expresión lamentable.

—Estas perdiendo tu tiempo, Suguru no me considera importante solo soy una herramienta... No vendrá a rescatarme y tampoco te diré nada, porque nunca fui cercana a él, como para saber algo importante. —Todo eso era verdad, bajo su cabeza sintiéndose lamentable, todo este tiempo y siente que hay una barrera impenetrable entre ellos, además seguro que para él es la oportunidad perfecta para deshacerse de ella.

Suspiro, en el mejor de los casos se les pasará la mano y en vez de dejarla moribunda la maten y tiren en cualquier lugar.

No tuvo más tiempo para tener lastima por si misma, ya que sintió como uno de sus dedos era separado de su mano... Lo corto sin dudar. —Sabes, estuviste a punto de convencerme con esa cara miserable, pero no... Ese tipo no dejaría a esas niñas al cuidado de cualquiera.

A este punto Momoka vaya que sentía dolor, aunque ahora solo gemía bajo, observando su dedo en el suelo.

—Bien, te voy a desangrar, vamos a empezar de nuevo. —Ella intuyó que le cortaría la garganta, pero en cambio le sujeto el brazo, rompió la tela del kimono para tener acceso a su muñeca.

La punta se enterró en medio de su muñeca, cortaba profundo para después ir de largo, Momoka apretó las dientes, queriendo mover su brazo pero él torturador la sujeto más fuerte.

Fue un parpadeó y a su otro brazo le pasaba lo mismo... Lloro sintiéndose aterrada por de nuevo morir, tenía miedo de la muerte.

—¡Hey...!.

Escucho algo pesado caer al suelo, trato de agudizar su vista nublada por sus lágrimas para ver qué era... La cabeza del fotógrafo en sus pies.

—Te encontré. —No sabía si estaba imaginando a este punto, que la perdida de sangre la hacía ver alucinaciones... Aquí enfrente estaba Suguru, su expresión seria continúa, más él está preocupado ante el estado de ella, notando las heridas, la sangre en su ropa le hacía saber que estaba grave, observó sus muñecas, esto era malo.

Suguru la desató. —Sujetate. —Al sentir ella los brazos del Geto sobre su cuerpo supo que no era su imaginación, ya no tenía fuerza en las manos para sujetarse. —Carajo...—El sabía que tratarla ya era tarde, el corte en las muñecas eso fue la que la condenó, las heridas no tratadas.

Más recordó la risa de las mellizas, como se reunían con Momoka siendo tan felices.

Pensaba en que Maldición podía ayudarle con esto, algún camarada que conociera y estuviera cerca.

No pudo crear ningún plan, ya no escuchó la respiración de Momoka, había muerto.

Suguru se quedó en silencio unos segundos, aún la sujeto, esperanzado a que usaría su técnica de nuevo.

Vaya que llegó tarde, las niñas ya se habían quedado dormidas, le dejaron unos dibujos a Momoka y también a él debido a que no estuvieron todo el día.

Suguru vio estos con cariño pero tristeza a la vez, ya que Momoka seguía sin despertar por no mencionar que su cuerpo se estaba poniendo helado. —Ya han pasado tres horas desde su muerte. —El la tenía en la habitación-calabozo... En cuanto llegó le dió un baño con agua caliente, vaya que quitar la sangre de la piel fue difícil, le puso un kimono limpio y la acostó en la cama, parecía dormida.

Se veía algo de desesperación en su mirada. —Se supone que debes vivir... Las mellizas se pondrán tristes por tu culpa. —Reclamo al cuerpo sin vida. —No me puedes hacer esto... Accediste a venir conmigo, te quedarías a mi lado, así que despierta de una vez, tu vida me pertenece, no mueras cuando quieras... —Parecia que diría algo más, pero simplemente se dejó caer en la silla, sintiéndose derrotado.

De nuevo esa sensación horrible, la piel se retuerce, siente punzadas pequeñas en el ojo... También en el dedo que había perdido, el dolor era extremo de nuevo, la luz que veía simplemente se desvaneció, abrió sus ojos y tomo una bocanada de aire levantándose, Suguru observo a Momoka impresionado por lo visto, la recuperación de su ojo y dedo era impresionante, su técnica era cruel pero a la vez tan interesante.

El dolor es algo que todos vivimos pero superamos.

___________________________________________

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro