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Capitulo 2

El sacrificio y la tristeza.

Advertencias: Contenido sensible.

No entiende esto, penso que hizo lo correcto, que evito el destino de Suguru... Después de todo habían pasado semanas desde el suceso del pueblo, el realmente parecía un padre amoroso con Nanako y Mimiko, ya parecía sonreír genuinamente, lo veía feliz, disfrutando de cada momento, que fue liberado de ese peso y tristeza... Ahora se pregunta, porque se está repitiendo la misma historia.

—¿Puedes repetir eso?.—Pregunto Momoka quien se había encerrado en el baño mientras las mellizas comían, ya que escuchar lo último que dijo la dejo helada.

—Maté a mis padres y a la gente del pueblo. —Lo dijo con tanta calma con tanta paz, que le asustaba. —Iré a verme con Satoru.

Momoka tenso la mandíbula, no hizo nada... No logro nada.

—Pensé que habías hablado con él ya.

—Nunca contesto... Esta bien, no habría cambiado en nada mi decisión si hubiera contestado o no.

—Suguru... Por favor, ¡Voy a abogar por ti!, podemos hacer algo, solo detente.

—Puedes estar de mi lado. —Contesto. —En realidad no se cómo tratarte a ti, eres casi una no-hechicera, pero... Demostraste tu valía al salvar a las mellizas, al demostrar que no eres una simple mono. —Momoka estaba desconcertada por las palabras de Suguru, sin duda su visión del mundo cambio ya.

Que idiota al pensar que unas cuantas palabras y cambiar sus acciones ayudaría en algo... Suspiro pesadamente.

—Así que debes de decidir Momoka, ¿Vienes conmigo o te vas?.

—Claro que...

—Solo que si eliges la segunda opción deberé apartarte de las mellizas... No puedes protegerlas, además no quiero que terminen sacrificando su vida por monos. —Aunque no está frente a él, el peso de sus palabras es demasiado como lo dice le asusta, por un momento tiembla.

—¿Y si te prometo que las tendré alejadas del mundo de la hechicería?.

—Satoru es muy convincente... Además siempre estarás rodeada de hechiceros, ellas tendrán curiosidad, y les impondrán falsos ideales, así que no creo que puedas hacer tal cosa.

Suda frío.

—Me dolería alejar a las mellizas de ti, se ve que te estiman, pero... Si es lo mejor para ellas lo haré, ¿Cuál es tu decisión?.

Ella colgó... Se asustó, no sabía que decisión tomar, la manera en que hablaba Suguru casi la convencía, Momoka se limpió la cara con agua, quería pensar con la cabeza fría.

Salió del baño, observando a las niñas que veían la televisión... Si no hace algo, ellas morirán en el futuro, pensó en contar el futuro a Suguru, pero, podría hasta obligarla a ayudarle contra Yuta, o peor pensar que más bien ella lo trata de matar y así su vida acabaría aquí.

—¿Cuando vendrá el señor Suguru?.—Preguntaron las niñas emocionadas.

—Dijo que le podíamos hacer peinados. —Menciono Mimiko emocionada.

Momoka aún seguía pensando... No quería separarlas de Suguru, pero si no lo hace tendrán su final inminente, ve su celular, busca el número de Satoru para llamarle, no dirá nada, simplemente pedirá que venga a por ellas.

Pero de repente una maldición apareció y se comió el celular de ella, fue de una manera tan cómica que las niñas lo tomaron con humor, Momoka quedó petrificada unos segundos pero reaccionó para atrapar a la maldición, más no lo logró... Está desapareció. —Mierda...—Susurro. —Mimiko Nanako... Hay que jugar de nuevo a las atrapadas. —Momoka sonrió nerviosa, esperando que esta maldición no sea capaz de detenerlas.

—¡Ah sí ese juego me gusta!... ¿Cuál es el premio?.—Pregunto la niña rubia.

—El premio serán muchos dulces... —Contesto Momoka, mientras viste a las niñas, les pone una chamarra ya que hace algo de frío al ser de noche, traga saliva viendo a su alrededor que la maldición no aparezca.

Salen de su casa, camina junto a las niñas, demasiado cautelosa con cada paso que da, pero paranoica con cada ruido que escucha.

—Tomando el tren estaremos más seguras...—Eso pensaba, entonces vio una cabina telefónica es su oportunidad para pedir apoyo, sonríe aliviada.

Camino confiable hasta esta pero de repente las manos de las niñas se deslizaron de las suyas, miro hacia arriba.

—¡Son las maldiciones del señor Geto!.—Dijo una Mimiko emocionada y justamente el mencionado se hallaba arriba de una.

Se acercó hasta Momoka para tocar su rostro. —Ahora tu las traes, ven a atraparnos. —Dijo Suguru con burla, entendió por completo aquello... Estaba cumpliendo con separarla de las niñas.

Las maldiciones que llevaban a las mellizas se adelantaron, mientras Suguru permanece cerca de Momoka. —¿Aún tu respuesta es la misma?.—Le cuestionó.

Ella se quedó en silencio, su vista en las niñas que desaparecieron en el cielo estrellado. —Voy a cuidar bien de ellas, pero me gustaría que formas parte de su vida. —Suguru le extendió la mano.

—Por favor si sigues con esto vas a morir...—La mirada de Suguru se endurece. —No lo digo de manera amenazante ni mucho menos para asustarte... Lo digo en serio, morirás en las manos de Satoru. —No quiso mencionar a Yuta eso sería darle algo de ventaja en la futura pelea al Geto.

Y es que de verdad quiere que viva... Pero si vive, si llega a vencer a Yuta, a apoderarse de Rika puede haber un final más cruel para él.

No quisiera que dos mejores amigos luchen hasta la muerte... Ese sería el peor de los escenarios, y esta segura que en esa pelea se perderían demasiadas vidas.

Suguru seguía escéptico con lo dicho, ladeo la cabeza cansado. —Que decepcionante, bueno eres una mona después de todo... No esperaba nada de ti.

Le dió la espalda para poder irse ya, dejando sola a Momoka, lo que no se espero es que ella se aferro a la maldición, ahora estaba en el cielo con Suguru. —¡Idiota!.—Exclamo él.

—¡Regrésame a Nanako y Mimiko!.—Momoka grito con determinación. —¡Lo siento, no puedo entender porque haces esto... Tampoco todo lo que pasaste!.—Estaba tan asustada muy apenas sus manos se aferran a la maldición, siente que se va a resbalar en cualquier momento, sabe que si ve a abajo se va a desmayar. —Quisiera ayudarte... Quisiere poder comprender todo tu dolor y dudas, pero, no puedo...—Su voz ya esta quebrada en ese punto. —¡Y tú serás el idiota!.—Le intenta dar un golpe en la pierna. —Si no vas a dejarte ayudar, es tu problema pero las niñas se vienen conmigo.

Sus manos no pudieron más, cedieron ante su propio peso, Suguru había quedado pensativo con las palabras dichas de Momoka y sus acciones como estaba tan empeñada en ayudarlo en estar con las mellizas, en querer salvarlo... cuando salió de sus pensamientos y quería tener un momento reflexivo se dió cuenta que ella ya estaba llegando al suelo. —Momoka...—Hizo descender a la maldición, esta seguro que la va a alcanzar, Momoka le extendía la mano, en sus ojos refleja esperanza, como Riko...

Mal momento para recordarla, y precisamente ese momento, como ella alzó su mano ante él para poder tener un futuro... Pero tan solo vio el cuerpo de ella caer al suelo con un charco de sangre, todo por los monos.

Momoka era más cercana a ser una mona que una hechicera, aunque para Suguru demostró valía, también sus últimas palabras le hicieron saber que no estaría a su lado... Por supuesto que elegiría el lado que la protegería por ser débil.

Su mano seguía extendida a Momoka, ella le sujetaría, pero después el la cerro de repente, impidiendo que la joven se sostuviera, la cuál abrió sus ojos en grande, aterrada pero a la vez triste.

Al último no era nadie en este mundo.

Cerró sus ojos, ya no alzó sus brazos, realmente no quería morir. —Lo siento Nanako, Mimiko...

—Sin excepciones. —Murmuro el, mato a sus padres para demostrar que podía hacer esto con cualquier no hechicero, la muerte de Momoka tendría sentido, le comprobaría que no va a dudar jamás.

La sangre salpicó en el suelo, es posible que debajo este abierta la cabeza de ella... Se nota en la sangre piel cerebro y algo de cabello, esto  demostraba que la altura fue demasiado para su cuerpo, sus ojos abiertos, pero sus pupilas ascendiendo dejando blanco debajo de sus ojos, la sangre corriendo debajo de las comisuras de sus labios y fosas nasales, uno de sus brazos se rompió de tal manera que se notaba en el codo un hueso que atravesó la piel.

El impacto fue bastante fuerte, había sangre en toda su cintura, posiblemente este partida a la mitad pero por la ropa no se nota, Suguru la miro en silencio.

No sentía felicidad, ni paz, tampoco tristeza, si acaso pena y preocupación por las mellizas, pues no sabría cómo explicar que ya no la verían jamás.

Ascendió para irse. —Gracias Momoka, tu muerte me ha ayudado a no vacilar más en mis pensamientos y acciones.

...

Dolía... Cada parte de su cuerpo, no podía moverse no podía gritar, todo está en su mente, sus gritos desgarradores al sentir su piel unirse de nuevo, como su hueso vuelve adentro, abre su boca sin poder hablar... Cómo sus piernas deben hacer una posición inhumana para acomodar sus huesos, la carne y huesos de su cintura uniéndose de nuevo.

Cuando sintió que podía mover sus manos se levantó lentamente, entonces gritó... Seguro se lastimo la garganta, escupió coágulos de sangre, recupero el aire. —Argh... Mmm. —Se queja en voz alta, siente como sus costillas rotas se sanan, deja salir quejidos, tensa su mandíbula mientras trata de respirar.

Estaba temblando cuando al fin sintió que se recuperó. —¿Está es mi técnica?...—Se cuestionó, ahora entiende porque nadie la conocía, es como para engañar al enemigo, pero también es tan dolorosa. —Quien carajos se le ocurre crear una técnica tan dolorosa... Tan cruel. —Se quejaba, mientras se levanta, notando la sangre que quedó en el suelo, era bastante. —Resucitar de esta manera... Es inhumano, además ¿Es solo eso?, para que sea una técnica eficaz mi oponente debe morir para que no me delate, en todo ¿Que me mataría entonces?.—Se quedó pensativa, tocando su cuerpo, su cabeza prácticamente se reventó, así que no debe ser punto débil... También pensó que seguramente solo puede resucitar una vez al día, para comprobarlo tendría que matarse.

Sintió escalofríos, por supuesto que prefiere quedarse con la duda.

—Debo ir con Satoru...—Detuvo sus pasos, no tenía sentido... Ya se demostró que aunque cambio los sucesos y tomo cartas en el asunto no sirvió de nada... Además el albino no pudo acabar con la vida de su mejor amigo en ese momento, y si lo hace en este momento quien sabe cómo reaccionará Satoru, tal vez sea más perjudicial.

De nuevo se pregunta que significado tiene su vida aquí.

...

No fue difícil localizar a Suguru, sabía que se quedaría con la secta... Antes de llegar se cambió de ropa, no quería que las niñas la vieran así, uso una falda larga de nuevo de color morado oscuro, junto con una blusa blanca de mangas largas holgadas, se dejó los botines eran cómodos.

Cuando llegó ya había terminado su discurso, Momoka suspiro.

Fue detrás del escenario, pronto las mellizas la vieron. —¡Momoka-San!.—Gritaron ambas para abrazarlas, ella correspondió, agachándose para atraparlas entre sus brazos, cuánto quisiera huir... Pero sabe que no es una opción, la presencia de Suguru la hace temblar.

Él no la asesino, simplemente no la salvo... Pero aún así tiene miedo de él.

Vaya idiota al haberse imaginado que si reencarnaba aquí sería la novia de él... Una hechicera poderosa, que la magia del amor haría que no siguiera este camino, se ha reído de esos pensamientos.

El Geto se quedó petrificado unos segundos al verla. —Tienes el mismo ritual que Shoko...—Murmuro, pero descarto esa idea, incluso en ese ritual la limitación es la muerte.

Sonrió delante de las niñas. —Momoka... Al último te vas a unir ¿Verdad?.—Por ahora debía mostrar calma.

—Si...—Contesto, mientras las niñas la sostenían de los brazos, felices de que las figuras que las salvaron estén juntas.

—Bien. Momoka y yo tenemos mucho de que hablar, vayan a conocer sus habitaciones. —Suguru libero una maldición para que guiará a las niñas, y ellas se fueron muy contentas.

La joven sonrió unos segundos para después levantar su vista a Suguru, la expresión de él era seria, pero su mirada también tiene algo diferente... Tenía un brillo especial.

Entonces se da cuenta que tal vez el Suguru alegre que conoció esas semanas no era real, al último siempre estuvo triste, tal vez aún lo este... No lo sabe, porque en realidad no lo conoce tan bien como pensó.

Divagó tanto y se disocio que no se dió cuenta cuando llegaron a la oficina, el click del seguro en la puerta la hizo volver. —Estabas muerta.

—Eso pensaste.

—¿Esa es tu técnica escondida, resucitar?.—Como es de esperarse de él lo intuyo rápido. —Pero, lo que me preguntó es si no hay un propósito atrás o algo que debas de dar.

—. . . —Ni ella misma conoce la respuesta... Para Suguru su silencio es rebeldía, que está indispuesta a revelar su técnica.

—Me pregunto... ¿Cuántos veces podrías resucitar?.—El pregunto con un falso desinterés, mientras le dió la espalda, una abertura hubo revelando una maldición. —¿Que es necesario que quede de ti para que puedas resucitar?... ¿Que tal si destruyó tus extremidades hasta al punto que ya no sean reconocibles como partes humanas?.

Momoka solo podía imaginar varios escenarios donde es masacrada por las maldiciones de Geto... Tal vez le corten la cabeza, o primero le arranquen los miembros, le abrirán el estómago, dónde cortaran sus vísceras, incluso la quemen, o arranquen la cabeza, y abran su cráneo, todo para comprobar que tan poderosa es esa técnica.

Ella tiembla, sus piernas flaquean, las manos se aferran a la puerta, cuando murió sintió solo dolor... No esta segura si se debe a su técnica, no puede sentir la muerte verdadera, pero si el dolor de esta, realmente no quiere saber la respuesta de las preguntas de Suguru.

Mientras el Geto la ve con atención, las lágrimas que se le acumulan en sus ojos, como no deja de temblar pareciendo una mona asustada por un cazador, Suguru ladea la cabeza, comprobando así que ni ella misma conoce del todo su técnica... Bien, es lo único que quería saber que no le estuviera escondiendo algo, la mirada de él al fin se suavizó. —De todos modos soy feliz por las mellizas, te tendrán a ti.

—Solo he venido por ellas... Me refiero a que si me quedaré.

—Bien, eso quería escuchar...—Le agradaba saber que podía manipular de esa manera a Momoka.

Aunque sentía algo de culpa... Que poco a poco se disipa recordando porque está haciendo esto, el dolor de ella su sacrificio no significa nada comparado a lo que él quiere lograr. —Ve con ellas, mañana usarás ropa diferente me ayudarás a dar una buena imagen, se feliz de ser una herramienta para lograr un mundo de solo hechiceros. —Suguru fue hacia la puerta, quitando el seguro de la puerta, ella salió corriendo de allí.

El Geto fue hasta la silla del escritorio, se dejó caer en esta. —Me siento cansado...—Cerro sus ojos un momento, recordando a su mejor amigo Satoru... Ahora mismo se hace una pregunta estúpida, de que hubiera pasado si se habría abierto con él, ¿Realmente lo hubiera hecho cambiar de opinión?.

Lo duda... Satoru lo estimo, era su mejor amigo, podía contar con él siempre, pero está decisión que tomo es solo suya.

Si, admite que estaba en un punto de desesperación, de una tristeza absoluta, todos el ruido de aplausos en su mente no dejaban que despejará su mente... Cuando cerraba sus ojos solo veía la muerte de Riko, de Haibara, después ingerir las Maldiciones empezó a pesar de tal manera que sentía que esta mismas le afectaban pero estaba seguro que solo era su imaginación, sabía que no estaba bien anímicamente para seguir consumiendo estas, pero pensó que podía, que podría superar esto.

Momoka tenía algo de razón, el estaba negado a recibir esa ayuda... No porque no la quisiera, es que siente que ya no había salvación para él, era tarde.

Su decisión fue tomada al unir todos esos momentos.

Suguru miro la mano que no uso para salvar a Momoka, la misma mano que guío las maldiciones para que asesinaran a sus padres y a la gente del pueblo.

Los recuerdos de la gente gritando que pedía piedad.. llorando eran bastante lucidos.

Pero los recuerdos de la muerte de sus padres eran diferentes... Casi como un sueño que apenas recuerda, no esta seguro si dijo o ellos dijeron algo antes de que los asesinara.

—Ya no importa... Este es mi verdadero yo ahora. —Se dijo a si mismo, tenía razón Momoka el brillo en sus ojos cambio, sentía que esta vez las acciones qe tomara tendrían sentido y ayudarían a quienes de verdad quiere.

El gustoso se convirtió en el villano de la humanidad... Para ser el héroe de los hechiceros. 

Al final no sabemos si el sacrificio tuvo sentido... Pero la tristeza si la tiene.
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Hola, buenas noches, ¡Espero les esté gustando el fanfic! Se que comenté que eran one-shot conectados ¡Y así son! Solo que divididos en partes para que no sean tediosos. Muchas gracias por leer 😊😊😊

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