Capitulo 13
Padre y madre.
Todo fue de mal en peor, al último lo que hizo no tuvo un significado benévolo, al contrario fue malvado.
Desde aquel interrogatorio todo había cambiado y para mal, suspiro, mientras escucha la risa de la pequeña Riko que juega con las gemelas, las cuales han crecido bastante. —Mamá Momoka, mira como Riko baila, le tomaré fotos. —Decia Nanako con alegría, ya tenía un teléfono celular, Mimiko por su parte le mostraba su muñeco de trapo, las jóvenes estaban muy felices cuando Momoka regreso y más cuando trajeron a una nueva integrante, volvían a ser una familia feliz, al menos desde los ojos de las mellizas así es como lo ven.
Pero Momoka tiene otra visión de la realidad, una que no pensó que se podía hacer... Suspiro pesadamente, esforzándose por sonreír para las niñas. —Es que Riko está feliz de estar con sus hermanas mayores. —Dice, su expresión es cansada pero intenta verse alegre, cerrando sus ojos unos segundos, recordando por un momento el punto de no retorno.
Suguru tuvo una maldición que la hizo abrir sus labios para decir nada más que la verdad, él no le creyó que haya reencarnado aún cuando se suponía que solo podía decir la verdad, por su parte Kenjaku se hallaba interesado por la idea, como si hablara de un cuento de hadas, ya cuando revelo los acontecimientos de la película pudo ver la expresión de total sorpresa de Suguru, simplemente los detalles fueron suficientes para que le creyeran.
Abre sus ojos al escuchar la puerta abriéndose, siendo Suguru quien entra, sonriendo ante sus pequeñas mellizas, que ya no son nada de pequeñas en realidad. —¡Geto-Sama!...—Nanako lo recibe con un abrazo, y Mimiko se acerca para apoyarse en él, Momoka toma a Riko de la mano para sentarla, al último se quedó con ese nombre a petición de Suguru... Ahora que lo piensa, está niña se parece bastante a Riko, sus ojos, su cabello, su rostro, idéntica ahora que sus rasgos están mejor definidos.
—¿Cómo han estado el día de hoy?.—Pregunta Suguru con una sonrisa, acariciando la cabeza de Nanako y Mimiko, está vez sonríe genuinamente, lo nota Momoka, desde aquel acontecimiento puede ver lo tranquilo que está, lo alegre que se ha vuelto, realmente ya no finge.
—¡Bien, estuve tomando un montón de fotos hoy!. —Nanako dijo con alegría.
—Yo estuve peinando a Mamá Momoka y jugando con Riko. —Contesta Mimiko sonriente, yendo hacia la mayor, Momoka le sonríe y acaricia su cabello con cariño.
—Me ha hecho una trenza, y a Riko también. —Dijo Momoka, mirando con ternura a la castaña y sonriendo apenas un poco, Suguru se acerca, sujetando el cabello trenzado de Momoka.
—Es linda. —Suguru acaricia su cabello con ternura, y después ve a Riko, su sonrisa se amplia al ver a la pequeña niña. —A Riko le queda muy bien, deberias hacerle ya siempre ese peinado. —Se dirigió a Momoka, sonaba a una orden más que una sugerencia.
—Si...—Momoka mira a Riko, por supuesto que Suguru también ve el parecido increíble de esta niña con la Riko que murió.
—Vengan acá. —Extiende sus brazos para abrazar a las cuatro, cerrando sus ojos con tranquilidad, llenándose de la calidez de sus tres pequeñas y de la mujer que le ayudó con su victoria segura, sonríe aliviado, al fin podrá darle a Mimiko y Nanako un mundo ideal.
Que desastre de final.
Para Momoka así no es como debían ser las cosas, condenó no solo a Yuta a muerte, también a Maki, a gente inocente... Es un efecto mariposa que ya no tiene vuelta atrás desde el momento que le pidió ayuda a Kenjaku.
Se volvió un error.
—Nanako Mimiko, ¿Pueden llevarse a Riko al patio a jugar un rato?... Necesito hablar con Momoka. —Les dedica una sonrisa a sus preciadas hijas.
Las mellizas se miran entre si, riéndose con complicidad, creyendo que Suguru y Momoka tendrán su momento de pareja amorosa. —¡Claro que sí!... Ven Riko-Chan. —Nanako se lleva a la niña de la mano y se apresuran en irse, sonriendo hacia Momoka y guiñando el ojo, la mayor solo se limita a reírse con ternura de ellas.
—Bien. —Una vez que se fueron la actitud de Suguru cambio, hablando un poco más frío con ella. —Kenjaku ya puso en marcha a las maldiciones. El día que mate a Yuta también iré a buscar los uteros malditos. —Momoka se encoge de hombros, no sabe que clase de destino ahora tendrán Choso y sus hermanos, se nota la preocupación en su rostro, Suguru lo nota, se sienta en el sillón hace un ademán con la mano para que ella se ponga a su lado. —No te preocupes Kenjaku no te usará de nuevo como incubadora, eso ya le dejé claro cuando accedí a buscarlos.
—Ah. Gracias...—Momoka toma asiento al lado de Suguru.
No había pensando en ser incubadora de nuevo, de tan solo recordar el embarazo de Riko se le eriza la piel, después de todo ella solo siendo un cuerpo de plasma estelar artificial la puso en mal estado... No sabría cómo su cuerpo podría gestar a los uteros malditos. —Solo que en realidad eso no es lo que me preocupa.
—¿Que es entonces?.—Suguru notando su expresión lo entiende, deja escapar un suspiro largo. —Ah. Dices que veniste a este mundo a salvarme, pero parece que te arrepientes. —La mira con frialdad, y también hay un poco de tristeza en sus ojos.
—No... Yo realmente quería salvarte, pero no a costa de la vida de inocentes, Yuta cuando lo mates aún será un niño.
—Riko era una niña cuando fue asesinada, Satoru también lo era... Yo estuve al borde la muerte.
Momoka se encoge de hombros al escucharlo. —Lo siento muchísimo, Pero eso mismo es a lo que me refiero, prácticamente eres igual a esas personas...—Momoka se atragantó, la mano de Suguru se cerraba sobre su cuello con bastante fuerza, apenas pudiendo respirar.
—No te atrevas a usar esa estúpida frase contra mi. —Escupe con odio, sus ojos sobre el rostro de Momoka, la expresión dejaba ver su sorpresa y dolor ante la falta de aire. —No soy como ellos... No asesino a sangre fría, pero si debo elegir mi felicidad o la de la gente entera, elijo la mía. —Poco a poco Suguru al fin soltó a Momoka, permitiendo respirar. —Y mi felicidad son mis hijas, un padre haría lo que fuera para proteger a sus hijas y eso mismo haré, tu también deberías entenderlo, ya eres madre, Riko, Mimiko y Nanako, deben ser tu única prioridad ahora... Solo debes preocuparte en que sean felices, en ser una buena madre para ellas.
—Lo hago... Créeme que lo hago, no las voy a abandonar de nuevo. —Ella tose debido a la falta de aire, Suguru se levanta del sillón, acercándose a la mesita y sirviendo un vaso de agua, se lo entrega a Momoka para que beba y se recupere.
—Te agradezco en verdad...—Dice de repente el azabache. —Y no solo por contarme del futuro, por salvarme de mi muerte, si no por hacerme darme cuenta que soy padre.
Momoka ladea la cabeza con intriga, queriendo saber a qué se refiere con eso.
El vuelve a sentarse con Momoka. —Yo quería seguir siendo amigo de Satoru, quería hacerle ver a los que no me creían que solo quería hacer el bien. —Suguru mira a Momoka. —Actuaba amablemente con gente del pasado, cuando en verdad solo debía ver al futuro, yo soy padre ahora, mis hijas son mi prioridad, desde el momento que las tome bajo mi tutela debí hacerme la idea de la enorme responsabilidad que tendría. —Se explica. —Tu... Me hiciste ver eso, después de todo no solo accediste a tener a Riko por mi ¿Verdad?.
—Hmm. —Momoka asiente ante su pregunta. —Aunque creo que no fue el camino correcto para salvarlas, debí ver más opciones.
Siente como Suguru acuna su rostro, con una gran delicadeza y ternura que hace contraste del como la sujeto momentos atrás. —Fue el camino perfecto. —Sonrio Suguru respondiendo ante su duda. —Despues de todo si acabaste aquí para salvarme... Dándome una segunda oportunidad para esta vez hacer las cosas bien. —Su rostro está tan cerca del de Momoka.
Ojalá se pudiera ver cómo algo romántico, un momento dulce entre amantes, pero está lejos de ser eso, Suguru la ve con devoción, pero no con amor, Momoka lo mira con intriga y con tristeza, después de todo no pudo impedir que se volviera un villano.
—Gracias a ti mis tres queridas hijas podrán crecer, vivir una vida feliz y larga... Yo podré deshacerme del mal de los no hechiceros, viviré para ver a mis hijas crecer, todo gracias a ti. —Suguru es tan feliz.
Pero Momoka solo tiene sentimientos encontrados a todo esto, se quejaba de no poder cambiar absolutamente... Que estaba fallando porque sus acciones no tenían el peso que quería, y ahora que las tiene se siente tan arrepentida, esto no es lo quería.
Sus manos se elevan para apartar las manos de Suguru y tener su espacio. —Estoy feliz de que ya tengas una perspectiva mejor... De que al fin decidas ser el padre de Mimiko y Nanako, pero aún pienso que podemos parar. —Sujeta con fuerzas las manos de él, y de repente Suguru le regresa el gesto pero con mucha más fuerza, Momoka hace una mueca.
—No Momoka. —Le responde. —Debemos seguir, tu llegaste a mi para poder está vez hacer las cosas bien, ya te lo dije no voy a renunciar a esto... Les daré a mis hijas el mundo perfecto. —Se inclina hacia el rostro de ella, de nuevo tan cerca uno del otro. —Tu misma me dijiste que mi muerte llevo a la muerte de las mellizas... Solo pensar en eso me hace sentir de lo peor. —El agarre que hace sobre Momoka es cada vez más fuerte. —Esta vez seré un buen padre, no voy a permitir que sus manos se manchen de sangre, yo seré el villano, y ellas mis princesas. —Sonrie ante sus propias palabras. —Y tú...—La sostiene de nuevo del rostro, con ternura. —Estaras ahí conmigo, para que tenga mi victoria y mi visión del mundo se haga real.
Momoka se queda en silencio, tan solo pudiendo asentir.
—No te preocupes ya por nada, solo se una buena madre. —Le pide Suguru. —A eso has venido, por eso acabaste aquí, esa es tu única razón de ser... Para servirme a mi, para hacerme feliz, para ser la madre de mis hijas, ese es tu propósito. —Dijo él, y ella se sintió como una herramienta.
Al fin la suelta y se levanta, Momoka lo mira desde el sillón, Suguru sabe bien que ella hará cualquier por sus hijas. Ya no va a escapar o traicionar, puede notar en su mirada que dejaba ver la derrota y resignación, eso es lo que necesita de ella solamente. —Gracias Momoka por haberme encontrado. —Dicho eso salió de la sala, dejándola sola.
Momoka rompe en llanto, esto no debía ser así... Al último no pudo salvar a Suguru, el será un villano, pero no quiere traicionar, no sabiendo que puede condenar a las niñas a una muerte segura, además ya no quiere alterar más el futuro, ya hizo suficiente condenando a Satoru, Yuta y demás gente.
Después de todo Kenjaku explicó que los planes suelen funcionar gracias a las emociones, usarán el cariño que siente Satoru por Suguru en su contra.
Todo gracias a su estúpida intervención en esta historia.
...
Después de todo una madre y padre harían hasta lo imposible para proteger la felicidad de sus hijos e hijas.
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¡Hola! Espero les haya gustado el capítulo, también me gustaría anunciar próximamente un fanfic donde la protagonista va a convivir con Naoya.
Y también si me es posible traeré one-shots el primero será de Sukuna, Pero, me está quedando más largo de lo que pensé, así que si es así, tal vez lo haga un mini-fanfic.
Pienso subir estos en cuanto termine este fic ¡Dejaré el link de estos en el último capítulo! Cómo siempre muchas gracias por leer 💞💞💞
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