El ambiente de esta historia será un mundo fantástico donde existen criaturas místicas y personajes irreales.

   El planeta estaba dividido en 5 continentes muy bien distribuidos, cada uno con característicos gobernantes y peculiares tareas: Erini, como la parte de los gobernantes de pieles blancas y ojos claros, inteligentes y osados, mantenían la paz entre las naciones y era la principal fuente de oro; Norilea, como la parte de los gobernantes de pieles oscuras y robustos cuerpos, orgullosos y carismáticos, cazadores expertos y con la mayor extensión de terreno; Osenur, como la parte de los gobernantes de ojos rasgados y pieles pálidas casi amarillentas, fríos y calculadores, con grandes conocimientos y poderes ocultos; Arcia, como la parte de los gobernantes de pieles trigueñas y frondosas barbas, pacientes y ágiles, dedicados al desarrollo de armas de fuego y con ambición por el oro de Erini; Terribia, como la zona inhabitada, sin gobernantes, siendo cuidada por los continentes por su alta variedad de animales nunca antes vistos, siendo esta parte del mundo como la única conexión entre las naciones.

   Cada continente, compuesto por un sin fin de subdivisiones, vivió en paz hasta la devastadora epidemia que inició en Xanatus, el país principal de Norilea. Tal epidemia acabó con un gran número de pueblos del continente, yendo desde los más ricos a los más pobres, extendiéndose hasta las fronteras con Osenur. Pueblos enteros se vieron en desgracia mientras otros buscaban la forma de esconderse o de huir de sus tierras. Esta emigración provocó una Guerra por el territorio de Norilea.

   Erini hizo lo posible por crear acuerdos entre las naciones, crear positividad entre gobernantes para ayudarse entre todos, los Reyes de Erini acogieron en sus tierras a los pobladores de la casi extinta Norilea, corriendo el riesgo de que alguno de ellos intoxicara a su propio pueblo, pero fueron llamados en auxilio de la misma, pues Arcia y Osenur querían apoderarse de la tierra.

   El Rey Camilo de Erini, quien esperaba a su primogénito en aquel entonces, se vio inverso en la Guerra cuando Osenur mandó espías a su pueblo con órdenes de quitarles a los seres extraordinarios que sus tierras poseían: los donceles, chicos ordinarios con una rara capacidad para quedar en cinta y dar vida. El Rey Camilo no sabía del nacimiento de tales seres o porque habían elegido sus tierras para vivir, pero les tenía gran aprecio por su forma de ser, sus personalidades positivas, por ser tan puros y fieles a sus tierras.

   Sin embargo, muchos jóvenes y familias se vieron envenados a causa de las órdenes de Osenur por acabar con la especie de donceles, el Rey intentó promover la cura a la toxina lo más rápido que pudo, pero ya varios niños y jóvenes habían perdido la vida mientras otros luchaban por sobrevivir, sobretodo en las partes bajas del pueblo. El Rey Camilo no permitiría que tal cosa continuara, así que decidió dejar su hogar, a su hijo de 3 años y a su mujer por ir a la Guerra a proteger a su nación. Era una historia simple de contar, pero que afectó a un gran número de personas, entre ellos a su esposa, la Reina.

   Finalmente, tras 2 años, la Guerra tuvo su final con la victoria de Norilea para recuperar sus tierras inhabitadas. Sin embargo, ambos reyes, de Erini y Norilea, murieron bajo manos del gran Tirano de Arcia como última jugada antes de rendirse. Los soldados, negándose a rendirse, lograron domar grades bestias voladoras y terrenales para que ayudaran a su causa, terminaron con los enemigos hasta dejarlos casi extintos, sintiendo que con ello vengarían a sus Reyes como fieles guerreros. Aun así, las lágrimas abundaron frente a las banderas ensangrentadas de Erini y Norilea, pues esa victoria había costado mucho.

   Norilea, desde entonces, dejó sus asociaciones con Arcia y Osenur, siendo gobernado por el hijo mayor del Rey, un joven con claras metas y fiel al reino de Norilea, a su gente, a sus pérdidas, un joven con grandes visiones y difícil de persuadir, un chico muy listo que con orgullo obtenía la ayuda de su hermano menor. El nuevo Rey de Norilea alzó el nombre de su padre y del Rey Camilo, pues éste había sido el que más había arriesgado por una tierra que no era suya. Norilea le estaría por siempre agradecido a Erini, había quedado escrito en varios libros.

   Sin embargo, en Erini, se sufrió por la gran pérdida de donceles, soldados y, sobretodo, del Rey Camilo. La Reina, en medio de su desdicha, dejó que su corazón se oscureciera por la falta de su esposo, se volvió la gobernante de Erini y se prometió que haría de su hijo un hombre que haría lo que ella deseara para que la guerra no se volviese a repetir. El rencor a los donceles creció dentro de ella, les culpaba por su desgracia sin saber que su esposo había sido feliz de haber protegido a su nación.

   Por ello, negó a su hijo de cualquier contacto con alguien que no fuese de la realeza, le negó las salidas al pueblo desde pequeño, le negó el tener curiosidad y hacer amigos que no fuesen de su clase, quiso deshacerse de cualquier cosa que hiciese a su hijo infeliz. No dejaría que su hijo fuese corrompido por gente inmunda, como ella pensaba, sin saber que la única que estaba equivocada era ella.

   Pronto, tales amorosos pensamientos desaparecieron para volverse ambición, mero rencor hacia la vida y hacia su esposo por haberle abandonado. La dama no permitió en ningún momento que el amor ingresara a su sistema de ningún modo, aprendió a jugar con los nobles para obtener lo que quería y aprendió a ser una Reina sin sentimiento alguna.

   Su hijo mantuvo la curiosidad a pesar de toda la cizaña que la Reina intentó inculcarle pero, con lo poco que recordaba de su padre, se negó a quedarse de brazos cruzados al ver como su madre cerraba las ventanas del castillo y mandaba a construir murallas alrededor de éste para evitar su escape. El niño se negaba a obedecer, se negaba a que alguien le dijera cómo pensar, él quería descubrir y soñar, ver lo que aparecía en libros con sus propios ojos, y no se rendiría hasta cumplir con alguno de sus inocentes deseos.

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   Una breve explicación, mis galletitas.

   Estos datos son de interés para el segundo libro, para saber más del libro que van a leer y de sus personajes irreales. Espero que les haya gustado y hayan entendido cada pedacito del relato. 

   Esto no cuenta como introducción.

¡Feliz Navidad!

    Espero que pasen estas navidades junto a sus seres queridos y recuerden, siempre tengan en mente, que la felicidad está en cualquier lado. Busquen un motivo para ser felices y sus vidas brillaran tal cual estrella.

   Los amo, mil besos, galletitas.