Capítulo 8
No podía esperarse menos de Kayano, puede parecer un pequeño e inocente ángel, pero es una actriz de primera, pero Naori no tenía forma de caer ante una actuación perfecta, si hay alguien que sabe sobre ser una doble cara profesional es la amada Dama de Cailloux, y aquella estrategia del pudín gigante había sido un intento de asesinato de prueba, o lo que es lo mismo, un disparo de advertencia.
"No te olvides de mí, yo también soy peligrosa y puedo matarte".
Un mensaje silencioso de un personaje sin mucho protagonismo, Kayano tenía que dejar en claro que sería ella quien lo asesinara, para la de cabellos verdes era una obligación infranqueable, DEBÍA matar a Koro-sensei, pero no contaba que ahora, había alguien cuidando las espaldas del profesor.
Ahora mismo, el travestido se hallaba en medio del aula durante el receso contando como había sido su boda y su vida dentro de la mafia, ya que cierto pervertido estaba resentido por haber perdido a su amor platónico, y quería saber desde cuando había perdido la guerra y contra quien. El resto de la clase y los profesores estaban ahí, aunque su profesionalidad no les permitiera admitirlo, realmente tenían curiosidad por saber que tipo de vida le brindaba aquel mafioso.
Naori: De un momento a otro ya estábamos tomando un avión privado, estaba cansado por todas las emociones que había tenido últimamente, no tardé en caer dormido, cuando desperté estaba en una habitación de una residencia cercana a la playa. Wakabe llegó y dijo que me pusiera el vestido que traía y que bajara las escaleras. Después de media hora estábamos Cyril y yo en la playa, cuando menos me di cuenta, me di la vuelta y él estaba ahí... con una pierna en el suelo y el anillo en la mano.
Nakamura: ¡¿De verdad?! Que romántico.
Naori: Me hizo la pregunta y yo no pude evitar llorar. Le dije que si y, es un poco vergonzoso decirlo, pero le salté encima como si fuera una niña.
Karma: ¿Quién diría que podías ponerte tan roja como un tomate después de romperme la mandíbula? Te juro que nadie sabía que podías sentir vergüenza.
Naori: Calla... uh... Cyril es un hombre temible, puede ser sumamente cruel y sádico con sus enemigos, pero tiene un código moral intachable.
Okajima: ¿Y cómo es contigo? ¿Te trata bien? ¿No te golpea verdad?
Naori: En lo absoluto. Siempre tiene a Wakabe cerca mío en caso de emergencia, es... un enorme oso de peluche, siempre me abraza, dice tonterías y finge ser idiota para hacerme reír, me trata como a una verdadera reina, evita mantenerme lejos de asuntos que podrían ser peligrosos, constantemente puedo salir con Ayase-kun y Kaoruku-san.
No planeaba contar todo, pero era relajante, tener a alguien a quien le importas cerca y contarle un poco de tu vida, era una sensación dulce y gratificante que no había sentido hasta que conoció a Ayase.
Naori miró a sus compañeros de aula, auténticos. No había nadie que, de una forma u otra, no estuviese feliz por él. Okajima mínimo sabía que Naori no estaba sufriendo más, y eso le quito un peso de encima, y Kayano... Se suele decir que los japones tienen tres rostros, quien aparentas ser, quien eres y uno que solo te guardas para ti, Kayano era la prueba viviente de esa creencia, en cualquiera de sus tres rostros, Kayano no era mala persona, pero si que era alguien cegada por una venganza incitada, pero no era alguien que quisiese perjudicar a los otros, y esa buena voluntad que escondía en uno de sus rostros y que mostraba en los otros, le hacía sentirse bien por el okama que se mostraba enfrente suyo.
"No te matare, tú también eres inocente en esta batalla de intelecto, pero ni creas que te dejare destrozar a alguien que me importa". Pensaba el travestido.
Al final de las clases, cuando Naori iba a irse, fue retenido por Asano Gakushuu, tomándole del hombro le pidió que lo acompañara caminando como en los viejos tiempos, Naori sabía lo que pasaría, era algo inevitable, intento postergarlo eternamente, pero era imposible, era algo que debía pasar. Hizo una llamada a Cyril diciendo que llegaría tarde a casa, que debía atender un asunto. Asano podía escuchar la voz del teléfono levemente y alcanzó a oír un "No tardes cariño".
Apretó los puños guardando su coraje, no quería explotar frente a ella, no quería ser como su padre. En cuanto terminó la llamada comenzaron a caminar lentamente por las calles, eran amigos de la infancia, pero llevaban demasiado tiempo sin hablarse, o verse como amigos siquiera.
Llegaron a una heladería, pidieron un cono cada uno, Asano pidió uno de pistacho mientras Naori pidió una nieve de naranja acida con limón, Asano quiso pagar cuando Naori insistió en pagar lo suyo.
Llegaron caminando hasta el parque, Naori comía en silencio mientras Asano solo miraba frustrado su helado. Sabía bien el sabor de helado que le gustaba, lo ha sabido desde su primera infancia, y de esa primera infancia recordaba que a Naori le gustaba el de vainilla con dulce de leche, no la naranja, de hecho, recordaba que de niños la odiaba, precisamente por ser acida.
¿Cómo? Desde siempre han estado juntos, la guardería, el preescolar, la escuela elemental, y ahora la secundaria, siempre estuvieron en la misma escuela durante los últimos 13 años, estuvieron juntos siempre, entonces... ¿Por qué parecía que ya no conocía a Naori? ¿Por qué estaban tan alejados? ¿Cuándo pasaron de ser los mejores amigos a simples extraños?
Intentó recordar que tanto sabía de Naori. Su color favorito, su comida favorita, su té favorito, alguna película, genero de música, artista favorito. Nada. No sabía nada de eso, y lo odiaba.
Quería a Naori con su vida, pero no sabía nada de ella, ni siquiera sabía cómo comenzar a hablarle. ¡Él! ¡Asano Gakushuu! Una persona con un carisma inhumano, un encanto que atrae al mundo entero, y la increíble habilidad de manipulación de su padre, lo tenía todo, y aún así no sabía cómo hablarle.
Naori: Tu helado se derritió.
Ni siquiera lo miro. Asano miro su helado dándose cuenta que estaba totalmente desecho chorreando en su mano y el cono se había ablandado. Naori le dio un pañuelo bordado para limpiarse.
Naori: Si tienes algo decir, dilo.
Asano no lo aguantó más, azotó lo que quedaba de su helado al suelo y se levantó de golpe gritando.
Asano: ¡¿Cómo?! ¡¿Cómo es que terminamos así?!
Naori: Especifica.
Asano: Prácticamente nos conocemos de toda la vida, hemos estado juntos en la escuela desde siempre... Se supone que somos amigos de la infancia... Entonces... ¿Por qué parece que no te conozco? ¿Por qué pareces tan lejana... si siempre has sido lo más valioso de mi vida?
Naori no dijo nada, solo guardo silencio dejando a Asano desahogarse, viendo como sus ojos se volvían acuosos y grandes lagrimas se acumulaban en sus ojos.
Asano: Desde que recuerdo estás ahí, siempre brillabas de forma magnifica igual que tu madre... y supe que no habría nadie como tú, ni siquiera mínimamente cercano a ti... y supe también que nadie te merecía... ni siquiera yo... Llevo toda mi vida aguantando al maldito monstruo que es mi padre... Sus lecciones, sus reglas... Llevo toda la vida aguantando ser su maldita marioneta... Porque quería ser el mejor para ti... Quería merecerte, ser digno de ti... Pero no fue suficiente...
Asano se sentó nuevamente en la banca sujetando su cabeza y con la mirada baja, sus lagrimas descendían desenfrenadamente, su frustración, su ira, su miedo, todo, ya no había forma de pararlo.
Asano: ¿Cómo terminamos así...? Nunca me di cuenta de que habías cambiado... Acaso... ¿Acaso te descuidé tanto...? ¿Te abandoné cuando más me necesitabas? ¿Te lastimé? O acaso... ¿Sigo siendo insuficiente para ti? ¿Es eso? ¿Por eso buscaste los brazos de alguien más? ¡Dime! ¡Dime lo que quieres! ¡Te daré todo lo que desees! ¡Te lo daré todo! Pero por favor... No te alejes de mi... No quiero perderte.
Asano no se había contenido y abrazó a Naori fuertemente mientras lloraba en su hombro, Naori no dijo nada, no lo apartó, no le repudió, no le correspondió, no hizo nada. Cerro los ojos con una pequeña lagrima bajando por su ojo.
Naori se sintió mal, Asano estaba sufriendo, estuvo sufriendo todo este tiempo, y no lo notó. Cada que le hacían referencia a la familia Asano, ella solo podía pensar en esa bestia de Gakuhou y el monstruo que siempre había sido. Naori podía ver atreves de las personas, siempre pudo ver ese lado oscuro del Asano mayor y solo podía pensar "No voy a ser tu juguete". Paso tanto tiempo preocupado por su madre y cuidándose de Gakuhou que jamás se le ocurrió mirar a Gakushuu, jamás vio todo el esfuerzo que estaba haciendo por él, por merecerle.
Lastimó a Asano.
Y, en consecuencia, Asano estaba a la mitad de camino de convertirse en el mismo monstruo que era su padre... y eso era algo que Naori jamás se perdonaría.
Naori: Soy muy cruel ¿no lo crees?
Asano lo soltó para mirarlo a los ojos y verle con unas cuantas lágrimas en sus mejillas.
Naori: El problema nunca fuiste tu... Era yo... hace mucho tiempo hice algo horrible... Pensé que lo hacía por una buena causa, pero... Todo fue en vano...
Asano: Nao-chan...
Naori: Siempre quise alejarme de tu padre... ¡Yo no iba a ser su juguete! Nunca me di cuenta que tú también estabas sufriendo... Gakushuu... Perdóname...
Asano intentó abrazarlo nuevamente y se dio cuenta de algo, podía sentir sus costillas...
Asano: Nao-chan ¡¿Qué te pasó?! ¡¿Qué te hiciste...?!
Naori: Parece que aún no alcanzo un peso adecuado... Gakushuu... Lamento ser un fraude... por decepcionarte.
Asano: ¡No! ¡Tú no eres un fraude!
Naori: Lo soy... Y entenderé si después sientes repugnancia hacía mí.
Asano: ¿De qué hablas?
Naori: Gakushuu... Yo no soy tu amiga de la infancia... Soy tu amigo.
Asano no respondió, se quedo unos momentos en silencio y luego soltó un casi inaudible "¿Qué...?". Naori se separó de él lentamente, se levantó del asiento y se paró frente a él con una mirada comprensiva. "Soy un chico, y desde hace 10 años uso ropa de chica... y me siento como una. Lamento haberte lastimado y no ser lo que deseaste, estas en tu derecho de odiarme".
Naori dio una inclinación perfecta de 90° y repitió tres veces "Perdóname", Asano se levantó rápidamente y salió corriendo mientras Naori aún mantenía su inclinación, el pequeño okama no levanto la cabeza hasta que Asano había desaparecido por completo y Wakabe ya estaba atrás de Naori a cinco metros.
Wakabe: ¿Fue buena idea decirle?
Naori: Yo no merecía vivir en la mentira de que mi madre estaba viva, y él tampoco merece vivir en la mentira de estar enamorado de alguien tan defectuoso como yo.
Wakabe: Su cabeza debe estar explotando ahora mismo.
Naori: No cabe duda, debe estar odiándome, no lo culpo, yo también lo hago.
Wakabe: Si él supiera lo que te paso, no lo haría.
Naori: Gakushuu ya sufrió bastante, no merece agregar una herida más.
Wakabe: Para operar se necesita hacer una incisión.
Naori: Déjalo. Es suficiente. Vámonos.
Wakabe: Como Ordene Su Claridad.
Fueron hacía el auto, ya estaba atardeciendo, así que al llegar a casa, Naori de acurrucó en los brazo de Cyril con la vaga explicación de "Soy alguien horrible", y Cyril no dijo más, después pediría a Wakabe los detalles, pero por ahora, solo debía abrazar a su esposa y quererla.
"Perdóname...".
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro