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Capítulo 14

Necesita y arrepentimiento.

El día había llegado, todos celebraban, Suguru era el más contento, rodeado de sus camaradas hablaban con alegría.

Momoka se quedó en una esquina, acompañada de la pequeña Riko, ya era una niña grande, a pesar de eso no podía hablar o mas bien no quería, pero era muy lista, notaba cuan triste está su madre aunque diga lo contrario, por eso se queda a su lado.

Mimiko y Nanako van con ella, para abrazar y celebrar esta enorme victoria de su padre, ellas no podían notar la tristeza de Momoka, realmente creían que su madre era feliz, la mayor trato de verse feliz, celebrar a pesar de la culpa que se sentía, el primer paso del plan estaba hecho.

Yuta Okkotsu murio y la reina de las maldiciones paso a manos de Suguru Geto, habiendo bajas extremas después de aquel suceso, en dónde también desaparecieron los vientres malditos... Satoru Gojo no llego a tiempo y dos alumnos resultaron muertos, uno de ellos Yuta.

Al fin suspiro cuando las mellizas se fueron de nuevo a celebrar, Momoka miro a Riko, realmente era idéntica a esa Riko. —Vamos, hoy es un día especial ve a comer más pastel. —Le dijo a su hija, a pesar de los años aún no asimila del todo que es madre, después de todo jamás deseo esto en realidad.

La pequeña se fue, y después Momoka sintió la presencia de Kaori/Kenjaku. —¿Que quieres?.—Ella contesto con frialdad sin voltear a verla.

—Solo quería ver a la pequeña Riko. —La mujer sintió la mirada de Momoka, Kaori/Kenjaku sonrió. —Vaya, siento que quieres matarme, ah... Realmente nunca te agrade. —Comento con tranquilidad, ambas mujeres veían como Suguru cargaba a la pequeña Riko y reía feliz con sus mellizas. —Al igual que Suguru, no le agrado nada, posiblemente después de esto me maté.

Momoka al fin le presta más atención a la mujer. —¿De que hablas?... Te necesita.

—Solo te necesita a ti... —Contesta Kaori/Kenjaku. —Yo ya le he ayudado a conseguir lo que quería, de hecho me sorprende seguir aquí... —Ella dijo con tranquilidad mientras volteo a ver a Momoka. —Creí que con la reina de las maldiciones me mataría... Después de todo aunque tenemos opiniones iguales, queremos actuar de diferente manera, yo tengo curiosidad, el quiere justicia.

Momoka la sigue escuchando. —¿Puedes venir conmigo por favor?... —Kaori dice con tranquilidad, y Momoka ve a Suguru y a las niñas, está demasiado distraído celebrando, seguro que bajo la guardia, ella suspira y se levanta para seguir a Kaori/Kenjaku.

Permanecen afuera de la propiedad, ya había oscurecido, se podía ver la luna en todo su esplendor tan hermosa y brillante. —¿Que quieres, mi cuerpo para vivir en este?.—Momoka cuestionó con molestia.

Kaori/Kenjaku tan solo se ha reído negando con la cabeza. —Imposible, recuerda que puedes resucitar, no se que pasaría si intento poner mi cerebro en tu cabeza... Si quiero sobrevivir no me puedo arriesgar tanto. —Se explicó la azabache. —Aunque tengo planes de contingencia no sé cuantos pasos Suguru va delante de mi.

—¿Que quieres entonces?... No sé porque me cuentas todo eso, si me dices algo que pueda poner en peligro a las niñas no dudaré en entregarte yo misma a Suguru. —Momoka le advirtió.

—Si, eso pensaba... Sabes Momoka tu me agradas, y no lo digo como si hablara de una mascota o de una planta favorita. —Kaori dijo de repente, Momoka alzó una ceja confundida ante esa declaración tan extraña. —Aunque claro tampoco de manera romántica, me gustó conocerte, te estimo bastante.

—¿A qué quieres llegar con eso entonces?.—Momoka se sentía más confundida.

—¿Estás satisfecha con esto?.—Pregunto de repente Kaori/Kenjaku, los ojos de Momoka se abrieron un poco, analizando aquella pregunta tan simple.

No sabía que contestar en realidad, bajo la mirada unos segundos, la mujer azabache tan solo guardaba silencio esperado la respuesta de Momoka.

Por supuesto que Momoka no estaba satisfecha con esto, quisiera decir que si ya que cumplió su cometido de evitar la muerte  de Suguru y a las mellizas, pero el precio fue más de lo que se espero, tuvo que convertirse en madre, y hasta ahora sigue sin poder aceptar del todo eso.

Momoka ama a su hija Riko, claro de principio sintió miedo de la bebé que crecía en su vientre, temía que está la fuera a desgarrar o la matará, cuando escucho su llanto y la tuvo en sus brazos no supo cómo reaccionar al principio, la tuvo en un mar de emociones, donde no se pudo relajar en ningún momento.

La maternidad fue algo que no se espero vivir en esta historia, o al menos no de esa manera... Siempre se sintió al borde del precipicio, tomo el papel de madre, siempre llena de dudas por el futuro. Al menos sintió un alivio cuando Mimiko y Nanako fueron excluidas de las misiones de Suguru, las manos de sus niñas no se mancharon de sangre, no se llenaron de odio porque su padre no murió.

Pero a pesar de que vivió Suguru no siente que lo haya salvado en realidad, después de todo al final se convirtió en un villano.

—No lo sé...—Contesta al fin Momoka, muerde sus labios con fuerza. —Hace mucho deje de pensar en lo que me importaba, quería ser una buena madre, quería confiar en que Suguru iba a cambiar, pero me doy cuenta que no es tan simple como lo pintan en las historias, esto es el mundo real, el amor no es la solución de todo. —Momoka al fin derramó lágrimas, cubriendo su boca para que no se oiga su llanto. —Siento un horrible arrepentimiento por salvar a Suguru, pero... Tampoco deseaba su muerte, a pesar de todo aún quiero que sea feliz.

Por su parte Kaori/Kenjaku mantiene una expresión tranquila, sonriendo un poco. —Si. Tienes razón, yo he sido testigo de como el amor no siempre triunfa, aunque algunas veces lo ha hecho. —Comenta la azabache con tranquilidad. —Pero también puedo decir que las personas nacemos con un destino específico, no siempre será largo, ni importante, pero estamos en la vida de los demás por una razón. —Kaori se acercó a Momoka, sujetando sus manos. —Ya sea para mostrarles lo que es el amor, lo que es el odio, lo que es el perdón... Somos una lección para los demás, o al menos así lo veo, he conocido a muchas personas, cada una de ellas me ha mostrado algo.

Momoka sintió como Kaori dejaba algo en sus manos, era un papel, venían varios números y nombres. —Son mis clabes interbancarias... Se que aún no estás lista para dejar a Suguru, aún lo aprecias demasiado como para irte, puedo verlo en tus ojos cada vez que lo ves, no lo voy a negar te pensaba usar para negociar mi vida, pero, ya no hay tiempo.

Momoka aún sigue sujetando la nota, alejándose al escuchar lo que dijo Kaori/Kenjaku de usarla. —Pero cuando te sientas lista, puedes usar mi dinero, vete con las niñas lejos de Japón, es el consejo que te puedo dar, o puedes seguir intentando cambiar a Suguru, eso también es una opción, al último esa es tu decisión.

De repente el escenario cambio por completo, el anochecer se hizo presente en un abrir y cerrar de ojos. —¿Una cortina?.—Momoka dijo sorprendida, rápido escondió la nota, y después de unos segundos sintió la mano de Suguru sobre su hombro.

—¿Te intento hacer algo este tipo?.—Dijo Suguru, mientras veía a Kaori/Kenjaku, la mujer solo se limito a sonreír.

—¿Realmente lo vas a matar?. —Momoka respondió con otra pregunta. —Él aún puede ayudarnos en nuestra causa. —Ni ella misma sabe porque dijo eso, por un momento sintió lastima por Kenjaku, sintió agradecimiento.

Suguru se sorprendió por las palabras de Momoka. —Ya veo te intento lavar el cerebro con sus planes... Kenjaku solo busca saciar su curiosidad, él y yo no pensamos igual, yo si velo por tu seguridad Momoka, por la de nuestras hijas.

—Tienes razón. —Recuerda lo que Kenjaku hizo con las mellizas, que tonto de su parte haber creído, seguramente por eso le dió las clabes (que no sabe si son reales) y hablo con ella a solas.

A este punto se da cuenta de lo sola que está, no puede apoyarse con nadie, como madre no debe desahogarse con sus hijas, este peso es solo suyo ahora, el cambio de destino que trajo es su responsabilidad, por más que quiera ayuda ya no la puede tener, está completamente sola en este mundo y debe hacerse fuerte por su propio bien.

—Solo hazlo. —Momoka se alejo de Suguru, dándole la espalda a la escena que se formaba, la mujer azabache no se podía mover debido a la maldición que libero Suguru.

—En cuánto entres al ataúd será tu fin. —Suguru hablo en voz alta, y Momoka no pudo evitar querer mirar.

Kaori/Kenjaku la miró y después le sonrió, movió sus labios pronunciando unas palabras, Momoka solo se quedó petrificada viendo como él ataúd cayó y acabo con la vida de la mujer.

Después de eso la cortina acabo al fin, Suguru sonreía como si nada, voltea hacia Momoka. —No te preocupes, a partir de hoy habrá un gran cambio en nuestras vidas. —Las manos del Geto sujetaron el rostro de Momoka, acariciando sus mejillas con cariño, como si de verdad sintiera algo puro por ella. —El mundo que siempre soñe se hará realidad y seremos felices para siempre.

Momoka no respondió nada, tan solo lo mira en silencio y después baja la mirada. —Hmm. —Apenas y asiente con la cabeza, las manos de Momoka apartan las de Suguru lentamente. —Mientras las niñas sean felices yo estaré bien.

Suguru sonrió ante el comentario de Momoka, sabe que ella está triste, desecha por todo lo que ha sucedido hasta ahora, pero no le importa, ya que a pesar de todo sigue siendo la buena madre que necesita, su gran apoyo en este momento, solo quiere eso de ella.

No te arrepientas de amar, al final todos necesitamos sentir que importamos.

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¡Como siempre muchas gracias por la espera! Espero les haya gustado, el capítulo 15 será el final de este fanfic.

Peroooooooooo. Voy a iniciar dos fanfics, uno de Naoya y otro de Sukuna, los capítulos serán estrenados al terminar este fic, el de Sukuna será un fanfic corto.

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